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CUENTOS AL ESTILO VONGOLA por Sayurayaoista

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Notas del capitulo:

Sayura: bueno como siempre 

Ana: perdonad el atraso del fic

Nina: esperemos que les guste

Xóchitl: lo hemos hecho un poco largo para compensarlo 

Todas: ¡a leer!

-mocoso, eres un descuidado-

-lo siento Shamal, no media la fuerza-

El castaño recibió un golpe en la cabeza de parte del médico de cabecera de Vongola, mientras se sobaba el golpe escuchó a su hijo gimotear, el doctor tomo al bebe haciéndole un chequeo rápido, Tsuna sonreía pese a su siempre aversión a los hombres Shamal era excelente doctor y se había convertido en el médico oficial de su familia; el susodicho suspiro mientras le pasaba el infante a su madre.

-se ve bien, cuando llegue Reborn pásense por el consultorio, ya casi le tocan sus vacunas-

-si, le diré en cuanto llegue-

El doctor desconectó el suero del brazo de Tsuna mientras este se quejaba, la puerta se abrió dando paso a sus guardianes y hermano mayor mientras todos suspiraban al ver la sonrisa del Vongola.

-ma, ma nos diste un buen susto Tsuna-

- ¡hermanito! –

La loca carrera de Dino fue detenida abruptamente por un golpe de Kyoya el cual dejo noqueado al potro.

-idiota trae al príncipe en brazos y acaba de despertar; harás que vomité si te le avientas así-

-no tenías que pegarme Kyo-chan-

Un segundo golpe definitivamente noqueo al décimo capo de Cavallone mientras su novio negaba, el pequeño príncipe reía en brazos de su madre al ver aquel espectáculo y Tsuna suspiro mientras Hayato se acercaba a su jefe.

-aquí está el informe Tsuna-sama, esperamos sus órdenes-

La mirada del castaño cambio a una más seria mientras Lambo tomaba en brazos a Akira, Tsuna leyó pacientemente cada palabra ahí escrita su rostro serio demostraba lo concentrado que estaba hasta que sus ojos leyeron una línea en específico “probables culpables del ataque a Reborn Arcobaleno el día 24/MM/AA” sus ojos se tornaron color naranja mientras seguía leyendo, anexado al informe venia completamente detallados los daños a la mansión y el costeo de ellos.

-bien, Royehi, Mukuro y Takeshi ya saben que hacer; Hayato sigue supervisando las reparaciones a la mansión; Kyoya quiero que entrevistes e interrogues a todo el personal desde el servicio de limpieza hasta los guardias quien no sea de confianza o actúe extraño se va; no pondré en riesgo a mi hijo; Lambo, tú te quedas conmigo aun estoy algo débil y necesito que alguien vigile a Akira; ¿entendido? -

-si señor-

El castaño sonrió al ver a todos retirarse mientras Lambo jugaba con las manitas de Akira, Lambo se sentó al lado de su hermano mirando los ojitos avellana del bebé.

-se quedarán ya de ese color ¿no? Beborn debe estar orgulloso-

-aún es pequeño, pero me supongo que sí; Reborn lo adora-

El bebe gimoteo un poco mientras Lambo se lo entregaba a Tsuna quien sonreía de lado, su guardián lo vio mientras hacia una exagerada expresión de miedo.

-estas agarrando sus modos; esperó que mi lindo sobrino no sea tan temible como Beborn-

-si te escucha…-

-llega hasta mañana así que no hay problema puedo decirle así mientras no este presente-

Tsuna río un poco mientras recordaba que aquella enemistad entre los dos persistía, aunque de una forma más ¿calmada? ¿tranquila? El punto era que ya no intentaban matarse, pero si seguían molestándose de vez en cuando.

-vamos, no puedo estar todo el día en cama; tengo hambre y quiero pasar tiempo con Aki-

El de cabello castaño se levantó siendo auxiliado por su hermano menor, quien suspiro, cuando vio que su jefe y hermano podía sostenerse en pie bajaron al comedor para que el castaño desayunarse algo ligero.

El día de ambos, paso, sin mayor contratiempo hasta entrada la noche Tsuna sonreía mientras jugaba con el estomago de su bebé quien reía después de un merecido baño. Su hijo estaba más activo que en la mañana y pese a los intentos de ambos se negaba a dormir.

