Capítulo 9.- De la nada
El desayuno fue silencioso en ese departamento, Sorrento miraba a Julián que estaba tomando café negro y a Seiya que comía cereales, ambos en completo silencio, el tercero en discordia pensaba que sus amigos estaban en medio de una pelea o algo por lo que no le pareció prudente preguntar mucho sobre ello, mejor él no se metía en esas broncas de amantes.
Seiya fue el primero que salió del departamento y corrió a clases, llegó atrasado pero el maestro Saga no le iba a cerrar la puerta a su alumno favorito, por eso cuando llegó a su lugar pudo darse cuenta que ese día Shun tampoco había llegado aún, aunque lo más probable es que no aparezca en lo absoluto.
La mañana pasó monótona y triste, cerca del mediodía el castaño estaba sentado al pie de su árbol favorito cuando Sorrento llegó y se desplomó a su lado, eso sí era una sorpresa porque el muchacho de ojos magenta nunca visitaba a Seiya en su facultad, pero esa mañana había llegado con donas
- ¿No tuvieron clases? – se interesó el castaño
- No… no tuvimos clases, por eso Julián se fue a casa, su padre llegó hoy en la mañana y por eso me pidió que te dijera que sería mejor para nuestra salud física y mental no aparecernos por el departamento en lo que queda del día – contestó Sorrento robándole el café a Seiya que no podía creer lo que estaba escuchando
- ¿El papá de Julián vino a verlo?
- No sé si sea una visita amistosa o no, por el tono de Julián no lo parecía
- ¿Y sabes a qué vino?
- Julián me contó que tú ya sabes todo el rollo con Shun
- ¿Tú lo sabías? – Seiya no se vio venir esto
- Si… me lo contó cuando estábamos en primer año, una noche que nos emborrachamos y él se puso súper mal porque había hablado con su mamá esa tarde, la ausencia de su familia le ha pegado muy duro, a raíz de que llegamos a vivir a su casa él está mucho mejor, pero el primer semestre que vivió solo fue fatal para él, eso es lo que me ha contado por lo menos
- Si tú lo sabías, ¿por qué le dejaste esparcir ese rumor de Shun? – preguntó Seiya y lucía un poco molesto, él se sentía mal por ello y eso no era secreto para nadie
- Porque se lo merece, no solo por lo que le hizo a Julián, sino por lo que te hizo a ti, pero eso ya no está en discusión, ya lo hicimos y no hay vuelta que darle al asunto
- Tú lo ves muy fácil pero yo estoy preocupado, ya son varios días que no viene a clases, y mira… Hades ya salió de la cárcel, al parecer no pudieron levantarle cargos – Seiya señaló al muchacho de cabellos negros que caminaba por uno de los pasillos con cara de pocos amigos
- Sabes que en eso yo le voy a creer a Julián, no creo que nadie haya violado a Shun, si dijo lo que dijo de Julián, quien quita que no diga lo mismo de ese tal Hades – dijo Sorrento y en verdad que tenía un punto, Seiya lo sabía y si era una posibilidad, pero el estado en el que Shun estaba eso era poco probable, la verdad de solo pensar esto le dolía la cabeza
- Supongo que sí… arghhhhh… todo este asunto es tan… horrible… - Seiya se dejó caer en el pasto y se hizo bolita, Sorrento le acarició los cabellos y algo iba a decir pero fue interrumpido porque alguien se aceró a ellos y prácticamente gritó:
- Espero que estés contento y satisfecho
- ¿De qué o qué? – Seiya se incorporó al ver a un furibundo Hyoga muy cerca de él
- Shun está en el hospital
- Ohhh que mal, ¿y yo que tengo que ver con eso? – Seiya no sabía si ponerse de pie o no
- Shun no me quiso decir bien lo que pasó, solo me dijo que te alejaras de él o no responde, que ya bastante daño le has hecho
- Yo no he hecho nada y mucho menos a él, ¿está loco?
