Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Almas Gemelas © (Marvel Boys Love) por lilibel vangarret

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quedan 3 capítulos para el final (sin contar este)

 

 

–Mejor me voy. Creo que alcanzaré a tomar el tren. –repara Peter. Manos en los bolsillos de su pantalón–

–Hoy puedes venir con nosotros. Avísale a May sobre el cambio de planes.

Bastando esa simple propuesta para animarlo, alejándose unos pasos para poder hablar. En cuanto a 616Tony, yacía dentro del auto, pensativo.

–En qué piensas, Tony? –asciende a la parte delantera–

–Simplemente en que Tony supo escoger a las mejores personas para sus hijos. –muestra pequeña sonrisa, no tan molesto como horas anteriores–. Eres un buen padre, Steve. No lo dudes.

Inconscientemente, ese halago bastó para el corazón del Capitán deseará salir por su boca o destrozar su caja torácica, cualquiera de las opciones bastaba para cubrir partes de su rostro en color rojo.

–Listo. –regresa sonriente, ascendiendo de copiloto, sin sospechar lo que sucedía dentro–

 

 

 

 

Cap11 Siempre estaré para ti.

 

 

 

 

Bosteza Peter de pie, mirada distraída y profundamente pensativo respecto a su padre y a 616 Tony, quienes preparaban el cuarto.

–Espero con esto sea suficiente. –opina James sosteniendo sábanas y almohadas restantes, acercándose al jovencito–. Ten. –ofrece–

–Gracias. –vuelve su mirada, pegando la encomienda contra su pecho. Robando la prótesis metálica su atención y desviándose sus pensamientos–. Oh. Tú eres el del aeropuerto ¿verdad?

Peter no sabía muy bien sobre el problema que hubo alrededor de ese sujeto. Tony no fue tan explícito. Simplemente lo secuestró de Queens, mencionó que James Barnes era un prófugo como el Capitán América y que debía impedir que su padre cometiera una locura. Lo demás... fue un divorcio y una separación de los Vengadores.

–No empezamos en los mejores términos. –opina James, distrayendo la incomodidad provocada inocentemente por el chico–

–Soy Peter. Gracias por dejarme quedar. Solo será por hoy. –asiente, pequeña sonrisa en sus labios–

Por el lado de James, inexpresivo observaba esta rara versión de su amigo Steve. Nunca imaginó que podría presenciar tanta inocencia en una persona. Incomodo desvía su mirada, recordando el pequeño enfrentamiento que inconscientemente se formó por su culpa.

Tristemente, nunca podría disculparse con el patriarca Stark. Exhala rascando tras su cabeza.

–Lo lamento.

–Eh? Soy y quien debería disculparse. Estoy invadiendo tu casa.

–No. Por la separación de tus padres. –eleva su mirada, confrontándolo–. No pude hacerlo con... él. Me queda la esperanza de hacerlo contigo.

–Ya. –asiente, siendo su turno de desviar su mirada. Dolía recordar la ausencia paterna–. Lo importante es que tú lo sientas así. El arrepentimiento empieza por uno mismo. –asiente, actitud madura. Él se culpaba a sí mismo (así tuviera poco que ver en ello)–

–Así te pareces a Steve.

–Eh..? Sí, me lo han dicho las personas que conozco. ¿Puedo ver tu brazo? ¿Es alineación de titanio o solamente de vibranium? –animado recobra esa actitud risueña y curiosa–

Elevando Bucky una ceja con una pequeña sonrisa. Ese niño era alguien poco común. Esperaba que su personalidad evolucionara para el bien propio y de los demás.

–Peter! –llama Steve desde fuera–

–Voy! –sale, encontrándolo en el pasillo–

–Estas sábanas servirán. –reparte Steve unas cuantas para él, sujetándolas bajo su brazo–. Quédense con la cama. Yo iré al sofá.

–En serio? Yo podría quedarme en el sofá. Lo digo porque ustedes, pues... Él y tú.... –levemente abochornado fija sus ojos en 616 recostado en el marco del cuarto de invitados–

–Mira. Hasta tu hijo nota la tensión entre nosotros, Steve. –avanza, sonrisa galante y actitud despreocupada–. Yo digo que deberías obedecer su consejo.

–Pet, ve a acostarte. Tienes escuela mañana. –finaliza la conversación sin caer en la treta del pelinegro. Desplazándose hasta dicho mueble, de espalda a ellos–

–Bueno... No será esta noche. Vamos, chico. –rodea los hombros juveniles, arrastrándolo al cuarto–. Espero no ronques tan fuerte.

–No. No lo hago ¿Usted?

–No. O eso es lo que han dicho mis conquistas. –opina entre risas–

–Buenas noches, papá.

–Descansa, Pet.

