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CUENTOS AL ESTILO VONGOLA por Sayurayaoista

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Notas del capitulo:

SAYURA: UN POQUITO ATRASADO 

ANA: PERO AQUÍ ESTA EL FIC

NINA: QUE MAL 

XÓCHITL: ESTO SE ESTA ACABANDO JE JE 

TODAS: ¡A LEER!

Takeshi calmaba al pequeño príncipe mientras lo acostaba al lado de su madre quien estaba conectado a varias maquinas que revisaban su pulso y respiración; Hayato entro al lugar apretando los puños de ver a su jefe así.

-le fallamos-

-tranquilo Hayato, no pensamos que llegarían al búnker tan pronto, de no ser porque Tsuna se interpuso y los elimino con un X-burner, ni Aki ni yo estaríamos aquí; nuestro deber es protegerlo; además por los sistemas de defensa del bunker Tsuna sabía que el disparo rebotaría en su contra-

El guardián de la tormenta dio un largo suspiro mientras el guardián del sol entraba a la habitación, Takeshi suspiro mientras el de cabello gris se llevaba al pequeño príncipe quien se removió.

-calma peque, debes comer; ahorita iremos con mami-

Llego a la cocina con el bebe en pleno llanto mientras las cocineras le entregaban un biberón y caminaba hacia la sala arrullándolo, puso en la boquita del bebe la mamila mientras este, aunque renuente al principio empezó a comer con avidez.

-pequeño terco-

Las puertas de abrieron provocándoles un sobresalto a ambos, Ryohei calmaba al infante reanudando su alimentación y dio un largo suspiro al ver de quien se trataba.

-Dino-san-

- ¿Cómo está? –

-bien, solo tiene heridas menores pero esta inconsciente; su intuición se activo y antes de que pudiésemos actuar corrió al búnker arrojando un X-burner para evitar que encontrasen a Akira; pero Spanner recientemente había instalado un sistema de protección y el disparo le reboto pese a que se protegió con la capa de Giotto, el impacto contra la pared lo dejo inconsciente-

-Tsuna-

-tómalo, debemos terminar de restaurar la mansión y estamos haciendo rondines para evitar cualquier intruso-

El ex- boxeador le entrego a Akira mientras empezaba a gimotear suavemente.

- ¿Qué hago? –

-sube a mi habitación es la tercera del lado izquierdo sobre la cama ahí un libro de cuentos me tocaba este día leérselo, pero con la situación así…en la habitación donde esta Tsuna esta su cuna acuéstalo ahí-

El potro accedió a la petición mientras dejaba que sus hombres se encargasen del resto. Fue a la habitación del guardián del sol y tomo el libro mientras sonreía, esos libros, guardo silencio mientras caminaba hacia la habitación de su autodenominado hermanito, entro con temor mientras su corazón palpitaba fuertemente, contuvo las lágrimas al ver a Tsuna en su cama conectado a una maquina que media su pulso, otra mas monitoreaba su respiración y había una bolsa de suero conectada a sus venas para evitar que se deshidratase.

-hermano-

Acaricio sus rebeldes cabellos, sin esos aparatos pareciera que el décimo Vongola estaba dormido; acostó al bebe en la cuna mientras le daba una mirada triste intentando darse ánimos a si mismo.

-calma bodoque mami va a despertar o tu padre nos castrara a todos-

Un escalofrío recorrió su espalda al imaginar a Reborn llegando antes y viendo todo ese desastre, Tsuna debía despertar o la ira del demonio los arrastraría al peor de los infiernos.

-calma Aki, te voy a leer un cuento-

-que sea al estilo Vongola, así los hemos narrado-

Dino se sobresaltó al escuchar la voz de su novio, el guardián de la nube cerro las cortinas y cambio el goteo de la bolsa de suero de Tsuna mientras tomaba una silla sentándose cerca.

-amor, me diste un susto-

-hm…vamos potro, Aki se impacienta-

El rubio asintió mientras tomaba la mecedora sentándose en ella, empezando su relato.

En un lugar muy lejano vivía un hombre quien era viudo, este hombre tenia tres hijos; los tres eran bellos, en especial el menor su belleza solo era equiparable a la bondad en su corazón lo que provocaba que sus hermanos sintieran celos de él, porque la mayoría de los hombres del pueblo lo amaban.

