Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Strunz por Momino

[Reviews - 342]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Ya estoy aquí, de nuevo!

Lean, lean lean.

Capítulo 12

Deidara, el novio de Itachi, estaba vivo. Y se encontraba con el DOD. Sonaba loco y pasé por cada estado de negación mientras me dirigía a casa, pero era él. Esa cara se había grabado en mi memoria. Paseé por la casa hasta que Pain se presentó, aturdido por lo que esto podría significar.

Me dio una mirada y frunció el ceño. —Te ves como si hubieras visto a un fantasma.

—Creo que lo vi, ttebayou—Mis manos se abrieron y cerraron a mis costados—. Creo que vi a Deidara hoy con un tipo del DOD, de veras.

El ojigris frunció el ceño. —¿Quién es Deidara?

Se sentía mal decirle esto a Pain, pero necesitaba decírselo a alguien.

—Deidara era el novio de Itachi. Itachi era el hermano mayor de Sasuke y Sai. Ellos fueron supuestamente atacados por un Arum y asesinados, de veras, pero sus cuerpos se los llevó el DOD antes de que Sasuke o Sai pudieran verlos, ttebayou.

En sus ojos se vio el entendimiento. —Hombre, es curioso. Cada Luxen  tiene dos hermanos más.

Asentí con la cabeza. —Pero si realmente era él, y estoy muy seguro de que era él, en serio, ¿Qué significa eso?

Pain se sentó en el brazo del sillón, girando el control remoto de la televisión una y otra vez en sus manos... sin tocarlo. —¿Qué tan cercanos eran Itachi y Deidara?

Entonces caí en cuenta. Todo parecía tan claro. Las paredes se inclinaron un poco, mientras el pánico perforaba todo mi pecho. —Oh por Kami, el hermano mayor de Sasuke sanó a Deidara. Eso es lo que todos piensan, ttebayou. Que se hirió de alguna manera y él lo curo. Lo pudo haber mutado, ¿verdad?

El de cabellos anaranjados asintió. —Maldición...

—Y apuesto a que Deidara es el sobrenombre de “Nendo” y... ¿Y cómo era ese chico, el que te dijo acerca del DOD, ttebayou?

Sus cejas se levantaron. —Tenia cabello largo rubio, un poco más oscuro que el tuyo. Rasgos como afilados, de ojos azules,  pero muy apuesto.

Todo empezó a encajar. —Esto es una locura, ttebayou. ¿Cómo se habrá enterado el DOD acerca de él? Él e Itachi desaparecieron solo un par de días después de lo que sucedió entre ellos, a no ser... a no ser que alguien sospechará que Deidara fue curado y le dijera al DOD, dattebayou. —Mi estómago cayó mientras trataba de ordenar mi cabello con la palma de mi mano—. ¿Quién haría eso? ¿Uno de los Luxen?

—No lo sé. No me extrañaría que el DOD tuviera a algún Luxen siendo sus ojos y oídos —dijo, frotando su ceja—. Hombre, eso apesta.

Apestar sobrepasaba los límites. Eso significaba que alguien cercano a los Uchiha, probablemente, los traicionó de la peor manera posible. Rabia fluyó a través de mí. Me giré justo cuando las cortinas se elevaron mientras una brisa de aire entró en la habitación. Un pequeño ciclón de libros y revistas se movieron por la sala, girando y girando.

—Vaya, cálmate, Tormenta.

Parpadeé y el ciclón se deshizo. Suspirando, recogí los libros y las revistas dispersadas alrededor de la habitación. Mi pulso vibraba en mis oídos mientras mi mente corría en lo que había descubierto. —Si el DOD tiene a Dei, ¿entonces que hicieron con Itachi? ¿Crees que sigue vivo?

Esa idea provocó esperanza. Si Itachi vivía, eso sería... sería como si mi padre estuviera aún vivo. Mi vida cambiaría. Las vidas de los Uchiha cambiarían para mejor. Volverían a ser una familia otra vez...

El pelinaranja me agarró del brazo gentilmente, girándome para enfrentarlo.

—Sé lo que estás pensando. Cuan maravilloso sería para él aun seguir con vida, pero Naruto, el DOD no quiere a Itachi. Ellos quieren a Deidara. Y harán cualquier cosa para controlar a los humanos mutados. Si el DOD le dijo a su familia que murió...

—Pero no sabes si dijeron la verdad, dattebayou —protesté.

—¿Por qué lo mantendrían vivo, Naruto? Si ese es realmente Nendo-Deidara entonces tienen lo que quieren. Itachi estará muerto.

No podía creer eso. Había una probabilidad de que estuviera vivo y no había manera en que pudiera vivir conmigo mismo sin decirle a Sasuke y a Sai.