–Para mí no habrá un "buenas noches", Cap? –eleva su ceja, persistiendo su sonrisa–

–Trata de dormir, Tony. –responde sin verlo. Reprime comprobar el gesto que pudiese tener, del mismo modo sonreír y delatarse–

–Qué sequedad, pero me conformó. Dulces sueños, Steve. –cierra–

 

Luego de algunas horas, sale Tony de la habitación, procurando no hacer ruido. No sabía cuan sensible podían ser 3 contenedores del suero del súper soldado. Evitar euforia colectiva. Acercándose hasta la sala, dando con pequeña luminosidad venir del sofá, asomando un extremo de sábana y almohada.

Primeramente hace contacto con la imagen en la pantalla de su versión de cabello castaño cargando a un niño con el casco de Iron Man sobre sus hombros. Rápidamente, los ojos azules se mueven luego de sentirse acompañado.

–Peter no te dejo dormir? –sonríe elevando su espalda, bloqueando su teléfono. Estira su brazo, dejándolo en la mesita–

–No. Hablamos un poco y luego perdió la consciencia. Pobre. Nunca lo había visto tan feliz.

–La salida sirvió para él. Gracias por quedarte un poco más. –recoge sus piernas, rodeándolas con sus brazos, seguidamente, palmea su costado.

–Ya no estoy tan molesto. Comprendí mejor las cosas. –se sienta a su lado, recostando su cabeza–. La muerte de mi Steve me dejó aceptación, pero –eleva su cabeza, haciendo contacto–

–Pero? –anima–

Como respuesta, los labios del moreno hacen casto contacto, regresando el revoloteo en su estómago y la sensación de caída de la alta pendiente. Separa sus labios cuando el índice y el pulgar hicieron presión en su mentón, reteniendo los dientes su labio inferior. También mano firme con la evidencia del extenuante trabajo en forma de callosidades encajar en la cintura y echar hacia atrás.

–Mi hijo está aquí. –apartándose lentamente murmulla. Humedeciendo sus labios con tenue bochorno–. Y mi mejor amigo a pocas puertas.

–Según mi experiencia con tu temperamental amigo, lo conveniente sería no hacerlo. Digo, evitemos estrenar esa prótesis de vibranium contra mí. –opina acostándose en el borde, por poco cayendo, evitándolo la mano de Steve en su brazo–. Es un poco pequeño ¿eh?

–Nadie te dijo que vinieras. –reprocha tranquilamente, acomodándose. Cubriéndolos a ambos con la sábana y necesitando entrelazar sus piernas para poder encajar–. Tony. –advierte por el beso en la comisura de sus labios–

–Fue involuntario. Tus labios están muy cerca. –tras decirlo, reparta más besos–. Ups. Es algo inconsciente. Oh, no. No puedo evitarlo.

Trata Steve de reprimir su risa entre los dulces besos que a veces respondía.

 

*                      *                      *                      *

 

Todo estaba listo. En realidad, desde mucho antes. Solo era cuestión de confirmarlo. Justamente, encontrándose en el –desordenado– laboratorio del Doctor Banner. No era mucho lo que Steve podía hacer en ese momento, únicamente observar como el par de genios hablaban entorno al reloj.

Reteniendo la incómoda sensación tirar de su estómago, se mantiene al margen. Alejando la imperiosa necesidad de insistir en su estadía.

–Todo bien? –inquiere 616 Tony, acercándose–

–Qué decías...? –indaga, encontrándose con ojos azules en vez de dorados. Algo que no lo desagrada

–Quiero convencerme de que esto está bien ¿Verdaderamente lo es?

–La Tierra siempre te ha necesitado, Tony.

A cambio, se siente rodeado entre los brazos del inventor, tomándolo por sorpresa la fuerza en el gesto. Sonríe, tomándose un par de minutos más. No obstante, los labios de Stark alcanzan su oreja, trasmitiendo en un murmullo necesario solo para ellos. Balanceándose el raciocinio del Capitán y desconcertándolo.

Apartándose el pelinegro con una sonrisa, bajo la mirada dudosa en los ojos claros. De paso, metiendo Steve la mano en su bolsillo con aquel inesperado regalo.

–Tony. –aclara Bruce su garganta–. Ya está calibrado...

–Nací listo, Doc Hulk. –se aparta, recibiendo de la amplia mano verdosa el sutil reloj, rodeando su muñeca. Después acercándose hasta su maleta metálica, recubriéndolo su armadura en un momento–. No olvides lo que te dije, Cap. –guiñe su ojo, cerrándose su visera–. Despídeme del divertido Peter y la hermosa Morgan.

Su cabeza asiente en afirmación lo que su garganta no logra trasmitir por el nudo en su garganta. Por qué dolía tanto esa despedida.

Y, en un parpadeo, desaparece Iron Man. Dejando una resonante frase en su cabeza, junto a ese firme objeto en su bolsillo.