Un día su padre quien comerciaba armas a diferentes grupos rebeldes tuvo que salir en un viaje ya que el rey de un reino lejano le había pedido que fuera personalmente.

- ¿quieren que les traiga algo, mis queridos hijos? –

-un par de katanas-

-dinamita-

-yo solo quiero una rosa negra, si la encuentras padre-

El hombre asintió mientras acariciaba el cabello de su hijo menor y partía a su viaje. Pasaron las tres semanas y el mercader regresaba a casa, había cerrado buenos negocios, y también había conseguido los regalos de sus hijos -los de los dos mayores al menos- cuando una tormenta cerro su camino, tomo una desviación, pero termino por perderse y como todo buen caballero se negó a pedir indicaciones.

Después de unas cuantas horas al fin se dio por vencido y acepto que se hallaba perdido, para su suerte encontró un camino que lo guio hasta una hermosa mansión.

Las rejas se abrieron frente a si mientras caminaba hacia la puerta dando tres toques en ella, la cual al igual que las rejas se abrió frente a sus ojos.

- ¿hola? ¿Hay alguien aquí? –

Su estómago gruño mientras sus pasos eran dirigidos hacia el comedor donde había un banquete y una nota que decía:

Este es el castillo Arcobaleno tienes derecho de quedarte una noche aquí siempre y cuando sigas las siguientes reglas.

  1. 1.       No salgas de tu habitación asignada

 

  1. 2.       No curiosees por la mansión después de las 12:00

 

  1. 3.       No te lleves nada de la mansión ni de los jardines

Si sigues estas reglas nada malo te pasará

El hombre se asusto por un momento, pero decidió acatar las reglas que aquel extraño lugar le brindaba, se sentó a comer y al tomar el primer bocado todo el miedo se fue, aquello era una delicia; comió hasta saciar su hambre y fue guiado por los ruidos de aquella mansión hasta la planta superior después de probar varias puertas al fin una se abrió y entro en ella encontrando una cómoda habitación; suspiro, ese lugar se iba poniendo cada vez más extraño.

-no me quejare-

Se recostó en la cama y al poco tiempo se quedo completamente dormido, en la oscuridad unos ojos tan negros como la noche le observaban mientras la cosa se daba media vuelta y se iba; la mañana llego de forma rápida mientras el hombre despertaba dispuesto a irse se extraño al no ver los rayos del sol, pero supuso que era porque el clima aún era malo.

-al menos debería hacer esto-

El hombre tendió la cama mientras salía del lugar, desayuno en el comedor mientras salía de aquella mansión; a travesó el jardín quedándose a observar el panorama era una mansión hermosa, aunque tuvo mejores momentos, regreso la vista al jardín y se quedo observando un rosal; uno del que brotaban rosas negras; la imagen de su lindo Tsuna se le vino a la mente y sin pensar camino hacia el para tomar una de aquellas flores olvidando por completo la advertencia de la noche anterior.

Tomo una de aquellas rosas mientras la cortaba con cuidado, cosa de lo que se arrepintió minutos después algo lo arrastro de regreso mientras observaba con temor unos ojos negros como la noche que parecían furiosos.

-te ofrecí mi casa, y mi comida; solo debías seguir unas reglas simples; ahora te quedaras aquí-

-pero…lo siento mucho; no puedo quedarme tengo tres donceles en casa que me esperan-

La persona dio un paso al frente asustando al hombre aquel ser parecía una combinación entre lobo y oso; su corazón dio un vuelco bastante nervioso la bestia tomo la rosa entre sus manos mientras gruñía.

-no me importa, tomaste algo que no te pertenecía aquí que es justo vida por vida…aunque podría ser bueno contigo; te daré una opción si no es tu vida debe ser la de uno de tus primogénitos-

- ¿Qué? –

-lo que escuchaste; así que elije sabiamente tu o uno de tus hijos, y no intentes huir que lo sabré y los buscare para comérmelos-

La bestia lo arrojo fuera mientras el hombre salía de ahí tomando sus cosas y huyendo mientras la bestia lo seguía con un espejo mágico.

-mi señor-

- ¡cállense, y a trabajar! –

-si-

El hombre llego a su casa mientras narraba con algo de miedo la situación a sus hijos, los dos mayores pensaron en que era una broma y solo el menor se preocupó realmente.