-no se si lo hace a propósito para su cuento o simplemente no quiere-

-siendo hijo de Reborn me supongo más lo primero-

Lambo saco de entre sus ropas un colorido libro con una portada conocida mientras Tsuna sonreía acostándose sobre su vientre en la cama, Lambo tomo la mecedora cercana recargando al bebe en su regazo.

Vive en una piña debajo del mar…ejem eso no es; en las profundas aguas del fondo marino cerca de la perdida Atlantida un reino subacuático se extiende por todo el lugar; el rey Iemitsu es un gran rey algo torpe e inútil, pero es buen rey su esposa Nana Sawada había fallecido después de dar a luz a su ultimo hijo tritón un hermoso castaño de ojos avellana idéntico a su madre.

-papi, vamos; quiero nadar-

-tranquilo Tsu-chan, el rey no puede ausentarse mucho tiempo del trono-

-pero…mis hermanos no quieren ir conmigo-

El pequeño príncipe de escasos 8 años cubría sus ojos con su flequillo mientras hacía un adorable puchero; su padre suspiro observando las 4 conchas a su alrededor mientras daba un suspiro; nado hasta una en especifico mientras la abría a la fuerza mirando a su holgazán hijo Dino.

-pedazo de perezoso, levántate tu hermanito quiere que lo acompañes a nadar-

-pídeselo a alguien más-

-eres el único libre Dino ahora se buen hermano mayor y lleva a Tsuna contigo; debes cubrir tu espacio-

-está bien-

El tritón se levanto mientras observaba la carita ilusionada del pequeño, ninguno de sus hermanos lo decía a viva voz, pero adoraban al más pequeño.

-sujétate-

-sí, gracias Dino-nii-

El rubio decidió no mirar al menor porque aquella sonrisa llena de inocencia sería su perdición; el pequeño tritón acompaño a su hermano durante sus rondas en el mar mientras observaba curioso una mancha cerca de la superficie

-Dino-nii ¿Qué es eso? –

- ¡no te acerques ¡ -

El pequeño castaño se asusto mientras regresaba al lado de su hermano mayor; este observaba la situación mientras emitía su “voz” especial; aquella que podía convocar criaturas desde lo más profundo del mar.

- ¿Dino-nii? –

-ven vamos a casa-

Ambos tritones regresaron mientras Tsuna observaba como un calamar gigante se dirigía a aquella mancha, el rey los observo mientras revisaba al infante de cabeza a cola.

- ¿Qué sucedió? –

-humanos-

El rey se acerco mientras el pequeño no entendía nada, su carita denotaba curiosidad; y su padre suspiro encarándolo.

-son criaturas que viven en la tierra y andan por ella; pero son muy peligrosos, no te les acerques nunca Tsuna ¿entendido? –

-si papi-

El incidente pasó al igual que 8 años más en la vida del pequeño tritón; Tsuna nadaba mientras sonreía su “voz” resonaba en el agua atrayendo a los animales más hermosos; a diferencia de sus hermanos él no convocaba bestias, había heredado el don de su madre para convocar animales fantásticos y hermosos.

-Tsuna deja de usar tu voz, el mar está muy lleno ya-

-lo siento padre-

El joven tritón callo su voz mientras su hermano mayor reía, Tsuna lo observo era casi igual a su padre cabello rubio y ojos azules los cuales solían tornarse naranja cuando emitía su voz, su nombre era Giotto, después de él seguía Dino, luego Spanner y por último él.

-no te rías Giotto-nii-

-tranquilo Tsu-kun-

-ve a nadar Tsuna, tengo que hablar a solas con Giotto-

-está bien padre-

El tritón se alejo de ahí mientras era seguido de cerca por un cangrejo y un pez, cuando los observo sonrió aumentando su velocidad.

-príncipe Tsuna, no se aleje demasiado-

-no seas aguafiestas Hayato-

-tu deja de seguirle la corriente Takeshi, si sale de los límites del rey Iemitsu; estaremos cerca del reino humano, esas criaturas son detestables-

El tritón los escucho mientras se refugiaba en los límites que su padre le había marcado, llego a una extraña construcción subacuática llena de cosas que los humanos perdían en el mar, desde ese primer encuentro a sus 8 años su fascinación por aquellas criaturas se volvió mayor.

