Gregorio Galeano era redondo como una pelota de tenis, su rostro pardo recordaba a la cabeza de un sapo, y pese a sus cincuenta tenía el pelo completamente blanco.
-¡ROSA, CANCELA MI CITA DE LAS 12! ESTARÉ ALMORZANDO CON MI HERMANO.
En cambio, su hermano Ignacio, apenas tenía una docena de canas en su cabellera negra y bien peinada, era alto y su porte era firme, como todo un empresario.
-Necesito tu ayuda- dijo aquella vez el menor de los hermanos- Han renunciado tres de mis empleadas en tan sólo un mes, y me temo que mi hija es la culpable de ello.
¿Un favor? ¿Cómo es que había tenido las pelotas para pedirle un favor a "él", un exitoso empresario de renombre cuando el desgraciado siquiera lograba manejar a su propia hija? Una verdadera molestia.
La mocosa necesitaba ser disciplinada, a este paso sería la menos calificada para heredar el negocio familiar. Aunque... claro, Gregorio también contaba con sus propios herederos: Dos poderosos Alfas. TODO en comparación a esa Omega corriente y mal comportada.
Al cabo de una semana, el mayor de los Galeano se encontraba en su oficina organizando mierda y papeleo de más mierda, lo normal. Rosa le preparó café negro, con dos cucharadas de azúcar, ni más, ni menos. No obstante, la pendeja había dejado reposar la taza sobre los currículos que a Gregorio le faltaban por leer, un gigantesco aro ocultaba la sección que cubría cuestiones como "edad, sexo, estado civil", entre otras tantas cosas. De mala gana revisó cada uno de los expedientes. Fue entonces que al hombre sapo se le prendió el foco.
"Nicolle Sandoval" Un nombre TAN femenino para un chico. Recordó el temperamento del muchacho, la fuerza con la que había logrado elevar una silla sobre su cabeza, al igual que su cara enrojecida de la ira. Perfecto. Su sobrina era afortunada, sumamente afortunada...
...
Alpha*Beta*Omega
...
Nao.
Mi vida empezó a desmoronarse cierto día en el colegio.
Me encontraba en el salón de clases. Con un plumón me dedicaba a embellecer el rostro de mi buen amigo "Gabo", dibujé dos círculos que aparentaban ser gafas, dientes chuecos por debajo de sus labios, y un mostacho de lo más elegante. El idiota dormía sin tener ni una puta idea. Él era rubio, y apuesto que al despertar me fulminaría con sus ojos azules.
De pronto me encontré con la mirada de Alexa, ella sonreía, yo también lo hice. A un lado de la chica emo, yacía Oliver, mi otro mejor amigo, el clásico gamer... Eddie, un muchacho un tanto rellenito (aunque adorable, tengo que admitir). Oh. Y Santiago de colado, a decir verdad el maldito siempre está en todas partes.
Finalmente llegó el profesor Mendoza, al percatarse del estado de somnolencia de Gabriel al igual que su apariencia, le dio una buena reprimenda y terminó sacándolo del salón por el resto de la clase; mientras Mendoza miraba hacia otro lado, el blanquito me alzó el dedo medio con expresión psicópata antes de irse de mala gana. Ok, supongo que me sobrepase un poco.
-Bien, jóvenes. El día de hoy comenzaremos con Educación Sexual.
Menuda mierda.
Educación Sexual es la asignatura que más ODIO. En serio. En el cole te dicen una cosa, en la vida real resulta ser todo lo contrario y para mal.
Básicamente el sistema ha sido impuesto por Hombres Alfa, ya que ellos constituyen más del 50% de la población humana. [Hay escasas probabilidades del nacimiento de Mujeres Alfa pero no es imposible]. Un aproximado al 30% corresponde a Omegas- con una igualdad de hombres y mujeres-, ellos por lo general ocupan empleos de menor rango o son utilizados para el concubinato, simplemente. [Cómo put*s, pues]. En el porcentaje restante podemos encontrar a los Beta, hay muy pocos empleos para su subgénero, debido a que los grandes empresarios se fijan en contratar Omegas con tal de saciar su deseo sexual, además... he escuchado que mientras más grande sea el harén de un Alfa su estatus social será más alto.
Los docentes te lo pintan de tonos rosa, por lógica, de lo contrario no existiría un orden.
Quizás esto suene como a una dictadura pero... las personas están tan acostumbradas a este modo de vida que, ya nunca protestan y siempre se acatan a seguir las reglas, es más, incluso lo han encontrado meramente placentero.
Nuestra sociedad gira en torno al SEXO.
Destaca la lujuria sobre el propio razonamiento humano.
Nos hemos convertido en Animales.
Y yo soy una de Ellos. He comenzado a temerme a mí misma y a mi propia naturaleza.
-Nao- me habló Oliver con su típico tono desinteresado- Te lo manda Alexa.
Me tendió una hoja de papel doblada, al abrirla me encontré con un elaborado dibujo del profesor, lo ilustró con una cabeza gigantesca, su nariz era puntiaguda como la de una bruja y la sonrisa amarilla a causa del abuso de tabaco, estaba montado en una escoba, en la esquina inferior yacía la leyenda "Profesor Mierdoza" y en una nube estaba encerró el diálogo de: "Mis chulos, hoy hablaremos de educación sexual <3".
(Mis disculpas a las personas que se apelliden Mendoza, por cierto).
Volví la mirada a la autora de semejante obra maestra.
Ella sonreía, yo no pude evitar corresponderle.