-yo iré-

-Tsuna tu no-

-por mi culpa estas en esa situación así que iré yo-

Sus hermanos al escucharlo sonrieron y se preocuparon un poquito más; al fin tendrían el campo libre para conquistar aquellos tercos varones que estaban embobados con la belleza de su hermanito menor.

Pese a las propuestas de su padre al final de cuentas Tsuna logro convencerlo, diciéndole que intentaría hablar y encontrar la mejor forma de solucionar aquello, esa misma tarde monto a caballo cubierto con una capa, mientras se internaba en el bosque buscando el camino que lo llevaría a la mansión; cuando llego a las puertas de esta se abrieron, el chico bajo mientras las puertas de la mansión se abrían antes de tocar.

-esto da miedo-

-te acostumbraras chico-

Tsuna dio un salto mientras buscaba a quien le hablo, se dio vuelta chocando con un candelabro que se quejó.

-es dolió-

- ¡EH! El candelabro hablo–

 -claro que hable niño, y se hablar muy bien-

-no lo asustes; tonto Dino-

Una tetera camino hacía el mientras Tsuna se sorprendía llegando al comedor, detrás de la tetera una pequeña tacita lo miraba de forma tímida.

-Dino-chan es malo para hablar-

-tu no eres mejor Yuni-

-mamá, Dino-chan está molestando-

-ya basta ustedes tres están asustando al invitado-

Un viejo reloj se subió con dificultad a la mesa mientras los demás le ayudaban; el aparato se acercó mientras sonreía a través de sus manecillas Tsuna se bajo la capucha mirando mejor aquellos objetos mientras estos emitían una expresión de sorpresa.

-es bello-

-ustedes están hablando-

-claro niño, la magia es capaz de hacer estas cosas-

- ¿magia? –

-deberíamos presentarnos primero antes de hablar, nosotros somos los sirvientes de esta mansión mi nombre es Spanner soy el mayordomo-

-yo soy Dino, soy el paje-

-mi nombre es Aria y la pequeña tacita a mi lado es Yuni-

-él nos ayudara-

-shh calla Yuni, aunque ciertamente creo que puede ¿Cómo te llamas? –

-mi nombre es Tsunayoshi-

-te podemos decir Tsuna-

-si-

El estomago del chico rugió mientras se sonrojaba, después de un muy bonito baile y presentación de los demás sirvientes y una vez satisfecho Tsuna se decidió preguntar

- ¿Qué es aquí? –

-es una historia muy larga chico; en resumidas cuentas, esta era una hermosa mansión donde el amo vivía felizmente, una bruja, hechizo al amo y todos nosotros; y terminamos siendo esto muebles, objetos-

-lo lamento-

Tsuna acariciaba con ternura los objetos trayendo a ellos una luz de esperanza aquel niño podría ayudarles; Tsuna escucho una especie de rugido mientras se asustaba un poco, los objetos se movieron a toda prisa mientras se ocultaban.

-el amo bajo-

-pero se supone que el no bajaría hasta explicarle la situación-

-sea como sea bajo-

-chico siéntate, conocerás al amo-

Tsuna asintió mientras tomaba lugar, unos pasos se escucharon dejándolo sin aliento mientras observaba una sombra oscura que se acercaba al otro extremo de la mesa la cual por cierto era muy larga, con la poca luz de los candelabros pudo observar a aquel ser mientras se quedaba sin aliento sintiendo aquellos ojos negros clavándose en su persona.

-así que mando a su hijo, vaya padre-

-yo le pedí venir aquí, fue mi culpa que mi padre terminara en esta situación; el no es una mala persona solo quería complacer mis deseos; esa rosa negra era mi regalo por su viaje-

-eres un chico extraño ¿no tienes miedo? –

-lo tengo, pero se en el fondo de mi corazón que no me hará daño, llámelo intuición si quiere, pero al ver sus ojos no me da miedo-

Aquella revelación hizo titubear el corazón de la bestia, ese chico era terriblemente sincero mientras podía notar cierto sonrojo en su rostro; por su parte Tsuna delineaba el cuerpo de aquella bestia si no fuera por esa figura animal parecería un hombre; algo le impedía asustarse tal vez eran aquellos ojos negros que le fascinaban y que pedían ayuda.

