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Juego de Niños... por Demon Dawn

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Notas del capitulo:

Bueno, creo que no tarde mucho, verdad? Jeje

A bueno aquí un nuevo cap, espero lo disfruten :3

 
 
Con pasos presurrosos se fue encaminando a la salida de su morada, esperando llegar lo antes posible a su hijo pero ni bien abrió la puerta se encontró con Minato, casi choca de no ser porque el apuesto rubio sostuvo de los hombros a su esposa.
 
 
No sabía como interpretar aquel gesto de agobio que llevaba la pelirroja en su rostro, por ello sólo atinó a tomarla de los hombros y esperar por alguna respuesta.
 
 
Habían pasado ya unos minutos, minutos en los que Minato escucho toda la perorata de su esposa, internamente creyó que su esposa sólo exageraba con demasia todo el asunto, sin embargo, el decírselo a ella podría ameritar tener una Kushina rabiosa con él por no apoyar su teoría. Pero se trataba de su pequeño hijo quien se veía feliz al jugar con él azabache fue por ello que se arriesgó a hacer entrar en razón a su ya algo obsesionada esposa.
 
 
—Son sólo niños jugando Kushina, preocúpate si lo ves con malas amistades — hablo suave esperando con ello calmar la absurda paranoia en la que se había enfrascado la mujer — sabes lo hiperactivo que puede ser Naruto y desde que juega con Ita-chan a mejorado sus notas en la escuela, además ya no se mete en líos y casi siempre se deja bañar — agregó, notando como la pelirroja asentía por lo recién dicho.
 
 
—Es verdad que ahora está más tranquilo y ya no recibimos quejas de la escuela, — razonó — pero no por ello voy a permitir que sus gustos se desvien, tú eres la figura masculina a la que Naruto ve como ejemplo Minato — No podía calmar sus inquietudes, claro que agradecía que su hijo estuviera más cooperativo a la hora del baño o haciendo sus deberes pero no por ello iba a dejar que se descarrilara — Tienes que tomarte un tiempo de tu trabajo y pasar tiempo con él. Nose, puedes llevarlo a un partido de beisbol o ir al parque y jugar soccer o algo, lo que sea esta bien —comentó angustiada, muchas veces logró hacer que Minato cediera ante sus caprichos está no podía ser la excepción.
 
 
Minato suspiro, cada día su mujer parecía más obsesionada con el hecho de que su pequeño estaba desviando sus gustos pero Minato no había visto nada fuera de lo normal, nada parecía ser preocupante con los inocentes juegos entre su hijo y el curioso niño que tenían como vecino, es verdad que el pequeño azabache tenía rasgos delicados, incluso poseía largas y bonitas pestañas y una carita de porcelana pero sabía que eso cambiaría cuando el menor creciera, sin duda sería apuesto pero estaba seguro que su hijo no tenía ese tipo de inclinaciones, lo veía siendo el delirio de una o varias muchachas, había heredado los genes Namikaze después de todo
 
—Sabes que Naruto odia el béisbol, siempre termina haciendo pucheros cuando no logra golpear la bola — rebatió, sin embargo, noto que la Uzumaki tenía intenciones de llevarle la contraria así que decidió proseguir — mira, hablare con Naruto, y para que estés más tranquila le preguntaré si quiere entrar a una clase de kárate o natación, ¿está bien? — ofreció. Tenía amigos y conocidos por todas partes, muchos de ellos con hijos al igual que él, aunque con esposas menos estresantes.
 
 
Y antes de que su esposa aceptará, fue el sonido de la puerta principal abriéndose lo que hizo que fijarán su vista en el pequeño Naruto.
 
 
 
Tenía mucha hambre, habia pasado varias horas jugando con su amigo Itachi, a quien le robó un par de dulces dangos, esos bocadillos que tanto parecían gustar al pelinegro. Sus azules ojos curiosos se fijaron en la cocina, hallando ahí a sus padres — ¡Papá! — grito emocionado corriendo a los brazos del rubio mayor — sabes, mamá casi no me deja ir a jugar con Ita-chan, dice que aún soy muy muy pequeño para entender las cosas, los niños en la escuela también dicen eso 'ttebayo.
 
—¿Decir que? — indagó el rubio mayor algo curioso — que soy muy tonto para entender las cosas — dijo abrazandose al mayor, el cual le lanzó una mirada acusadora a Kushina.
 
