Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Medicina Experimental (Editado) por Izuspp

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 4

Una sorpresa de verano

Esa noche Pete no pudo dormir del todo bien, ya que evocaba a cada momento, el recuerdo de lo recién ocurrido con el doctor. No le preocupaba que se hubiese mostrado de esa manera con él, lo que no lo dejaba conciliar el sueño, era el hecho de estar tan inquieto y nervioso cuando ocurrió todo aquello. A él nunca se le había pasado por la mente, ni por un instante en su vida que otro hombre pudiese hacerlo sonrojar tan fácilmente y con algo tan simple. No comprendía a que se debía, ese hombre tenía un aura extraña que le daba calosfríos y a la vez; se sentía muy bien estando cerca de él. Luego de mucho pensarlo llegó a la única conclusión lógica que pudo encontrar: había desarrollado una idolatría obsesiva por el doctor, al ser una persona tan centrada y dedicada a los demás; todo lo contrario a él mismo.

Hasta que se convenció de que lo que sentía era mera admiración, fue que pudo dormir a gusto, con tan mala suerte de que tan solo una hora después, tuvo que levantarse para comenzar con el trabajo nuevamente. Luego de alimentar a su gallina y pollito, salió con el cesto en mano dispuesto a encontrar las hierbas correctas, no quería defraudar al doctor esta vez. Camino a la montaña, se le ocurrió pasar a ver las aguas termales que le dijeron que había por allí cerca, pensaba que luego del trabajo podría darse un chapuzón caliente, pero por el momento tan solo quería comprobar que en efecto estas se encontraban allí.

Al llegar, pudo observar la cascada en donde los aldeanos decían que ofrendaban alimentos a la diosa. Frente a esta, se encontraba una pared hecha de cañas de bambú, sobre esta se podía observar el vapor que salía producto del calor de las pozas. Cuando Pete iba a abrir la puerta para observar, escuchó una voz a sus espaldas.

—¡Hola jovencito! — Pete se dio la vuelta para encontrarse con un anciano calvo, con lentes y con una graciosa barba blanca y larga. A su lado se encontraba una pequeña niña de cabello largo trenzado a los lados, ambos lo miraban sonrientes.

—Buenos días...— Contestó desconfiado, al no saber quiénes eran, pero mostrando una sonrisa cortés.

—No nos conocemos aún, a pesar de que tienes ya bastante tiempo de haber llegado al pueblo. Mi nombre es Barley, tengo un rancho en donde crío y vendo vacas, ovejas y caballos. Esta es mi nieta May, es un placer el poder conocerte al fin. — Se presentó.

—El gusto es mío. — Contestó ya más confiado Pete, pensando en cómo era posible que aún no terminara de conocer a toda la gente de ese pequeño pueblo. — He estado sumamente ocupado, me temo que no me ha ido muy bien desde que llegué al pueblo, es por eso que aún no termino de familiarizarme con todos, ni con el pueblo.

El anciano caminó hacia la entrada de la poza de aguas termales y luego volteó a ver nuevamente a Pete.

—Entiendo… ¿estabas conociendo las pozas? Déjame contarte que estas aguas tienen unos poderes maravillosos, cuando estés muy cansado puedes venir aquí a relajarte un poco, verás que te sentirás renovado y con energías. También, son muy buenas para cocinar los huevos. — Explicó sonrientemente el anciano.

—¡Eso haré! Pero por ahora, tengo que ir a trabajar. Espero poder pronto reunir el suficiente dinero para ir a su tienda y comprar alguno de los animales. ¡Que estén bien! — Pete se despidió sonriéndoles y salió nuevamente montaña arriba a buscar las hierbas para el doctor.

Unos cuantos días después de seguir la misma rutina, Pete había reunido una cantidad bastante importante de dinero, y por lo tanto decidió que era hora de comenzar a plantar. El último día en que ayudaría al doctor, Pete procuró reunir muchísimas hierbas; para terminar muy bien su trabajo. Recogió tantas que necesitó dos canastos para colocarlas todas.

—¡Buen trabajo! Hoy conseguiste muchas.

—Sí. Doctor, lo que ocurre es que he decidido dejar de hacer este trabajo para usted y comenzar a dedicarme a mi granja.