A veces nadaba más allá de los límites y subía cerca de su mundo; podía observarlos a penas por encima del agua; había pequeños y grandes, como dentro de su especie se identificaban en hembras o varones; a veces podía ver parejas de humanos tirarse en la playa, pero no llegaba a entender porque “hacían ruidos raros” además su cangrejo Hayato nunca lo dejaba quedarse mucho tiempo.

El joven subió mientras Hayato intentaba detenerlo, el pez de nombre Takeshi lo detuvo dejando que su amo nadara tranquilo hacia arriba aun estaban en los limites así que no había nada de malo porque el joven viera un poco.

- ¿Qué es eso? –

Olfateo el aire mientras observaba una columna alta de humo, su rostro palideció mientras regresaba mar adentro.

-un barco se quema-

Sin darle tiempo a los otros a reaccionar el joven empezó a nadar velozmente hasta llegar casi al territorio humano, las aguas estaban calientes mientras el joven tritón se acercaba, en el agua había muchos hombres así que no le quedo más que utilizar su voz para llamar a unos delfines.

-pongan a todos sobre alguna madera y empújenlos hacia tierra firme-

Los animales le hicieron caso mientras el observaba a un hombre que colgaba del borde del barco tenía traje de marinero y estaba inconsciente; regreso hacia el agua y dando un impulso logro sujetarlo mientras lo arrastraba a el agua colocándolo sobre una tabla para llevarlo a la orilla, dejo a todos en la playa mientras observaba a aquel hombre su corazón dio un vuelco mientras observaba con detenimiento sus facciones, eran fuertes; su cabello negro y unas extrañas espirales adornaban los costados de su cara, el desconocido abrió los ojos mostrando unos tan negros como la noche.

- ¿Quién eres? –

-me llamo…Tsuna-

Sin más el de ojos negros quedo inconsciente mientras sus amigos marítimos le daban alcance y a lo lejos oía las voces de más personas.

-vuelve aquí Tsuna-

-los humanos se acercan-

-ya voy-

El joven regreso a la seguridad del agua mientras su mente pensaba en aquel marino; al llegar a casa se sorprendió de ver a su padre y hermanos esperándolo; vio a su progenitor, quien no lucia muy feliz y le dio algo de cosa mientras se pegaba su concha.

- ¿Qué sucede? –

- ¿Qué hacías fuera de los limites del reino? –

- ¿eh? –

-escuchamos tu voz Tsuna, fuera de los limites-

El tritón bajo la mirada mientras daba un suspiro, olvidaba que las voces podían dar la ubicación de donde te encontrabas su padre las había adecuado por si se encontraban en problemas y necesitaban refuerzos.

-el agua estaba rara así que subí un poco; un barco humano se quemaba, necesitaban ayuda-

El joven bajo la mirada mientras sus hermanos daban un suspiro, su madre era igual; más, sin embargo, el rey seguía sin estar tranquilo.

-deberías ser más responsable Tsuna, eres el cuarto heredero al trono, pero eres el más infantil de ellos; los humanos no son una especia que deba ser salvada-

El tritón apretó los puños mientras pequeñas lagrimas recorrían sus mejillas, los mayores miraron a su padre con reproche mientras este apretaba los puños.

-eres igual a tu madre…creía en esas criaturas, pero yo no-

-prefiero ser igual a ella…y no IGUAL A TI-

Tsuna salió nadando con una velocidad impresionante mientras sus hermanos intentaban ir por él siendo detenidos por el mayor.

-él tiene que comprender que aquella especie no pertenece a nuestro mundo, los humanos son peligrosos; debe empezar a alejarse de ellos-

Su loca carrera lo llevo a las orillas del reino aquellas que daban a un abismo marino que de pequeño le aterraba, observo aquel lugar viendo con miedo la oscuridad; iba a dar media vuelta hasta que escucho unas voces mientras miro a dos cangrejos muy diferentes a Hayato estos son más grandes y se ven amenazantes, vienen halando una especie de carreta la cual tiene a un pulpo color rosa sobre él.

-pero miren quien tenemos aquí, si es el pequeño príncipe Tsuna del reino de Vongola-

El tritón nada hacia atrás al ver de quien se trataba una vieja bruja llamada Bianchi que había sido desterrada por su padre, al recordar a su progenitor sus rudas palabras hicieron que bajara el rostro, se asusto un poco al sentir un tentáculo subirlo mientras veía a la bruja cerca de él.

