Observa por la ventana la lluvia caer, es fina y constante, como un llanto callado, le recuerda algo que no quiere recordar.
El dia es gris,
el día parece solitario,
el día es frio,
el día está triste.
Pero es el día, no el.
Toma un sorbo de su café que rápidamente se enfría entre sus manos, suspira profundo, en su mundo, en su soledad, aunque no está solo.
—¿Tristeando otra vez?
—No, claro que no. —Una voz lo saca de su ensimismamiento, mientras se encontraba resguardado-escondido- en el comedor para empleados de la oficina donde trabaja. Es Jimin, su amigo-compañero de trabajo.
—¿Qué harás saliendo de la oficina?
—Creo que iré a casa a descansar, ha sido un largo día. —Deja la taza en el fregadero, porque no tiene ganas de hablar, las palabras huyen de su boca cuando está triste y no le gusta ser descortés.
Jimin sonríe, sabe que esa no es la razón.
—¿Hoy no ha Jungkookie?
—Mmm…no, ya sabes…cosas de casado, cena con sus suegros.
Las cervezas que solía tomar con JungKook algunas veces entresemana antes de ir a ver a JiEun han desaparecido, fueron sustituidas por la promesa de que serian los viernes por la noche, pero no ha podido cumplirla desde hace mas de un mes.
La primera semana después de la boda fue de luna de miel.
La semana que siguió fue de mudanza a su nueva casa en un dong de mejor prestigio como regalo de bodas por parte de sus suegros.
La semana posterior fue de orden, limpieza y decoración.
Una después fue de adaptación al nuevo hogar.
La que siguió es hoy, cena familiar , su cuñada cumple años y celebraran hoy, porque es viernes por la noche y no tienen ningún compromiso.
Porque JungKook no tiene ningún compromiso con TaeHyung.
Eso duele, vaya que si.
—Creo que ya deberías de dejar de sufrir.
—No estoy sufriendo.
—Claro, solo deberías ver tu cara.
Si bien TaeHyung no quiso contarle nada a Jimin sobre sus sentimientos hacia JungKook, disfrazando su amor de amistad, evitando que ambos convivieran cuando llegaba a buscarlo al trabajo o salir los tres, fue imposible no evidenciarse cuando fue el primero en enterarse del embarazo de JiEun y su pronta boda con JungKook—Pues era el mejor amigo del feliz novio— no pudo evitar deprimirse y la astucia de Jimin con un poco de lógica, no tardó en darse cuenta de lo que por años se había esforzado en ocultarlo aunado a que la tristeza no había desaparecido en su totalidad desde ese dia.
—Estoy bien solo debo descansar.
—No, iras conmigo a un nuevo club, uno de mis amigos cumple años e iremos a celebrar, me acompañaras.
—De verdad Jimin te agradezco pero…
—No hay excusas, te iras conmigo saliendo, nos arreglaremos en mi casa e iras a mover ese gran trasero para atraer a un chico lindo.
TaeHyung sonrió, la verdad es que aun cuando tenia amistad con Jimin no solía salir con el a bares, pues este era abiertamente gay, cosa que no le molestaba porque le también lo era, pero evitaba dar indicios de su preferencia sexual de manera publica por temor al rechazo de JungKook.
—Sabes, no me gustan mucho esos lugares.
—Siempre te niegas… ¿es por tus padres?
—No, claro que no —Su madre en una ocasión le había preguntado si tenia novia y el se había negado, le conocía muchas amigas, así que suponía que ella pensaba lo mismo que JungKook, que tenia que ver con alguna de ellas, su madre solo le había dicho : “Lo que te haga feliz, nos hará feliz a tu padre y a mi”. Ese día TaeHyung supo que su madre sabía.
—Entonces date una oportunidad de amar.
—No se si me sentiré cómodo. — Y no es como que no hubiera tenido parejas todos estos años o incluso aventuras, porque vaya, con ese rostro y ese trasero, era natural que los hombres se sintieras atraídos por el, una mirada casual, un sutil toque de manos, humedecerse los labios, eran las señales claras que mandaba y fácilmente podía conseguir a alguien, porque también tenia necesidades sexuales. Pero al final, era un poco vacio, porque aunque le pidieran citas —y las tenia— Llegaba a un punto en que sentía que la relación no avanzaba.
Porque no era el.
Porque parecía que había perdido su habilidad de amar.
Porque se quedaría roto y solo para siempre.
—Mira, irán varios amigos, te presentaré a uno que es igual de aburrido que tu para que platiquen ¿te parece?
Tal vez Jimin tenia razón, debía darse una oprotunidad.
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La música era ensordecedora, las luces iluminabas cuerpos frenéticos que bailan y otros mas se frotan. Las bebidas pululan, las risas, las miradas, los coqueteos y las insinuaciones. Hay tantas opciones.
Algunos ya se han aventurado a bailar en la pista. Parecía que a nadie le importaba el sexo de las personas que se besaban descaradamente mientras bailan.
La verdad es que estaba algo incomodo por el lugar al llegar, le han presentado a los amigos de Jimin, se adapta, pero no congenia mucho con ellos, pero uno de ellos , Bogum, le hace sentir cómodo con su candidez y ternuras, es toda amabilidad y cortesía.
Sumidos en la oscuridad platican de esto y aquello. Era fácil congeniar, Bogum se reía casi de cualquier broma que hiciera TaeHyung aunque careciera de lógica y eso que ambos casi no habían bebido, también lo escucha con atención y le cree cuando con seriedad le ha hablado sobre la vida fuera este mundo, porque parece ser un hombre tolerante y respetuoso. TaeHyung se ha dado cuenta que fue una buena decisión venir a esta fiesta.
No está muy seguro de lo que quiere lograr, pero le pregunta al otro si quiere bailar. Y Bogum acepta.
Y baila como nunca, se deja llevar, no quiere pensar, deja el raciocinio en algún lugar recóndito de su mente, en la bruma, en la nada.
Se mueve con movimientos cadencioso, con sus cuerpos rozándose peligrosamente, con sus manos largas enredadas en el cabello del otro, con caricias fortuitas que van más allá de los lugares admisibles pero que se lo permiten, con labios rosándose esperando por más.
Y el más llega y se siente tan bien.
En u día cualquiera, en un ligar inesperado, quiere creer que es posible que la casualidad le puede dar la oportunidad de olvidar.
Que importa si lo ven,
Que importa si lo reconocen,
Que importa si al que ama el no le importa… y esa noche se deja llevar.