—Ya veo…— El doctor no mostró sorpresa, enfado, o ninguna otra expresión.

—No es que no quiera ayudarlo más, es que ya ha pasado mucho tiempo y no he logrado poner en funcionamiento mi granja. Ya va siendo hora de comenzar a hacerlo.

—No te preocupes, has sido de enorme ayuda para nosotros y tenemos más que suficiente reserva de hierbas, todo gracias a ti. Lo que me gustaría saber ahora es, ¿qué tienes pensado comenzar a hacer en tu granja? — Interrogó el doctor, mirándolo seriamente.

—Bueno, quiero comenzar a plantar ¿por qué lo pregunta? — A Pete le extrañaba un poco esa interrogante por parte del otro hombre.

—Mira esto…— el doctor posó su dedo en el calendario, mostrándole la fecha en la que se encontraban.

—¿Sí?...

—¡Pete! Concéntrate por una vez en tu vida ¿quieres?

—Llámeme tonto si quiere, pero no termino de entender. — El granjero se sonrojó un poco al ver la expresión del doctor. Claramente podría leer un "¿Cómo es que no puedes ver esto tan evidente? ¡Idiota!" en ese rostro.

El doctor empujó a Pete afuera de la clínica y le mostró el paisaje rural de su pueblo: el cielo, los árboles, los caminos.

—¿No sientes el calor?

—¿Calor?

El doctor suspiró y tomó a Pete por los hombros mirándolo fijamente al rostro.

—Escúchame, te explicaré esto sólo una vez y espero que lo aprendas. Es algo que los granjeros saben muy bien y aunque es muy lógico, es vital para subsistir. — Dijo seriamente.

—Bien, lo escucho. — Pete estaba bastante incómodo con las manos del hombre sobre él y su rostro tan cerca del propio, pero intentó no pensar en lo extraño que se sentía y procuró poner suma atención a lo que le iba a decir.

—Estamos a punto de cambiar de estación. Si siembras ahora, los cultivos de primavera no alcanzarán a crecer y dar frutos antes de que la estación haya pasado. Cuando llegue el verano, tus plantas morirán; así pasa en cada cambio de estación. No es lógico que siembres ahora para perder todo el dinero y el tiempo invertido. Te recomiendo que te dediques a las labores de limpieza y dejes los cultivos para cuando haya llegado el verano. — Explicó atentamente.

Pete no podía creer que se le hubiera pasado algo tan obvio por alto. Era lo lógico y no entendía cómo demonios no lo había pensado antes. Nuevamente el doctor le había sido de gran ayuda. Tantas ansias tenía por cultivar, que había olvidado ese importante detalle; pero gracias a su explicación, fue salvado de desperdiciar dinero, tiempo y esfuerzo.

—Muchísimas gracias doctor, no tengo con que agradecerle toda la ayuda que me ha dado hasta ahora. — Dijo Pete, ofreciéndole una sonrisa alegre, aunque aún se sentía muy avergonzado.

—No tienes que agradecer. Es mi deseo que todos los habitantes del pueblo estén bien y si puedo ayudar en ello; lo hago con mucho placer. Además…— el doctor acercó su rostro mucho más, al del contrario, logrando que el sonrojo aumentara, la sonrisa se desvaneciera y su corazón palpitara rápidamente. —desde que te conocí me caíste muy bien y quiero ayudarte en todo lo que pueda.

—¿Por qué? — Se aventuró a preguntar Pete, aunque casi no le salía la voz.

—No tengo idea, pero siento que es mi deber protegerte. — Contestó el doctor indiferente, pero taladrando a Pete con su intensa mirada.

—Le agradezco mucho ¡Tengo que irme! ¡Nos veremos! — Dicho eso, Pete se deshizo del agarre del hombre y se fue corriendo de allí lo más rápido que pudo. Sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier momento. "¡Por amor a la Diosa! ¿Qué te ocurre, Pete? ¿Qué te ocurre?"


 

Los días pasaron y Pete se ocupó únicamente de limpiar el campo y cuidar de sus animales. El dinero que había logrado recolectar con las hierbas, el trabajo en la granja avícola y lo poco que podía lograr con los huevos; le era suficiente para subsistir en esos días. Solo esperaba pacientemente el cambio de estación y que a la tienda llegaran las semillas de temporada, para de ese modo comenzar a cultivar. Y sabía que sería muy pronto, el calor era abrasador cada día, el verano se avecinaba y eso emocionaba mucho al granjero; pero él no tenía idea de la sorpresa y el descubrimiento que esa época le traería.

