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Nuestra Realidad por Silver Bullet

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-Nishikage... - llamó Nosaka, pero no recibió respuesta del portero – Nishikage – repitió apenas elevando el tono de voz, creyendo que no fue escuchado la primera vez.


Pero el portero parecía mucho más concentrado en la labor de remojar el paño en agua fría, como para responderle.


-Nishikage. – volvió a intentar, porque no era solo la falta de respuesta lo que comenzaba a molestar al emperador - Nishikage, mírame.


Aquella petición, por lo menos sirvió para que el portero detuviera por un instante su labor. Sin embargo, no cumplió con el objetivo.


-En un momento bajaré por la comida, solo debo terminar con esto. – respondió suavemente, mientras escurría el exceso de agua en la tela, dándole la espalda y sin hacer amago de voltear.


- Nishikage, mírame. – repitió ahora con tono más autoritario. No podía elevar mucha la voz por la migraña que iba tomando fuerza, pero aquello no le impediría descubrir qué estaba mal con el portero.


Notó al de mayor estatura acercarse, trató de distinguir en medio de la oscuridad el rostro de su fiel amigo y compañero, pero apenas podía enfocar bien. Maldijo por un momento las cortinas cerradas y la falta de iluminación, el brillo de la luz intensificaba la migraña. Sin embargo, notaba que el pelicrema se negaba a centrar si mirada en él.


Sintió la gran y algo húmeda mano remover algunos mechones de su frente, para luego colocar el paño frío, aliviando levemente su malestar.


-Nishikage – hizo un nuevo intento y aprovechando la cercanía tomó la mano del portero - ¿Qué ocurre?


-Debo ir por su comida, necesita tener algo en el estómago antes de tomar el medicamento. – suavemente deshizo el agarre que tenía el emperador y se retiró del cuarto, cerrando lo más suavemente que pudo la puerta, no quería causar ruidos fuertes que molestaran al pelirosa.


Ya fuera de la habitación, agradeció la falta de visibilidad, porque lo último que quería es que Nosaka notara la frustración en su rostro.


Cuando ocurrió la caída, estaba a menos de un metro de distancia, él vio todo.


¡TODO!


El instante en que su pie se acercó a la endemoniada barra de jabón, cómo perdía el equilibrio, su cuerpo cayendo hacia atrás... y el impacto.


Por dios, el impacto... agradecía los buenos reflejos que tenía el jugador, porque logró retener levemente el choque.


Lo peor de haber visto todo, era recordar como extendió la mano hacia él.


Todos habían estado metidos en su propio mundo, nadie esperó aquello. Fue frustrante pensar que su cuerpo no reaccionó a la misma velocidad que su mente.


¡Va a caer!


Fue un parpadeo lo que le tomó generar esa idea y una eternidad tratar de evitarlo. Parecía una película de cámara lenta, el cuerpo del emperador precipitándose hacia el piso y su mano tratando de alcanzarlo, fallando miserablemente. Incluso recordaba que alguno de los Goenjis trató de estirar la mano, pero fue en vano también.


El sonido que hizo el cráneo contra las baldosas del piso sería algo que nunca olvidaría.


-Tsk – estaba tratando de calmarse antes de bajar.


Es que era condenadamente ridículo pensar que, entre todas las instrucciones para el cuidado post operatorio, la más importante era precisamente evitar golpes.


Y fue justo lo que pasó, su temor inicial luego de la operación era que lo hirieran en algún partido.


Podía ser cualquier cosa, un balonazo, maniobras en el aire para conseguir el balón, una caída por una barrida... y todas esas eran situaciones donde él estaría en la portería lejos del emperador. NO A MENOS DE UN METRO EN UN BAÑO.


Exhaló todo el aire que no sabía que estaba reteniendo y deshaciendo los puños de sus manos, se encaminó hacia la cocina para buscar la comida.