- Claro que no, mi amigo es frágil y tú te aprovechas de eso, lo atacas porque le tienes envidia – acusó Hyoga con rabia
- Yo no le tengo envidia, lo que tengo es pena porque él no está bien, pero yo no le he hecho nada así que mucho cuidado con lo que estás diciendo Hyoga – en ese punto Seiya se pudo de pie, no podía permitir que las cosas se dieran de esta manera, nadie tenía derecho de decir lo que no era
- Yo cumplí con advertirte, así que no te le acerques – Hyoga se dio la vuelta y dio un par de pasos en dirección a la fuente a lo que Seiya respondió:
- No lo haré, no te apures
- Y dile a tu novio que tampoco se acerque a él, yo no sé qué es lo que se traen los dos en contra de Shun, pero vayan con cuidado que Shun no está solo – Hyoga se volteó y apuntó con el dedo a Seiya que se sintió ofendidísimo con esto al preguntar:
- ¿Me estás amenazando Hyoga?
- Si, ¿qué no te quedó claro?
Hyoga se volteó otra vez y no dejó que Seiya respondiera, Sorrento arqueó una ceja y bufó, el castaño lo miró y el muchacho que no se había levantado dijo:
- Ya sé por qué vino el papá de Julián
- Ohhh no, eso es culpa mía, Shun se enteró que Julián estaba aquí por mí, soy tan estúpido – Seiya se llevó una mano a la frente y se sintió perro, ni siquiera había pensado en ello
- No es tu culpa
- Eso no lo arregla – Seiya se arrodilló en el césped y empezó a guardar sus libros en su mochila
- Hey… ¿a dónde vas? – preguntó Sorrento cuando Seiya pretendía salir corriendo
- A ver si arreglo esto, no es culpa de Julián
- Mejor no te metas, Seiya!!! – Sorrento tomó a Seiya del brazo y lo detuvo antes de que se vaya
- Tengo que intentarlo
- No, solo empeorarás las cosas, mejor esperamos a Julián y nos vamos por un trago, hagamos lo que Julián dice, ¿hasta qué hora tienes clases?
- Hasta las seis y media
- Te paso a buscar entonces, esperemos a Julián y sabremos qué hacer, ¿ok?
- Ok.,
En la noche, Seiya estaba jugando billar con Shyru y Sorrento en uno de los bares cercanos al campus, Julián los había llamado y les había dicho que ya llegaba allá, que empiecen sin él porque él se pondría al corriente sin problema, por lo que casi a las 10 de la noche Julián entró al bar y sin pensarlo mucho le hizo una seña al cantinero pidiendo cervezas para todos junto a la mesa de billar, al llegar a ellos los saludó con una seña, se tomó de un solo trago la cerveza que tenía Seiya en las manos para luego abrazarlo con fuerza y besarlo suavemente en los labios
- ¿Estás bien?, ¿qué pasó? – preguntó el castaño mirando a Julián con preocupación, el peliazul tenía un ojo morado y lucía algo desarreglado, su camisa estaba rota, de cualquier manera el peliazul meneó la cabeza cuando Seiya trató de acariciar su ojo, pero tomó su mano para besarla y luego tomó la nueva cerveza que la mesera les trajo
- Bueno… mi papá llegó hoy a visitarme porque el padre de Shun lo llamó para amenazarlo con meterme preso, y muchas cosas más
- ¿Preso?, ¿por qué? – Seiya se puso pálido
- Porque Shun está loco, hablé mucho con mi papá y le aseguré que yo no tuve nada que ver con lo que sea que le pase a Shun, que ni siquiera sabía que estaba en esta ciudad o esta escuela, que no lo he visto en más de tres años, y muchas cosas más
- ¿Y qué pasó?