- ¿Cómo te llamas? –

-Tsunayoshi, y ¿usted? –

-soy Reborn-

Tsuna dio una sonrisa suave mientras el hombre se sorprendía como podía sonreírle a una bestia como él, el “personal” empezó a servirle al mayor mientras Tsuna tomaba un té tranquilamente buscando un momento adecuado.

- ¿Qué debo hacer? –

- ¿a qué te refieres? –

- ¿Por qué estoy aquí, que debo hacer? –

-tu padre arranco una de las rosas del jardín, así que le doy vida por vida; aquella flor tenía una vida y ahora tomare la tuya-

- ¿me mataras? –

-aún no lo sé-

La taza en manos de Tsuna tembló mientras cubría su cara con su flequillo; se levanto sin mediar palabra mientras alzaba la vista; la bestia se sorprendió al mirar cálidas lagrimas deslizarse por sus mejillas, mientras algo en su interior se removía con fuerza.

-pensé que podría hablar, pero parece que no; realmente eres un monstro-

Se dio media vuelta decidido a abandonar aquella habitación, pero sin saberlo se vio acorralado en una pared mientras observaba con temor los ojos negros que estaban furiosos; aunque también podía notar un deje de tristeza en ellos.

-lo soy…pero ahora eres mío y tu vida esta en mis garras; ellos te guiaran a una habitación y evita escapar, entrar solo al bosque sería suicidio-

Tsuna respiraba de forma agitada cuando el mayor lo soltó fue guiado por Dino, Yuni, Aria y Spanner hacia una de las habitaciones.

-perdona al amo Tsu-kun-

-hemos pasado tanto tiempo en este lugar que sus modales se han vuelto…-

-horribles-

-buenas noches Tsu-kun-

El castaño no respondió mientras ideaba la forma de salir de ahí se acerco a la ventana mientras la abría; dio un silbido mientras su caballo se colocaba debajo de la ventana midió la distancia era muy larga como para saltar; miro las sabanas y demás cosas de la habitación y sonrió tal vez aguantarían; minutos después el amarrado sostenía su peso pese al miedo horrible que sentía por la altura bajo poco a poco; hasta llegar a salvo al caballo; se coloco la capa mientras empezaba a correr.

-no te pertenezco, idiota-

El caballo avanzaba velozmente por el bosque hasta que un aullido lo detuvo; el chico miro asustado a su alrededor mientras era rodeado por una manada de lobos blancos que no parecían felices.

-tranquilo León, avanza despacio-

El líder de la manada salto provocando que el animal se alzase tirando al muchacho; Tsuna realmente se asustó ya que los lobos empezaban a rodearlos como pudo tomo las cuerdas del caballo mientras tomaba una rama tirada; un rugido lo hizo volver la vista a una sombra negra; la bestia de nombre Reborn había llegado hasta ellos mientras en cuatro patas enseñaba los dientes.

- “Reborn” –

Los lobos empezaron su ataque mientras la bestia defendía al chico quien se cubría de aquellos ataques y golpeaba a algunos con la rama; en un descuido uno de aquellos animales le arrebato su arma mientras otro se lanzaba a su ataque; cerro los ojos mientras esperaba su inminente fin, pero un rugido le hizo abrirlos y pudo observar con asombro como la bestia se interponía en el ataque y terminaba herido.

La manada se alejó luego de ver a su líder arrojado contra las rocas; Tsuna corrió en auxilio de la bestia que estaba malherida mientras veía el camino despejado; esta era su oportunidad, estaba por irse, pero algo lo hizo regresar, como pudo apoyo a la bestia en su caballo y empujándolo logro subirlo regresando a la mansión.

Los empleados se asustaron al ver a su amo inconsciente mientras Tsuna los calmaba y como podían lo subían hasta su habitación, Tsuna suspiro al entrar era una habitación grande bellamente adornada poca importancia le tomo mientras mandaba traer agua y unas gasas, la bestia seguía inconsciente y tenía fiebre o eso podía apreciar por su forma de respirar busco algún pañuelo mientras lo mojaba con agua fría colocándoselo.

