Pedofilia.
La torrencial lluvia había caído como señal favorecedora de sus insanos deseos. Hacía días que frecuentaba el preescolar de una de las zonas más ostentosas de la ciudad. Escuela en la que casualmente asistía su pequeño vecino de tan solo seis años de edad.
La primera vez que supo de la familia Uchiha fue cuando está se mudó a la casa en venta que se situaba a lado de la suya, a su parecer era la familia perfecta que había terminado en una acogedora residencia, de hermosos jardines y comunidad unidad.
Así que desde su soledad solo veía como la familia pasaba sus días en armonia. A más de uno se le hacía extraño que estando soltero rechazara a diestra y siniestra a las jovencitas que prácticamente hacían fila para conquistarlo, sobretodo porque era un joven empresario, apuesto y amable con un futuro prometedor. Pero no era de su interés si se le paseaba desnuda cualquier mujer de extrema belleza, y es que desde que lo vió su vida se vió reflejada en hacer realidad sus más oscuros y salvajes deseos de posesión.
¿Y es que como no caer encantado? ¿Como evitar el deseo ardiente? Si con solo ver su redonda carita y su piel tan suave como la seda transpiraba de emoción.
Por eso sus padres lo habían corrido de casa... Por eso tuvo que mudarse a otro lugar y valerse por sí mismo...
Quizá no era la primera vez que sentía esa especie de amor, pero vaya que si quería que el miembro más pequeño de la familia Uchiha fuera el último que tuviese a su disposición.
— ¡Hola Sasu chan! ¿Tú mami aún no viene por ti? — Casualmente ese día de lluvia la señora Uchiha se había atrasado un poco, pues la había visto quedándose en una entretenida charla las vecinas, y para su suerte el pequeño azabache se había separado de la entrada de la escuela por descuido de una de las maestras.
— Buenas tardes señor Uzumaki.— "Adorable y educado" pensó el mencionado. — Mi mami no debe tardar, ¡Pero se va a mojar mucho! —
—Tienes razón pequeño. Y no queremos que ella se enferme ¿Verdad? —
—No señor, no quiero que mi mamá se enferme.—
—¿Entonces porque no vienes conmigo? Te llevaré a casa Sasu chan.— Le ofreció la mano para que el menor pudiese tomarla.
—Pero mi hermano me dijo que no le diera la mano a otra persona que no fuera él o mamá.— Comentó el pequeño un tanto alarmado. —Me regañaran si le tomo la mano señor.—
—No te preocupes. —Le expresó con una suave sonrisa y cariño en su voz. —No le diré a nadie ttebayo.—
Había sido fácil, por la lluvia nadie se había dado cuenta que en su automóvil llevaba al pequeño Sasuke a un departamento que previamente había rentado a las afueras de la ciudad. Tenía que manejar con cuidado, su pene estaba de lo más excitado por la emoción de que por fin haría sus sueños realidad; apretar esos suaves muslos, besar esa tierna boca, verse reflejado en la oscuridad de tan bellos y grandes ojos, por fin sabría que tanto elevaba la voz ese niño tan tranquilo y recatado, por fin lo llenaría de sus fluidos, de todo el amor que tenía para él.
Lo desgarraria, vaya que lo haría.
—Tienes una piel tan suave Sasu chan...— Había aprovechado que el semáforo se encontraba en rojo para poder deslizar su diestra dentro de la camisita del menor, frotando con insistencia los planos pezones, tanto que esa zona había quedado rojo por tantos pellizcos y tirones.
Por supuesto que el menor a pesar de ser tan pequeño se percató que algo no andaba bien, era muy joven para entender... Solo quería regresar a casa con su mamá o hermano.
Pero era tarde... El Uzumaki sonrió victorioso, el pequeño Sasuke era suyo.
Esa noche la familia Uchiha estaba inconsolable, no había rastro de Sasuke y nadie sabía ni habian visto nada. Mikoto estaba destrozada, Itachi no había parado de buscar por toda la zona, a la vez que Fugaku se movilizaba junto con la policía.
La pesadilla apenas acababa de comenzar para la familia Uchiha.
