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Maltratado y amado por Anafix

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Me desperté, me dolía todo, hasta mi cabeza como una jaqueca, mientras el resto de mi cuerpo como muñecas y piernas tenían marcas, intente tocar una y me ardió, -supongo que la crema ya se seco- voltee y en la puerta se encontraba recargado Carlos. -Quieres que te ponga mas- se ofreció y entonces llego todo de golpe, lo que ocurrió ayer e inconscientemente revise mi ano, y ya no estaba, se encontraba limpio. -Te lo limpiamos mientras dormías- dice mientras se acerca a mi y se sienta en la orilla de la cama, -lo vieron- me puse rojo, sentía tanta vergüenza de que me hayan visto haci. -Yo lo limpie con Lucas, los otros simplemente no lo aguantaron- explico y el sentimiento de suciedad regreso -me odi...-, -no termines eso Tom- me prohíbe, -no te culpan a ti, se culpan ellos por no poder protegerte- suspira. -Lo sospechábamos desde un principio, debimos de a verlo previsto- insiste enojado. -No lo habrían visto venir, era mi padre y aunque me hubieran dicho no les hubiera creído- me resigne. -Aun así no te hubiéramos dejado- sigue insistiendo, -pensamos que no había nadie- a lo que yo también insistí. Otra punzada de dolor atraviesa mi cabeza, al quejarme, el rápidamente se acerca a mi, al ver que estaba mal -debes estar tranquilo, es una nueva droga que sacaron al mercado y sigue siendo experimental- me explica como si fuera lo mas normal, quería saber como la conocía, pero eso no es lo que mas importaba ahorita. -Ten una aspirina- me la trago y me pasa algo de agua para terminar de pasármela. -Lo atraparon- pregunte por fin, cuando el dolor de mi cabeza bajo, -creo que sabes que siempre cumplimos las ordenes de Marco- me dice, confirmando mi temor, -¿donde esta?- le pregunto aunque no quisiera saber la respuesta. -Encadenado en una habitación especial- dice sin mas como si no fuera la primera vez que encerraran a un hombre, lo cual me preocupa. -Le han hecho algo- lo cuestiono, -no te preocupes no lo hemos tocado desde la casa, que como sabes Marco lo golpeo allí- dice y se vuelve asentar pero ahora a lado mio, viéndome y yo también viéndolo. -Como esta el- por fin pregunto, -Marco pues como iba estar. Furioso, quiere matarlo, pero no antes de acortarle todos los dedos con los que te toco, y otro tipos de tortura. Pero no a querido empezar hasta que tu estés presente, por respeto a ti- lo dice como una platica normal, como si tortura un hombre fuera de diario y me preocupo, pero ya resolveré eso después. -Los demás- lo interrogó, -hemos hecho guardia desde ayer, por si te despertabas, te ayudáramos, creo que me toco la lotería- lo dice serio pero a mi me da risa y termine riendo, a lo que el sonrió. -Oye entonces aun me aman, a pesar de ya estar sucio- le hago la pregunta que acoja a mi corazón, -te dijimos que te amaríamos hasta que durara ese tatuaje y si sigue allí, entonces supongo que si- me dice tocándolo y yo tiemblo ante su tacto, esta sensación es increíble y para nada asquerosa, como ante su tacto que me limpia. -Te puedo pedir dos favores- le pido agarrando su mano, -claro lo que gustes- me dice convencido. -Primero besame- le suplico mas que como una petición, el agarra mi mejilla y me sonrojo, se acerca a mi y junta nuestros labios en un beso tierno y gentil, pero a la vez tan necesitado jugamos son nuestras lenguas y luego nos separados, todo sonrojado -gracias-. Lo necesitaba ya que sentía que su beso purificaba mi boca, -ya te había dicho que no era nada, tu solo pide- me dice gentil acariciando mi mejilla, yo trato de acercarme mas y sentir su cálidos dedos que me calman. Entonces hago mi segunda petición -ahora llévame con ellos- le digo con seguridad, y entonces el al notarlo suspira -esta bien, pero primero ponte algo- me sentencia mientras señala mi cuerpo desnudo y yo me sonrojo. -Me ayudas- le pido, ya que mi cuerpo aun seguía adolorido a lo que el contesta, -me dijiste que solo pedirías dos cosas- me dijo en broma, a lo que yo me hice el ofendido, pero el sonrió y siguió -te dije que solo pidieras y te lo daría- me volví a sonrojar y me ayudo a vestirme y a caminar.


