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Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

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Lentamente Stark comenzó a abrir sus ojos dando señal de que estaba despertando, cuando finalmente abrió sus grandes ojos achocolatados se dio cuenta de la posición en la que se encontraba junto a los dos más altos, sin pensarlo demasiado se sentó de sopetón asustando a los contrarios ya que estaba completamente avergonzado, después de todo Tony no recordaba haberse quedado dormido en esa pose, “¿En qué momento me moví?” pensó.

-¿Estás bien, Anthoska? –preguntó el castaño mayor un poco sorprendido mientras se sentaba.

De inmediato Tony reaccionó y trató de calmar sus nervios. –Eh… sí… -desvió la mirada.

Steve se levantó de donde se encontraban acostados y se dirigió a la cocina. –Iré a hacer el desayuno, chicos.

-Está bien. –respondió James observando al menor que se había levantado para poder ponerse su pantalón y dejase puesta la camisa de Steve. –Anthoska. –le llamó.

En cuanto el menor escuchó que le llamaban, volteó para verlo y poderse sentar de nueva cuentas en la cama improvisada. –Mande.

-Sigo con esa duda…

-¿Cuál?

-¿Por qué nunca dijiste nada?... –preguntó con un leve tono de preocupación.

El castaño bajó la mirada. –Tengo diferentes motivos… y uno de ellos es porque tenía miedo…

-¿Y los demás motivos? –Barnes indagó más.

-Yo… lo siento James. –se disculpó sin verlo a los ojos. –No quiero hablar de eso.

El mayor suspiró. –está bien… pero en algún momento tendrás que sacarlo… -se acercó a Stark y le acarició la mejilla el menor solo se dejó hacer.

-Sí… -el mayor acercó su rostro a Tony y sin importarle nada le tendió otro beso al menor en los labios, un beso lento, lleno de amor y protección. Beso que fue correspondido por Tony al instante. Duraron unos cuantos segundos cuando se separaron. –James…

-Mi Anthoska… -le sonrió.

-Chicos. –interrumpió el rubio. –Ya está listo el desayuno. –se asomó por la entrada de a cocina.

-Ya vamos. –se levantó Tony y Bucky para ir a la cocina y tomar asiento en la mesa para comenzar a desayunar.

-Tony. –comenzó el rubio. –Sobre lo que pasó ayer… ya sabes sobre lo del beso.

-Queremos hacerte una pregunta, Anthoska… -le siguió Bucky, ambos tenían un tono de seriedad.

En ese momento, Tony no supo que decir, ¿Qué le iban a preguntar? ¿Se habían arrepentido? No eso no podía ser, ya que James lo acababa de besar, ¿Entonces? -¿Qué me quieren preguntar? –cuestionó algo nervioso.

-¿Qué sientes por nosotros? –Barnes aventó la pregunta lo más directo posible.

-¿Q-qué?

-A lo que nos referimos, Tony. –continuó el rubio. –Tony, tu nos gustas… estamos enamorados de ti… por eso queremos saber lo que sientes por nosotros…

-Eso. –afirmó el castaño mayor.

Tony desvió la mirada. –Ustedes… Yo… al principio no entendía lo que sentía por ustedes… pero ayer me di cuenta que me gustan… me enamoré de los dos… creo… por eso les pido que no me hagan elegir entre ustedes…

-Tony…

-Porque si me hacen elegir entre ustedes dos… prefiero no escoger a ninguno que solo elegir a uno de ustedes… -dijo con determinación el menor.

-Wow… -soltó James. –No me esperaba eso…

Steve vio a Tony dulcemente, realmente no le importaba que también estuviera enamorado de su mejor amigo, después de todo Stark acaba de mencionar que está enamorado de ambos y eso es algo que el rubio y no iba a dejar pasar. –Podemos intentarlo… -sugirió el rubio.

-¿Hablas de una relación de tres? –preguntó sorprendido el castaño mayor.

-Sí, una relación de tres. –afirmó el capitán. -¿Qué dices, Tony?

-Yo… -se sonrojó el menor. –Necesito tiempo para pensarlo… -agachó la cabeza. –No es que no quiera… solo… quiero poder hablarlo con mi papá… -sonrió para sí mismo.

“¡¿Con el suegro?!” pensaron al unísono los dos fortachones.

-De acuerdo, te esperaremos hasta que nos des tu respuesta. –le dijo el capitán a Tony.

-Así es… no hay problema. –afirmó Bucky. –Solo que si tú papá nos quiere conocer en un lugar privado, como por ejemplo una habitación lejos de la sociedad donde nadie pueda escuchar nuestros gritos mientras somos lentamente asesinados… -intentó hacer reír a Tony. –Avísanos para dejar nuestro testamento notariado…

-Eso es demasiado Buck… -suspiró.

-Papá no los mataría… creo… -dudó por unos segundos.

El desayuno pasó sin más después de aquello, al parecer los dos fortachones esperarían a Tony después de todo es el amor de su vida, además de que tenían un asunto más importante que atender, si Stark al final los rechazaba no importaba, si les dolería pero al menos Tony estaría seguro y ya no tendría que pasar por aquellos malos ratos.

Después de que se arreglaran y tomaran sus cosas, bajaron al estacionamiento del edificio, se subieron al auto y arrancaron rumbo a la mansión Stark, ambos fortachones notaron el nerviosismo del menor, pues a simple vista parecía que Tony ya se había arrepentido.

Llegaron a la mansión Stark, se bajaron del coche y caminaron hacia la entrada, sin embargo la terna se detuvo. –Chicos… -mencionó Tony. –Yo… no sé si deba hablar sobre esto.