-tu corazón tiene un deseo ¿no es así? –

-yo-

-shh, yo puedo concedértelo; no es tan difícil al fin de cuentas soy una hechicera-

El joven Tsuna se sintió algo confundido, pero asintió con la cabeza mientras la bruja sonreía, un tritón con sus sentimientos confundidos era más fácil de manipular; lo hizo nadar hacia su nave y emprendió el regreso a aquel abismo.

- ¿y bien que deseo alberga tu corazón? –

-yo, yo creo que me enamore…de un humano-

El castaño bajo la mirada mientras la bruja sonreía Iemitsu el rey de Vongola odiaba a los humanos por creerlos bestias crueles que cazaban sin piedad; además su esposa Nana fue herida por uno justo antes de que el príncipe naciera lo que le llevo a su muerte poco después, aquella era una oportunidad de oro para ella; así podría vengarse de aquel rey que la desterró.

-pero tu padre odia a los humanos ¿no es así? –

-si-

-entonces cariño, debes convertirte en un humano-

El joven tritón miro a la mujer mientras esta sonreía, sabia que el chico aceptaría la pelea era reciente, sintió la voz del Rey cerca suyo mientras veía al joven quien había alzado la mirada apretando los puños.

-lo haré ¿me ayudara? –

-por supuesto-

- ¿Qué debo hacer? –

-usa tu voz-

La mujer sonrió mientras buscaba algunas cosas; el tritón cerro los ojos mientras empezaba a cantar; poco a poco sentía una opresión en el pecho mientras la bruja recitaba un conjuro tomando la voz del chico; Tsuna se asustó, pero pronto vio como su cola se transformaba en dos piernas humanas el aire se le corto de pronto mientras nadaba hacia arriba escupiendo agua.

Su mirada se centro en el mundo humano mientras evitaba el reino de su padre, y torpemente nadaba hacia la orilla; observo su cuerpo, sus escamas caían mientras sentía que el agua resbalaba por su piel, llego a la playa mientras intentaba pedir ayuda justo en ese momento noto que ningún sonido salía de su garganta.

Escucho a los humanos llegar hasta él mientras un dolor intenso recorría sus piernas, sin más se desmayo sin ver el rostro de la persona que lo había visto; Reborn observaba con asombro al joven que lo había salvado hacia un año mientras lo tomaba en brazos.

Tsuna despertó mientras observaba todo a su alrededor, estaba en una habitación grande y bellamente decorada miro las cosas a su alrededor mientras intentaba hablar ningún sonido salió de su garganta y termino mordiéndose el labio.

- “¿Por qué?” –

Se levanto tambaleándose un poco era tan diferente moverse de ese modo; busco alguna fuente de agua pronto encontró una llave y al abrirla suspiro llenando un poco aquel lavabo-conocía cosas del mundo humano debido a algunos libros que había en la biblioteca- y se contacto con la bruja Bianch a través del agua si podía hablar.

- ¿Qué me pasa? –

-ha cambio de tu voz te he concedido piernas, ahí un tatuaje en tu hombro derecho en forma de estrella de mar si no logras enamorarlo o regresar al mar antes de que la estrella se vuelva negra te convertirás en espuma de mar y él olvidara que alguna vez exististe, debes evitar entrar en el agua o te convertirás en tritón de nuevo-

-tu…no me advertiste de esto-

-pequeño y novato príncipe; nunca confíes en las brujas-

Su hombro dolió mientras el agua desaparecía, ¿Qué había hecho? Se sentó en la orilla mientras buscaba alguna solución a su problema; tocaron a la puerta y se levanto observando con un sonrojo a aquel hombre que había salvado hace tiempo, este vestía de forma elegante y tenia una delgada corona en sus cabellos

-hola, pensé que tendrías hambre; te desmayaste en la playa-

Tsuna tomo su garganta mientras bajaba la mirada; busco algo mientras el otro lo observaba extrañado al fin encontró algo conque escribir mientras le daba una nota.

- “no puedo hablar” –

De algún modo intento explicarle lo que pasaba, pero siempre que lo intentaba su hombro dolía horriblemente, Reborn lo detuvo mientras lo obligaba a regresar a la cama.