- Lógicamente no me creyó, así que hablé con el padre de Shun, le dije exactamente lo mismo, él quiere que me vaya de la Universidad y de la ciudad pero les dije que no lo iba a hacer, que no es ni mi culpa ni mi problema que Shun esté loco y vea demonios donde no hay, que no nos hemos visto en años y que yo he seguido con mi vida, que si quieren que me vaya de la universidad y de la ciudad que me demanden de lo que quieran y que me metan preso si eso les haría feliz
- ¿Eso les dijiste? – Sorrento no lo podía creer
- Si, lo que pasa es que no tienen base legal para hacer lo que quieren hacer, ya no soy un niño de 18 años al que pueden intimidar y destruir la vida otra vez, no lo voy a permitir
- ¿Y en que quedaron entonces? – preguntó Seiya
- En nada, si Shun quiere vivir en paz y no me quiere cerca, pues que se vaya, su padre lo quiere llevar de vuelta a Okinawa y eso me parece genial, la verdad no sé y no me importa, él es el pasado, no tiene sitio o relevancia en mi vida ahora
- ¿Y qué dijo tu padre? – preguntó Sorrento tomando un trago de su cerveza
- Él estaba de acuerdo en que me vaya del país, me trajo opciones de universidades en Italia y Alemania, pero la verdad no es eso lo que quiero, me gusta mi vida aquí y me niego a dejar que Shun la arruine otra vez, lo que fue una agradable sorpresa es el hecho de que mi padre mostró preocupación por mí, me apoyó frente al padre de Shun, no sé si me crea o no, pero por lo menos no me lanzó bajo el bus como lo hizo la vez pasada
- Eso es bueno, ¿no? – Seiya apretó la mano de Julián que sonrió de medio lado y dijo:
- Si… eso es bueno
- ¿Y ese ojo morado? – Sorrento señaló el rostro de Julián que sonrió con amargura y dijo:
- Esto fue un regalito del novio de Shun, me lo encontré afuera y le dije que si me necesitaba de testigo para su defensa no dude en llamarme, le dije que a mí me hizo lo mismo y que nos podemos ayudar mutuamente, pero él no me hizo caso y me lanzó un puñetazo
- ¿Tú le ofreces ayuda y él te pega?, ¿está loco? – Seiya si acarició el rostro que Julián que se encogió de hombros y respondió:
- La locura es contagiosa, ¿qué puedo decirte?, mejor juguemos, no quiero seguir pensando en esto, te juro que me duele la cabeza – Julián tomó el taco de las manos de Seiya y lo besó en los labios, las cosas habían salido mejor de lo que hubiera pensado
Seiya estaba un poco más tranquilo con la forma en que se dieron las cosas, la verdad si le asustaba lo que pudiera hacer o no Julián en esta situación o como los afectaría a todos ellos si las cosas no dejaban de complicarse, así que esa noche se tomaron un par de rondas más de cervezas, jugaron un par de mesas de billar, se divirtieron mucho, Julián estaba de un humor inusualmente alegre, Sorrento pensaba que la visita de su padre tenía mucho que ver con ello, Julián mismo les había dicho que su padre había mostrado preocupación por él, y eso era una primicia en sus vidas, o por lo menos por años lo era
Seiya estaba apoyado en la mesa de billar y sonreía al ver como Sorrento trataba de hacer un tiro complicado, su teléfono vibró en su pantalón y al sacarlo para ver el mensaje de texto que le había llegado su sonrisa se desvaneció, dejó la cerveza en el filo de la mesa y fue hacia el baño, Julián lo miró pero no le dio importancia, usualmente su madre lo llamaba a todas horas de la noche, a veces su hermana lo llamaba para contarle de sus líos amorosos, Seika nunca duraba con los novios que tenía y Seiya era su paño de lágrimas
