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Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

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Notas del capitulo:

¿Alguno de ustedes fue al congreso EducaT 4.0? Realmente me gustaría saberlo.

Debo decir que se vieron temas muy interesantes, también que estuve ahí desde las 8 de la mañana y terminó a las 5:30 de la tarde, fue muy largo, terminé con dolor en el trasero de tanto estar sentada y eso que de vez en cuando me salía al baño o por café y galletas... gratis por cierto... si es gratis aprovecha, ja ja ja... incluso me tomé una foto con el gobernador de Gto., no todos los días se tiene esa oportunidad.

Y todavía tuve que ir al taller del día siguiente o no me iban a dar mi constancia de asistencia... como dije fue interesante pero a veces el conferencista hablaba y me daba sueño, no sé cómo logré mantenerme despierta, pero otra vez me llené de café. Pero al lado de mí estaba alguien más, nos pusimos a platicar una vez que terminamos de elaborar una paráfrasis que nos pidieron... el tipo me presumió que su hijo estaba estudiando en Harvard y yo de “Oh...” y luego extravió su cámara pero la tenía colgada en la espalda...  y me dieron un cupón d 15% de descuento  en papelería de una tienda que no sé donde queda...

Finalmente Tony había salido del hospital, en cuanto dio su primer paso fuera de éste se emocionó. –¡Libertad! –gritó levantando los brazos, a sus acompañantes les daba gusto que el menor de los Stark estuviera de buenos ánimos, les alegraba que poco a poco fuera siendo el mismo dulce chico que solía ser.

Y por si fuera poco, el doctor Vincent que los había acompañado hasta la salida del hospital decidió hablar con un tono de broma, pero que técnicamente lo que iba a decir era verdad. –Nos vemos en unos días, Tony...

El castaño menor se quedó de piedra al escuchar eso, y eso que creía que por fin sería libre del ambiente del hospital. –Eh...

Howard le acarició los cabellos a su hijo con cariño, se sentía feliz de que su bebé estuviera recuperándose tanto físicamente como psicológicamente. –Gracias por todo Vincent.

-No hay problema, para lo que se necesite aquí estoy. –se despidió de mano de Howard. –Fue un placer verlo Jarvis, aunque no es estas condiciones. –se despidió de la misma forma de él como lo había hecho con el Stark mayor, miró a los jóvenes. –Ustedes también cuídense.

Una vez que se despidieron el mayordomo habló. –Regresemos a la mansión, voy a prepararle una buena comida, señorito. –miró a los dos fortachones. –No estaría mal que nos acompañen.

Una vez que llegaron a la mansión Stark, sin mencionar que los dos fortachones sentían ese pequeño aire de incomodidad, sentían que Howard los fulminaba con la mirada, no se quejó ni dijo nada con la invitación de Jarvis, lo más probable es que quería conocerlos mejor. Otro problema es que auto que Howard había llevado al hospital era solo para cuatro personas... y fueron distribuidos de la siguiente manera; Howard conducía, Tony quedó de copiloto, mientras que detrás del asiento del chofer quedó Steve, en medio quedó Bucky y atrás de Tony quedó Jarvis. Cabe mencionar que fue el Stark mayor quien los acomodó. Sí, es cierto, ya los había aceptado pero eso no quitaba el hecho de que no se preocupara por su bebé, ya había sufrido bastante como para que alguien más lo lastimara. No lo permitiría.

Jarvis había ido a la cocina a preparar la comida para todos sin embargo el castaño menor lo siguió ya que quería ayudarlo en lo que fuera, además de que quería que la relación de sus novios con su padre mejorara.

En la sala solo se encontraban: Howard sentado en el sofá individual, con las piernas cruzadas y con una mirada abrumadora y sombría, que para el colmo no dejaba de observar a los dos fortachones, centímetros más altos que él para su agrado; Steve se encontraba sentado en el sillón para tres personas, específicamente en una de las orillas del mismo, su postura era firme y le costaba mantener la mirada con el pelicafé (Nota: para no confundirlo con Tony o Bucky, Howard será llamado o nombrado “pelicafé”) además de que jugaba levemente con sus dedos; Bucky por el contrario estaba sentado en el mismo sofá que su amigo rubio, solo que estaba ocupando la otra orilla, con sus piernas cruzadas como un hombre macho lo haría, mentiría si dijera que no tenía nervios, ni siquiera podía decir una de sus santas ocurrencias. Como quién dice, Howard Stark es sumamente aterrador.

El ambiente estaba tan tenso e incómodo que podría sujetarse con los dedos, apenas habían pasado unos cuantos minutos desde que Tony había ido con Jarvis a ayudarlo en la cocina ya que le gustaba ayudar al mayordomo de vez en cuando. –Así que... –comenzó el rubio, de alguna forma debía romper el hielo. –Ultimamente ha estado frío... tal vez caiga nieve para a mediados de diciembre... o antes... –Genial Rogers, usar e clima era demasiado obvio.

Bucky decidió continuar, miró a Steve y luego al pelicafé tratando de demostrar seguridad. –Bueno... no falta mucho para terminar noviembre después de todo... sería divertido tener una guerra de bolas de nieve con Tony...

