Harry
Bien, tal vez no fue mi mejor idea el responder al profesor Snape, me lo hacían notar mis compañeros de casa con sus miradas de odio, tal vez se había apoderado de mí el lado más odioso de mi padrino, pero lo hecho, hecho estaba, así que no me quedaba más que aferrarme a la idea de que hice lo correcto y que el profesor se lo merecía.
Termino la clase y salí corriendo hacia la biblioteca acompañado de mis amigos, no me creía que con solo un día de clases ya tuviéramos que hacer tanta tarea, la primera en terminar fue Hermione, quien parecía podía devorar libros de una manera sobrehumana, entre Ron y yo le pedimos que nos permitiera copiar la tarea de pociones porque de lo contrario nunca habríamos terminado, después de eso nos dirigimos al gran comedor para la cena, esperaba poder ver al profesor Snape en su lugar del desayuno pero esto no fue así, deje de pensar en eso y me enfoque en la plática que tenían todos mis compañeros del primer año, pese a vivir siempre en el mundo mágico la mayoría de las clases tenía algo que nos hacía sorprender y era inevitable no hablar de eso, la plática se extendió tanto que cuando me di cuenta ya era justo la hora en la que tenía que estar en el despacho del profesor Snape
Salí del comedor sin mis cosas pidiéndole a Ron que me hiciera el favor de llevarlas al dormitorio, como pude atravesé todo el castillo hasta llegar a las mazmorras donde se encontraba el despacho del profesor Snape, me detuve en frente de la puerta para tomar grandes bocanadas de oxígeno para después tocar la puerta, desde dentro escuche un "adelante", con la ya conocida voz de mi profesor
Snape
Me encontraba sentado frente a mi escritorio leyendo el Profeta, mi vista viajaba entre las noticias y el reloj, posaban ya de la hora en la cual había citado al niño Potter, tal parecía que al igual que su padre no conocía de puntualidad, mientras más tiempo pasaba la molestia iba creciendo en mí, pensaba solo hacer que acomodara los materiales que utilizará para el siguiente día pero en vista de su poca puntualidad lo haría trabajar más, tal vez así aprendería a llegar a la hora.
Minutos después escuche los golpes de mi puerta, por fin se había dignado a venir, exclame un seco "adelante" y ante mi estaba un sonrojado y sudoroso Harry seguramente provocado por correr hasta mi despacho, durante un breve segundo la imagen de él tendido en mi escritorio mientras lo penetraba con fuerza vino a la mente pero rápidamente la aleje de mis pensamientos, ya había empezado muy mal el día con ese sueño como para permitir que se siguiera interponiendo en mis pensamientos.
Gracias por brindarme el honor de su presencia Señor Potter, me imagino que debió de ser muy difícil decidirse entre seguir con sus miles de admirados o acudir a su castigo conmigo - pude ver como en sus ojos aparecía una pizca de molestia pero antes de que pudiera decir algo continúe – deje su varita en mi escritorio y sígame – me levanté de mi lugar y camine con un Harry detrás de mí a una puerta que estaba a la izquierda, nos adentramos y con un movimiento de varita encendí las velas iluminando todo el lugar, ahí se encontraban todos los calderos que se habían ocupado ese día, por lo general eran limpiados por los elfos domésticos del castillo pero esta vez sería Potter el encargado de limpiar todo esto
Con un movimiento de varita hizo aparecer un balde con todo lo que él necesitaría para poder limpiar los calderos, me di la vuelta, le ofrecí el balde y solo pude ver como pasaba de no comprender lo que le estaba intentando hacer con esa acción, hasta que poco a poco iba cayendo en cuenta lo que le quería decir al entregarle el balde
- ¡Profesor Snape! no puede esperar que termine de limpiar todos esos calderos en esta semana
- Claro que no Señor Potter, espero que los termine para esta noche, de lo contrario se irán acumulando con los de mañana y el día siguiente, así hasta que terminen los días de su castigo, tal vez así aprenda a comportarse adecuadamente en mi clase, todos los días vendrá a la misma hora a limpiar los calderos y podrá retirarse cuando termine o cuando yo se lo indique, pude ver como me volteaba a ver con odio
- De verdad no puede esperar que haga todo esto sin usar magia, ¡no terminare nunca!, esto debe de ir en contra de las reglas del colegio – no era tanto que me molestara lavar un par de calderos pero el profesor se estaba excediendo con el castigo, él también me había insultado, era justo un castigo menor- si mi padrino supiera esto...
