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LA MAQUINA DEL TIEMPO por juda

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JP se levantó temprano y bajó a desayunar.

Marcela leía el periódico, le sonrió cuando lo vio entrar.

-Tienes café caliente en la cafetera.

-¿Y los demás? ¿hoy desayunaremos solo los dos?

-No, en realidad desayunarás tu, yo ya lo hice. B salió con Rafa y Oscar está preparando los dossier para sus alumnos.

El nombre de Rafa le pegó en la boca del estómago.

Marcela bajó un poco el periódico y lo miró por arriba de los anteojos de lectura.

-B me dijo que saldrás esta noche con ellos.

JP se estaba sirviendo café y le tembló un poco el pulso, tenía que recordar que ahora Marcela no tenía su edad y que era la madre de B. Volteó y la observó. Estaba sonriente, no parecía molesta.

Llevó su taza hacia la mesa y se sentó frente a la mujer.

-Si, pensé en salir a divertirme un poco. Estaba estresado. ¿Hay algún problema que vaya con B?

-Ninguno! recuerda que yo también tuve tu edad -le dijo sonriente -y aparte me quedaré tranquila. Sé que B quiere pasarla bien, pero ese Rafa creo que está más interesado en cogerlo que en otra cosa.

JP levantó la mirada desde su taza de café al rostro de Marcela.

-¿Son novios?

-No! B no es de los que se ponen de novios, le gusta divertirse, imagino que ya no debe ser virgen! pero nunca trajo a alguien en calidad de novio o novia. Quiero mucho a Rafa, no lo malinterpretes, pero a veces siento que acosa a mi pequeño B y si me llego a enterar que le hizo algo que mi pequeño no quiso, juro por todos los dioses, que le cortaré la polla con un cuchillo sin filo.

JP sonrió. ¿Rafa acosaba al pequeño B? ¿El pequeño B no era virgen? ¿En que mundo idiota vivía que el pequeño B podía ser activo sexualmente? EL PEQUEÑO B!!! hasta hace unas semanas se metía el pulgar en la boca y se quedaba dormido en su cuello mientras lo hacía pasear por el laboratorio!!! De pronto sintió vergüenza... él mismo se había realizado tremenda paja la noche anterior pensando en la boca de B, pero no del pequeñito que él hacía dormir, sino de ese peliceleste alto de voz gruesa, ese hombre hermoso que aun le decía tío!

-Lo cuidaré -le aseguró, pero en el fondo se sintió un mentiroso. Podía mentirle descaradamente a Marcela pero su consciencia sabía que quería follárselo como loco.

***

Se había quedado en la cocina, leyendo un libro sobre biotecnología que le prestó B cuando escuchó su voz grave en el pasillo. Se reía bajito y pedía que parara.

Bajó el libro y prestó atención.

-Basta Rafa, mis padres pueden estar en casa.

-A esta hora no! Oscar debe estar trabajando con cosas de la universidad y Marcela estará en su restaurant.

-Mi tío podría andar por aquí.

-Tu tío no dirá nada, tiene prácticamente nuestra edad, nos entiende.

B volvió a reír.

-Basta Rafa, en serio.

Escuchaba ruidos acuosos, como de chupetéos.

Evitó levantarse, se conocía. Aunque era un pacifista, si salía y veía que le estaba haciendo algo a su pequeño B lo estamparía contra una pared de una trompada.

-Basta!!! -volvió a pedir B sin reír esta vez.

-Rafa, B está pidiéndote amablemente que pares -vociferó JP desde la cocina y de pronto todos los sonidos cesaron -Debes aprender, aparte de medicina avanzada, que cuando alguien dice que no, es no!

Cuchicheos.

-Estábamos jugando, pero ya no lo haremos más, señor -respondió el castaño desde el pasillo.

Escuchó que se despedían, besos húmedos y luego la puerta.

B entró a la cocina, tenía el rostro rojo hasta el cuello.

-Hola tío -lo saludó mientras se dirigía al refrigerador y sacaba unas masas con crema que Marcela siempre le dejaba guardadas en un recipiente cerrado herméticamente.

-Hola B -saludó, no pudo evitar mirarle el culo al muchacho cuando éste se agachó en busca de sus bocadillos. Cuando giró, retornó la mirada a la lectura.

Quedaron en silencio mientras el muchacho comía.

-¿Quieres un poco? -preguntó tímidamente mientras ponía una masa al alcance de sus ojos, por sobre el libro.

JP lo miró, B aun tenía los labios rojos.

-No, gracias -regresó su atención al libro.

-No estaba pasando nada malo en el corredor -explicó con voz baja.

JP volvió a mirarlo. B estaba colorado.

-No le digas nada a mamá.

-¿Por qué? me acabas de decir que no pasaba nada malo!

-No quiero que crea que Rafa me estaba obligando a algo. A veces mi madre se pone un poco paranoica.

JP seguía mirándolo, B intentaba devolver la mirada pero no podía retenerla y bajaba los ojos.

Se veía adorable.