-Tony. –llamó serio el rubio. –Nosotros estaremos a tu lado. –trató de animar.

-Te apoyaremos. –apoyó Barnes.

-Gracias… -el castaño mayor inhaló aire y abrió la puerta lentamente, se adentró a su casa, seguidos por los más altos, se relajó al no ver a su madre y no escuchar ruido alguno sobre ella, como el sonido de sus tacones. Caminó hacia la cocina donde estaría seguro que Jarvis se encontraría.

-¿Jarvis? –llamó el menor, los más altos estaban impresionados por la casa del pequeño genio.

-Oh, señorito. –habló el mayordomo atrayendo la atención de del trío. –¿Cómo le fue?

-Bien…

-Veo que trae visitas. –se acercó a los fortachones. –Mucho gusto. Soy el mayordomo de la mansión Stark. –estrechó sus manos. –Para servirles.

-Yo soy Steve… -saludó el rubio observando al mayordomo.

-James. –saludó el castaño mayor.

-Ah ya veo. –sonrió con una sonrisa que no pudieron descifrar. –No hay día en que mi señorito no hable de ustedes.

-¡Jarvis! –se avergonzó el nombrado, los otros dos solo se rieron.

-Dejando eso de lado. –miró al Stark menor. –señorito ¿ya se tomó su medicamento?

-Sí…

-Vamos jóvenes. –Jarvis los invitó a tomar asiento. –No se queden parados ¿Gustan algo de tomar? ¿De comer?

-No, gracias. –contestó Rogers a lo que Bucky hizo el mismo gesto.

-¿Está mamá?

-No señorito, fue a visitar a su abuela. –respondió.

-De hecho. –comenzó Steve serio. –Hay algo de lo que tenemos que hablar.

-¿Conmigo? –se extrañó el mayordomo.

-Así es. –afirmó Barnes.

-Jarvis… -nombró el Stark menor. –¿Recuerdas lo que me dijiste? Lo de ayer… creo que estoy listo para decirte… ellos. –señaló a los fortachones. –Me ayudaron para decirte.

Jarvis cambió su semblante a un serio y de preocupación, caminó hasta el sofá y se sentó posteriormente les dijo a los chicos que tomaran asiento para poder conversar más cómodamente.

Jarvis había quedado sentado en el sillón individual mientras que la terna había quedado sentados en un sofá para tres personas dejando a Tony en medio de ellos para darle fuerza, pues estaba sumamente nervioso.

-Lo escucho, Señorito.

-Verás… -comenzó a jugar con sus dedos, pero sintió seguridad cuando sintió las miradas de Steve y de James. –¿Sabes por qué no me gusta estar en casa cuando Obadiah está aquí?

-Señorito…

-Él… -contó Tony todo lo que les había dicho a los dos fortachones, no omitió nada, simplemente le dijo todo lo que Obadiah Stane le había hecho. Sin evitarlo de nueva cuentas lágrimas salieron de sus grandes ojos achocolatados pero al instante James abrazó al menor para que se sintiera seguro, después de todo decir algo como eso no es para nada fácil.

Tanto Steve como Bucky estaban atentos a la reacción del mayordomo, lo notaron, su mirada era sombría y apretaba los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos, oh sí, Jarvis estaba sumamente enojado con aquel hombre, aquel hombre que Howard le tenía confianza, aquel hombre que había estado en la mansión. Y sin más también estuvo enojado consigo mismo por no haberse dado cuenta, por no observar las señales, por dejar que una de las personas más importantes de su vida sufriera en silencio por mucho tiempo.

El mayordomo respiró profundamente y se sintió algo aliviado de que esos dos chicos estén con su señorito en un momento así, ya que lo necesitaba, Tony necesitaba que estuvieran con él, Jarvis le había preguntado el porqué de su silencio, por qué nunca había dicho nada y solo recibió la misma respuesta que Steve y Bucky. Pero algo andaba mal, algo faltaba, Jarvis podía sentir que algo muy importante faltaba ¿Pero qué? Por el momento no lo presionaría.

Ahora solo faltaba lo más importante, Jarvis le comentaría a Howard sobre esto, ya que como ya se ha mencionado, las sospechas sobre la señora de la casa estaban aún presentes, de seguro el Señor Stark golpearía a Stan hasta la muerte u otra cosa horrible.

-Señorito. –habló con protección en su voz. –No se preocupe, yo me haré cargo de avisarle a su padre, no es necesario que lo vuelva a decir si no le gusta recodarlo, también me haré cargo de que ese hombre no vuelva a tocar propiedad Stark y su padre tampoco lo permitirá. –se levantó de su lugar, se acercó hacia el Stark menor y se posicionó de cuclillas para abrazar a su señorito fuertemente, un abrazo que le demostraba al castaño menor que no lo dejaría solo. Rogers y Barnes solo observaron la escena, se dieron cuenta que ese mayordomo realmente quería a su Tony y viceversa, que lo apoyaría sin importar que, que estaría con él y eso les tenía un poco tranquilizados. Cuando se separaron de aquel abrazo el mayordomo se limpió las lágrimas que había sacado. –Les agradezco, Joven Steve y joven James, que estén con mi señorito en estos momentos y sobre todo que le hayan ayudado para que no se quedará callado.

-Nosotros haríamos cualquier cosa por él. –contestó el rubio.

-Le hicimos la promesa de no dejarlo solo. –respondió Bucky.

Notas finales:

Gracias por leer.

¡Nos vemos!

(≡^v^≡)/


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