La pelirroja tarde noto que sus palabras al parecer fueron mal interpretadas por su pequeño — Mi Naru... — acaricio la cabecita rubia — No me refería a eso, sabes que te quiero mucho...
 
 
—¡Entonces puedo seguir jugando con Itachi! — exclamó, esperando la confirmación de su madre la cual parecía a punto de tener un ataque.
 
"Itachi, Itachi, Itachi... " aquel peculiar nombre parecía querer causar estrago en su mente, ¿que acaso su pequeño retoño no se sabía otra palabra?
 
Minato encontró divertido el gesto desencajado de su esposa y antes de que está se negara al pedido de su hijo; agregó — puedes jugar con Itachi siempre y cuando termines tus tareas y te portes bien — dijo revolviendo los rubios cabellos del menor.
 
 
—¡No papá, detente, harás que me despeine todo! — se quejó, queriendo apartar con sus manitas la mano de su padre.
 
—Pero si ya traes el pelo todo revuelto, mira... — sacó una hoja de entre los mechones y ante el evidente puchero de su hijo decidió cambiar el tema — mejor ¿porque no comemos la deliciosa comida que preparó tu madre?
 
 
Ante lo dicho por Minato, la pelirroja se dispuso servir la comida. Cuando su esposa se alejó, siguió con su charla, intentando picar a su hijo — Naruto me he enterado que hay una niña que te gusta, dime ¿es Sakurita? Ella es muy bonita — guiño un ojo al rubio.
 
 
Las mejillas del niño se pusieron muy rojas mientras los ojitos azules se abrían de sobremanera —¡eso no es verdad 'ttebayo! — chillo ruborizado y avergonzado por lo dicho por sus padre.
 
—Mi pequeño crece tan rápido —dijo el rubio mayor, ignorando el que su hijo tuviera la carita tan roja como un tomate.
 
—¡No es cierto! ¡A mi no me gustan las niñas dattebayo! — fue aquella frase lo que hizo que Kushina se sobresaltara soltando la vajilla de porcelana la cual se hizo trizas al chocar contra la cerámica del suelo.
 
Los rubios se asustaron viendo hacia la pelirroja quien se veía inquieta y fingiendo una sonrisa calmada. Minato se sintió culpable por ello.
 
La pelirroja sonrió ya más calmada, tratando inútilmente de ocultar su preocupación — Naru-chan eres un niño — dijo más para si misma que para el menor — aún no sabes que te gusta y que no, ¿cierto Minato? — posó su palma en el hombro de su esposo rogando por un poco de ayuda.
 
—Mamá, estas muy rara hoy dattebayo — hablo con su ceño fruncido y mirando con confusión a su progenitora. Esperando por que su rubio padre le explicará.
 
—Tu madre sólo está cansada Naruto, ¿porque no vas; te lavas la cara y las manos y te cambias de ropa?. Mientras tanto mamá y yo servimos la comida, si Naru — ofreció con voz suave a su pequeño mientras lo ponía en el suelo para que se encaminara a su habitación.
 
El pequeño Naruto asintió, sin mucho ánimo y se fue hacia su alcoba dejando a los adultos solos en la cocina.
 
—Vamos a mudarnos Minato — dijo de súbito la pelirroja, de no irse lejos creería que enloqueceria.
 
—Estas exagerando las cosas Kushina, es natural que a nuestro pequeño no le interesen las niñas, aún es pequeño, sólo quiere correr y jugar. E Itachi es solo un amigo, no vaya ser que de tanto pedir agua termines ahogandote — dijo conciliador esperando calmar la inquietud de la pelirroja.
 
—Solo espero tengas razón dattebane — susurro. Como ansiaba en un futuro tomar entre sus brazos a un pequeño bebé, no le molestaría ser abuela de muchos pequeñitos.
 
—Ven —la llamó para que se sentará a su lado — dejalos ser Kushina, aún es muy pequeño para distinguir que está bien y que no, es por ello que nosotros estamos a su lado para cuidarlo, estoy seguro que sólo está feliz de tener a Itachi como amigo, — suave soltó aquellas palabras, ser el comprensivo y conciliador era su papel en la familia.
 
Inspirando un poco de aire fue calmando sus dudas, era cierto, debía dejar las paranoias de lado, no tenía porque poner peros a la curiosa amistad de su retoño con Itachi, ya más calmada asintió ante lo dicho por Minato y sonrió tenuemente, no tenía porque buscar una quinta pata al gato.
 
 
 
 
 
 
 
 
Horas más tarde...
 