Uno de tantos días, Pete se encontraba preparando su desayuno cuando tocaron a la puerta. Dejó el tazón con la mezcla que se convertiría en su comida para ir a atender, refunfuñando de que lo molestaran tan temprano en la mañana

—¿Sí? — Dijo al abrir la puerta, para descubrir que quien estaba tras ella era un completo desconocido.

—¡Hola! ¡Buenos días! Me llamo Kai y vengo aquí todos los veranos, me enteré de que eres nuevo en el pueblo y quise venir a presentarme. — Se trataba de un joven de piel morena, quien llevaba en su cabeza un pañuelo púrpura. Era muy jovial y extrovertido; totalmente diferente a todos los que vivían en Mineral Town. — En verano, abro mi restaurante en la playa ¡espero verte por ahí pronto, Pete! — Dicho eso Kai se fue rápidamente, dejando a Pete en la puerta tan solo observándolo partir.

—¡Vaya tipo más raro! Ni siquiera me dejó decir una sola palabra. Tendré que pasar por su restaurante uno de estos días...

Luego de desayunar Pete decidió ir a la tienda a ver si ya tenían las semillas correspondientes al verano. Al llegar se puso sumamente contento ya que pudo encontrar las dichosas semillas, compró tomate, maíz y cebolla; y salió rápidamente en dirección a su granja para sembrarlas. Ya en la casa, tomó sus herramientas y comenzó a arar el campo, para posteriormente depositar las semillas en la tierra y regarlas. Estaba muy satisfecho y emocionado, en un tiempo tendría los cultivos que tanto soñó, no podía esperar para ver los primeros brotes. Además, se prometió dar lo mejor de sí mismo para cuidarlos. Se encontraba muy feliz observando su sembradío, cuando Rick llegó a su granja y caminó hasta donde Pete se encontraba saludándolo.

—Buenas tardes Pete. Solo venía a invitarte a la playa mañana. — Dijo el rubio.

—¿Invitarme a la playa? ¿por qué? — Preguntó confuso.

—¡No te hagas ideas equivocadas! Mañana llevaremos a cabo la competencia de natación en la playa a las diez de la mañana en punto, así que espero verte allá Pete. — Explicó

—¿Competencia?

—¡Sí! Todos los años se llevan a cabo distintas competencias y festivales en el pueblo. De hecho, en primavera hubo varios, pero no vinimos a invitarte porque te la pasabas muy ocupado. Pienso que ya es hora de que vayas conociendo las tradiciones de Mineral Town, así que como te dije; espero que mañana vayas y participes. ¡Será muy divertido!

—Ya veo. ¡Gracias Rick, allí estaré! — El rubio se despidió y abandonó la granja dejando a Pete contemplando su campo nuevamente. Pete pensó que ese pueblo no era tan aburrido después de todo, solo no había tenido tiempo de conocer todo lo que pasaba allí.

Al día siguiente desde muy temprano Pete ya había alimentado a sus animales y regado su campo, ansioso porque el tiempo pasara rápido y poder ver sus cultivos; y lo más importante, cosechar de ellos. A las diez de la mañana ya se encontraba en la playa, parecía que todos en el pueblo estaban allí. Pete se dedicaba a saludar a quienes reconocía, cuando fue tomado del brazo y al voltear a ver se dio cuenta que se trataba de Rick.

—¡Buen día Pete! ¿Listo para competir?

—Hola Rick, eso creo. No sé nadar muy bien, pero haré lo que pueda.

—¡Así se habla! Entonces ven conmigo para que puedas cambiarte.

—¡Olvidé que no tengo traje de baño! — Una vez más, Pete se sentía el ser más estúpido del planeta. Jamás se detuvo a pensar que necesitaba un traje de baño para nadar.

—¿Cómo no? ¿En qué pensabas viniendo a una competencia de natación sin un traje de baño? Bueno eso no importa, te prestaré uno y asunto arreglado. ¡Sígueme!