Pasando por la sala, escuchó al defensa de coleta regañar a varios miembros del equipo e internamente le agradeció por aquello.


Porque él no sabía quién era el responsable de la barra de jabón en el piso y sinceramente prefería no saberlo, porque no creía poder reaccionar bien conociendo al culpable.


-Oh Nishikage, ya estás aquí. – avisó Natsumi al verlo ingresar a la cocina.


- Si nos das un momento, le sirvo algo de sopa. Se nos ocurrió que sería mejor algo más ligero. – avisó Aki.


- Muchas gracias, no tenían que tomarse la molestia.


- Para nada, después de que nos contaste de la operación nos hemos preocupado mucho. – dijo Haruna – Si hay algo en lo que podamos ayudar solo avisa.


Le regaló una sonrisa junto con un asentimiento de cabeza, de verdad apreciaba la preocupación de ellas por cuidarlos, aún si no eran de esa línea de tiempo.


-Listo, un plato de sopa caliente saliendo. – llamó la atención Aki, colocando en una bandeja el tazón con el líquido y un plato con curri.


-Imaginamos que lo ayudarás con la comida, así es que te servimos también. – dijo Fuyupe colocando los cubiertos y dos vasos con agua.


- ¿Necesitas ayuda para subir las cosas? – preguntó Haruna


- No, su amabilidad es más que suficiente. Yo me encargaré del resto. Muchas gracias. – tomó la bandeja y se retiró de la cocina, pasó desapercibido con "Kazemaru" aún regañando a miembros de ambos equipos y subió las escaleras.


~*~*~*~*~*~*~*~


- ¡Kazemaru! – llamó "Endo" por fin dándole alcance – Se me olvida a veces lo rápido que son ustedes. – dijo recuperando el aire.


- Perdona "Endo" no te escuché llamarme. – se disculpó apenado, estaba metido en sus pensamientos y simplemente ignoró todo a su alrededor.


- Caminemos un rato, quisiera hablar contigo. – ofreció el capitán, ya que estaban en el patio del orfanato podían aprovechar la privacidad para conversar.


- Pero casi es hora de almuerzo, debes tener hambre después de entrenar.


- Jaja, un poco sí. Pero lo que tengo que decir es más importante. – dijo con su característica sonrisa – Además no nos alejaremos mucho.


- Está bien. – accedió, no quería ser grosero después de todo.


Caminaron un rato hasta encontrar un pequeño parque, aprovechando las pocas personas que había, tomaron asiento en la primera banca que encontraron. Kazemaru se dejó envolver por la tranquilidad que había, mientras esperaba que "Endo" le dijera aquello tan importante.


-Hace un bello día no crees. – comentó casual el capitán, igual de acunado por el ambiente.


- Sí. Es un bello día.


- Casi hace que me olvide que esta no es mi realidad... - "Endo" dirigió su mirada al cielo, con cierta mirada nostálgica. Kazemaru se imaginó que recordaba cómo llegaron aquí, literalmente la frase "caídos del cielo", nunca tuvo tanta razón.


- Sí, llevamos poco más de una semana todos juntos y ya se me hace normal despertar y ver a otro "Kazemaru".


- Tu la tienes fácil. Aparte de otro yo, no veo que tengas un bisnieto y a su novio, visitándote del futuro. – "Endo" soltó una pequeña risa, cuando Kazemaru rio por su broma, pero en algún momento la melodiosa risa cesó y dio paso a cierta amargura en la mirada del defensa.


Kazemaru trataba de sonreír, pero "Endo" conocía lo suficiente a "Kazemaru" como para notar que el de otra línea de tiempo, no estaba cómodo.


-Tienes razón. – le robó las palabras al capitán – No tengo un bisnieto visitándome del futuro.