Howard frunció un poco el ceño, cosa que fue notada al instante. –Mi hijo tiene problemas respiratorios y con el frío se complicaran o podría faltarle el aire... el doctor lo dijo ¿O no escucharon? –finalizó un poco molesto.

-Eh... sí... escuchamos... solo pensamos que sería divertido... –el castaño se rascó la nuca nervioso. “Rayos” pensó.

-Tony podría abrigarse bien. –añadió Steve tratando de aligerar la situación. –Incluso nosotros lo ayudaremos en todo y lo cuidaremos, así que no tiene por qué preocuparse...

-De acuerdo... –suspiró Howard, descruzó las piernas y recargó sus codos en sus rodillas para poder usar sus manos como soporte de su barbilla, entrelazando los dedos, tapando la mitad de su rostro, con unos ojos como el mismísimo demonio. –Tengo varias preguntas que hacerles, si no les importa.

Eso último para ambos fortachones su connotación fue que morirían lentamente si se negaban, varia dilema en el que habían entrado, pero su Tony lo valía. Se enfrentarían a quien sea por ese pequeño castaño más bueno que cualquiera y hablando literalmente y en doble sentido.

Una vez que Howard notó que los dos jóvenes asintieron decidió proseguir, se levantó y comenzó a caminar de una orilla a otra en la alfombra que cubría al menos un 65% de la sala, caminando de una orilla del sofá hasta la otra sin despegar los ojos de aquellos mocosos que querían arrebatarle a su bebé. –Lo primero que voy a preguntarles es más que obvio, ¿Cuáles son sus intenciones con mi hijo? –y antes de que pudieran responder, Howard se les adelantó. –¿Se creen mejor que yo? –su tono de voz había aumentado a uno furioso y sobreprotector, asustando e intimidando a los más jóvenes, ni siquiera les había dado tiempo para responder. –Respondan.

-Cl-claro que no señor Stark. –se apresuró Steve en contestar con nerviosismo. –Considero que Tony es lo mejor que me ha paso en la vida... quiero estar a su lado y protegerlo, hacerlo sonreír... –tragó saliva cuando su mirada solo estaba sobre él, solo duró unos cuantos segundos cuando ahora el pelicafé miraba a Barnes.

-Opino lo mismo que Steve... haremos todo lo posible para estar con él... y no, no nos creemos mejor que usted, ni siquiera cruzó por mi mente y, y creo que por la de Steve tampoco. –miró a su amigo.

El Stark mayor respiró hondo, se regresó a su asiento y se sentó posteriormente se sobó las sienes. –Lo siento, me alteré. –su voz bajó de tono a uno más tranquilo pero inquietante. –Y creo ustedes reflexionarán por qué, no deseo que mi hijo vuelva a sufrir y a perder ese brillo en sus ojos que lo caracteriza, ya ha pasado por mucho como para que salga lastimado... solo quiero que esté bien... ¿Es mucho como padre pedir eso?

-No se preocupe... –Steve habló comprensivo. –Entendemos que Tony ha pasado por muchas cosas horribles y lo menos que queremos es verlo triste, nos esforzaremos.

-No tiene nada de que inquietarse. –añadió James. –Porque Anthoska es mi sol... nuestro sol... –sus ojos azules brillaron.

-¿Anthoska? –se extrañó Howard.

-Ah... –habló Barnes. –Me gusta decirle así...

-De acuerdo, lo aceptaré solo porque sé que significa. –suspiró Howard recargándose más en el sofá.

-De todos modos nosotros aquí estaremos para lo que sea. –dijo Steve más relajado, poco a poco el ambiente pesado se fue desvaneciendo aunque quedaba esa incomodidad y quien sabe que pasaría en un futuro.

-Eso espero... –agudizó sus ojos en los más jóvenes. –Una sola lágrima que le saquen a mi bebé y no vivirán para contarlo... primero los castraré, haré que se lo traguen y al final serán mierda de tiburón.

Ambos fortachones se quedaron de piedra por aquella amenaza, sin duda esto era muy complicado, el suegro es el mayor obstáculo en la mayoría de los casos pero vale la pena intentarlo, pero sí, hay que admitir que esa amenaza los intimidó.

-... –ni Steve ni Bucky sabían que decir.

-Así que espero que nos llevemos bien. –sonrió Howard como solo un Stark sabe hacerlo.

Semanas después

-¿Sabes qué? –Se rio entre dientes de una forma burlona. –Lo dejaré ir. –Antes de que alguien pudiera parpadear o de respirar, su arma apuntó contra la cabeza de Tony, se escuchó el sonido de un disparo, posteriormente también se escuchó el sonido de un cuerpo que golpeó el suelo. Murió y la sangre solo se esparcía por el frío suelo.

Notas finales:

En fin, ¿Cómo han estado? Apenas llevo dos semanas de entrar de nuevo a la universidad y ya no sé lo que es dormir... mi teacher dice “Si no es difícil no es la universidad”.

Bueno, la historia sigue avanzando y no sé un número exacto de capítulos, lo que les puedo decir es que se vienen sucesos un poco estresantes para los que ya conocen como suelo escribir. Prepárense.

Y sin más me despido.

Gracias por leer.

¡Nos vemos!

(≡^v^≡)/


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