Después de quedarse un rato en la azotea del hospital, finalmente los tres chicos decidieron bajar de nuevo y regresar a la habitación de Tony, les alegraba que su castaño ya estuviera con mejores ánimos, solo era cuestión de demostrarle que no se encontraba solo. Esa mujer no se merecía ser madre.
Estuvieron hablando por un buen rato de cosas triviales hasta que una mujer con un niño se hicieron presentes. Los ojos de Tony se agrandaron con algo de felicidad al ver a la Tía May y a Peter.
El castañito corrió y sin ningún cuidado abrazó a Tony fuertemente y seguido de él la mujer también se acercó al pequeño genio y lo abrazó con mucho cariño, Tony podía sentir un pequeño amor maternal de May hacia él. Lo disfrutaba.
Los dos fortachones solo se hicieron a un lado observando la escena, les agradaba ver que había gente que realmente se preocupaba por Tony de manera sincera, no pasó mucho cuando sintieron la mirada penetrante del castañito sobre ellos, una mirada que no sabían lo que significaba.
Cuando se separaron del abrazo, la señora habló. –Tú padre me contó todo. –Stark se tensó, no sabía lo que su padre le había dicho. –Pero me alegra que estés bien y que ya estés mejor. –le pellizcó los cachetes. –Mi niño hermoso… en cuanto nos enteramos Peter y yo vinimos. –miró a su alrededor y vio a los dos fortachones. –Me alegra saber que Tony cuenta con buenos amigos como ustedes…
Los fortachones se quedaron de piedra “Friendzone” pensaron al mismo tiempo, estaban a punto de contestar cuando Peter los interrumpió. –No Tía May. –dijo serio. –Ellos son novios de Tony... –afirmó.
El ambiente se tornó algo incómodo para todos los presentes, y la verdad era que todavía no tenían una relación, los tres querían pero solo estaban esperando a que el Stark menor estuviera listo. –¡Peter! –se avergonzaron los fortachones.
-Yo solo dije la verdad. –el castañito se encogió de hombros.
La mujer miró algo divertida la situación, desde un principio en que vio a la terna se dio cuenta de que algo así pasaría, pero no pensó que sería una relación poliamorosa, agachó la mirada y vio como el chico que consideraba su propio sobrino estaba con los colores hasta la cabeza. –¿Es eso cierto, Tony?
Steve estaba a punto de contestar por el menor pero éste se le adelantó. –Sí... –asintió avergonzado. –Somos… novios…
Barnes se quedó razonando aquella razonando aquella respuesta y Steve se sorprendió por lo que el amor de su vida había mencionado. –Estoy muy feliz, tanto que podría llorar... –comentó Bucky a lo que el rubio solo le asintió a su amigo.
-Estoy muy feliz por ti mi niño. –la mujer le acarició la cabeza al Stark menor. –Solo espero que tu padre no los mate. –sonrió observando a los más altos. –Además se ven que son buenos muchachos.
-Tía May... –comenzó Peter que estaba sentado al lado de la cama junto con el que consideraba su hermano mayor. –Yo les doy mi aprobación y en caso de que hagan algo malo, en ese momento le diré al tío Howard.
-No creo que sea necesario, Peter. –Añadió el rubio.
-Eso espero… -jurarían que en ese momento el castañito tenía un aura amenazadora. –Como sea. –le extendió una caja a Tony. –Tía May y yo te preparamos un pastel para que te recuperes más rápido. –le sonrió.
-Muchas gracias, Peter. –le regresó la sonrisa y le acarició los cabellos como si de su hermano menor se tratara. –También a usted, Tía May.
-No hay nada que agradecer, Tony. Peter fue el de la idea. –la mujer avergonzó al castañito posteriormente se levantó. –Iré por unos platos para que puedan comer. –salió de la habitación.
-Gracias por venir Peter... y eso que tenías escuela... –dijo Tony que estaba sentado en su cama.
-No pasa nada si me pierdo algunas clases... –se encogió de hombros el niño. –Los genios debemos apoyarnos. –se acercó hacia el castaño menor y se sentó más cerca de él. –Realmente estoy feliz de que estés bien. –unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos.
-No te preocupes, Peter. –le sonrió cariñosamente. –Estoy bien...