 

–Papá nunca tuvo una novia o novio? –inquiere Peter sentado frente a la barra, desayunando sin medición del tiempo. Tazón a casi terminar de hojuelas azucaradas con leche–

–No. Incluso por un momento temí que fuera a morir virgen o que estuviera interesado en mí ¿Hay espacio para un poco más? –pone a los ojos juveniles, torre de panques recién hechos–

–Eso es tener el ego muy grande. Sí, gracias. Desde que soy Spider-Man, mi metabolismo es demasiado acelerado y debo comer más veces por día. Bueno, antes igual comía más que un niño normal. –mientras hablaba, su tenedor arremetía algunos–. Mmm. Están buenos.

–Gracias. No solo con mi físico lograba cautivar. –sonríe orgulloso– ¿Crees que Stark y Steve lleguen para desayunar?

–No sé. Ellos no me dijeron nada anoche. Ni siquiera sentí al Señor Stark salir de la cama.

En ese momento, oyen la puerta abrirse, volteando sus cabezas, expectantes.

–Buenos días. –muestra pequeña sonrisa, quitando su chaqueta. Acercándose hasta la cocina–. Me alegra que pudieras conciliar el sueño, hijo. –sacude las hebras juveniles, besando su coronilla, dejando una última caricia en su pómulo–. Se ve y huele bien.

–También sabe bien. –advierte, yendo por otro plato. Inconscientemente lanza miradas a la puerta–

–Y el Señor Stark? –atreve Peter a preguntar, sin dejar de dar bocados. Sí, estaban muy buenos–

Exhala, igualmente tomando asiento en la barra, apoyando sus manos cruzadas en la solidez. Ignorando las miradas expectantes de sus familiares, dejando James un plato y cubierto frente a su hermano.

–Gracias, Buck. –tras decirlo, alcanza un vaso y la jarra de jugo–. Se fue.

Las cejas castañas juveniles se elevan, pausando los bocados. Cabizbajo, muerde Peter su labio inferior, indeciso por la sensación de perdida, pero, como todo en su vida, debía aceptarlo. Por el lado de Bucky, aprieta el hombro de Steve, seguido de frotar su palma en su espalda como superflua forma de darle ánimos.

Nada puede distraer los pensamientos del rubio y la frase compartida por 616.

Siempre estaré para ti, Cap

 Búscame si estás cansado de cargar al Capitán sobre tus hombros.

–Bueno... Era de esperarse. Este no era su mundo. –opina Peter más como una manera de convencerse de que ese Tony no estaba muerto

–Sí. Se fue. –trata de convencerse, dando un sorbo a su vaso–

 

 

Queens.

–Lamento que un auto lujoso te hubiese recogido –opina Peter, concediéndole la entrada–. Sígueme.

Recordó el pequeño trabajo que dejó su pelea con los brabucones de la escuela, por lo tanto, lo más conveniente era hacerlo en casa de May.

–Descuida. Aunque dijiste que no era necesario, traje mi laptop. –describe Harley, yendo tras él– ¿Peter, estás bien? Te ves... ausente.

Frena el castaño, virando a verlo. Trabándose sus palabras luego de verse descubierto. No era muy bueno actuando ni cuando caía su fachada.

–Problemas paternales. –finge, iniciando los pasos, entrando a su cuarto–. Pasa.

–Peter? Tengo una curiosidad y espero la respondas.

–Claro

–Por qué dijiste que enviarías a Spider-Man en mi ayuda? ¿Lo conoces?

–Yo dije eso? –finge demencia, riendo nerviosamente–. Ahm... Fue algo inconsciente.

–En serio?

–No debería serlo? ¿Por qué lo conocería?

–Tus padres son héroes. Él es un héroe. No sería raro.

–Es conveniente que empecemos pronto. Mi cuidadora no está en casa, estamos a salvo de un sermón. Por algunas horas. Siéntate. Traeré algo de comer.

Harley admira la huida nada disimulada de Peter, sacándole una sonrisa por lo tierno que era.

–Tierno? –ahora es su turno de avergonzarse–

Lo suyo con Peter era meramente fraterno. Le agradaba su leal personalidad (a veces inocente) y compartían el mismo dolor de pérdida por alguien cercano e importante. Nada más.

–El color de sus ojos es lindo.

–Dijiste algo? –Peter se asoma con una bandeja entre sus manos y unos emparedados, por poco asesinando a su compañero. Mano en su pecho y mirada espantada de Harley– ¿Todo bien?

–Eres un gato?! No te sentí llegar –ríe para distraer su nerviosismo. Prefiere ayudarle a liberar la carga de sus manos–. No dije nada importante.

–Empezamos a trabajar?

–Siempre estaré para ti.

Notas finales:

¿Adivinen cuándo termina? 7u7


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).