Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Rato después de aquella calurosa situación entre Steve y Tony, ambos decidieron ir al apartamento. Rogers iba cargando a Tony como princesa ya que el menor había quedado algo adolorido y el rubio optó por cargarlo para que no se esforzara de más. Pudo haber quedado lastimado.


Al entrar a la casa que Rogers y Barnes comparten, éste último al notar que su amigo traía consigo al novio que compartían se extrañó ya que Tony siempre avisaba si iba a venir de visita solo que se haya tratado de una sorpresa pero al ver que el rubio cargaba al más bajo pensó muchas cosas, y con decir muchas cosas es MUCHAS cosas.


-¿Kotenok? –le preguntó con preocupación. –¿Te caíste o algo por el estilo?


-Eh... no en realidad... –respondió con una sonrisa.


El rubio dejó a Tony en el sofá en donde Bucky estaba sentado. –¿Quieres algo?


-No, gracias... –el menor le sonrió.


-¿De qué me perdí? –cuestionó Barnes confundido, no entendía nada y cuando se dio cuenta que Steve no traía las compras se puso ansioso. –Siento que me perdí algo muy importante...


-No pude ir a la tienda Buck... –fue a la cocina y le trajo un jugo de uva al menor, se lo dio. –Tal vez vaya después... –el castaño mayor podía observar que Steve emanaba un aura más brillante de lo normal.


-Gracias. –dijo el castaño menor por el jugo.


-Tuvieron sexo... ¿Verdad? –James frunció el ceño. –Huelen a sexo...


-Para que te miento si así fue. –Rogers se encogió de hombros.


-Quería enseñarles algo... y fue Steve a quien vi primero... lo siento... –Stark bajó la mirada algo apenado.


-No te disculpes Anthoska... –suspiró. –A fin de cuentas, tanto Steve como yo somos tus novios... está bien...


-Me sorprende tu madurez Buck...


-Pero eso no quita el hecho de que pudieron haberme invitado... egoístas... –Barnes hizo un puchero cruzándose de brazos. –Luego no te quejes Steve cuando haga lo mismo que tú. –lo señaló.


-Retiro lo dicho... –el rubio se llevó una mano a su frente.


Tony solo pudo reír por las actitudes de sus novios, eran estos momentos los que le hacían olvidar todo. –Que atractivos son cuando discuten como niños de preescolar.


---


-¿En serio me pediste que comprara estas cosas? ¿Entiendes la humillación por la que pasé?


-Eres mi esclavo... –se encogió de hombros. –Era tu deber cumplir. Así que cumple con tu palabra hermano...


-¿Sabes, Thor? –Loki frunció el ceño. –Me perturba un poco que me digas hermano antes de lo que estás por hacer...


-Perdona... la costumbre... –sonrió de lado a lado.


-Como sea... –habló como si no le importara.


-Aprovechemos el tiempo ahora que nuestros padres no están. –sacó los objetos de la bolsa de papel. –Loki... tu primera orden es que uses las bolas anales.


-¡¿Qué?! –se avergonzó Loki. –¡De ninguna manera!


-Eres mi esclavo así que cumple. –dijo serio el rubio. –De lo contrario te amarraré a la cama y te ayudaré. –habló con un poco de malicia en su voz, malicia en tono pervertido.


-No serías capaz...


-Si mi esclavo no cumple, debo darle un castigo por desobedecer... ¿Qué estás esperando? Quiero ver que lo hagas.


-Estás llevando tu papel muy lejos. –se enojó el pelinegro.


-Que puedo decir. –el rubio se encogió de hombros.


-Te odio... –dijo Loki con el ceño fruncido.


-Yo también te quiero. –dijo con ternura Thor avergonzando al pelinegro.


---


Después de que Tony pasara el rato con sus dos novios decidió regresar a casa, técnicamente el tiempo se le había ido muy rápido, si mal no recuerda llegó al departamento de los castaños alrededor de las 4 de la tarde y cuando vio su reloj nuevamente ya pasaban de las 8 de la noche. Tuvo un mal presentimiento.


Se despidió de sus fortachones y tomó un taxi rumbo a su casa. En el transcurso encendió su celular pues lo había apagado para evitar "interrupciones", al ver la pantalla se sorprendió, tenía varias llamadas perdidas de su papá, supuso que era porque tenían que hablar, ¿Por qué nadie se tomaba la molestia de comprenderlo?, checó los mensajes y suspiró con pesadez al leer lo que estaba escrito.


Howard:


Cariño, te espero en casa.


Hace rato que estoy en la casa, no te tardes.


Creí haberte dicho que llegaras temprano.


