Había pasado la peor noche de su vida, estaba sucio y con la ropa hecha un desastre, en la noche habían abierto la celda y había sacado a una niña que podría tener 10 años, escucho sus gritos y sus llantos, era evidente lo que le hacían.
En la mañana lo jalaron a una suerte de tarima de madera, habían muchas personas aglomeradas, todo parecía tan irreal, la gente con las túnicas como una mal sueño.
Los sacaron uno a uno, cuando llego su turno, sus ojos se lastimaron por el sol, pudo luchar mas pero estaba agotado, no había dormido nada ni comido desde ayer, pudo sentir algo entre su ropa, brillaba con una luz tenue, era lo que sea que ponía a funcionar la nave, la procuro ocultar bien.
Se sentía como un animal, las personas lo miraban como si fuera una mercancía, ¿como no podían ver que era una persona? ¿por ser diferente tenían derecho a venderlo como si no fuera nada?
- que empiece la puja, aquí hay un espécimen magnifico, es un joven efebo rubio y sin ningún defecto - o eso le pareció que dijo, por que lo expuso como quien muestra un pedazo de carne, varios levantaron las manos y ofertaron, como lo dijo Michael varías eran mujeres mayores que iban con joyas caras, un gordo el fondo se empecinó en tenerlo y pujo hasta llegar a una buena cifra.
- vendido - dijo el tratante, lo arrastraron por el piso ya que saco fuerza por el instinto de supervivencia, ese viejo que podía pasar de los 50, era un asqueroso, tenía una enorme papada y calvo, lo peor que su mirada era algo pegajoso que no se podía quitar de encima, lo miraba incluso lamiéndose los labios, era un pervertido de mierda eso se le veía, el viejo se fue primero y a el lo llevaron lo que parecían sus hombres hasta la mansión del tipo.
Si no hubiera estado tan aterrado habría admirado la arquitectura, pero no tenía ganas de ver nada, la angustia hacia que le doliera el cuello, sentía que no podía avanzar mas, quería comer, quería dormir, le metieron en un cuarto con una tina de madera bastante grande que tenía agua humeante, le quitaron toda la ropa por más que pataleo, pudo ver la mirada de los esclavos sobre su cuerpo joven, nunca había estado desnudó frente a alguien por lo menos no, sin que tuviera conciencia lo último se lo quito él ya que deseaba mantener oculta la llave, tapó su hombría, y lo obligaron a sumergirse, el agua estaba muy caliente tanto que su piel se enrojeció un poco, le colocaron una túnica, que le quedaba por encima de las rodillas, era de color rojo, se dejó llevar como un muñeco, al parecer no iba a tener ni un solo minuto de descanso.
- por favor déjenme ir, mis papás les pagaran lo que quieran, se los suplico - había comenzando a llorar de manera violenta, no era una persona fuerte y estaba hecho pedazos, como se temía lo metieron en una enorme habitación que estaba oscuras a pesar que sabía que no era de noche, la habitación alumbrada por velas, eso le daba un aspecto a un mas sombrío, en las colchas estaba en hombre gordo desnudo esperándolo tenía una sonrisa detestable, tenia una platon de frutas en una de las mesas, Deán se lleno de rabia, esto no iba a pasar, no iba a darle su honra a un desconocido, no iba a tomar lo que había guardado con tanto celo.
- ¡no me vas a tocar gordo! - le dijo con fiereza que no sabía que tenia, el hombre apenas si distinguió alguna palabra parecida a las que usaba pero sabía que el chico se le estaba negando.
- ¿sabes quien soy? - le dijo el hombre sin inmutarse, claro que no era la primera vez que uno de los jovencitos que compraba se le ponía rebelde, a todos los domaba, podría tomar a la fuerza en ese instante a ese niño rubio precioso era mas fuerte, pero no era divertido, era mas entretenido cuando se quedaban quietecitos y él les hacía de todo, cuando los ponía a que lo complacieran - si te portas bien te puedo dar cosas bonitas - le habla lento para que entendiera sus palabras ya le habían dicho que no entendía el idioma, se acerco y Deán cerró los ojos con asco podía ver el cuerpo de ese viejo moviéndose hasta él su miembro a estaba erguido, una mano trato de tocar el rostro del joven, que lo esquivo haciendo que el romano se enfureciera y lo tomara violentamente del cabello - ¿sabes cuantos culos a desvirgado este? - le dijo obscenamente tocándose el miembro, trato de llevar la cabeza del rubio para abajo pero este le mordió la mano, el hombre le dio un fuerte golpe que le rompió el labio, el obeso salió de manera apresurada a llamar a uno de los sirvientes, sabia que el joven no había comido nada, pensaba tener una cena con el antes de poseerlo pero se le puso difícil, vamos a vez si con mas hambre y unos latigazos se iba a doblegar, entraron dos tipos altos que lo arrastraron bruscamente, hasta un cuarto donde habían restos de sangre seca, lo ataron a una barra de metal, uno de ellos saco un látigo, se veía pequeño y fino, pero cuando le descubrieron la espalda y empezaron el ardor fue tremendo.
Jamás lo habían golpeado y su cuerpo de estremeció por el dolor de una manera exagerada no se había sentido tan indefenso en toda su vida, le dieron solo un par y lo mandaron a un cuarto gris lleno de ratas, se acurrucó en un rincón a llorar, prefería morir a que ese tipo le pusiera una mano encima, su estómago protestaba como loco, ya no aguantaba el malestar, estaba que caía desmayado, cuando lo sacaron ya era de noche y lo volvieron bañar seguro para quitarle le sangre de la espalda, se lo volvieron a llevar al gordo, que se relamio los labios de una manera repugnante, de seguro pensaba que ya iba a estar mas dócil, pero se equivocó, aunque si estaba las débil, le forcejeo al mayor pataleo lo mas que pudo pero sus fuerzas no eran tantas, de una manera brusca el viejo le rompió la ropa hasta dejarlo desnudo, Deán cayó de manera dolorosa en la cama, aulló con el roce de las sabanas en sus heridas, el romano se abalanzó sobre el joven para ponerse sobre el y por fin sentir por lo que había pagado.
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