Rick llevó a Pete hasta la casa de Zack, quien vivía en la playa. Pete solo había visto esa casa por fuera el día que llegó al pueblo, y eso le hacía pensar que en definitiva tenía que comenzar a tomarse el tiempo de visitar a sus vecinos y conocerlos mejor; además de explorar más a fondo el pueblo y sus alrededores. El granjero se sorprendió bastante, ya que dentro de la casa se encontraban prácticamente todos los hombres jóvenes del pueblo.

—¡Buenos días! — Les saludó a todos al entrar, a lo que le contestaron con señas de mano e inclinaciones de cabeza.

—Toma Pete, puedes usar este traje de baño. — Rick le entregó unos pantaloncillos color azul y Pete le agradeció algo avergonzado. –Entonces los dejo, cuando estén listos pueden salir para comenzar con la competencia, todos están esperando afuera. — El rubio salió de la casa y fue cuando Pete se dispuso a cambiarse.

Dejó sus cosas en una esquina de la casa y comenzó a desvestirse, mirando de reojo a todos los demás. Por un lado se encontraba Gray, no pensaba que alguien tan tímido como él pudiera participar en concursos como esos. Luego pudo ver también a Cliff, ese era aún más sorpresivo; ya que Cliff era aún más tímido e introvertido que Gray. Pete se preguntaba cómo era que se había animado a participar siendo que no le hablaba a nadie en el pueblo, pero sospechaba que Ann tenía algo que ver con eso. Seguidamente pudo ver a Harris, él era el hijo del alcalde, era un policía que se la pasaba todo el tiempo patrullando el pueblo y se quejaba de lo poco emocionante que su trabajo era, siendo Mineral Town un lugar tan pacífico.

—¡Pete! ¡Qué bueno que estás aquí! — La voz le pertenecía a Kai, quien se había acercado a Pete cuando este estaba distraído viendo a los demás. Kai ya estaba en su traje de baño: se trataba de una pieza bastante diminuta y ajustada, que no dejaba mucho a la imaginación. Pete también pudo ver lo bien formado del cuerpo del moreno. Sus abdominales y músculos se marcaban bastante, sin dejar de ser esbelto. Ahora que lo notaba, la mayoría de los jóvenes tenían esa contextura o parecida; lo que le hizo avergonzarse de su cuerpo que lucía tan debilucho y enfermizo. Pero ¿qué podía hacer? Él era un simple citadino y todos ellos se habían criado en el campo, al aire libre y realizando labores pesadas.

—Hola Kai, decidí participar, aunque no sepa nadar muy bien. Lo hago solo por diversión ya que sé que nunca ganaré. — Kai se acercó mucho más a Pete y el granjero no pudo evitar incomodarse, al ver lo realmente ajustado que estaba el traje de baño de este.

—¿Ah sí? Bueno, tendrás todo un año para practicar, espero que la próxima vez sí vengas preparado. Apresúrate a cambiarte, que ya todos están esperándonos.

—Sí, es lo que estaba a punto de ha… ¿qué haces? — Pete no pudo terminar su oración, ya que Kai había comenzado a intentar desnudarlo.

—Solo estoy ayudándote, nos estás retrasando. — Dijo sonriente, el vigoroso muchacho.

—¡Puedo hacerlo por mi cuenta! — Pete no creía lo atrevido y confiado que resultó ser Kai, estaba completamente sonrojado, mientras intentaba evitar que el joven le quitara la ropa.

—¡Kai! Déjalo que se cambie solo, no se trata de un niño. — El doctor que también estaba presente, intervino en la jocosa situación.

—¡Vamos doc! Solo lo estoy ayudando un poco.

—Pete no necesita que lo ayuden, salgamos para que los demás no se impacienten, él nos alcanzará allá.

—Bien, bien. ¡apresúrate entonces Pete! — Tanto Kai como el doctor y los demás salieron de la casa, dejando a Pete solo y a medio desnudar.

—¡Demonios! ¿qué fue todo eso? Supongo que es su forma de ser, tengo que comenzar a aprender a tratar con toda esta gente. — Pete se cambió rápidamente y salió, viendo que todos ya se encontraban en la línea de salida, así que se dispuso a tomar su posición.

—Las reglas son sencillas: deben llegar hasta esta roca, tocarla y volver a la orilla. El primero en llegar será el vencedor. — Explicó Rick a gritos, quien se encontraba de pie sobre una enorme roca, en medio del mar.