-no te fuerces; ¿Cómo te llamas? –

- “Tsuna” –

El príncipe de aquel reino perdió el aliento, era él, él chico que lo había salvado junto a su tripulación; hacía ya un año. Se sentó a su lado mientras suspiraba Tsuna lo observaba era guapo, su ropa dejaba marcar su cuerpo y se sonrojo.

-gracias…hace un año tu me salvaste; nunca pude darte las gracias nunca te volví a ver y siempre pensé que eras un sueño-

Los días empezaron a pasar mientras Reborn le explicaba que aquel era su reino, Tsuna aprendía poco a poco de aquel reino mientras sin saber como ambos se enamoraban de forma lenta; aunque había un problema su padre nunca aceptaría que se casara con un chico desconocido que había rescatado en la playa. Tsuna se comunicaba con Reborn a través de notas, pero siempre que intentaba explicar su pasado aquella marca en su hombro lo molestaba al igual que cada vez que quería confesar sus sentimientos.

Por su parte Iemitsu y el resto de los tritones buscaban al pequeño sin descanso, aquellas búsquedas habían resultado en nada; Iemitsu mordía su labio mientras sostenía su tridente con fuerza; una caravana oscura llamo su atención mientras sus hijos se ponían en frente protegiéndolo.

-hola rey Iemitsu-

-Bianchi… ¿Qué haces aquí? Te he desterrado de este reino ¡guardias! –

-ordene emperador-

-pensé que quisieras saber del pequeño príncipe Tsuna-

Iemitsu detuvo sus ordenes mientras sus hijos le apuntaban con un tridente a la mujer, sabían que podía convencer a quien sea con aquella lengua; bajo esa sonrisa inocente se escondía alguien muy peligroso.

- ¿Qué sabes tú? –

 -el príncipe vino a verme hace una semana, un deseo hacia palpitar su corazón; un humano-

El rubio apretó sus puños, aquellas bestias volvían a interponerse con su familia; había establecido limites y cuando los pasaban encontraban su fin; sus hijos lo vieron preocupados.

-así que cumplí sus deseos, lo hice humano-

El rey se quedo sin aliento mientras mandaba encerrar a la bruja que sonreía sabia que Iemitsu en su rencor preferiría dejar morir a su pequeño hijo, antes de que se la llevaran volvió a hablar quería provocar el mayor odio posible.

-ambos se están enamorando si el humano le dice que lo ama, Tsuna se quedara como humano para siempre-

 -sobre mi cadáver-

-padre-

-ustedes, usen sus voces para convocar a las criaturas más grandes del mar; destruiremos a esos humanos y tomaremos a su hermano sin importar las consecuencias-

-pero papa…-

-es una orden-

Los tres tritones asintieron al ver el rostro colérico de su padre; el pez Takeshi y el cangrejo Hayato escondidos decidieron ir en busca de su amigo, si podían advertirle antes de que estuviesen convocados todos Tsuna podría salvarles, su corazón puro y noble no podía mancharse del acto vil que su padre planeaba.

Nadaron hacia aquel reino, por suerte para llegar al castillo había un riachuelo; por su parte Tsuna se encontraba en un pequeño aprieto, el rey Timoteo acababa de traer a una mujer y la había presentado como la prometida del príncipe Reborn; este se había levantado seguido del joven mientras hablaba molesto.

-ese viejo-

- “un príncipe debe tener herederos” –

En su estancia ahí había entendido que como humano no podía tener hijos al contrario que como tritón; aquello le había dolido en el alma mientras su mente se preparaba para morir y convertirse en espuma de mar; tampoco podía regresar a su reino su padre debería estar furioso y no quería alejarse de aquel humano que lo había enamorado más profundamente de lo que pensó.

-no quiero; Tsuna…fuguémonos; el mar es mi vida, quiero que vengas conmigo eres especial y siempre me escuchas además así podríamos encontrar a tu familia-

El joven negó mientras corría de ahí si tan solo tocaba el mar volvería a ser un tritón, la estrella estaba casi completa, muchas dudas estaban en su mente mientras corría llego a la fuente y escucho unas voces.

- ¡Tsuna! –

 Se acerco mirando con felicidad a sus amigos a señas les indico que no podía hablar mientras estos le contaban del plan de la bruja Bianchi, poniendo pálido el rostro del menor.