Salimos de una habitación y me di cuenta que estábamos en el segundo piso y era mas grande que la planta baja, había cuatro habitaciones como la mía de puerta blanca, pegadas a la pared del lado derecho, a lado de las escaleras. Otras dos eran de puerta negra que se encontraban enfrente de las escaleras, hasta el fondo. El tapete rojo estaba por todo el piso, la parte izquierda del lugar, estaba dividida en dos, la mitad mas alejada de las escaleras, tenia una cocina inmensa, con estufa, micro, tostadora, refrigerador, cafetera, muchas alacenas y mesadas blancas que contrastaban bien con lo negro de la pared y un comedor muy elegante negro, para seis. La otra mitad mas cerca de las escaleras, el techo y las paredes estaban cubiertas de espejos. Pero lo que mas impresionaba era una enorme cama donde fácil cabrían ocho, era ovalada, con sabanas negras y me quede con la boca abierta ya que nunca habia visto una de es tamaño. -Te gusta Marco la pidió en específico para ti, allí quería que hicieramos el amor la segunda vez y no en el suelo de un garaje, no te ofendas-. Yo simplemente me llene de felicidad una cama donde cambiamos todos, donde nos complaciéramos y viéramos por todos los ángulos de como nos demostramos nuestro amor por los espejos, era hermoso. -No me ofende y si que es, un bonito detalle- sonreí, -deja que te acuestes en ella es muy cómoda- me confirma y yo rió al preguntarme como es que lo sabe. -Si porque ahorita, lo que quiero hacer, es verlos- le confirmo a lo que el me empieza ayudar a bajar las escaleras. 


Al llegar abajo, los veo, unos sentados en el sillón y otros en los bancos, todos bebiendo y no un trago, una botella. Vi que tenían practica bebiendo, ya que la tomaban como agua, lo cual me hizo pensar, que cuanto tuvieron que sufrir, para que la bebida fueran una gran amiga. Sus miradas eran oscuras, pero aun así tome el valor, me separe de Carlos, me pare por mi cuenta, le sonreí tratando de transmitir confianza y con voz temblorosa dije -hola...-. Todos se voltearon y a pesar de todo, sus caras en automático cambiaron a preocupación, -¿como estas Tom?, ya te sientes mejor- el primero en llegar y abrazarme es Lucas y empieza a ver todo mi cuerpo. Empieza a llorar, ahora era yo el que lo abrazaba y consolaba acariciando su cabeza, -lo sabia, vi las señales y aun así no lo detuve- se estaba culpando al igual que Carlos, -no es tu culpa, no es tu culpa, de ninguno de ustedes- voltee a ver a cada uno de ellos, al ver la misma mirada de arrepentimiento. -Pero yo...-, -shh, ya paso, ya no hay nada que puedas hacer, lo importante es que aun me aman ¿no?- sentencio, quería escucharlo ya que estaba necesitado de amor. -Por supuesto Tom, aun te amamos- me dice un convincente Lucas, viéndome con lagrimas en los ojos, me enterneció tanto, que lo besé. El también lo hizo tierno y amable, tratando de trasmitir su cariño y yo fui quien lo profundizó incluso succione, quería su saliva en mi boca, quería desaparecer todo rastro del enfermó que me toco, al separar nuestros labios, llame al resto, quería su cariño y se que ellos también lo necesitaban. Cada uno me dio un beso gentil y cuidadoso, yo lo volvía pasional y necesitado, al final ellos dejaban de reprimirse y me besaban con mas profundidad. Al terminar con Emilio me di cuenta de que no estaba Marco y me asuste, -¿donde esta Marco?- pregunte ante mi sorpresa, primero se miraron entre ellos y luego por fin contesto Ric -esta con tu padre-. -Les dije que no lo dejaran con el- los regaño un Carlos muy enojado, lo cual nunca había visto, siempre había sido neutral. -Oye crees que es fácil para nosotros, tampoco queríamos ver a ese pedófilo. También sabes como es Marco cuando quiere algo lo consigue- le recrimina Ric y continua Lucas -me amenazo con la pistola y luego cerró la puerta con seguro- explico lento. -No me importa si los amenazó, saben que el nunca les dispararía a ninguno de ustedes- sentenció Carlos aun muy enojado, -puede amenazarlos, pero saben que para el disparar es algo que odia, jamas les dispararía a uno de sus amigos- dijo Carlos seguro, y entonces entendí por que ninguno estuvo asustado cuando saco la pistola y  amenazo a Ric. -Entonces vamos- sentencie, parando la discusión, Carlos me miro con un poco de preocupación, me dirigí a las escaleras y el me termino ayudando a subirlas, me agarró por la cintura y su agarre me daba confianza para seguir. 


