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LA MAQUINA DEL TIEMPO por juda

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-¿Cómo se suponía que iba a dormir con toda la ansiedad y la adrenalina que tenía encima? Tomó el medicamento pero el cerebro estaba tan sobre excitado que lo único que logró fue darle dolor de cabeza, ya se había cansado de dar vueltas en su cama, leyendo y releyendo la carta del Sombrerero. Le llamó la atención el nombre, barajó distintas posibilidades para ese alias pero ninguna lo convencía. Estaba seguro que el Sombrerero no le mentía y era un visitante! Los viajes en el tiempo ya eran una realidad, le habría gustado que en vez de dejar una nota se hubiese presentado ante él y le explicara todo. ¿Por qué no lo había hecho? Tal vez porque conocía al Sombrerero!!! Rafa no podía ser... ¿¿o si?? El Sombrerero le decía que lo peor iba a pasar y que buscara la felicidad... era alguien que lo quería, que lo cuidaba. ¿Sería posible que su padre Martín no hubiese muerto y estuviese viajando en el tiempo? ¿y que desde la distancia de otras dimensiones temporales aun siguiera cuidándolo?

Se vistió y subió al laboratorio, tal vez podía probar en ese momento con el cobayo y poner las coordenadas que el viajante le había dado. 

Entró, prendió las luces, se paró frente a la jaula de los roedores y puso las manos en la cadera para ver a cual enviaría al pasado. Aspiro aire con fuerza cuando un par de brazos fuertes lo levantaron por el aire y lo colocaron sobre un hombro como si de un costal se tratara.

Le pegaron un fuerte palmazo en el culo.

-¿Qué te dije sobre dormir? -preguntó el pelinegro saliendo del laboratorio con B colgado. 

Bajó a la segunda planta, entró al cuarto del peliceleste y lo tiró en la cama.

-Encima parece que estás bajando de peso, no pesas nada, pendejo de mierda!

B estaba tirado en el colchón con el ceño fruncido y un violento puchero en la boca.

-Desvistete -ordeno JP.

B levantó las cejas.

-Vamos, te voy a dar lo que quieres para ver si al menos así te duermes -y se pasó la mano por el bulto duro que sobresalía de su pantalón pijama.

-Me fui a tu cuarto para rogarte que cojamos, ahora no lo haremos, ya no tengo ganas -le dijo reprimiendo una sonrisa e intentando escapar por un lateral de la cama. JP se trepó a ella, hizo dos pasos por sobre el colchón, lo tomó por la cintura, lo tiró nuevamente. Se puso sobre él, apoyó una mano en el centro de su pecho para evitar que escapara y con la otra mano, y a los tirones, le bajó el pantalón corto. Jadeo cuando vio que no llevaba nada abajo. Se tiró sobre la pija semierecta de B y comenzó a chuparla con tanta vehemencia que el peliceleste se aferro al cabello del pelinegro y comenzó a bombearle la boca.

Le chupó la pija, babeándola entera, la saliva que caía la esparcía hacia la entrada del peliceleste, le lamió los testículo y lo penetró con la lengua.

El peliceleste se había puesto una almohada sobre la cara y la abrazaba con fuerza para que no se escucharan sus gemidos que estaban a un paso de ser gritos.

JP le arrancó de los brazos la almohada, se la puso debajo de la cadera, le levantó las piernas apoyándolas en sus hombros y comenzó a penetrarlo lentamente, dilatándolo con su propia polla. Lo hizo tan delicadamente que el dolor fue mínimo, el placer lo consumió en cuestión de segundos, cuando la pija entró por completo le rozó la próstata y se sacudió en el colchón.

JP volvió a repetir el movimiento y B se llevó la palma de la mano a la boca para mordérsela con fuerza. El pelinegro estaba sobre él, lamiéndole el cuello, mordisqueando los pezones mientras bombeaba y tocaba su próstata una y otra y otra vez.

B tembló entero, los músculos se sacudían con violentos espasmos, las piernas elevadas a los costados de JP no dejaban de temblar. Una nueva penetración y eyaculó con brutalidad.

El pelinegro sintió cuando el esfinter se cerró en torno a su pija y siguió bombeando apurado para terminar él también, lo hizo por unos 20 segundos más, acabó con un jadeo ronco y quedó tirado sobre el cuerpo tranquilo de su peliceleste, cuando estuvo sobre su pecho lo escuchó respirar con tanta paz que elevó la mirada: B dormía con una sonrisa en los labios.

***

Se despertó sobresaltado de tanto dormir!!

Miró la hora: 11,40.

Se reprendió mentalmente, le habría gustado levantarse temprano para darle un beso a su peliceleste antes que partiera a la universidad, pero la sesión de sexo que habían tenido durante la madrugada lo dejó sin fuerzas!

Sonrió en la penumbra de su habitación al recordar a su peliceleste dormido con esa sonrisa en el rostro!

Suspiró.

Mierda! estaba de cabeza por ese niño!

Niño que en realidad no era tan niño!

Fuck! No estaba de cabeza... estaba enamorado!!!!

Se pasó las manos por la cara para destaparse a la realidad, se había levantado de muy buen humor!! y quien no podría despertarse así si tenía al peliceleste en su vida? y no sólo eso... sino que el peliceleste sentía lo mismo por él!!!

