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Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

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Notas del capitulo:

Ohayo... 4 de la mañana y yo aquí... por eso después no me quiero levantar... 

La mañana siguiente había llagado rápido, y cierto fortachón castaño se estaba despertando apenas, se sentó en su cama y apagó la alarma de su celular. –7:00 AM… -dijo, sin pensarlo mucho se volvió a acostar y acurrucar entre las cobijas. –5 Minutos más.

-¡Que 5 minutos más ni que nada! –gritó Steve entrando a la habitación asustando a su amigo. –¡Vas a llegar tarde!

-Mátenme… -finalizó Bucky saliendo de la cama, fue al baño y se vistió con lo primero que halló y caminó hacia la cocina para comer algo. –Buenos días… -bostezó.

Rogers se encontraba en la cocina preparando el desayuno como si de su hermano mayor se tratara. –Buck, sino te hubiera despertado te hubieras quedado dormido, y Fury te mataría. –le regañó.

-Y es por eso que me alegra que seas mi hermano hijo de otra fulana. –se sentó en la mesa para comer un plato con cereal. –Tengo flojera…

-No sé qué decirte. –suspiró cansado el rubio. –¿Ya viste el mensaje que mandó Tony?

-¿Mandó un mensaje? –sacó su celular. –Ah… -lo volvió a guardar. –Es sábado… debería estar durmiendo.

-Tú no tienes remedio… -se cansó el capitán. –Como sea, si Tony va a llegar a las 10, yo estaré ahí esperándolo.

-Se supone que era mi cita, solo nosotros dos. –masticó su cereal con fuerza. –No es justo que vayas.

-Él me invitó y yo acepté. –se encogió de hombros. –Será mejor que te vayas o llegaras tarde. –avisó Steve.

-Sí mamá. –se burló de su amigo rubio.

-Solo por eso te irás a pie. –Steve frunció el ceño.

-¿¡Qué!? Vamos era una broma. –se rio el castaño.

-Adiós Buck, debo terminar mis deberes antes de salir. –caminó hacia la lacena.

-Pero…

-Adiós Buck. –recalcó.

-Está bien. –y sin más el castaño salió rumbo a la academia.

El sonido de una alarma resonaba en el cuarto de cierto adolecente genio y millonario, abrió sus ojos lentamente y se sentó sobre la cama, estiró mientras bostezaba y apagó la alarma de las 8:30 am, se levantó de su cama y Salió en pijama hacia la cocina. –Buenos días Jarvis. –se sentó en la mesa.

-Buenos días, señorito. –le sonrió u le sirvió un vaso con jugo de naranja. –Enseguida estará listo el desayuno.

-Está bien. –tomó de su jugo, estaba nervioso de lo que Jarvis pudiera decirle. –Jarvis… sobre lo de ayer…

-Señorito. –puso una gran pila de hot cakes en un plato, en el medio del panqué de arriba colocó crema batida, unas fresas y una cereza sobre la crema para después vaciar chocolate en el desayuno del menor. Al lado de los panqueques añadió manzanas y mango picado. Posteriormente le entregó el plato al menor y se sentó en frente del menor de los Stark. –No se preocupe, si usted lo desea no diré nada sobre esto a su padre, pero le pido que confíe en mí. –le dijo tiernamente. –No me gusta verlo triste y quiero poder ayudarle, por favor dígame lo que le sucede. Le prometo que no diré nada.

-Jarvis… -Tony bajó la mirada. –¿Lo prometes? ¿Prometes que me ayudarás y no dirás nada? –le vio seriamente. –Sobre a todo a papá.

El mayordomo se llevó una de sus manos a su pecho. –Se lo juro.

Tony se quedó pensando por varios segundos, ¿Decirle o no decirle? “¿Qué debería hacer?” pensó. –Solo… necesito tiempo… -lo miró. –No es que no confíe en ti, es solo que debo pensar las cosas… pero te prometo que te lo diré, solo necesito algo de tiempo.

-¿Lo promete, señorito?

-Si…

-¿Es algo de lo cual debo preocuparme mucho?

-No… -mintió el castaño.

-De acuerdo, señorito. –se levantó de la silla para terminar lo que en un inicio estaba haciendo. –Ahora coma, es mejor que se lo coma caliente que frío.

-Está bien. –el Stark menor comenzó a comer a su ritmo.

-Por cierto. –Comenzó el mayordomo. –El señor Stane vendrá hoy. –de no ser porque Jarvis le estaba dando la espalda al castaño hubiera visto como al escuchar el nombre de aquel viejo lo tensaba. –¿Tiene planes para hoy? –le preguntó sacando al menor del shock sin siquiera darse cuenta.

-S-sí. –le contestó rápido. –Quedé de verme con Steve y con James hoy en la escuela a las 10 am.

-¿Steve y James? –se dio vuelta el mayordomo para ver al menor. –¿Fueron ellos quienes le prestaron la chamarra y la bufanda? Últimamente  ha estado mencionándolos mucho. –sonrió.

-¿Q-qué? N-no es cierto. –se avergonzó y un color carmín se formó en sus mejillas.

El mayordomo pareció reflexionar aquella respuesta y sonrió pícaramente, al parecer su amado señorito se estaba enamorando, podía notarlo por el simple hecho de que cada vez que hablaba sobre ellos un brillo en sus ojos se formaba y eso sin duda le alegraba. A Jarvis poco le importaba que su señorito se enamorara de un hombre, siempre y cuando éste lo hiciera feliz él podría estar tranquilo sabiendo que Tony estaría en buenas manos. –¿A dónde irán?

-A comer y a la feria del dulce, te traeré muchos dulces.