- ¿A dónde vas?, todavía no acabamos la partida – preguntó Julián dejando de lado su taco de billar y mirando a Seiya que tomó su chompa para ponérsela
- Mi hermana entró en crisis existencial, está en la casa de una amiga suya no muy lejos de aquí, tuvo una pelea o algo con su novio, no le entendí muy bien porque lloraba, entonces voy a verla, si puedo regreso a casa hoy en la noche, sino nos vemos mañana en la mañana – explicó Seiya y en verdad que lucía preocupado
- No se vale, yo quería pasar la noche contigo – Julián lo abrazó y le besó el cuello, Seiya se zafó de su abrazo y lo besó en los labios al decir:
- Yo también, pero mi hermana es mi hermana, no beban mucho y nos vemos más tarde
- Ok., aguafiestas – Julián lo volvió a besar y tomó su taco de billar para seguir jugando, Seiya llegó a la puerta del bar, regresó la mirada y frunció el ceño, luego salió al frío de la noche y se perdió calle abajo
Julián fue a casa con Sorrento cerca de las dos de la mañana y para su sorpresa el castaño no había llegado aún, así que sin más se acostaron y se durmieron sin problemas, a la mañana siguiente despertaron cuando olieron el inconfundible aroma de café recién hecho, Julián se puso unos pantalones flojos y salió de la habitación, Seiya estaba sentado en la mesa de la cocina y tenía un café en las manos, lo bebía pausadamente mientras leía algo en su Tablet
- Hey… no llegaste anoche – Julián fue hasta él, tomó su jarro, le dio un sorbito y luego lo besó en los labios
- No, llegué hace una media hora, traje panecillos, uno es de mora, ese traje para ti – el castaño le sonrió a su novio y señaló los panecillos
- Genial, ¿y cómo está tu hermana?
- Bien yo creo, encontró a su novio en la cama con otra, ya te imaginarás, pero hablamos mucho en la noche y hoy fue a su trabajo con la resolución de dejarlo todo atrás, esperemos que si lo haga – el castaño sirvió más café en otro jarro, Sorrento ya estaba dando señas de haber despertado
- Tu hermana tiene muy mala suerte para los novios
- No… tiene muy mal ojo para elegirlos, eso no es lo mismo
- ¿Y qué tal ojo tienes tú? – Julián giró la silla de Seiya para poder abrazarlo de mejor manera y lo besó en los labios
- Yo tengo muy buen ojo, el mejor ojo de hecho – el castaño le guiñó un ojo al peliazul que lo besó con pasión esta vez, él amaba el carácter juguetón de Seiya, siempre lo ponía de buen humor, y en eso estaban hasta que escucharon a Sorrento salir de su habitación y gruñir
- Ya dejen eso, ni siquiera he tomado café – dijo el tercero en discordia caminando hasta la mesa y tomó el jarro que había estado servido
- Que mal genio, necesitas un novio Sorrento – respondió Julián buscando su panecillo de mora
- Si claro… ¿me pasas uno con dulce de leche? – pidió el muchacho de cabellos magenta, Seiya miró los panecillos y le pasó el requerido, Seiya estaba comiendo uno de mantequilla
El desayuno fue muy divertido, los muchachos le estaban contando a Seiya sobre la partida que le ganaron a unos chicos de mecánica, que Sorrento casi se ligó a un muchacho de ciencias que siempre le había gustado, estaban en los chismes típicos de una noche de bar cuando golpearon a la puerta, Julián se levantó y la abrió, fuera estaba dos hombres que usaban traje y abrigos, se veían muy serios, debían estar cerca de los 40 años o algo así, el peliazul los miró confundido al preguntar:
- ¿Si?
- ¿Julián Solo? – preguntó un hombre de cabellos negros cortos al sacarse los lentes de sol que estaba usando
- Si… ¿en qué puedo servirles?