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Urofilia.
Estaba un tanto nervioso. Esa noche cumplía seis meses desde que le había dicho a Sasuke Uchiha, el chico más popular de la universidad, que aceptaba salir con él.
Y en todo este tiempo habían tenido citas sacadas de películas protagonizadas por Jennifer Aniston, ¡Tan románticas y cursis que hasta le hacían vomitar corazones! Pero cuando se acercaba el momento de la velada donde sabía que debía dejar que el mayor le arrancara la ropa y se la metiera hasta el fondo, de alguna forma siempre estropeaba el sexual encuentro, poniendo mil excusas que solo hacian que el Uchiha lo mirara molesto.
¡No es que no quisiera que le diera duro contra el muro! Es que tenía un pequeño problema...
¡Él tenía una manera muy peculiar de excitarse! Tanto que ninguno de sus ex novios habían sido dignos de que lo confesara, condenandose a una vida sexual tediosa y aburrida. Vamos, que nunca había disfrutado de tener un buen revolcón desde que había empezado una vida sexual activa.
—Bien bien, cálmate Uzumaki, que ese Teme viene en cualquier momento y sabes que esta vez nada lo va a detener ttebayo.— Se decía mientras daba de vueltas en su habitación, en cualquier momento su madre le avisaría que Sasuke lo esperaba en la sala para que marcharan a divertirse.
Pero no, Sasuke no tenía intenciones de llevarlo a pasear, pues este no era tonto, por supuesto que había intuido que le huía, por lo que esa tarde el Uchiha le expresó fuerte y claro:
"—No se que mierda te pasa, pero esta noche no te salvas, reserve una habitación de hotel por si te da pena gritar, esta vez traigo condones en la cartera, pastillas para el dolor de cabeza, comida para que no te de hambre, las almohadas no son de la tela que según tú te dan alergia, ya le dije a tu madre que iremos al cine y de ahí te quedarás a dormir a mi casa por lo que tampoco se preocupara. Ya no tienes excusa Uzumaki, esta noche sucederá y no me importará amarrarte de ser necesario para que asi sea.—"
Algo tenía que decir, que esa era la frase más larga que le había escuchado decir a su serio y amargado novio desde que empezaron a salir.
¡Vaya que la cuestión de follar se lo tomaba en serio!
Se lanzó a la cama boca arriba mientras cubría sus ojos con el antebrazo, ¿Que haría? No quería sentir esa decepción con Sasuke, no cuando el gusto se estaba transformando poco a poco en verdadero y dulce amor.
— Sería un milagro si no termina nuestra relación...— Que pena que estaba tan ocupado lamentándose, que no se percató de que la puerta de su habitación habia sido abierta.
— ¿Como se supone que le diga que no me excito con el sexo normal? No es como si pudiese decirle "Hey Sasuke me encantaría que me orinaras encima" —
—Puedo hacerlo solo si me dejas correrme dentro de ti.—
Se petrificó. Si fuera posible deseaba con toda su alma que se abriera un agujero en su cama y se lo tragara, que de alguna manera le diera una embolia en ese momento, un paro cardíaco, diarrea, ¡Lo que fuera!
—S-Sasuke...— Su antebrazo fue bruscamente quitado, y de la oscuridad pasó a ver el rostro del azabache muy cerca de él. La cama había rechinado por el peso extra del azabache, puesto que se había situado encima del cabeza hueca de su novio.
— ¿ Por qué no me lo dijiste antes? — Exigió saber con dureza, haciendo que el Uzumaki muriera aún más de nervios.
— ¡Y-Yo no sabía cómo ibas a reacc-Aay! — Se quejó cuando el mayor lo tomó de las mejillas con brusquedad.
— Cállate...— Ordenó. Azul contra negro, las iris de ambos destilaban varios sentimientos. — Vas a pagar por dejarme tanto tiempo en abstinencia, y te juro Naruto...— El mencionado tragó en seco ante el tono amenazante. —Que incluso haré que te tragues mi orina.—
La excitación recorrió el cuerpo del Uzumaki, y así lo demostró con una muy notable erección.