- Sabes, estábamos hablando de ustedes anoche. "Kazemaru" al igual que tú, dejó el club de atletismo para unirse al de futbol. – cierta vergüenza invadió a Kazemaru, de saber que hablaban de él – Le estábamos contando a Canon sobre cómo empezaron los clubes de futbol en ambas líneas de tiempo y cuándo cambiaron las historias. Supongo que hay que agradecer a los Midorikawas por el escándalo de anoche.


- ¿Anoche? – no recordaba nada de un escándalo – Me dormí temprano, no escuché nada de eso.


- ¿No? Me sorprende, casi se han cargado el cuarto completo, Hiroto y Tatsuya han tenido que sacarlos de una pila de cosas.


- ¿De verdad? – estaba incrédulo por no haber escuchado nada – A esos dos, no se les puede dejar sin supervisión. – comentó cansinamente.


- Sí, luego el entrenador nos descubrió y hemos tenido que escapar por nuestras vidas... es un hombre de temer. – cierto escalofrío recorrió la columna vertebral del de banda naranja.


- Es bastante estricto, pero buena persona. – aclaró Kazemaru.


- A lo que iba. – trató de regresar al tema "Endo" – Comenzamos a comparar algunas cosas de las dos líneas de tiempo y Canon aportaba el conocimiento que tenía. – se tomó un momento para tomar aire o quizás para sopesar sus siguientes palabras – Pero hubo una cosa en la que ambos estuvimos de acuerdo... Eres una persona increíble Kazemaru. No importa si es en esta línea de tiempo o en la otra, eso no ha cambiado.


Aquellas palabras volvieron a abochornar al defensa, que trató de esconderse tras el flequillo de su cabello. Se encorvó un poco como si quisiera volverse pequeño y esconderse.


-No creo merecer aquellas palabras... - comentó en un quedo susurro.


- Yo creo que sí y Endo y Canon, opinan igual. Eres una persona increíble. – Kazemaru volteó dispuesto a refutar, pero "Endo" no le permitió continuar hablando – Kazemaru, en todas las líneas de tiempo has estado dispuesto a salir herido tú, con tal de proteger a alguno de tus compañeros de equipo. Canon incluso nos contó que cuando se enfrentaron a la Academia Ogre, cuando Baddap era capitán, salvaste al propio Canon de ser herido. Tiendes la mano a aquel que lo necesita siempre. Eres valiente y determinado, siempre tratando de mejorar, te he visto entregarlo todo en la cancha y en entrenamientos... Tu posición es defensa, es decir una de las últimas personas por las que debe pasar el equipo contrario, antes de llegar a la portería, créeme cuando te digo que nadie más que yo sabe todo lo que estás dispuesto a dar en la cancha con tal de proteger nuestra portería. - tomó un respiro antes de continuar - ¿Recuerdas aquella tarde en la torre de metal? Fuiste una de las primeras personas en tenderme la mano para comenzar el club de futbol del Raimon. ¿Tienes idea de lo importante que eres?


Kazemaru estaba sobrecogido por aquellas palabras. Ni siquiera sabía que decirle a "Endo".


-Eres una persona increíble Kazemaru. – repitió aquellas palabras que habían detonado todo esto – Y por ser tan increíble, es que a veces olvido que también necesitas ayuda a veces.


-¿Ayuda? – preguntó incapaz de formular una oración más grande.


- Tienes la misma expresión que él... - comentó "Endo" con melancolía.


- ¿Él? ¿Te refieres a "Kazemaru"? – era lo más lógico de pensar, después de todo tenían la misma cara.


- No, no "Kazemaru". – negó suavemente – Me refiero a Sakanoue. No lo conoces. – aclaró al ver la duda en el rostro del defensa – Tienes la misma mirada que tenía Sakanoue, cuando nos venció el Raimon en las semifinales del Futbol Frontera. Antes de comenzar el partido, me dijo que tenía algo importante que decirme cuando ganáramos.


La sonrisa menguó levemente en el rostro de "Endo", por lo que Kazemaru decidió esperar pacientemente a que continuara.