- Mi nombre es Shura Omori, este es mi compañero Pietro Gagliardo, somos detectives de la policía metropolitana de Tokio, nos gustaría hacerle unas preguntas – el hombre de cabellos negros señaló al otro detective a su lado que tenía los cabellos azules y expresión asesina, ambos le mostraron su placa a Julián que lució en verdad sorprendido
- ¿Referente a qué? – preguntó Julián haciéndose a un lado porque los detectives no esperaron mayor invitación para entrar al departamento, Seiya y Sorrento se quedaron en sus asientos sin atreverse a mover
- Referente a Shun Takamura, ¿lo conoce? – preguntó el detective Shura
- Si… lo conozco – Julián se cruzó de brazos y meneó la cabeza, él pensó que Shun no tenía bases para denunciarlo de nada pero aparentemente no era así y algo había hecho en su contra, había que contar con Shun para complicarlo todo sin necesidad, maldito Shun…
- Muy bien, empezamos con el pie derecho si hablamos con la verdad, podría decirnos en donde estaba la noche de ayer – continuó el detective Shura sacando una pequeña libreta de anotaciones
- Estaba en uno de los bares cercanos al campus con mi novio y mi amigo que están aquí, luego vine a casa, dormí la noche entera y me acabo de levantar, entonces lo que sea que les haya dicho Shun que hice ayer en la noche o cualquiera de las noches de los últimos 3 años es una completa mentira
- No sabe lo que nos dijo – el detective de cabellos azules, Pietro, estaba mirando las estanterías que estaban en la sala, no habían muchas fotos, pero las estaba mirando de cualquier manera
- Es irrelevante, lo que sea que les haya dicho no es cierto, ratifico lo que les dije porque no lo he visto en años y mi intención es que eso no cambie, mientras más lejos estemos el uno del otro será mejor para ambos – respondió Julián un tanto molesto
- ¿Es resentimiento lo que noto? – el detective Shura arqueó una ceja al preguntar esto
- Llámelo como quiera, Shun ha traído suficientes problemas a mi vida, lo que menos quiero o necesito es drama innecesario, y Shun es el rey del drama
- El rey del drama… vaya… ¿Sabía usted que la orden de restricción que sacó en su contra hace años sigue activa? – preguntó el detective de cabellos negros
- No, ¿qué parte de que no he visto a Shun en años les es difícil de comprender? – Julián se apoyó en una de las columnas de la sala
- ¿Entonces no fue usted por su edificio de vivienda la noche de ayer, a las doce de la noche aproximadamente?
- No… ya les dije que estaba en el bar con mi novio y mi mejor amigo – respondió Julián
- ¿No ha tenido contacto con Shun Takamura estos últimos días?
- Ya le dije que no, pero estoy empezando a pensar que usted si – dijo Julián pero se arrepintió de hacerlo, porque el detective lo miró indignadísimo al comprender la insinuación de sus palabras
- Muy astuto muchachito, o por lo menos eso te crees, espero que conserves tu sentido del humor cuando te llevemos a la prisión federal – Pietro dijo esto casi en un susurro
- ¿La prisión federal?, ¿de qué demonios están hablando? – el corazón de Julián empezó a latir con fuerza, ¿qué demonios les dijo el imbécil de Shun?
- Shun Takamura murió anoche, y naturalmente con la historia entre ustedes, las acusaciones realizadas hace años, la orden de restricción y muchas cosas más, eres una de las personas de interés en su investigación – dijo el detective Shura en tono calmado
- ¿Murió?, ¿cómo que murió? – preguntó Seiya sin poder contenerse
- ¿Usted es? – el detective Shura miró al joven castaño al preguntar su nombre
- Seiya Hyuga – respondió el castaño
- Mmmm… eso lo hace a usted Sorrento Maki, muy bien, ustedes también están listados en las personas de interés para esta investigación
- ¿Pero por qué? – preguntó Sorrento que nunca había hablado siquiera con Shun
- No estamos en libertad de discutir el caso con ustedes, solo podemos decir que su cuerpo fue encontrado esta mañana por su hermano, entonces les recomiendo no salir de la ciudad, es todo por ahora pero volveremos o los llamaremos a la estación, buen día – el detective Pietro le dio una tarjeta a Julián que estaba pálido y se quedó completamente quieto en medio de la sala, lo que escuchó fue mucho para él…