- Vaya tiene razón no lo considere de esa manera, adelante háblale a tu padrino Sirius, Lupin, o a todos los profesores de la escuela, vaya y cuéntales que él bebe Potter es incapaz de cumplir con un simple castigo y aún necesita de sus nanas para pelear sus batallas, seguro que me causa mucha gracias recibir las cartas de idiota de su padrino, ¡venga! demuéstrame lo inútil e indefenso que está frente a mi – pude ver como su cara iba tomando un rojo asombroso, no sabía si de molestia o de vergüenza pero se giró y comenzó a quitarse la túnica y el suéter, imagino que para que estos no terminan sucios por los restos de pociones, solo se quedó con su camisa blanca y comenzó a lavar el caldero que tenía más cerca, yo regrese a mi escritorio a seguir leyendo el periódico.
Había pasado ya media hora desde que había dejado al señor Potter trabajando, desde mi escritorio podía ver perfectamente lo que estaba haciendo, no sé si por su altura o su torpeza pero para ese momento ya tenía toda la parte delantera de la camisa mojada y sin problemas podía ver a través de ella sus pequeños pezones rosados ya erectos tal vez debido al agua fría o el frío de la noche, podría haber prendido la chimenea pero agradecí no haberlo hecho ya que me habría quitado esa hermosa vista, cada vez que se agachaba para recoger otro caldero podía ver como su pantalón se pegaba demasiado a su trasero y sin problema podía imaginarme en donde se encontraría ese botón rosado que mi yo de los sueños ya había tenido el gusto de tener es su poder
Me era muy difícil despegar mi vista de esos pequeños botones rosas, era como si me llamaran a tocarlos, quería deslizar mi mano por todo su torso hasta llegar al botón de su pantalón, desabrochar e introducir mi mano hasta llegar a su miembro, tocar su pene hasta que este comenzara a endurecerse, jugar con sus testículos, masajear y presionarlos hasta hacer que esa pequeña boca soltara gemidos, esos mismo que ya me había imaginado por la mañana
No sé en qué momento, perdido en ese tipo de pensamientos mi miembro comenzó a sentirse incómodo, a pedir de mi atención, deslice mi mano hacia abajo, haciendo a un lado la túnica que me impedía llegar a mi objetivo, comencé a rozar lentamente mi miembro sobre mi ropa mientras observaba al joven que estaba aún distraído en su labor de lavar los calderos, el cómo por su estatura tenía que inclinarse mucho hacia adelante, haciendo que su trasero se elevará, con esa vista desabroche mi pantalón y dirigí mi mano hacia mi miembro el cual por los roses anteriores ya se encontraba despierto, comencé con movimientos lentos, no quería que el menor se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo debajo del escritorio, mi mano viajaba del glande a la base de mi pene, poco a poco la punta de este comenzaba a humedecerse, pero esos movimientos no eran suficientes para hacerme venir, detuve mis movimientos y me con una voz ronca me dirigí a el Señor Potter
-Señor Potter, es suficiente por el día de hoy, puede retirarse
-¿Está seguro? profesor, me gustaría adelantar mi castigo y terminar de limpiar el mayor número de calderos que me sea posible
Mientras Harry hablaba mi vista seguía enfocada en su pecho, en cómo este subía y bajaba lentamente a causa de sus respiración, como sus botones se asomaban por la transparencia de su camiseta, sus labios ligeramente enrojecidos, todo el me comenzaba a parecer apetecible, lo cual sabía perfectamente que no era correcto
- Mañana podrá continuar con su castigo, ahora tengo que encargarme de otros asuntos y no me gustaría que estuviera aquí atrapado cuando llegue el toque de queda, así que retírese
vi como un molesto Harry tomaba las ropas que se había retirado y salió molesto de mi despacho, incluso el niño malcriado tuvo la osadía de azotar la puerta pero en este momento estaba demasiado interesado en otro asunto como para molestarme por ese hecho, en cuanto este salió y vi la puerta cerrada, empuje un poco la silla hacia atrás y pude liberar completamente mi miembro, este ya estaba soltando un poco de liquido pre-seminal, con ambas manos comencé a hacer fricción para conseguir mi ansiada liberación, las imágenes de mi sueño vinieron a mi de manera vivida y con la imagen de mi pene perdiéndose en el interior de mi estudiante pude venirme en mi mano.
Tome unos pañuelos que se encontraban en mi escritorio para limpiar todo mi desastre, comencé a pensar en lo que estaba haciendo, había tenido un sueño demasiado explícito teniendo sexo con mi estudiante y ahora me masturbaba mientras el cumplía su castigo, nunca antes había hecho algo de ese tipo con ninguna otra persona, ni con Lily llega mancillar su imagen de esa manera, pero por alguna razón con Harry no podía controlar mi deseo, mi parte dominante salía sin control, apenas tuve fuerza de voluntad para pedirle que se retirara, pero estoy seguro que sí mi parte Alfa saliera completamente no tendría problema de cometer un acto de se tipo con Harry,¿como es que hace unos años me encontraba peleando por su custodia y ahora mi pelea era interna para no intentar tomar su virginidad?, tenía demasiadas cosas que pensar y resolver en mi cabeza.