Necesitamos hablar y lo sabes.


¿Dónde estás?


¿Por qué no contestas?


Hijo... Me estás preocupando...


¿Estás bien?


Muy bien, ya me enojé... Intenté llamarte y no contestaste, lo más seguro es que lo traes apagado o no quisiste contestar.


Hablaremos cuando llegues.


Posiblemente su papá estaba muy enojado. –Por Dios... –susurró el menor.


Llegó a la mansión alrededor de las 9 de la noche, entró a la casa y con precaución entró a la sala, temía encontrar de nuevo la misma "escena" de hace varios días. Se adentró a la sala y ahí vio solo a su papá sentado en el sillón, lo que significaba que una charla padre e hijo se avecinaba.


-¿Dónde estabas, Tony? –preguntó el pelicafé con seriedad.


-Con Steve y con James. –se encogió de hombros. –Si no se te ofrece algo, entonces yo...


Escuchó el suspiro de su padre. –Toma asiento. –le ordenó a lo que Tony obedeció. –Cariño, necesito que me contestes con total sinceridad, no me voy a enojar ni nada por el estilo... pero en verdad necesito que seas honesto.


El Stark menor observó a su padre por unos segundos y asintió. –Creo que ya sé la pregunta...


-Exacto. –Howard miró a los ojos a su único hijo. –Quiero escuchar tú respuesta ¿Estás bien con mi relación?


-Ya te dije que sí... –respondió obvio el menor.


-Entonces ¿Por qué de tú comportamiento? –instigó Howard cruzando los brazos.


-No lo sé...


-Debe de haber una respuesta. –el mayor agudizó la mirada sobre su hijo que se tensaba poco a poco.


De pronto Tony estalló, sacó lo que debía de sacar. –¡¿Qué se supone ahora que es Jarvis?! ¡No lo entiendo! ¡Estoy bien con que ustedes sean pareja pero no comprendo por qué me comporto así! ¿¡Entiendes!? –gritó sorprendiendo a su padre, jamás le había gritado pero como dicen, para todo hay una primera vez. –¿Todo este tiempo Jarvis se comportó amable conmigo por ti? ¿Nunca le importé? ¿Por qué ustedes nunca me dijeron nada?


-Tony, no creo que Jarvis haya hecho eso... después de todo estaba casado con tu madre... –habló con firmeza Howard manteniendo ante todo la calma.


-¡No lo estás entendiendo!


-Si me explicaras adecuadamente otra cosa sería. –Howard hacía de todo para no perder la compostura, observaba a su hijo enojado, triste, con varias emociones mezcladas y con los ojos a punto de derramar lágrimas.


-Ambos, cálmense por favor. –el mayordomo entró en escena, si bien Howard le había pedido que no se metiera en la conversación que iba a tener con el menor pero no podía evitar no hacer nada. Él también se encontraba involucrado.


-Jarvis... –habló el pelicafé.


-Señorito...


-Yo... yo... –Tony tembló, si no fuera por el reactor ya hubiera sufrido un ataque cardiaco. –Todo este tiempo te comportaste amable conmigo... siempre estuviste para mí cuando te necesitaba... por eso... ¿Qué se supone que eres para mí? ¿Qué soy para ti? –soltó el Stark mayor viendo a los ojos al mayordomo.


-Señorito... usted es como mi propio hijo, lo quiero como si realmente fuera mi hijo y eso jamás va a cambiar... lo quiero desde antes de que naciera y lo seguiré haciendo incluso después de mi muerte. –habló Jarvis con seriedad pero con ternura hacia el más joven.


-Edwin... –dijo Howard con felicidad, él sabía que Jarvis cuidaría de Tony sin importar qué, estaba seguro de que no se había equivocado al elegirlo ni al enamorarse de él.


-No respondiste mi pregunta... ¿Qué eres ahora para mí? –insistió el castaño menor.


-Me convertiré en su madre... eso es lo que siempre me dice su padre... pero, sin dudarlo señorito acepté... soy como su madre. –terminó de hablar Jarvis.


Ambos mayores observaron a Tony, esperando su reacción, de un segundo a otro se había quedado callado y bajado la mirada no obstante eso duró poco. –¡Ese es el problema! ¡No quiero que seas mi madre! –gritó con enojo mientras las lágrimas se desbordaban de sus ojos dejando a los dos adultos más que impresionados.


Y fue en ese momento que Jarvis entendió la causa de la molestia de su niño. Sin dudarlo caminó hacia su señorito y lo abrazó con fuerza y protección.

Notas finales:

Gracias por leer.


¡Nos vemos!


(≡^v^≡)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).