-Tom tengo algo que advertirte , lo que dije antes, lo dije para a convencerme a mi mismo- vi que los otros nos seguían y escucharon pero no dijeron nada, -veras Tom, Marco si a matado- volteo a ver el suelo, -y yo también soy un asesino- confeso. Pero por alguna razón para mi, no era una sorpresa y por alguna razón no tenia miedo, Carlos al ver mi rostro y no ver un poco de miedo siguió -sospechaba que no te sorprendería pero tampoco preví que no te daría miedo- soltó una sonrisa. -Los otros también...- pregunte, a lo que el de inmediato negó, -no el nunca a permitido que maten, nosotros nos manchamos las manos por que no teníamos opción, una vez que se mata, también muere algo dentro de ti y Marco no quiere eso para ellos, si se tiene que matar vamos nosotros...- ante su temor le agarre su mejilla y se la acaricie tan cariñoso que el suspiro y continuo. -Tom, el nunca, te lo digo nunca, a querido matar alguien, como te dije las circunstancias nos obligaban hacerlo- me suplica que entienda y yo asiento. -Pero hoy fue diferente, estaba enloquecido, mas de lo que lo había estado...-, terminamos de subir las escaleras, ya que fuimos muy lento por mi culpa y ahora nos dirigimos a la puertas negras. -escucha Tom- volvió a llamar mi atención, -nunca había querido matar, pero hoy, por primera vez, quería hacerlo-. Yo lo mire con terror, a lo que el me calmo, -no creo que lo haga hecho aun, me dijo que quería que lo vieras y que escogieras su tortura, para castigarle por lo que hizo. Me preocupa que si lo mata por placer, el Marco que conocemos dejara de existir- sentencio y yo estaba de acuerdo. -Se que no vas a permitir que mate a nadie, así que me preocupa otra cosa, que te termine matando por error, cuando intentes detenerlo- me mira a los ojos y estaba aterrado. 


Ya nos encontrábamos enfrente, de la puerta negra del lado izquierdo, me pare por mi cuenta y lo tranquilice con una sonrisa, -tranquilo, estoy seguro que ninguno me haría daño- sentencie. Toque la puerta y escuche el grito de Marco -lárguense-, entonces suspire y con una voz fuerte le hable -soy yo Marco, soy Tom-. Entonces lo escuche como el seguro era abierto y la puerta se abría. Entonces vi a que le temia Carlos, su mirada enloquecida y arma cargada, lista para matar, el se hace a un lado y entramos todos, luego cierra la puerta y me abraza, yo le correspondo el abrazo. -Que bueno que ya estas mejor Tom, haci me puedes decir que le voy hacer a este maldito- primero lo dijo tranquilo, pero lo ultimo lo dijo con emoción y eso me preocupo. Ya que lo apuntaba con el arma, lo voltee a ver, golpeado, un poco ensangrentado, pero nada grave. Lo tenían encadenado al suelo, obligandolo a estar incado y tenia cinta en la boca. -Le harás cualquier cosa que te diga que le hagas- pregunte, a lo que el contesto, -cualquier cosa- confirmo. Entonces tome su mejilla tiernamente en mi mano, -entonces déjalo ir- sentencie y su rostro se endureció, -no claro, que...- lo bese, calle sus palabras con un beso sensual y apasionado, parecía que nos queríamos comer, estaba muy necesitado al igual que yo. Paso su brazo por detrás, rodeo mi cintura, profundizo el beso y pego nuestros cuerpos, parecia que queríamos fusionarnos. Luego nos tuvimos que separar por falta de aire, pero el siguió besando mi cuello, haciendome chupetones y yo gemí. Pero después me separa bruscamente y volvió a puntar a mi padre, y yo me puse entre ellos. -Quítate- me ordeno, yo negué, -no puedes hacerlo y no porque no quiera. Si no porque a ti te va a cambiar- trate de persuadirlo, -tu no sabes de lo que soy capaz- empezó a llorar, ha este punto yo también me solté a llorar, -claro que lose- le