- Cuando me acerqué a él, para hablar luego del partido. Pensando que igual me diría aquello, Sakanoue mostró la misma expresión que tienes tu. No fue hasta tiempo después que lo entendí... él creía que por aquella derrota no era digno de estar mi lado.


El de coleta abrió los ojos sorprendido, al entender lo que trataba de decirle el capitán de la otra línea de tiempo.


-Yo no comprendía por qué no podía estar a mi lado... luego vimos una oportunidad con el FFI. Esta vez haría las cosas diferentes, le prometí a Sakanoue que cuando ganáramos el mundial, yo tenía algo importante que decirle... Y entonces ocurrió el ataque. - Kazemaru se tomó el atrevimiento de sostener la mano vuelta puño de "Endo", no mostraba tristeza, pero ciertamente el leve temblor que sintió por parte del otro era frustración acumulada – En el viaje hacia esta dimensión, secuestraron a Sakanoue... Y solo puedo esperar por una pista de su paradero. Porque no hay nada más que pueda hacer por él.


- Lo siento mucho... - quizás se disculpaba como forma de darle el pésame de aquello o quizás por hacerlo recordar ese instante, pero realmente no sabía qué más podía decirle para darle consuelo.


- No te disculpes. – "Endo" afianzó levemente el agarre que tenía Kazemaru con su mano – Pero no cometas el mismo error que yo. Creí que tenía todo el tiempo del mundo... cuando no fue así. Desperdiciamos tanto tiempo, solo por esperar... Kazemaru, habla con Endo.


Decidió ser directo al final, había dado bastantes rodeos para decir aquello.


-Gracias "Endo" ... pero no puedo... sé lo que tratas de decirme... pero de verdad, no puedo. – Kazemaru afianzó más el agarre, temiendo a sus propios pensamientos.


- ¿A qué le tienes tanto miedo Kazemaru?


- Al futuro... ¿No lo entienden? – sonaba tan desesperado en ese momento.


- Kazemaru, el futuro no está escrito. – trato de calmarlo "Endo".


- Ok... digamos que hablo con Endo y cambiamos el futuro... ¿Y Canon? "Kazemaru" y tú no lo quieren entender, pero en la conciencia va a pesarme toda la vida si por mi culpa Canon deja de existir. Yo no puedo... - "Endo" entró en pánico al ver las lágrimas correr, por el rostro de Kazemaru – yo no puedo ser responsable por negarle hijos a Endo, no puedo...


Atrajo al defensa apretándolo contra su pecho, buscando darle consuelo. Lo dejó desahogarse. Kazemaru como siempre, estuvo cargando todo este tiempo con la impotencia de no hacer nada. Y aquí estaba el resultado.


-Kazemaru. – lo llamó cuando sintió que paraban las sacudidas y los hipidos – ¿Puedo contarte un secreto?


El defensa asintió mientras limpiaba las lágrimas que aún corrían por su rostro.


-Canon, no parece desagradarle la idea de que estés con Endo. ¡No es que lo haya dicho textualmente! – se apresuró a aclarar – Pero creo que Canon no teme por la cercanía de ustedes. Recuerda que existen muchos futuros, así como líneas de tiempo. Canon si se atrevió a confesarme que, en mi línea de tiempo, él no nacerá porque estaré con Sakanoue.


-Pensé que Canon se oponía a revelarnos algunas cosas del futuro, por temor a alterarlo.


- Y créeme que lo hace, pero aquello fue lo único que me tranquilizó por no saber el paradero de Sakanoue. Así es que no te rindas. Porque el Kazemaru que todos los Endos conocemos, no se rinde sin antes haber dado una buena pelea. ¿Tienes tres bisabuelas como competencia? ¿Y qué?


-Pe-pero...