—Naruto, no puede estar vivo. Ellos son despiadados —persistió y su agarre se estrechó en mi brazo—, entiendes eso, ¿verdad? —sacudió mi brazo. Duro—. ¿¡ Verdad!?

Sorprendido por su tenacidad, levanté mi barbilla. Mis ojos se encontraron con los suyos y había algo mal en ellos, se encontraban ligeramente desviados y aterradores, como cuando sonrió y me tiró el cuchillo a la cabeza. Hielo corrió por mis venas.

—Sí, entiendo, ttebayou. Probablemente ni siquiera era él —Tragué, forzando una sonrisa—. Pain, ¿puedes soltar mi brazo? Me estás haciendo daño, de veras.

Parpadeó y después pareció notar que había estado apretando mi brazo. Lo soltó y ahogó una risa. —Lo siento. Solo no te quiero llenar de falsas esperanzas. O que hagas algo loco, Naru.

—No, mis esperanzas no están tan altas, en serio —Frotando mí brazo, retrocedí—. ¿Y qué podría hacer de todas maneras? Nunca le diría a Sasuke o Sai si no estuviera seguro, dattebayou.

Aliviado, sonrió. —Bien. Empecemos a entrenar.

Asintiendo, dejé el tema y esperé que Pain lo olvidara. Nuestro entrenamiento consistió en congelar cosas y tan pronto se fue, me apresuré a tomar mi celular. Era cerca de media noche, pero le envié un mensaje de texto al Uchiha mayor de todas maneras.

¿Puedes venir?

Espere diez minutos antes de escribirle nuevamente.

¡¡¡Es importante!!!

Pasaron otros diez minutos y ya empezaba a sentirme como si fuera uno de esos novios y novias psicóticos que le enviaban mensajes basura a su pareja hasta que respondía. Maldito era. Maldiciendo, le mande un texto más.

Es acerca de Itachi.

Ni siquiera pasó un minuto, sentí la brisa caliente en mi cuello. Con el estómago temblando y retorciéndose, respondí a la puerta. —Teme...—Mis palabras murieron y mis ojos se agrandaron. Debí haberlo despertado, porque...

Sin camisa. Otra vez.

Tendría que estar bajo los -1 °C, pero él se encontraba allí, de pie frente a mí en unos flamantes pantalones de pijama y nada más que su gloriosa, perfecta pálida piel sobre músculo duro. No había olvidado como lucia sin camisa, pero mi memoria no le había dado ni una pizca de justicia.

Sasuke dio un paso al interior, sus ojos rasgados y luminosos.

—¿Qué pasa con Itachi, dobe?

Cerré la puerta, mi corazón acelerado. ¿Qué, si decirle era un error? ¿Qué, si Itachi estaba muerto? Solo estaría arruinando la vida de Sasuke aún más. Tal vez debí de haber escuchado a Pain.

—Naruto —espetó el azabache, impaciente.

—Perdón, ttebayou —Me moví alrededor de él, con cuidado de no tocar ninguna parte de su piel expuesta y fui al comedor. Apareciendo enfrente de mí, plantó sus manos en sus caderas. Tomé una respiración profunda—. Vi a Deidara hoy, ¡de veras!

Sasuke ladeó su cabeza y parpadeó una vez, luego dos.

—¿Qué?

—El novio de Ita...

—Sé lo que dijiste, usuratonkachi —Me interrumpió, arrastrando ambas manos por su despeinado cabello. Por un momento, me distraje un poco por la forma en que los músculos de sus brazos y hombros se ondularon. Concéntrate.

—¿Cómo puedes estar seguro de que era él, Naruto? Nunca lo has visto.

—He visto su volante de persona desaparecida, dattebayou. Es una cara que no puedo olvidar —Me senté, envolviendo mis brazos alrededor de mis rodillas—. Era él, en serio.

—Mierda... —Sasuke se sentó a mi lado en el sofá, arrojando sus manos entre sus piernas—. ¿Dónde lo viste?

Vi la confusión sobre su cara y no quería otra cosa que reconfortarlo de alguna manera.

—En la oficina postal después de la escuela, ttebayou.

—¿Y esperaste hasta ahorita para decirme, dobe? —Antes de que pudiera responder, se rio bajo su aliento—. ¿Es porqué entrenabas con Pucca y tenías que esperar hasta que se fuera para hablar conmigo?

Apretando mis rodillas, tiré de mi barbilla. Sasuke debió de haber sido la primera persona a la quien debí recurrir. Me encontraba en shock por lo que vi, las sesiones de entrenamiento no eran tan importantes o una buena excusa. —Lo siento, pero te lo estoy diciendo ahora, dattebayou.