grite, -eres mi Marco, el que me ama, el que me hizo suyo-. Al ver que la locura en sus ojos no se disolvía, tuve que recurrí ha extremos, y me empece a desnudar, me quite todo. El estaba confundido, yo me empece acercar a el, estaba en shock, entonces lo volví a besar, estaba absorto en el beso, que pude llegar a su mano, quitarle el arma y aventarla lejos. -Entonces muestrale a quien le pertenezco- sentencie y lo volví a besar, nuestras lenguas jugaban y decidí colgarme de su cuello, salte para que me agarrara a mi y no un arma. El si me sostuvo con su brazo, y con el otro se empezó ha desabrochar el pantalón, se bajo el boxer y me penetro. Sus dos manos ya estaban en mi nalgas y las apretaba hacia su miembro, lo cual me hizo gemir mucho, tanto que separo nuestro beso. Yo gemía en su oído, mientras el besaba y mordía mi cuello, debo admitir con algo de fuerza. -Bueno entonces vamos a mostrarle ¿no?- dijo en mi oído, me estremecí, y me volteo aun con su pene dentro de mi, ahora me sostenía por las piernas,que eso me hizo abrirlas enseñando todo, como el me hacia suyo, mientras mi padre nos veía con ojos trastornados. Yo decidí agarrarlo del cuello, para acercarlo y besarle, al separarnos, el siguió con mi cuello. Pero entonces voltee a ver a los otros, extendí mi mano a ellos, dándoles a entender que también los necesitaba. Ellos estaban inseguros, pero aun accedieron por mi ojos de suplica, se desvistieron y se acercaron. Emilio y Alfonso empezaron a lamer mis tetillas y yo enrede mis dedos en sus cabellos, ante la excitación. Carlos empezó a lamer mi pene, yo gimo alto, y mientras Lucas y Ric frotaban sus penes sobre mis pies, las cosquillas que sentía en mis plantas era excitante, ante esto solo podía gemir como una zorra. Siguieron, cuando yo ya me había venido dos veces en la boca de Carlos, Marco aumento las embestidas, las lagrimas de excitación caían por mi rostro, mis gemidos hacia eco en la habitación y por fin el se vino en mi interior. El semen goteo hasta el suelo, mi interior estaba lleno y caliente, el resto de mi cuerpo húmedo por su saliva o presemen en el caso de mis pies y aun así me sentía mas limpio que antes. Entonces Marco me bajo, aun vía a mi padre, entonces tuve que agacharme y meter su pene en mi boca, -no lo mires...mírame... a mi- lo llame y me viera solo a mi, el cual hizo, me empezó a mover a su ritmo y yo lo deje, ya que yo necesitaba rudeza y el necesitaba ser duro. Yo levante mi trasero y lo sacudí, para que alguien mas metiera su pene, y lo sentí en una estocada, un pene se encontraba dentro de mi, entonces supe que er Carlos por su ritmo un poco intenso. Al y Emilio siguieron con mis tetillas pero ahora restregaban sus penes contra ellas, yo gemía, pero era silenciados por el pene de Marco. Entonces lo sentí Carlos alzo mis pies, mi único soporte. Ante esto rápidamente me aferre a la cintura de Marco hundiendo mas su pene en mi garganta, a lo que le soltó un gemido viril, Carlos sostenía mis piernas hacia arriba, abiertas, alrededor de su cintura, y volví a sentir ese húmedo liquido en mis plantas de los pies, eso duro y caliente, entonces lo supe eran los miembros de Lucas y Ric que seguían restregándose, en mis pies. Seguimos, podían sentir como llegaban mas profundo, tanto por adelante como atrás, gemía pero no se escuchaban por el pene de Marco llenando toda mi garganta, lo cual me excito. Me siguieron penetrando, restregándose, machando todo con su presemen, hasta que aumentaron el ritmo, Carlos se vino adentro y Marco en mi boca que me lo trague gustoso, yo me vine hacia el suelo, me bajaron, Marco y Carlos se pegaron a la pared tratando de regular su respiración. 