Cuando todo estuvo listo se dedico a curarlo y a cuidarlo; el castaño paso la noche en vela; al día siguiente con los primeros rayos de sol la bestia despertó mientras observaba al chico que había sido vencido por el sueño recostado a su lado; rememoro lo sucedido mientras se tocaba el hombro donde había un vendaje; con la luz pudo apreciar mejor al bello durmiente tenia la tez blanca y los cabellos castaños alborotados su boquita de cereza era una invitación a ser probada se regaño a si mismo por sus pensamientos al ver al chico despertar.

-buenos días-

-tú… ¿Por qué no te fuiste? –

-estabas herido, simplemente no podía-

-podrías irte ahora-

- ¿realmente quieres que lo haga? –

-no-

Aquella respuesta sincera los sorprendió a ambos mientras un silencio incomodo se dejaba escuchar; este paso de forma rápida mientras el personal traía comida para ambos ya que la bestia no podía caminar bien y Tsuna no se lo permitía; pasaron algunos días entre altas y bajas de ambos debido al usual temperamento de la bestia y el carácter nada suave del bello.

Poco después Tsuna le ayudo a Reborn a salir al jardín mientras miraba emocionado aquel espacio, Reborn sentía que su corazón latía con fuerza mientras observaba a aquel chico tan hermoso cubierto con su capa debido a las heladas que empezaron a caer, Tsuna lo miro mientras sonreía; ambos se desconcertaron acaso aquello ¿era amor? Los días pasaban mientras ambos se iban enamorando sin saberlo.

Sin darse cuenta ambos comían uno al lado del otro mientras el joven castaño iba a la biblioteca tan enorme que el de ojos negros poseía; Tsuna era un apasionado a la lectura y Reborn se quedaba muchas veces en la puerta al escucharlo leer cuentos en voz alta. Por su parte el castaño sentía su corazón latir con fuerza al notar la presencia del otro cerca suya, pese a ello un pesar embargaba su corazón; hacia mucho que no veía a su familia.

- ¿Qué te preocupa Tsu-kun? –

-mi padre, hace mucho que no lo veo ni él a mí; es una persona mayor y pese a que mis hermanos viven con él…-

Tsuna guardo silencio aquello era una espina en la conversación y no quería que Reborn se enojase; ya habían discutido mucho en el pasado por eso.

-te dejare ir; pero solo tienes una semana-

El castaño se sorprendió mientras asentía abrazándose al mayor dejando un beso en su mejilla; cuando fue consciente de su acción se soltó mientras bajaba la cabeza, sonrojado. La bestia se sentía increíble mientras tocaba con cuidado el rostro del más joven.

-te quiero-

Aquellas palabras solo lograron que su rostro se sonrojara aun más, sus palabras fueron opacadas por el ruido del reloj mientras miraba los ojos de aquella bestia.

-no tardare-

Esa misma tarde el joven partió mientras era observado de lejos por la bestia cuando lo perdió de vista subió a su cuarto abriendo una compuerta secretea mientras tomaba una rosa negra encerrada con una caja de cristal, aquella rosa era su condena y su maldición.

- ¿está seguro de no contarle amo? –

-él regresará antes del tiempo y lo dirá-

Tsuna llego a su casa mientras su familia se sorprendía de verlo a salvo; esa noche se quedaron escuchando su historia sus hermanos también estaban preocupados por él, Tsuna escucho que sus hermanos se casarían en un mes al fin habían conquistado a dos varones muy apuestos; el castaño les deseo felicidad mientras pasaban los días.

Casi a dos días de la fecha limite los pétalos de aquella rosa empezaron a caer; provocándole dolor a la bestia; Tsuna se sintió mal mientras un mal presentimiento cruzaba su pecho con dolor, el día limite decidió regresar antes, pero una tormenta retraso su camino; cuando llego corrió a ver a la bestia mientras su corazón agitado le gritaba a su mente aquella verdad que no había dicho antes.

-te amo-

Los días pasados lo había extrañado terriblemente mientras subía a tropezones se tropezó con Dino, Yuni, Aria y Spanner estos se veían menos humanizados, empezaban a parecer simples objetos.

- ¿Qué sucede? –

-el amo…muere-

-una bruja…nos hechizo hace tiempo…-

-ella quería al amo…pero él, la rechazo-

-si encontraba el amor verdadero…antes de los 10 años, la maldición…se rompería-

-el plazo…es hoy-

Tsuna casi se muere al oír aquello mientras corría a la habitación donde la bestia tirada en el balcón agonizaba; se sentó a su lado sin importarle la lluvia que lo empapaba mientras veía aquella rosa que estaba casi sin hojas.