- No Kazemaru, no hay pero que valga. Endo no ha elegido a nadie, él no está pensando en tres chicas diferentes y tratando de adivinar quién es la bisabuela de Canon. Porque ninguno de nosotros conoce el futuro, quién sabe si por 15 años tu y mi yo de aquí tienen una relación y luego lo dejas. No lo sabes. – Kazemaru estaba mudo ante aquello, quizás no había contemplado esa opción ¿Se cansaría de Endo a futuro y terminarían? – Tu haz lo que te haga feliz y que el futuro se acomode a eso. Porque no voy a permitir que uno de mis mejores amigos, así sea de otra línea de tiempo, sea infeliz.


Y allí estaba, esa confianza y entusiasmo que solo "Endo", así sea de otra realidad, siempre lograba transmitir. Quizás era hora de dejar los lamentos... y dar algo de batalla... quizás podía esperar a conocer a la bisabuela biológica de Canon y cuando él creyera que sea oportuno, apartarse del camino... pero ese no era un puente que cruzaría ahora.


-Gracias. No puedo rendirme, sin antes haberlo intentado.


Kazemaru se veía mucho más animado de que antes y ni hablar de la sonrisa de "Endo". El momento de alegría en ambos se cortó al escuchar el estómago del capitán rugir.


El de coletas rompió a reír, una carcajada limpia de verdad y aquello valió completamente la pena para el de banda naranja.


-Volvamos al orfanato, que nos hemos saltado la comida. – sugirió Kazemaru poniéndose en pie.


Caminaron en silencio de regreso, el defensa se sentía mucho más ligero que antes, sentía que en aquel parque dejó ir muchas cosas y ahora estaba listo para enfrentarse a un nuevo futuro... valga la redundancia.


~*~*~*~*~*~*~*~


- ¡Hemos vuelto! – avisó "Endo" como saludo, abriendo la puerta del orfanato.


- Que bueno que regresaron, estaba comenzando a preocuparme. – los recibió Aki.


- Sus platos de comida están en la cocina. Los demás ya terminaron de comer. – dijo Fuyupe, que bajaba con las cosas que utilizaron Nosaka y Nishikage para comer.


-Muchas gracias. – dijo "Endo" arrastrando con él a Kazemaru para buscar comida.


En otra parte del orfanato, más específicamente el baño, estaba ocurriendo una especie de dictadura.


Todos aquellos que habían sido regañados por "Kazemaru" estaban cumpliendo su castigo.


Kogure y Atsuya, corrían de un lado al otro del baño fregando el piso con un paño, debían asegurarse de que no quedara nada de jabón o agua en el piso.


Haizaki y "Hiroto", estaban puliendo los grifos de cada lavamanos y debían quitar los restos de jabón y espuma que mancharan la porcelana.


Los Midorikawas, estaban en la lavandería lavando a mano cada una de las toallas que terminaron en el piso y luego debían tenderlas al sol.


"Kazemaru" estaba parado en la entrada de la puerta del baño, vigilando todo el trabajo hecho.


Estaba considerando que quizás se le había pasado un poco la mano, por los gritos y ahora esto. Pero unos brazos en su cintura y una quijada apoyándose en su hombro lo sacaron de sus pensamientos.


- ¿Necesitas algo? – le preguntó sin inmutarse... o por lo menos disimulando que no pasaba nada.


- No, solo vine a tirar un ojo. – parecía muy cómodo recostado en su hombro y le estaba tirando todo su peso, así es que en venganza "Kazemaru" apretó su nariz impendo el paso del aire - ¿Ahora tratas de ahogarme? – preguntó con la voz gangosa por la nariz tapada.


- No vengas a disfrutar el sufrimiento de otros.


- No vine por el sufrimiento de otros. – el de coleta aún no quitaba la mano de la nariz de "Fudo", por lo que una sonrisa se asomó en sus labios por lo gracioso que hablaba.


- No te creo.


- Vine por ti... - hizo una pausa afianzando el agarre en la cadera del defensa y haciéndolo callar de la impresión – Los Midorikawas ya terminaron de colgar todas las toallas, querían que te preguntara si deben hacer algo más.