Fue hasta la cocina para tomar una taza de café. 

La casa estaba en paz, supuso que Oscar estaría dando clases en la universidad y Marcela en su restaurant.

Se sirvió la infusión y estaba por ir al laboratorio cuando escuchó la puerta y luego unos pasitos corriendo por el pasillo. Lo asaltó un déjà vu y por un segundo creyó que el pequeño B aparecería por la puerta para recriminarle que el monito tuviera su mismo nombre, pero apareció el B hombre, hombre hermoso y perfecto, y cuando lo hizo tiró su mochila al suelo y corrió a abrazarlo.

Suerte que estaba al lado del mesón y pudo poner la taza en ese lugar antes que el cuerpo del peliceleste lo embistiera.

-¿Qué haces tan temprano en casa? -le preguntó cuando B dejó de acaparar su boca con la de él.

-Shhhhhh!!!! -contestó poniéndole el dedo índice en los labios -Solicité permiso para retirarme aduciendo que me sentía mal!

-Y te sientes mal? -preguntó sobresaltándose un poco.

-No! quería regresar porque tenemos que coger como conejos y luego tenemos que probar esa máquina con un cobayo... lo recuerdas?

-Y todo eso no podía esperar hasta esta noche?

-Eso mismo le dije a mi culo, pero él no piensa lo mismo!!

JP largó una carcajada y lo abrazó con fuerza mientras lo besaba profundamente.

-Te vas a burlar de mi si te digo algo?

-No me burlaré.

-Te quiero B.

El peliceleste sonrió satisfecho, pegó un salto para adherirse a su cuerpo quedando con las piernas alrededor de su cintura y le pasó la lengua por los labios, la mandíbula, el cuello!

-Te quiero JP, me haces muy, muy feliz!

En la posición en la que estaba, el pelinegro le acaricio la espalda mientras lo besaba y bajó las manos hasta su culo, tocándolo, apretándolo por sobre la ropa.

-DIOOOS! -gritó Marcela y B se bajó de inmediato del cuerpo de JP. -Yo sabía que no me equivocaba, la mierda de tu amigo tocó a mi hijo!!! -le gritó a Oscar mientras giraba a verlo.

Marcela tenía el rostro rojo y Oscar había bajado la cabeza y negaba mientras tenía la palma de la mano en la frente.

-ERES UN HIJO DE PUTA! B ES UNA CRIATURA! PERVERTIDO, SUCIO!!! -gritó abalanzándose sobre él, B se puso en frente para que no llegara hasta su pelinegro.

-Mamá, somos dos personas grandes, JP tiene mi edad!!!

-No tiene tu edad, es un hombre maduro y tu un niño, córrete -le gritó tomándole del cabello con ambas manos, zarandeándolo y tirándolo hacia un costado, Oscar hizo dos pasos hacia ella y la detuvo.

-Deja de gritar Marcela y que sea la última vez que le pones una mano de esa manera a nuestro hijo! si ellos quieren estar juntos, deben estarlo. No puedes seguir interviniendo de esa manera en la vida de B o tu misma lo alejarás!

El grito de Oscar produjo silencio.

Sólo se escuchaba la respiración agitada de Marcela que lloraba mientras lo miraba con odio. Él no entendía! JP era un hombre grande y B... B era su pequeño. B no podía estar con un hombre así y mucho menos dejar de ser su niñito.

-TU SABÍAS LO QUE ESTABA PASANDO ENTRE ELLOS DOS? ERES TAN HIJO DE PUTA COMO JP! B ES MI HIJO Y NO PERMITIRÉ QUE ESTA ESTUPIDEZ SIGA! -contestó alterada, hipando ante un llanto histérico. Giró trastabillando, mareada ante el descubrimiento nefasto -TE VAS A TU CUARTO! -le gritó al peliceleste y con el rabillo del ojo vio cuando JP se acercó y extendió los brazos.

-Ven B -dijo con seriedad.

Cuando su madre lo había apartado tomándolo por el cabello, el peliceleste había quedado acurrucado en un rincón, intentando no romper en llanto.

B hizo dos pasos hacia él y quiso abrazarlo, pero Marcela lo detuvo tomándolo nuevamente del pelo, tironeándolo hacia atrás y golpeando el rostro de su hijo con una potente bofetada.

JP corrió hacia el peliceleste, Oscar tomó a Marcela y de un empujón lo alejó de su hijo, B pegó un grito desatando todo el llanto.

-ES UN NIÑO, OSCAR! ES UN NIÑO, QUE NO LO VES? -gritó histérica y salió del cuarto.

Oscar hizo a un lado delicadamente a JP y abrazó a su hijo. B lloraba de manera descontrolada y se aferró al pecho de su padre que intentaba calmarlo mientras le acariciaba el cabello celeste todo desordenado.

Nadie la vio entrar hasta que percibieron como JP retrocedía, entonces Oscar y B voltearon hacia la entrada y vieron como Marcela ingresaba fuera de si, con los ojos casi saltando de las órbitas, con el rostro enrojecido bañado en llanto, con el brazo alzado, con la mano dura en el arma y disparaba a quemarropa.

B cerró los ojos por instinto ante el estampido, estaba tan cerca del cuerpo de su amado que sintió como una lluvia de sangre la bañaba el rostro, cuando la bala le perforó el cráneo.


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