-eres un tonto, debiste decirme antes-

-Tsuna-

-no te vayas-

- ¿Por qué? -

El suelo retumbo mientras el ultimo pétalo caía; Tsuna dio un grito mientras se aferraba al pecho del mayor llorando.

-PORQUE TE AMO-

El silencio reino unos minutos mientras Tsuna lloraba aferrado al pecho del mayor, había llegado a amar a esa bestia sin importar su apariencia; sus ojos eran todo lo que veía cuando dormia soñaba con sus manos recorriendo su cuerpo, soñaba con sus labios besándolo; lo amaba por el hombre que alguna vez fue.

Una luz lo obligo a mirar mientras la rosa negra empezaba a recuperarse, tomando un color rojizo; envolviéndolo con una luz el cuerpo de la bestia, el bello miro con asombro como su cuerpo iba cambiando, mientras tomaba una apariencia humana; el pelo dejo de rodearle dejando al descubierto un torso fuerte y marcado; una piel blanca y un peinado extraño con extrañas patillas, Tsuna se quedo sin aliento ante semejante monumento; mientras un rayo cubría la mansión entera.

El suelo crujió por segunda vez empezando a regresar el color al lugar; los rayos del sol se hicieron presentes mientras Tsuna acariciaba el cabello de aquel hombre que empezó a reaccionar. Chocolate y negro noche chocaron mientras Reborn se levantaba tomando la mano del joven.

-tardaste-

-tu ¡idiota! –

Pese al apodo el menor se lanzo a su pecho mientras lloraba, por un momento pensó que lo perdía, sintió los fuertes brazos rodearle mientras calmaba su llanto y se sonrojaba con fuerza.

-TE AMO REBORN-

Reborn sonrió mientras alzaba su mentón robándole el aliento en un beso apasionado, el beso fue interrumpido por la llegada abrupta de cuatro personas dos rubios de ojos azules una mujer alta de cabello aguamarina y una niña de no más de 10 años de cabello de igual color.

- ¿Dino, Spanner, Aria y Uni? –

-gracias Tsu-kun nos has liberado-

Los cuatro se arrojaron contra el menor pese a la molestia de Reborn; después de una breve explicación Tsuna se entero de toda la historia Reborn había rechazado desposar a la que fue su niñera varios años; la mujer había resultado ser una bruja, la cual le había impuesto aquel hechizo, pero debido al carácter del mayor las cosas se tornaron difíciles.

-Tsuna-

- ¿Qué pasa? –

- ¿quieres casarte conmigo? –

El doncel se sonrojo en extremo mientras el mayor le mostraba un anillo; que había guardado junto a la rosa.

-prometí que quien me sacara de este hechizo sería mi futuro esposo o esposa; y no quiero dejarte ir-

-yo…yo acepto-

El doncel se arrojo en sus brazos mientras el mayor lo cargaba besándolo, el personal dio una hurra mientras empezaban a planear varias cosas.

-aunque después de la de mis hermanos; faltan tres semanas para la suya-

-está bien-

Compartieron otro beso mientras el mayor bajaba las manos por la cintura de Tsuna, Aria saco a todos de ahí antes de que las cosas se pusieran más calientes, pero no hubo necesidad ya que el doncel salió casi cinco minutos después levemente enojado seguido de su amo aun sin camisa.

-no me tocaras hasta que nos casemos ¡Reborn pervertido! –

-pero…Tsuna; no puedes hacerme esto-

-es tu castigo por asustarme de esa forma-

- ¡Tsuna ven aquí! –

-no, llegare casto al matrimonio-

-no en mi guardia-

Kyoya rodo los ojos cuando Dino termino de leer mientras escuchaban un leve quejido; ambos observaron al castaño despertar mientras Kyoya salía de ahí llamando a Shamal.

-lindo cuento-

-hermanito-

-acuesta a Aki antes de que despierte-

-nos asustaste conejito-

-perdona Kyoya; gracias a ambos-

-no hay de que-

-descansa-

-gracias por todo chicos-

Notas finales:

Sayura: esperamos verlos pronto

Ana: ya solo quedan dos capis mas 

Nina: los y las queremos 

Xóchitl: dejen lindos reviws bye bye


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