—¡Suerte Pete! — Le dijo Kai, quien estaba a su lado, mientras le sonreía con expresión de galán y le guiñaba un ojo. Pete no pudo evitar sentir un escalofrío recorriendo a lo largo de su espalda. No tenía idea del por qué, pero Kai le ponía nervioso e incluso le asustaba un poco.

—En sus marcas…. Listos…. ¡Ya! — Un silbato pitó y todos se lanzaron al agua. Pete se impresionó muchísimo ya que todos eran muy rápidos nadando; pero Kai, parecía que había vivido toda su vida en el agua. Era demasiado veloz y se movía con mucha facilidad. Mientras que él, se quedó rezagado a una distancia bastante lejana de los demás. Pensó que en definitiva, debía comenzar a practicar, para no quedar en ridículo el año próximo.

Rápidamente el moreno llegó a la roca y regresó a la orilla. Pete siquiera había llegado a la roca cuando Kai ya había ganado la competencia. En la playa algunos vitoreaban mientras que otros se mostraban algo molestos. Algunas de las chicas jóvenes corrieron a recibir a Kai y este les sonreía galantemente mientras conversaba con ellas.


 

—Y ya llegó ese tipo de nuevo. ¡Es tan molesto! — Caída la noche, Pete fue a la posada de Doug, donde como de costumbre estaban reunidos los hombres del pueblo. Se encontraba compartiendo la mesa con Duke, quien al ver entrar a Kai y subir las escaleras hacia las habitaciones; hizo ese comentario.

—¿Molesto? ¿por qué lo dice? — Interrogó Pete. Era cierto que desde el comienzo Kai le pareció extraño y escalofriante; pero no le parecía alguien capaz de perjudicar a los demás.

—¡Claro que sí! Viene cada verano a trabajar en su restaurante y a molestar a todo el mundo. — Se quejó el hombre.

—A mí no me parece molesto.

—¡Es que aún no lo conoces! Se la pasa coqueteando con todos los jóvenes que encuentra, no hace distinción de mujeres u hombres. Él solo flirtea con cada joven o señorita que se ponga en su camino. Lo peor de todo es que a las mujeres no les molesta en absoluto. Mi esposa Manna incluso, habla muy bien de él todo el tiempo y es lo mismo con todas las mujeres del pueblo. — La cara de Duke parecía un tomate maduro, iba enrojeciendo de ira a cada segundo que hablaba y describía la situación; contrastando con el color pálido que adquiría el rostro de Pete.

—Así que coqueteando… — No podía creer lo que sus oídos escuchaban. Se preguntaba si lo que había estado haciendo Kai, al llegar a presentarse el primer día y lo que había hecho esa mañana antes del concurso, era para coquetearle. Los calosfríos no hicieron más que aumentar en ese momento. Ahora pensaba que el doctor le había salvado de algo bastante incómodo, al detener a Kai, quien lo estaba desnudando. Pensó que el miedo que le provocaba era bastante fundamentado.

—¡Pete! ¡Pete! — Le llamaba Duke, quien se percató de que el granjero había quedado como en shock con la noticia.

—Disculpe…

—¡Muchacho! Es cierto que es algo bastante irritante, pero no es para que reacciones así. Siempre y cuando te mantengas alejado de él, no tienes nada que temer.

—Sí…

Al día siguiente Pete continuó con su rutina normal de cuidar de su granja. Terminó rápidamente y se sentó bajo la sombra de su manzano a disfrutar del día, estaba bastante adolorido por el esfuerzo del día anterior, no estaba acostumbrado al trabajo físico para nada, y sus músculos resentían el haber nadado en la competencia.

Comenzó a dar leves golpecitos a sus hombros, pero de pronto sintió unas manos masajeando estos. Se asustó muchísimo y volteó a ver en seguida, para descubrir a quien le pertenecían esas manos. Se trataba nada más y nada menos que de Kai, quien sonreía ampliamente.

—¡Hola Pete! Se nota que no estás acostumbrado a esto. — Dijo alegremente.

—¡Kai! ¿qué haces? — Preguntó Pete muy alarmado, mientras su rostro ya adoptaba ese color carmín acostumbrado.