Asintió secamente y miró el árbol de Navidad. Parecía una eternidad desde que lo pusimos. —Demonios, no... ni siquiera sé qué decir. ¿Deidara está vivo?

Asentí, presionando mis labios juntos. —Sasuke, lo vi con Kabuto. Está con el DOD, dattebayou. Se encontraban estacionados en un lado del camino y la puerta del carro se encontraba abierta. Así es como los vi, ¡de veras! Cerraba la puerta y el maldito parecía enojado.

Sasuke lentamente giró su cabeza hacia mí y nuestras miradas se quedaron atrapadas. El tiempo se extendió. Un sin fin de emociones pasó por sus ojos, volviéndolos de un negro brillante a un oscuro, tormentoso color rojo. Vi el momento en el cual comprendió en lo que me metía, el segundo, que su mundo entero se derrumbó y fue reconstruido.

Ante la sospecha de que Itachi sanó a Deidara, deducíamos que la desaparición de ambos por culpa del DOD en lugar de por un Arum no era tan difícil de creer. No después de descubrir que al haberme sanado, Sasuke también me cambió. Y eso traía el nombre de Pain en conflicto, más todo lo que nos ha dicho sobre del DOD y su búsqueda por humanos mutados.

El Uchiha  era inteligente.

Se puso de pie y en segundos, estaba fuera de su forma humana y cegándome. Su luz se encendió en un tono de blanco azulado mientras silbaba por la habitación. El viento se fortaleció, agitando las bombillas del árbol de Navidad. —¿Se encontraba con el DOD? —me susurró su voz, enfurecido, en mi mente—. ¿El DOD es responsable de esto?

Escuchar la voz del pelinegro en mi cabeza siempre me llevaba unos segundos para acostumbrarme, y fuera de hábito le respondí verbalmente.

—No lo sé, teme, pero esa no es la peor parte de esto, de veras. ¿Cómo sabría el DOD lo que sucedió entre Itachi y Deidara a menos...?

—¿A menos que alguien les dijera? —Su luz se encendió y una ráfaga de calor llenó la habitación—. Pero Itachi ni siquiera me dijo que lo había sanado o que algo había sucedido. ¿Cómo podría alguien haberlo sabido? A menos que alguien los hubiera visto a parte de mí, sospechando lo que pasaba, y nos traicionó...

Asentí, ni siquiera seguro de si me miraba o no. Todo lo que podía ver era su forma, no rasgos, no ojos. —Eso era lo que había estado pensando, dattebayou.

Tenía que ser que alguien que los conocía y eso limita los sospechosos.

Varios momentos pasaron y la temperatura en el cuarto continúo ascendiendo. —Necesito saber quién nos traicionó. Entonces, les haré desear nunca haber aterrizado en este planeta.

Con los ojos abiertos, me levanté y  me abracé a mí mismo.

Tragando, tome la oportunidad. —¿Sasuke?

Sus luces parpadearon. —Te escucho.

Más pruebas de que nuestra conexión no se había ido a ninguna parte. —Sé que estas empeñado por venganza, pero lo más importante, ¿Qué, si Itachi sigue con vida?

Sasuke flotó sobre mí y pequeñas gotas de sudor se deslizaron por mi frente. No sabía si debería estar feliz o triste. —Está vivo, ¿pero dónde? El DOD lo tendría, y si ese es el caso, ¿Qué clase de vida ha tenido? ¿Por dos años? —Sus siguientes palabras sonaron atragantadas, incluso en mi mente—. ¿Qué le han estado haciendo, dobe?

Lágrimas llenaron mis ojos, haciendo borrosa su luz. —Lo siento, Sasuke. Realmente lo siento. Pero si está vivo, entonces está vivo, ¡de veras! —Estiré mi mano, colocándola a través de la luz, tocando su pecho. La luz se encendió erráticamente y después se calmó. Mis dedos zumbaban—. Eso tiene que significar algo, ¿cierto?

—Sí, si lo significa, dobe —Entonces retrocedió, y un segundo después regresó en su forma humana—. Necesito averiguar si mi hermano está vivo y si no lo está... —miró la lejanía, su mandíbula apretada—. Necesito saber cómo y porqué murió. Es obvio que era porque querían a Deidara, ¿pero a mi hermano?

Me senté de regreso, pasando mi palma sobre mi frente. —No sé... —Sasuke agarró mi mano tan rápido, que jadeé—. ¿Qué estás haciendo, teme?

Giró mi mano, sus cejas en un ceño. —¿Qué es esto, Naruto?

—¿Eh? —Bajé la mirada y mi corazón tartamudeó. Una contusión profunda, púrpura rodeaba mi muñeca, justo donde Pain me había agarrado más temprano. —No es nada, ttebayou —dije rápidamente—. Golpeé mi mano con el mostrador más temprano, de veras.