El castañito volteó a ver a los dos fortachones que se encontraban en silencio. –ustedes... –les habló. –Supongo que ya se enteraron... –en cuanto recibió el asentimiento de los más altos, prosiguió. –Lo siento, Tony…
El pequeño millonario se confundió. –No entiendo...
-Yo lo sabía, sabía todo... –miró a los ojos de su casi hermano. –Sabía lo de tú madre y aun así nunca dije nada...
-¿Q-qué?
-Peter. –intentó el rubio, sabía que el tema de su madre todavía afectaba al castaño menor.
-Debí haberle dicho al tío Howard y así esto no hubiera pasado. –se aferró más al cuerpo ajeno.
-Creo que no deberíamos hablar de esto. –sugirió Barnes.
-Perdóname, Tony…
Stark suspiró hondo, si bien el tema de su madre le afectaba y todavía no lo superaba por completo pero debía dejarlo atrás por su bien y por el bien de los demás, simplemente no podía vivir con eso por el resto de su vida, Jarvis tiene razón, tiene personas que realmente se preocupan por él, así qué… no necesitaba a su madre en su vida. –No te preocupes, Peter.
-Tony... –el castañito lo vio a los ojos y vio que realmente le dolía lo de su madre pero que estaba tratando de superar.
-Estoy bien. –sonrió como solo Tony Stark sabe hacerlo y eso relajó a los presentes. –Así que dejemos de hablar de cosas tristes. –le revolvió los cabellos. –Solo que no entiendo por qué le dijiste a la Tía May que Steve y James son mis novios... –cambió rápidamente el tema, para ser honesto no quería seguir hablando sobre eso.
-¿Qué no lo son? –se confundió el castañito. –Pensé que ya lo eran... cuando fueron a mi casa, ellos me dijeron que querían tener una relación contigo, tardé un poco en comprender que sería una relación de tres...
-No sé qué pensar, niño. –habló Bucky, después de todo no sabía con qué saldría aquel mocoso que le echó la culpa, haberle dicho lo que sentían a Peter fue una ventaja ya que los ayudó pero ¿Qué hubiera pasado si Tony decía que no? ¿Qué hubiera pasado si May reaccionaba diferente? Y sobre todo, ese chiquillo es muy perspicaz y observador, por lo que tenían que tenerlo vigilado. Otra cosa, agradecía que Peter también fuera protector con su Anthoska pero debió hablar, pero no lo hizo por respetar su privacidad, pero bueno, al final todo salió bien.
El rubio suspiró, ese chiquillo podría ser un posible enemigo, no como rival de amor, sino como un rival tipo Howard, lo cual era preocupante. –Estoy contento de que nos aceptes como pareja de Tony.
Fue entonces cuando Tony se avergonzó por completo, no tenía un novio, tenía dos, ¿Entienden? Dos novios... y eso que era la primera vez en la que se encontraba en una relación amorosa. Tragó saliva. –Chicos...
-¿Qué pasa, Anthoska? –se preocupó James por el tono en que había usado el menor.
-¿Cómo le vamos a decir esto a mi papá? –tembló levemente Tony, si con lo que sucedió Howard ya estaba más sobreprotector con él, ahora con esto... ¿Cómo reaccionaría?
-No te preocupes, Tony. –dijo Steve cariñosamente. –Hablaremos con tú papá... aunque ya nos veo corriendo de él…
-No sé si deba decirlo, chicos… -Tony sonrió nerviosamente. –Pero papá tiene armas...
-Eso no es nada. –habló Peter. –Tío Howard también tiene matones...
-Es cierto... –apoyó Tony.
-Creo que deberían dejar de decir eso. –pidió amablemente el capitán.
-Tengo miedo. –mencionó Barnes. –Pero moriremos en el intento.
Mientras tanto en un auto que Howard iba manejando junto con Yinsen, iban en camino a ver a su abogado puesto que tenía que mandarle los papeles del divorcio a María. –Yinsen... –le habló un poco serio.
-¿Qué? –le contestó normal.
-¿Es normal que haya sentido un escalofrío? –apretó levemente el volante. –Siento como si alguien quisiera... no sé como explicarlo...
-Tal vez sea un presentimiento. –se encogió de hombros.
-La última vez que tuve un presentimiento, ocurrió lo de mi hijo... así que no digas eso. –soltó el castaño.
-Cuando regresemos al hospital, pregúntale a Tony si está bien. –dijo obvio el de lentes.
-Eso haré... –finalizó Howard.