—Solo estoy dándote un masaje, vine a visitarte y noté que lo necesitabas.

—No es necesario, yo…

—No te preocupes, será gratuito esta vez. — Kai le guiñó un ojo, mientras continuaba masajeándolo.

—No es eso, es que…— en ese momento Kai le dio la vuelta a Pete, quedando frente a frente. La expresión del moreno era una capaz de cautivar a cualquier mujer, pero Pete solo sentía temor y vergüenza.

—¿Acaso quieres pagarme de todos modos? Porque a mí se me ocurre un medio de pago con el cual quedaría muy satisfecho…— Kai acercaba su rostro lentamente al de Pete, sus labios casi rozaban los del granjero.

—Kai…— Pete, que estaba como paralizado, lo único que acató a hacer fue cerrar sus ojos fuertemente y que pasara lo que tuviera que pasar. Al instante sintió los cálidos y carnosos labios del moreno devorando los propios. Era una sensación extraña, Pete solo había besado un par de veces en su vida y no estaba muy acostumbrado. Pero descubrió que del todo no le desagradaba. Aún seguía en shock y por eso no correspondió el beso, aunque tampoco tenía pensado hacerlo. Sin embargo, tampoco lo rechazó.

Como si no estuviese satisfecho, Kai introdujo su lengua dentro de la boca de Pete, explorándola con esta y profundizando el beso cada vez más. Empujaba la nuca de Pete al frente, como si en verdad quisiera devorarlo. Pete solo acató a aferrarse fuertemente de los brazos del joven, que lo engullía lentamente. Pero entonces Pete se aventuró a abrir los ojos, pudo observar de cerca la tersa y bronceada piel de Kai. Aunque esa visión hermosa, pronto fue nublada por el horror que Pete comenzó a sentir. Al voltear a ver hacia un lado, se encontró con nada más y nada menos que el doctor, quien estaba observando todo aquel espectáculo, mostrando una expresión que Pete jamás le había visto.

Pete se deshizo del hambriento moreno que tenía sobre sí y con una mezcla de vergüenza y horror volteó a ver al doctor, quien continuaba de pie como si estuviese pasando por un tremendo shock y sus piernas no respondiesen cuando le ordenaban que lo sacaran de allí. Kai se volteó y se percató de la presencia del hombre.

—¡Hola doc! Me parece que está interrumpiendo, pero por ser usted ha de ser algo importante ¿cierto? Así que, me retiraré de momento. — El moreno se puso de pie y le guiñó un ojo a Pete —Nos veremos luego, solo tienes que recordarme en dónde nos quedamos. — Dicho eso, abandonó la granja no sin antes regalarle una de sus bonitas sonrisas al doctor.

—Doctor…

Continuará…

 


 

Notas finales:

 

Ya comienza lo ghei :v jajaja

La verdad el personaje de Kai me gusta mucho, en varias ocasiones lo tomé como esposo en los juegos. Su estilo de vida liberal y su forma alegre de ser me gustan mucho. Sin embargo, ahora noté que tal vez, solo tal vez, lo retraté muy puto en este fic xD Sinceramente yo este fic lo escribí con las impresiones de lo que yo tenía sobre el juego a mis 13 añitos, así que habrá muchas cosas que no están tan en su lugar.

Aunque también ahora que lo estoy jugando de nuevo, a ratos pienso que no está tan OoC. Tal vez, solo magnifico sus personalidades. El doctor no siempre es TAN serio, pero yo lo retrato más serio de lo que es, Pete no tiene personalidad en el juego, pero yo siento que él es un hombre un poco tonto, sinceramente no sé cómo un citadino se fue a manejar una granja sin saber absolutamente nada de agricultura ni ganadería xD y Kai, pues sí es muy confianzudo, no lo voy a negar. Pero lo que yo pienso es que como el juego es muy inocente e infantil de por sí; no se pueden dar el lujo de retratar a Kai de ese modo, sin embargo si el juego fuese para un público más adulto, al rato la personalidad de Kai sería un poco como yo la retrato. Es decir, mi impresión de niña de 13 fue esa, alguna razón tuve para pensar así jaja.

Pero verán que Kai es un personaje importante y que aporta mucho a esta historia, de seguro les llega a gustar :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).