Mi padre nos siguió viendo, yo quería que viera a quien le pertenecía mi corazón, así que senté a Ric en el suelo, y me autopenetre con el pene de Ric, gemí y el me abrazo desde atrás, enrollandome con sus brazos y empezó a moverse. Emilio se acerco y sin dudarlo, metí su pene en mi boca, le empece a dar placer con mi lengua. Lucas y Al se pusieron a mis lados y empece a masajear sus huevos, me sentía tan bien, mi cuerpo volvía hacer suyo, era limpiado de horribles manos que quisieron separarme de sus sentimientos. Ya despues de un tiempo, Ric se empezó a mover rápido, al igual que Emilio empezó a empujar su falo mas adentro, se corrieron, me pase su esencia. Ric saco su delicioso miembro, abandonando mis entrañas las cuales se sintieron vacías, me pare  y me introduje el falo de Lucas dentro de mi. Mientras empece a besar a Alfonso, mientras lo masturbaba con mis dos manos, Lucas se empezó a mover, y mis entrañas se sacudieron de le emoción. Gemía mientras besaba y Al su presemen mojaba mis manos, ya cuando nos separamos por falta de aire, me agache y metí su falo a mi boca. Me penetraban y yo gemía, ambos se vinieron y me trague su esencia. Lucas me jalo hacia el, sacando su miembro de mi y me beso apasionado, me volteo mientra jugaba con nuestras lenguas, amaso mis nalgas, y la semilla que había de mi interior empezó ha escurrir, nos separamos y nos quedamos unidos por nuestras frentes, nos miramos. Después alguien me jala, era Marco y ya estaba desnudo, -es nuestro turno romeo- le incrimino. Me beso y al estar espaldas a mi, podía sentir su falo ya erecto, que empiezo a restregarlo en mis pompis, me hizo hincarme y cuando nos separamos, me puso en cuatro, me penetro y gemí y el pene de Carlos también estaba enfrente de mi erecto, así que lo metí en mi boca. Los dos me penetraron, así pase con las mismas parejas en forma de perrito, todos viniéndose dentro de mi, ya satisfechos, y yo también. Mi estomago y mis extrañas estaban llenas, las acaricie lentamente. Me pare y camine hasta mi papa, me voltee y le enseñe mi trasero lleno de su semilla, -ves a ellos les pertenezco- me voltee y estaba llorando, -y no solo mi cuerpo es suyo para hacer con el lo que quieran, si no también mi corazón les pertenece a ellos, y tu nunca lo tendrás- concluí. El empezó a lanzar bramidos, por la cinta que tenia en la boca no se le entendía, -sáquenlo, por favor- les pedí Emilio y Alfonso. Se hicieron caso sin problemas, ya que eran los mas fuertes, ante la excitación disminuyendo, todo el cansancio, el dolor tanto físico como mental, me llago de golpe, mis piernas tiemblan y voy estrellarme en el piso, pero unos brazos musculosos me sostienen, volteo a ver sus orbes plateados, y se que ahora estoy esta bien. Le sonrió, -te esforzaste mucho- me dice triste, al no querer que se arrepintiera de haberme hecho el amor, lo bese, fue tierno y corto, apenas rozando nuestros labios, pero fue suficiente. 