¿Qué le habría estado haciendo Rafa?

¿Donde lo habría estado tocando?

¿Qué zonas habría estado besando?

Desvió la mirada hacia el cuello del muchacho y comenzó a salivar.

Tenía puesta una camisa con los 3 primeros botones desprendidos y desde donde estaba podía ver un asomo de pezón. Se excitó. ¿Rafa habría estado mordisqueando esos pezones?

Cuando volvió los ojos al rostro de B se dio con que el muchacho lo estaba mirando.

Sin saber qué hacer, retornó los ojos a la lectura.

-¿Qué te pondrás esta noche? -pregunto B con la voz grave y algo agitada.

-No sé -cerró el libro y le prestó atención.

-Suelo ir a ese bar con mis amigos, tengo varios disfraces de sherlock y de watson. ¿Quieres medirte algo? No eres mucho más grande que yo físicamente, creo que podrían quedarte algunos.

El peliceleste se paró y salió de la cocina.

JP se pasó la mano por el cabello, tenía la pija dura y temía que se notara.

El rostro de B apareció nuevamente por la abertura de la puerta.

-¿Vienes?

-Si, en un segundo, tomaré un poco de agua. Ve sacando la ropa -le pidió. B lo observó unos cuantos segundos, luego asintió y desapareció.

Llegó al cuarto unos minutos después, se había lavado la cara con agua del congelador, estaba relativamente más calmado.

Cuando entró, B se apresuró a cerrar la puerta.

-Esto es lo que me pondré esta noche, iré como Sherlock -y diciendo esto se sacó la camisa frente a él y demoró en ponerse la otra prenda que era casi idéntica, tenía los pezones duros. Luego se sacó los pantalones, giró y se agachó para ponerse los otros, dejando su culo perfecto enfundado en un boxer negro, a la vista de JP. El pelinegro tragó duro. No sabía qué pensar. ¿B lo estaba provocando? -sácate la ropa, te daré lo que tengo.

JP lo quedó mirando, luego volteó y miró hacia la puerta.

-Nadie entrará, mis padres no están -le dijo en un susurro.

Regresó la mirada hacia el peliceleste, el corazón le galopaba en el pecho.

El muchacho se acercó y tomando los bordes de la camiseta, se la sacó de un tirón.

JP inhaló fuerte.

B le miró el pecho desnudo sin disimulo, lo sintió tragar saliva.

-No tienes vellos, igual que yo -le dijo pasándole la mano por las clavículas hasta el abdomen. JP cerró los ojos. -Esta camisa te irá bien -susurró sobre su cuello. El pelinegro abrió los ojos, B se había acercado demasiado para poder pasar el brazo por la manga de la prenda y casi tenía su pecho apoyado sobre el suyo. JP temblaba en el lugar. El peliceleste terminó de ponerle la camisa. -Ahora quitate el pantalón -le dijo de nuevo casi encima y el pelinegro retrocedió.

Ya era notoria su erección por sobre su pantalón y no se lo quitaría o perdería todo el autocontrol que estaba teniendo.

Estaba seguro que B se había dado cuenta de lo duro que estaba.

-Primero me gustaría ducharme, aunque estoy seguro que me andará, si no me anda le podemos pedir un pantalón a tu padre!

B lo observó un momento y luego elevó los hombros en señal de que no le importaba, mientras giraba y guardaba la ropa.

-Como quieras tío!

La pija le saltó en el boxer, se sentía mojado, ¿qué tan pervertido podía ser como para excitarse aun más ante la voz grave de B diciéndole "tío"?

-Llévate esto -le dijo poniéndole varias prendas que sacó del closet -pruebatelas y luego me devuelves las que no te gusten.

JP tomó todo y salió un poco mareado del lugar.

-Tio! - lo llamó, el pelinegro volteó a verlo, B estaba desnudo, solo en boxer y se adivinaba una semierección, tenía la cabeza ladeada, sonreía y parte del cabello celeste le caía sobre un ojo -sabes como luce el personaje de Sherlock o de Watson, verdad?

-S-si! -tartamudeó, mirándolo entero.

-Ok, si tienes dudas me avisas y voy a ayudarte.

Sonrió rectangularmente. Elevó una mano y se la llevó al pecho, se tocó un pezón casi de manera descuidada y se pasó la lengua por los labios.

JP retrocedió girando y chocó con el marco de la puerta.

Regresó la mirada, B seguía en la misma pose y lo observaba, esta vez sin la sonrisa.

En dos pasos llegó a su habitación, cerró con llave, tiró la ropa en su cama, entró apurado al baño, sacó la pija babosa y dura, se la jaló tres veces y eyaculó de manera violenta salpicando el inodoro, el piso, la mano, el pantalón.

Mierda, el pendejo estaba del infarto y si seguía ese juego, no sabía cuanto podría contenerse.

Cuando abrió los ojos luego de que la respiración se normalizara un poco, se miró, estaba nuevamente duro, esta vez se hizo una paja lenta, pensando en esos pezones.


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