Aquello le devolvió el aire al de mechones celeste.


-No, diles que estén pendientes de que se sequen y que las recojan. Con eso quedan libres.


- Ok. – "Kazemaru" sintió como el cuerpo de "Fudo" se alejaba levemente de él y soltando por fin su nariz, tomó las manos que planeaban dejar su cadera colocándolas de nuevo en posición.


El ojiverde esperó por una respuesta a aquel acto, pero no se quejaría si "Kazemaru" quería mantener la cercanía.


- "Fudo" ... lamento lo de ayer. – había volteado la cara para que no viera su expresión, pero para el nombrado no pasó desapercibido cómo mordía su labio inferior en señal de nerviosismo.


Aguardó pacientemente por una respuesta. Pero el silencio que estaba manteniendo el de mechas blancas, solo aumentaba su ansiedad. "Fudo" lo había tratado esa mañana como normalmente haría, pero para él no estaba bien no disculparse por aquello. Según supo por Haizaki, no habló por el resto de la noche...


Un jadeo casi imperceptible salió de sus labios, al mismo instante que su mano viajó a su boca para detener cualquier otra exclamación sorpresiva que saliera sin su permiso. Había abierto por completo los ojos, al ser tomado desprevenido. Olvidó que no debía bajar la guardia con "Fudo".


-Todo perdonado – le susurró cerca de su lóbulo derecho, para alejarse por fin.


Fue necesario que "Fudo" saliera del perímetro para volvier a respirar con normalidad. Una mirada rápida al baño, lo tranquilizó al saber que nadie le había prestado atención al intercambio de ellos dos.


Presionó sus labios en señal de nerviosismo y un espejo le confirmó su sospecha, se había sonrojado.


La mano que anteriormente había estado en su boca ahora viajaba hasta su cuello, lugar donde momentos antes habían depositado un ósculo.


-Aún está tibio...


~*~*~*~*~*~*~*~


La comida había transcurrido en un incómodo silencio, muy inusual, siempre había tema de conversación.


Porque al regresar a la habitación, Nosaka parecía haber desistido sus intentos de hablar con él. Tal vez estaba molesto por la forma en que lo ignoró, porque Nishikage estaba consciente de lo que hizo.


Aunque siendo sincero, no se esperaba aquel comportamiento tan infantil del emperador.


En completo silencio lo ayudó a acomodarse en la cama y le acomodó la bandeja y el plato de comida. Para sentarse a un costado y disfrutar de su propio plato. Yuuma estaba delicado, pero no impedido, movimientos bruscos le causarían malestar, pero podía mover una cuchara y sobrevivir.


Terminaron el almuerzo y Seiya colocó todo lo utilizado en la misma bandeja, Salió de la habitación y se encontró con Fuyupe que venía subiendo las escaleras.


Amablemente la joven tomó las cosas y le dio la medicina que Nosaka necesitaba, volvió sobre sus pasos y reingresó al cuarto, esperando ser ignorado otra vez.


El pelirosado permaneció en el mismo lugar, donde fue dejado. No le sorprendía en absoluto que no se moviera mucho, quizás la migraña había tomado fuerza y el simple hecho de girar la cabeza podía llegar a marearlo.


Se apresuró en sacar la pastilla que debía ingerir y acercarle el vaso de agua que usó para comer.


El emperador aún sin emitir palabra alguna tomó la medicina y la bajó.


El portero puso el vaso ya sin contenido, sobre la mesita de noche que había cerca de la cama. Iba a reacomodar las almohadas para recostar a Nosaka de nuevo y ahora sí dejarlo descansar.


Se acercó al cuerpo estático del emperador, tomándolo suavemente de los hombros. Pensando en moverlo lo más suavemente que podía. Pero nunca se esperó que fuera él mismo quien terminaría contra el colchón con Yuuma Nosaka sobre él inmovilizándolo...


Continuará...


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