-si el rey desata su ira-

-una guerra inminente se hará presente-

¿Qué debía hacer? Reborn le dio alcance mientras Tsuna terminaba por desmayarse en sus brazos; ni siquiera el lo entendía que pasaba consigo y que pasaba con el chico; lo consideraba un buen amigo, pero verlo huir de esa forma lo asusto.

En medio de su inconsciencia Tsuna tuvo una visión, solía tenerlas desde niño; y cuando las cosas pasaban decía que había sido su intuición para no revelarles aquel poder a su familia; en su visión el reino de Reborn estaba envuelto en llamas, aquel humano que tanto amaba estaba lleno de sangre y disparaba un cañón contra la familia que más amaba mientras Bianchi reía y tomaba posesión del reino empezando una lucha sin fin.

Se despertó asustado en su habitación, había tomado una decisión una que rompería su corazón en pedazos, pero lograría detener a su padre antes de que hiciera una locura. Tomo papel y lápiz mientras escribía una nota; casi 20 minutos después Reborn entro a la habitación hallándola vacía, tomo la nota sobre el mueble y la leyó mientras algo se rompía en pedazos.

Principe Reborn

Perdone por no poder quedarme mi hogar y el suyo están en grave peligro regresare donde mi padre para evitar una guerra entre nuestros mundos; no soy lo que piensa, espero sea feliz con su nueva familia y que nunca me olvide

Atte: Tsuna

P.D: lo amo

Aquel último párrafo estaba manchado de sangre, el joven chico había forzado su propio cuerpo hasta hacerlo sangrar para poder escribirla. Reborn se levanto comprendiendo al fin aquellos sentimientos que rondaban en su pecho.

Se levanto mientras escuchaba las alarmas de su pueblo, observo por la ventana que el cielo estaba tormentoso y unas figuras grandes se hacían presentes; en la orilla vio una pequeña figura que corría hacia el puerto; corrió por los pasillos con un solo pensamiento en mente.

-hijo-

-no me detengas, amo a Tsuna y no lo había notado por estúpido-

-nos atacan Reborn-

-déjaselo a Xanxus, yo iré por él-

Se zafo de su padre tomando un caballo Tsuna no sabia nadar; o eso le había dicho; si se hacia a la mar solo…forzó al animal para llegar a tiempo sentía que a cada minuto que pasaba perdería al más joven.

Bianchi desde su prisión reía con fuerza saco de entre sus ropas un espejo mientras observaba con molestia al príncipe Tsuna correr hacia el agua, si ese niño se entrometía; uso su magia para hacerlo caer mientras sonreía, no había logrado enamorar al príncipe de aquel reino y si no llegaba al agua pronto moriría provocando que Iemitsu enloqueciera; su plan había dado frutos, matar a la reina no había sido fácil y no había pensado utilizar al más pequeño, pero había resultado.

-es hora de que el reino Vongola caiga-

-nunca-

Sintió que su estómago era atravesado mientras observaba a Giotto Vongola quien la miraba seriamente sosteniendo un tridente el cual atravesaba su estómago, miro con asombro al príncipe mientras este observaba la sangre salir de su boca.

-asesinaste a mi madre y provocaste a mi padre; no dejare que tomes nuestro reino; no puedo detener a papá, pero si a ti-

El tritón mayor se fue mientras ella se quedaba en el olvido; su corazón palpitaba necesitaba llevar a Tsuna al mar; había escuchado los pensamientos de Bianchi y aquello causo su ira.

 Tsuna corria pero sin más fue alcanzado por Reborn justo en la orilla ambos miraron con asombro unas criaturas mosntruosas mientras el castaño terminaba de rodillas.

-hay que regresar, preparare los cañones-

-no-

Tsuna detuvo al de cabello negro mientras empezaba a llorar, Reborn alzo su mentón mientras acariciaba su cabello, el chico lo miraba sorprendido había hablado y él lo escucho.

-puedes hablar-

-perdóname, pero debo salvarte a ti y a mi gente; te amo así que no me olvides-

El chico se levantó mientras empujaba a Reborn y se arrojaba al mar; este intento detenerlo, pero era tarde; el agua emitió un brillo demasiado fuerte su cabeza dolió y observo el cabello color castaño sobresalir después de eso observo al chico este se pego en la orilla dejando un beso superficial en su rostro mientras daba media vuelta cuando se sumergió el de cabello negro pudo observar una larga cola con escamas brillantes.