Me carga como princesa, -tenemos que bañarte- me dice y yo niego, -no, solo quiero descansar- le pido. Ante esto me iba a meter al cuarto al que estuve antes,y yo le detengo, -no espera- digo débil y el se detiene, miro la cama negra y el también dirige su mirada a la mía. -Quiero acostarme con todos ustedes- le pido, -pero Tom estas muy frágil, y si te llegamos a lastimar mientras dormimos- dice el con preocupación, a lo que yo le suplico -por favor- y le hago ojitos de cachorrito, a lo que el suspira derrotado. -No te puedo decir que no, verdad- le sonrió, el me acuesta delicadamente en medio de la cama, -sabes la compre específicamente, para que tu segunda vez. Y por primera vez te pudiéramos hacer el amor como se manda, en una cama- dice arrepentido, sentándome a mi lado en la cama, -pero otra vez te lo hicimos en un piso duro y frió-. -Esta bien- lee digo, -al menos dormiré con ustedes en esta cama tan cómoda en mi segunda vez- y vaya que era cómoda era como estar en nubes, -ademas ya saben lo que dicen la tercera es la vencida- le sonrió y el se ríe, me acaricia mi mejilla y su calor me encanta. -Me gusta que siempre le mires el lado positivo a todo-. Sentí el semen salir de mi interior y me sonroje, porque el también lo vio, -lo siento, te las lavare- me disculpo. -no te preocupes, son solo sabanas, tu eres mas importante- eso solo me hace sonrojar mas, -voy por lo demás, tu relájate- me dice y se va desnudo, al cuarto con de la puerta oscura, por los demás. Trato de buscar una almohada, pero no hay,  aunque yo tampoco he usado almohada, me extraña que ellos no tengan, aunque claro no se necesitaban, ya que toda la cama parecía un almohada, ya que todo mi cuerpo se hundía en ella, era como si la cama me abrazara. 


Llegaron los otros, -a mi me toca en el pecho de Tom- discutida Ric con Al, -pero yo también quiero su pecho- le respondió el. Se estaban peleando por quien se iba acostar en mi pecho. -Saben que hoy quiero su pansa- dice Marco, -de seguro es mas blandita, aunque su pecho es suave y aveces cuando pasas por sus tetillas el gime bajito- lo decía como pensando en voz alta, pero me sonroje, por que gemía dormido. -Yo quiero en su pierna es ancha y suave como una almohada- confirma Emilio. -Así pues yo quiero dormirme otra vez en su estomago, su respiración lenta me, relaja y me hace dormir como nunca-, ahora era Carlos discutiendo. Entonces entendí por que no había almohadas, ya que yo era la almohada y decidí detener esa discusión, -oigan... deténgase- les dije, a lo que ellos se detuvieron. -no me importa quien duerma donde, solo quiero que se decidan, quiero hablar con ustedes- la verdad estaba cansado y no me importaba ser su almohada de hecho me encantaba, pero quería que se acostaran pronto, por que yo pronto me dejare llevar ante la oscuridad. Se terminaron echando un shin-shanpu, el acomodo quedo, Ric y Emilio en mi pecho, Lucas y Marco en mi estomago y en mis piernas Carlos y Alfonso, acaricie las a Ric y Emilio tiernamente. -Saben no quiero que haga secretos entre nosotros, si yo no les cuento la verdad, como ustedes me contaran la suya-, me preparara para contarles la verdad mas dolorosa de la que me entere. -No tienes que contarnos si no te sientes listo, Tom- me consoló Al acariciando mi pierna, lo cual yo agradecí su toque. -Esta bien, se que ustedes, tendrán sus propias historias dolorosas y cuando estén listos para contármelas yo estaré dispuesto a escucharlos-, -no creo Tom que quieras saberlo, nos miraras diferente, y tal vez nos dejes de querer- dice Marco con la vista perdida, -ustedes se enteraran de mi origen, tal vez ustedes también dejen de amarme-, les comente a lo que ellos me contradijeron de inmediato, -jamas, sin importar lo que digas, te dejaríamos de querer- dice Marco enojado, -si no dudes de nuestro amor por ti- reclama Ric. -Entonces ustedes tampoco duden del mio- se las voltee, -no importa, que me cuenten, mis sentimientos por ustedes nunca van a cambiar. Lo que si va cambiar es el peso que carguen con ustedes, lo repartiremos, así como cuando yo les cuente y les pase mi peso, quiero que ustedes también lo hagan conmigo, juntos seremos mas fuertes- les explico y ellos se calman, parece que están de acuerdo conmigo. -Bien ya aclarado, quiero que me prometan que sin importar que les cuente, no irán por mi padre- los mire y los vi dudosos, -ni aunque se lo merezca- pregunta Ric y no se si es broma, -no ni aunque se lo merezca, el es basura, no vale la pena-. Todos están de acuerdo, asienten y me prometen al mismo tiempo, -lo prometemos. 