-Me encantaría. –le sirvió un vaso con agua. –No olvide su medicina. –no le quitó los ojos de encima hasta que se aseguró que el menor haya tomado por completo su medicamento. –Por cierto, ¿Acaso usted?... –fue interrumpido por la señora de la casa.

-Buenos días. –saludó a lo que el mayordomo regresó el saludo al igual que Tony. Jarvis sin pensarlo le sirvió el desayuno a la mujer. Y de ahí en más pareciera que no había nadie pues Tony se había quedado callado.

En cuanto entro la madre de Tony, éste procuró comer rápido, se levantó de su asiento y se dirigió a su habitación con intenciones de cambiarse y salir de la casa. –Gracias Jarvis, pero ya me tengo que ir…

-¿A dónde vas Anthony? –el menor se detuvo al instante en que escuchó a su madre hablar.

-Voy a… -contestó sin embargo fue interrumpido por su madre.

-Anthony no creo que debas salir puesto que Obadiah va a venir y él…

Esta vez fue turno de Jarvis de interrumpir. –Lo siento señora María, pero el señorito tiene un trabajo escolar que hacer con varios de sus compañeros, por lo que no puede faltar ya que el trabajo se entrega el lunes. –comentó, Tony se sorprendió por la mentira que Jarvis había dicho pero después el éste le sonrió con complicidad al menor.

María se frustró. –De acuerdo. –miró a Tony con el ceño levemente fruncido. –Te quiero aquí en la casa temprano. –finalizó a lo que el menor solo asintió y se retiró del lugar, Jarvis solo pudo sospechar aún más de la señora María.

El menor de los Stark se cambió de ropa, agarró una mochila vacía y rápidamente se dispuso a salir de su casa rumbo a la academia, realmente agradecía que Jarvis le apoyara y estaba un poco más seguro de contarle. Era una posibilidad.

Justo cuando Tony iba a salir de la propiedad de su padre se detuvo ya que fue llamado por Jarvis. –Señorito, déjeme llevarlo a la escuela.

-No es necesario. –le dijo el castaño. –Además tienes trabajo que hacer ¿No?

-No es ningún problema. –caminó hacia el auto. –Además ya es tarde y la puntualidad es muy importante.

Tony sonrió. –Muy bien. –se subió al auto con Jarvis y partieron rumbo a la academia.

Al llegar a la academia, antes de que Tony se bajara del coche, el mayordomo le dio varias indicaciones al estilo Howard. –Nos vemos luego Jarvis. –se bajó. Y en cuanto Tony vio que el auto ya se había ido caminó hacia la entrada de la escuela pero algo llamó su atención y es que Steve estaba sentado en las escaleras de la entrada. –¿Steve?

-Hola Tony. –saludó el rubio.

-¿Eh? Sí, buenos días. –se acercó más a Steve. –¿Qué haces aquí? Pensé que llegarías más tarde.

-Dijiste que ibas a venir temprano así que quise hacerte compañía mientras Bucky termina sus deberes. –se levantó de donde estaba sentado.

-Oh…

-¿O no quieres? –preguntó triste el capitán.

-¿Q-qué? ¡No! No digas eso. –le sonrió al rubio con un pequeño rubor. –Es solo que me sorprendiste. –caminó hacia adentro de la escuela. –Ok, vamos Steve, hay algo en lo que he estado trabajando y me gustaría que lo vieras.

-Te sigo.

Dentro de la escuela, iban caminando por los pasillos rumbo al laboratorio de la escuela cuando Tony y Steve vieron como Barnes limpiaba algunos vidrios de los salones y a Rumlow que estaba cambiando las bancas dañadas de los salones por nuevas. Tony hizo contacto visual con el pelinegro y de inmediato Brock le lanzó una mirada asesina al menor pero éste hizo como si no lo hubiera visto.

Llegaron al laboratorio, Tony al instante de su locker que se encontraba ahí sacó un brazo mecánico o mejor dicho un brazo robot. –Mira Steve. –se lo mostró al rubio y éste solo lo miraba confundido y sorprendido, ya que dicho brazo se movía por sí solo. –¿No es grandioso? Por cierto se llama Dum-E pero le digo Dummy.

-¿Tú lo fabricaste?

-Así es. –dijo orgulloso el menor. –En poco tiempo estará terminado, quiero ponerlo en un carrito o en algo en lo que pueda trasladarse de un lugar a otro. –caminó hacia una de las mesas del laboratorio, dejo a Dummy sobre ella y comenzó a sacar sus apuntes para checarlos y comenzar a trabajar.

-Eres sorprendente Tony ¿Lo sabías? –mencionó Steve con un tono de voz que Stark no pudo descifrar.

El menor desvió la mirada avergonzado. –Gra-gracias… -estaba tan avergonzado que no se dio cuenta cuando el capitán se le acercó y se agachó para darle un beso en la frente, si Bucky no estaba con ellos Rogers aprovecharía cada oportunidad, ese beso solo hizo que los colores se le subieran a la cabeza al castaño hasta más no poder ante la atenta mirada tierna que el mayor le estaba dedicando.

Notas finales:

Gracias por leer.

¿Recuerdan que hace tiempo mi perro fue atropellado? Pues qué creen… otro de mis perros, fue aplastado, era un cachorrito chiquito y peludito; parecía una bolita. Pero esta vez no fue aplastado por mi mamá o cualquier persona, no, fue aplastado por la yegua que pertenece a mi papá… ¡Lo pisó! ¿Por qué mis perros siempre tiene un mal final?

¡Nos vemos!

(≡^v^≡)/


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