- “un sireno” –

Su cabeza le dolió mientras se quedaba en la orilla, Tsuna por su parte nado a una velocidad de rayo ubicándose a una distancia segura de aquellas bestias convocadas por sus hermanos, cerro los ojos mientras se concentraba en aquella canción que escucho muchas veces en sus sueños, su voz empezó a salir con calma llegando a todos los rincones del reino de su padre y más haya.

-hijo-

-Tsuna-

En la tierra Reborn escuchaba ese canto mientras su cabeza dejaba de doler y a su mente volvían aquellos recuerdos y aquel sentimiento que lo había rodeado al conocer a aquel chico que no podía hablar.

-Tsuna es una sirena-

-tritón es el termino correcto-

 Se sorprendió al ver a un chico de cabello castaño muy parecido a su Tsuna pero de ojos azules este le sonrió mientras lo arrastraba al agua y le daba un alga.

-cómela te ayudara a respirar bajo el agua, mi nombre es Giotto soy hermano de Tsuna-

Hizo lo que el tritón le pidió y sintió como era arrastrado mar adentro al abrir sus ojos pudo observar a Tsuna cantar su voz resonaba mientras la luz se filtraba a su alrededor mostrando su belleza; las bestias que sus hermanos habían convocado empezaban a descender a las profundidades del abismo mientras el pequeño callaba; su familia llegó hasta él mientras Iemitsu lo apretaba contra sí.

-mi bello tritón-

-me asfixias-

-Tsuna-

El castaño se dio la vuelta observando con asombro al de cabello negro mientras Giotto sonreía junto a sus hermanos; los cuales pusieron distancia entre la parejita y su padre.

- ¿me recuerdas? –

-tu canto hizo que no te olvidara; así que a esto te referías cuando dijiste que debías salvar a tu reino-

-yo…-

-calla-

El pequeño bajo la mirada sabiendo que el mayor lo iba a regañar; pero por encima de toda reclamación sus ojos se abrieron grandemente al sentir los labios del mayor pegados a los suyos; sus brazos rodearon el cuello ajeno mientras correspondía de forma suave.

-te amo-

Tras aquellas palabras el cuerpo de Reborn cambio mientras se transformaba en un tritón de forma sorprendente en su cuello colgaba un collar en forma de concha mientras los demás se sorprendían.

-pensaba que la leyenda era mentira-

- ¿Qué leyenda Spanner? –

-había una leyenda de que si un humano y un tritón se enamoraban; y el humano estaba dispuesto a dejar todo por el tritón se transformaría en uno, pero tendría el poder de regresar a la tierra cuantas veces quisiera; por eso el collar en forma de concha-

El resto observaba a la pareja que sonreía con su nuevo cuerpo los dos habían escuchado la explicación de Spanner; mientras Reborn se abrazaba al cuerpo de Tsuna; y este sonreía sintiendo el fuerte torso del mayor.

-bien tendrás que enseñarme como nadar en esta forma y por supuesto como puedo hacerte un bebe-

El chico se sonrojo mientras asentía tomando su mano y huyendo de un furioso Iemitsu que fue detenido por sus hijos para evitar el dramón por la nueva pareja.

Lambo sonrió mientras tapaba a su hermano y sobrino, sin hacer ruido salió del lugar mientras daba un suspiro pegado a la pared.

- ¿Qué sucede? Kora-

Abrió los ojos observando a su novio mientras se abrazaba a él, si Colonello había regresado Reborn; el rubio negó un rato mientras sonreía.

-aun le queda algo de papeleo y cosas que hacer-

-Tsuna lo necesita-

-es Reborn ¿Qué esperabas? Ya que estoy aquí, tu y yo tenemos mucho que hacer-

Se sintió cargado por su pervertido novio mientras era arrastrado a su cuarto; mañana no podría pararse ni caminar, pataleo un poco solo para no perder la costumbre mientras se dejaba hacer.

Notas finales:

Sayura: solo para avisar

Ana: este es el penultimo capitulo

Nina: se nos van los cuentos

Xóchitl: pero bueno esperamos subir otro fic despues sayonara 


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