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Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

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En el departamento de los fortachones, éstos se encontraban haciendo nada, ambos estaban en el sofá viendo la televisión en un programa deportivo, en una de esas y sacaban ideas para su próximo juego. Ya habían dado una repasada al examen o eso creían pero esta vez la prueba no era muy difícil.


Ya había pasado varias horas desde que salieron de la academia, y aproximadamente eran las 4 de la tarde. Steve ya había preparado la comida por lo que ambos comieron hace apenas una hora.


-Quiero comer frituras... pero no hay en la casa y tengo flojera de ir a la tienda. –se quejó Bucky sentado en el sofá con las piernas colocadas encima de la mesita que se encontraba en medio de los sillones y la Tv. –Este... ¿Steve? Sabes que te quiero ¿Verdad?


-No voy a ir a la tienda... ve tú, que tú eres el que quiere comer eso. –respondió Steve rápidamente.


-Pero... si vas te quiero más de lo que ya te quiero. –hizo cara de cachorrito.


-No...


-Y te compro algo... –insistió Barnes. –¿Sí?


Un tic en el rubio se hizo presente, sabía que si Bucky no comía lo que quería se estaría quejando por un buen rato. –Está bien. –suspiró. –Solo porque ya no tenemos leche...


-Por eso te quiero. –finalizó Bucky.


-La próxima vez tú irás Buck. –Rogers caminó hasta la puerta y antes de que saliera escuchó como su amigo le gritaba.


-¡Con salsa!


Finalmente el rubio salió del apartamento, cuando estuvo ya por el primer piso sus ojos brillaron pues su pequeño novio venía hacia él con una sonrisa. –¡Steve! ¡Hola! –se acercó hacia él.


-Hola Canelita... –le sonrió con dulzura. –¿Qué pasa, Tony?


-¿Estás ocupado? –preguntó curioso el más bajo.


-Justo iba a la tienda pero puedo esperar. –se confundió.


-Quiero enseñarte lo que aprendí. –tomó la mano del rubio y comenzó a caminar. –Vamos.


-¿Eh? Espera Tony... ¿A dónde vamos? –cada vez más el rubio no entendía lo que su canelita estaba por hacer, se dio cuenta que iban en dirección al almacén del edificio. –... ¿El almacén?


-No hay tiempo para ir a tu casa. –dijo serio Tony, ambos se adentraron al almacén y lo cerró con seguro de tras de sí para evitar interrupciones, sabía que los horarios en los que se usa ese pequeño almacén es solo por la mañana por lo que en la tarde está a disposición de quien sea.


-¿Tony, qué estás?... –el rubio no pudo terminar la oración cuando vio que Tony se arrodillaba enfrente de él y comenzaba a bajarle el cierre del pantalón. –¡¿Qué estás haciendo?! –gritó el rubio sorprendido y avergonzado.


Stark recordó las palabras de Thor "Si se sorprenden solo has un rostro sensual y pregúntales si quieren...". Miró a los ojos con suavidad a su fortachón. –¿No quieres?


-¿Q-qué? –Rogers jamás había visto a su canelita actuar así, era obvio que se iba a sorprender si se comportaba de esa forma de un momento a otro. –N-no es eso... claro que quiero... pero no quiero forzarte...


"... Si puedes háblales un poco obsceno, es difícil si no estás acostumbrado pero funciona, a mí me resulta..." –No me estás forzando a nada, quiero hacerlo... además creo que se verá más grande en mi boca... –le desabrochó el pantalón y se lo bajó con lentitud junto con sus bóxers.


Eso era lo único que Steve necesitaba para que su miembro empezara a despertar, su Tony estaba siendo... suculentamente violable... –T-Tony...


En cuanto la hombría de Rogers quedó al descubierto, el castaño la tocó con suavidad deslizando los dedos por todo el tronco, lo que buscaba era que despertara por completo. –Se está poniendo dura... –lamió con la puta de la lengua el glande mientras era sostenido con sus manos, daba pequeñas lamidas en la misma zona y velozmente movió sus manos de arriba abajo para masturbar al más alto.


-T-Tony... –suspiró el rubio con placer, llevó sus enormes manos a la cabeza del Stark menor y la sujetó, sentía el cabello del castaño entre sus dedos pero hacía lo posible para evitar embestir esa boquita que tanto amaba en el momento en que Tony se lo metiera a la boca.


Stark miró el rostro de placer de Steve y sonrió, eso significaba que estaba haciendo un buen trabajo. Soltó el miembro de Steve y con su lengua lamió todo el tronco sin cuidado, seguido de eso hizo un movimiento con sus manos y levantó su cara para que el miembro de Steve se restregara contra su propio rostro.


Rogers abrió los ojos enormemente, lo que estaba viendo era sexy, quería hacerlo suyo en ese mismo momento y lugar. –Ah... –jadeó.


El menor decidió regresar a su trabajo y darle más placer a su novio, dejó el pene desatendido por un momento "... No olvides jugar con los testículos..." y sin pudor alguno comenzó a besar y a chupar con delicadeza el escroto hasta que se metió a su boca como pudo un testículo haciendo que Steve se retorciera en su lugar y soltara gemidos de placer agarrando cada vez más fuerte la cabeza del castaño.


-Ay Dios... T-Tony...


-¿Te gusta? –sacó de su boca el testículo.


Antes de que Rogers diera su respuesta, el castaño relamió de abajo hacia arriba por la parte de atrás del pene hasta llegar al glande mientras sus manos sostenían la hombría del capitán. De nuevo besó y chupó con más intensidad el glande del rubio, y de una vez por todas se metió el pene a su boca.