—Lo había olvidado — dijo el pequeño rubio ganando con ello la atención de sus padres.
 
—¿Olvidar que dattebane? — preguntó la madre algo curiosa, mientras Minato veía a su hijo.
 
—Mañana Itachi vendrá a la casa. 
 
—¿Y eso porque 'ttebane? 
 
—Porque somos pareja 'ttebayo — respondió simple ante la mirada atónita de su madre y la de sorpresa de su padre.
 
 
—Te lo dije Minato, ¡te lo dije!. Ah pero no... son ideas tuyas, decías, es solo un niño que sólo quiere jugar, decías... — hablaba toda espantada, no sabia si culpar a la terquedad de Minato en creerle o a su hijo por andarse desviando tanto del camino y a tan temprana edad... oh Dios.
 
—Tranquilizate Kushina, mejor deja que Naruto nos explique, si sigue así vas a espantarlo...
 
—No me calmó nada, es tu culpa, debiste llevarlo a jugar al parque o hacer deportes como todo niño!
 
—Mamá si te enojas te salen arrugas y mi padrino Jiraiya dice que las mujeres con arrugas se ven feas...
 
—Nada, nada... tu ni me hables — apunto acusadora a Minato — y tú, explícame de una ves que es eso de ser pareja de Itachi, mira que ya sabía que ese niño no era buen ejemplo para ti, no se donde sacas que Itachi y tú son novios dattebane! ¡Si siguen siendo unos bebés, por Dios! — regaño al infante quien tenía la carita toda roja por lo dicho por su pelirroja madre.
 
 
Naruto podra ser todo lo atarantado e ingenuo que quisieran, pero si pudo entender a la perfección lo que su madre quiso decirle, es por ello que tenía las mejillas ruborizadas cuando protestó —¡Itachi no es mi novio 'ttebayo! 
 
—Pero acabas de decir que es tu pareja...
 
—Si lo es... el profesor Iruka nos puso en pareja de dos para hacer una tarea dattebayo! ¡Eres mala, eres como los niños de la academia! — sus ojitos se llenaron de lágrimas — ellos me molestan porque defiendo a Itachi, porque él está sólo, porque sus papás no están casa y no tiene a nadie más!, ¡Porque es el único que siempre juega conmigo y no se enoja o se burla porque soy muy torpe!, ¡Ellos siempre dicen que él parece niña y que es mi novia! Pero somos amigos 'ttebayo — terminó de decir abrazandose a su progenitor el cual está vez no pudo ocultar su sorpresa ante lo dicho por su hijo.
 
La pelirroja estaba en shock, no se había dado cuenta lo mucho que su hijo sufría y lo peor fue que ella misma habia lastimado a su hijo con sus palabras, otra vez. Tarde quiso enmendar su error cuando la furiosa mirada de su esposo se fijo en ella, está vez se había equivocado y mucho. Fue por ello que se quedó callada y dejo a los dos rubios, sabía que Naruto debía estar dolido.
 
 
...
 
 
—Ya, ya... ya pasó — soltó el rubio mayor, su hijo, su pequeño estaba sufriendo, tal vez la pelirroja tenía razón y debía pasar más tiempo con Naruto, — eres un niño muy bueno, Itachi es muy afortunado de tenerte como amigo — decía, oyendo los leves gimoteos de su pequeño. También debía agradecer al pequeño azabache, sabía que Naruto en ocasiones se ponía pesado y hasta algo revoltoso, ocasionandole varios líos en la academia, era una suerte que el pequeño Itachi fuera la paciencia personificada, ya hablaría después con su esposa, en realidad tenían mucho de que hablar, no todo era culpa de ella, lo sabía.
 
—¿Qué te parece si hacemos una pijamada, hm? Podemos invitar a Itachi — seco los rastros de lágrimas que habían quedado en las mejillas del menor. Supo que esa fue una buena idea cuando la carita de Naruto se iluminó y asintió feliz mientras repasaba sus manitas por sus llorosos ojos.
 
—Si quiero dattebayo.
 
 
Naruto sólo quería jugar, ser importante para alguien, no tenía urgencia de crecer, sólo quería reír y hablar más con Itachi, hacerlo sonreír, en aquel momento los adultos sobraban.
 
 
 
 
 
 
 
 
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Notas finales:

Y bueno, ahí está, espero lo hayan disfrutado tanto como yo :D

Dejen un review para saber que les pareció, ya saben los review siempre animan a uno :3


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