Sus ojos subieron, agujereando los míos. —¿Estás seguro de que eso fue lo que sucedió?, porque te juro que si no, dime y ese problema será resuelto, usuratonkachi.

Forcé una risa y rodé los ojos para más dramatización. No había duda en mi mente de que el pelinegro le haría algo terrible a Yahiko incluso aunque fuera un accidente. No había tonos grises con él. —Sí, bastardo, eso fue todo lo que sucedió. Rayos.

Estudiándome, retrocedió y se sentó en el sofá. Varios momentos pasaron. —No le digas a Sai sobre esto, ¿Vale? No hasta que tengamos más pistas o algo. No quiero que sepa algo antes de que estemos seguros, dobe.

Genial. Una mentira más, pero podía entender el porqué. —¿Cómo vas a conseguir pistas, teme?

—Dijiste que viste a Deidara con Kabuto, ¿cierto?

Asentí.

—Bueno, resulta que sé dónde vive. Y probablemente sabe en donde esta Deidara y lo que le sucedió a Itachi.

—¿Cómo sabes en donde vive, ttebayou?

Sonrió, un poquito malignamente. —Tengo mis medios, dobe.

Un nuevo pánico escavo con dedos gélidos. —Espera. Oh, no, no puedes ir a por él, dattebayou. ¡Es una locura y además peligroso, de veras!

El ojinegro arqueó una ceja. —Como si te importara lo que me sucediera, Kitsune.

Mi boca cayó abierta. —¡Me importa, imbécil! Prométeme que no harás algo estúpido, ttebayou.

Observándome unos pocos segundos, su sonrisa se volvió triste. —No hago promesas que sé que romperé, dobe.

—¡Argh! Eres tan malditamente frustrante. No te lo dije para que salieras e hicieras algo estúpido, ¡de veras, bastardo!

—No voy a hacer nada estúpido, dobe. E incluso si el plan es riesgoso y loco, es un nivel bien pensado de estupidez.

Puse los ojos en blanco. —Eso es tranquilizador. Como sea, ¿Cómo sabes en donde vive, ttebayou?

—Desde que estamos rodeados por personas que posiblemente quieren hacerle daño a mi familia, tiendo a tener control sobre ellos así como ellos tienen control en mí. —Se echó hacia atrás, estirando sus brazos hasta que su espalda se inclinó. Kamisama, tuve que mirar hacia otro lado. Pero no antes de que captara un destello de satisfacción en sus ojos—. Se ha estado quedando en un rentado por Sunagakure, pero no estoy seguro exactamente en qué parte.

Me moví en el sofá, bostezando. —¿Qué vas a hacer? ¿Espiarlo fuera de su pórtico, ttebayou?

—Sí.

—¿Qué? ¿Tienes un fetichismo con James Bond, teme?

—Posiblemente, dobe —replicó—. Solo necesito un carro que no sea fácilmente reconocible. ¿Trabaja tu mamá mañana?

Mis cejas se levantaron. —No, tiene la tarde libre y posiblemente estará durmiendo, pero...

—Su coche sería perfecto. —Cambió su peso en el sofá y estaba ahora tan cerca, su desnudez presionada contra mí—. Incluso si Kabuto ve su carro, no sospechará que sea de ella.

Me deslicé. —No te voy a dejar tomar el auto de mi mamá, bastardo.

—¿Por qué no? —avanzó más, sonriendo. Una sonrisa encantadora, la que usó con mamá la primera vez que se conocieron—. Soy un buen conductor, dobe.

—Ese no es el punto, dattebayou —me moví contra el brazo del sofá—. No puedo dejarte simplemente tomar su auto sin mí.

Frunció el ceño. —No te involucrarás en esto.

Pero quería involucrarme en esto, porque me involucraba. Sacudí mi cabeza. —Quieres el auto de mi mamá, entonces tienes que conseguirme junto con él, ttebayou. Es un especial de dos por uno, de veras.

Sasuke levantó su barbilla ahora, mirando a través de sus apretadas pestañas. —¿Conseguirte? Ahora ese trato suena más interesante, dobe.

Mis mejillas se encendieron. El azabache ya me tenía, pero él no lo sabía. —Como en una asociación, Sasuke.

—Hmm. —él vaciló a la puerta—. Te quiero listo después de la escuela mañana, dobe. Deshazte de Pedrito por cualquier medio necesario. Y no le digas ni una palabra de esto. Tú y yo vamos a jugar a los espías solos.

Continuará...

Notas finales:

¡Estaré esperando sus comentarios! Puede que mañana haga actualización, aun no es seguro, trataré.

¿Nos leemos pronto?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).