La saliva escurría por la barbilla del pequeño genio, utilizaba su lengua para jugar con el miembro ajeno dentro de su boca. Steve podría jurar que Tony era un maldito experto haciendo felaciones ¿Dónde había quedado toda la vergüenza de su canelita? Ya no lo pudo soportar por lo que empezó a embestir la boquita del más bajo con moderación tratando de llegar lo más profundo en esa garganta.


-Mgh... –gimió el castaño, no se esperaba eso pero sobre todo le costaba respirar; sentía que se ahogaba.


Y de un momento a otro Steve se corrió dentro de la boca de Stark. –Ah... ah... –jadeó.


Tony se separó del rubio y comenzó a toser ante una mirada preocupada de su novio. –Sabe horrible... –tosió otra vez. –Y creo que tragué algo... –dijo con sus ojos llorosos. –He vivido engañado todo este tiempo... –y toda la actuación que mantuvo mientras le hacía una felación a uno de sus novios se fue al carajo.


-Lo... Lo siento Tony... –se disculpó rápidamente. –¿Estás bien? –se preocupó.


-Sí... estoy bien... –respondió Stark, justo cuando se levantó sintió como Steve lo sujetaba y lo colocaba frente a frente en la pared. –¿Steve?


-Canelita... después de lo que hiciste me dejaste con las ganas... así que hay que resolverlo. –se pegó junto al más bajo, restregando su pene aún duro contra el trasero de Tony sobre la ropa.


-¿Eh? –se avergonzó el menor. "... Lo más probable es que cuando termines tú trabajo van a querer hacerte el amor, prepárate.".


Sintió como Steve lamía su cuello, con una de sus manos le desabrochó el pantalón y se lo bajó con torpeza junto a su ropa interior, en cambio la otra mano se había metido por debajo de su camisa manoseando todo a su paso.


Apretó fuertemente los ojos, sus mejillas estaban sonrojadas y sus manos que estaban recargadas en la pared comenzaron a hacerse puño por el placer que el rubio le estaba provocando.


Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando sintió la enorme mano del rubio sujetando su miembro y masturbándole. –Ste-ve... mh... –hacía lo posible por no gritar y en esos momentos se arrepentía de haber llevado a Rogers al almacén.


-Relájate... –le susurró en el oído.


Abrió los ojos al máximo cuando sintió una intrusión en su pequeña entrada. –Ah... me... me duele... –después de todo aún no se acostumbraba, era su segunda vez.


-Respira con calma. –besó su cuello y no dejó de masturbarle mientras el dedo simulaba embestidas. –Es tu culpa por provocarme...


-Yo solo quería... ah... –fue interrumpido cuando sintió el segundo dedo dentro de él. –Ah... Steve...


-Me alegra bastante haber aceptado ir a la tienda. –lo mordió en el cuello evitando hacerlo de forma dolorosa pero sí dejando una marca. Sus dedos solo le hacían de tijeras dentro del castaño.


Cuando el rubio lo vio conveniente, sacó sus dedos de la entrada de su geniecito y posicionó su miembro en el mismo lugar. Poco a poco fue introduciéndolo hasta que entró por completo. Tony solo apretaba sus puños y sus piernas temblaban además de estar parado de puntitas, si no fuera por Steve que lo sostenía ya se hubiera caído de rodillas al suelo.


-Ah... Steve... –esta vez el castaño no sentía tanto dolor como en su primera vez, ya que, en aquel momento le hicieron una penetración doble. En esta ocasión solo se trataba de Steve.


-Voy a comenzar a moverme... –le susurró con dulzura.


-S-sí...


Y así el Capitán del equipo comenzó a embestir al más bajo, al principio lo hacía lento y luego convirtió el ritmo a uno mucho más rápido y más fuerte haciendo que Tony gimiera lo menos audible posible por temor a que alguien los sorprendiera.


---


Mientras tanto Bucky solo veía la televisión estando de cabeza en el sillón. –¿Por qué se tarda tanto? ¿Fue a hacer las frituras el mismo y a ordeñar la vaca o qué? –dijo a la nada. Comenzaba a desesperarse. –Tal vez deba hablarle por teléfono... –sacó su celular y comenzó a marcarle a su amigo. Beep... beep... beep... –No contesta... lo ha de tener en silencio... bueno, si fuera una emergencia ya me hubiera hablado. –cambió de canal con el control remoto. –¿A qué sabrá una kangreburguer? –finalizó.


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En el almacén, Rogers embestía a Tony una y otra vez hasta que el más bajo se corrió manchando la pared. Por otro lado, solo bastaron unas cuantas embestidas más para que el rubio eyaculara dentro de Stark, éste último solo jadeó cuando sintió la sustancia blanquecina y caliente escurrir de su entrada.


-Ah... Steve... –recargó su cabeza en la pared.


El rubio salió del castaño y le dio vuelta a Tony para que quedaran de frente y sin pensarlo besó a su canelita como si no hubiera un mañana, beso que fue correspondido al instante. –Eres el amor de mi vida, mi canelita... –le dijo con ternura.


-Y tú eres el mío... –Tony le sonrió de la misma manera. –Y James también.


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-Jarvis...


-¿Qué sucede, señor?


-¿Dónde está Tony?


-Mi señorito no ha regresado de la academia...


-Ese niño... –un tic apareció en el rostro de Howard. –Creí haberle dicho que llegara temprano...


-Tal vez es porque... –Jarvis fue interrumpido.


-¿En qué momento mi hijo se volvió así? ¿Eh Jarvis? –lloriqueó el pelicafé.


-Me gustaría saberlo... –Comentó el mayordomo.


 

Notas finales:

Ya vendrá la oportunidad de Bucky...


Gracias por leer.


¡Nos vemos!


(≡^v^≡)/


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