Ante esto suspiro y les cuento todo lo que me dijo mi padre, no lo que me hizo, eso ni yo, ni ellos, resistiríamos al recordarlo. -Ese mal nacido hijo de perra-, Marco se paro y empezó a caminar alrededor de la cama, -lo voy a matar- sentencia, lo agarro cundo pasa cerca de mi, -no puedes lo prometiste- le recuerdo y el se vuelve acostar en donde estaba, -ninguno puede- les advierto por si alguno mas lo estaba pensando. -Pero Tom, lo que te hizo, he hizo a tu mama no tiene perdón- dice Lucas con la vista perdida, -no dije que lo este perdonando- le aclaro, -solo no quiero que se manchen sus manos, por una basura como el.  Solo no quiero que se conviertan en el mismo monstruo que el- miro sus rostros detenidamente en el reflejo y ellos a mi, -el se convirtió en eso, porque la mujer que amaba lo rechazo, termino matándola, y casi también lo hace con el hijo de ella- lagrimas escurren por mis mejillas, -me pregunto que pasaría si por erro alguno me matara, o si alguna vez me niego hacer algo-, -jamas te haríamos lo que hizo tu padre- afirmo Marco con asco, -y yo lose, dije por error, no quiero que se vayan a perder en la misma demencia, o si yo muero, que va pasar con ustedes, a veces pienso que lo mejor es que no me hubieran conocido- empiezo a derramar mas lagrimas. -No digas eso Tom, que hubiera pasado si no nos hubieras conocido, ahora andarías con tu padre- me interrogo Lucas, a loq ue yo negué de inmediato, -el me hizo escoger entre dos opciones, o darle mi corazón (aunque era mas mi cuerpo), o morir, saben cual escogí- no respondieron a lo que yo conteste -morir- finalmente solté, -a veces pienso que lo mejor es que hubiera muero, así ustedes no se apegarían mas a mi, y no sufragaran tanto si me pierden- concluyo, entonces siento algo picudo y frió en mi estomago, a ver el reflejo Marco me apuntaba con su navaja mi estomago, ni siquiera se de donde la saco, si estábamos desnudos. -Si quieres aun te puedo matar- me dice mientras aprieta mas la punta a mi estomago, pero nadie lo detiene, todos siguen en la misma posición, solo viendo atraves del reflejo. -Tom si quieres abandonarnos, solo hazlo, pero no te inventes que lo haces por nosotros- reclama Carlos con desprecio, -jamas quise darles ha entender eso, no quiero abandonarlos, jamas, mi vida es suya y si la quieren tomar...-, -que no entiendes Tom que eso es lo que nos molesta- grita Marco, ya mas calmado continua, -no queremos que te sigas menospreciando, si nosotros te amamos, por que tu no-me recrimina y no entiendo, -si te digo que aquí y ahora te mataras, lo harías- me pone el cuchillo en la mano, yo al no entender contesto, -si-, -no, Tom, sigues si entender- se enoja Marco, -no debes hacer todo lo que nosotros queramos, también debes de hacer lo que quieras. Pon limites, o si no si te terminaremos lastimando- me miro triste, -Tom si no nos dices cuando te hagamos daño, como sabremos que te lo hacemos- me cuestiona Ric. -Ademas somos unas personas que no conocemos limites, si no nos detienes, no sabremos que es suficiente hasta que se demasiado tarde- me explica Carlos, -no quieres que nos manchemos con tu sangre, entonces no lo permitas- me pide Marco, -aprende a decir no- me dice Lucas. Yo suspiro, ellos tenían razón, si quería ayudarlos tenia que ponerles limite, -esta bien cuando no quiera hacer algo, los detendré- les dije convencido, vendiéndolos en el reflejo, a los ojos de cada quien. Luego aviento la navaja bien lejos, -lo primero que quiero prohibir son armas, al menos cuando estén conmigo- les pido y ellos asienten. -Entonces dejare de pegar navajas bajo la cama- y eso explica de donde vino, me empiezo a reír y todos lo terminan haciendo. Después de una terapia de la risa, me acomodo y ellos lo hace, nos preparamos para dormir, y les digo -Buenas noches- y todos me lo devuelven, doy un ultimo vistazo a nuestro reflejo y me dejo perderme en la oscuridad.      


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