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Almas Gemelas © (Marvel Boys Love) por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Repito: ALTO CONTENIDO CON SPOILERS

Dedicado a @lebaroncanales

 

 

 

Steve no oye razones, simplemente deja que sus pasos lo acerquen a la ilusión en medio del bosque, cortando la imagen del cristalino lago a su espalda.

Desde abajo hacia arriba admira la armadura de colores conocidos encajar perfectamente en el cuerpo masculino, finalmente encarando el rostro.

–Dada? –ladea Peter su cabeza a un metro de la antigua armadura de Iron Man–

–Peter, no es él. –llama suavemente el Capitán luego de permitirse detallarlo–

–Peter... –repite distraído y mareado. Seguidamente conecta su mirada en el rubio, abriéndose exageradamente sus ojos por la imagen– ¿Steve...?

Da un paso al frente, perdiendo la estabilidad y oyéndose los engranajes de su armadura, provocándole hincarse con una mano al suelo. Corriendo Peter a ayudarlo, arrodillándose a su lado.

–Dónde... Dónde estoy.

Sobresalto en padre e hijo por la voz muy similar para ellos.

No dura la estabilidad en el hombre, inclinando su parte superior contra Spider-Man, piernas quedar en el suelo, desconectándose del mundo en medio de los ojos confusos del resto.

 

 

Cap2 ¿La Vida Sigue?

 

 

–Se los dije. Les dije que recibiríamos consecuencias por haber jugado con el tiempo. –reprocha Bruce caminando de un lado al otro dentro de la casa. Algo bastante difícil con su estado físico actual–

Luego de desmayarse, la armadura se abrió y les permitió sacar a este nuevo Tony. En su cabeza, color azabache en vez del común castaño, y según Steve lo recordaba, iris azul en contra de los dorados que su hijo o Morgan heredaron ¿Cómo sucedió esto?

–Cálmate grandote, harás un desastre.

–Cómo me llamaste, Sam? –fija su mirada en él–. Además, por qué están tan calmados. ¡Hay un Tony en el segundo piso! Olvidan que lo enterramos días atrás.

–Puedo hacer una pregunta? –interviene Peter demasiado ansioso para callar las miles de ideas en su mente– ¿Él es mi padre? ¿Resucitó? Tiene su voz pero no se parece mucho.

Mientras Peter y Bruce discutían como los genios que eran. Sam y Bucky estaban juntos, lanzando miradas a su amigo de pie, notándolo observar en dirección de las escaleras.

–No era Tony. –finalmente se cansa de mirar, volviendo su mirada a la sala–. Su cabello, ojos tanto su complexión no eras las mismas. Aunque su voz... –suspira– ¿Bruce, qué sucede?

–No lo sé. Una única persona podrías saberlo, lastimosamente no está con nosotros.

–El propio Stark, no? –finalmente decide Bucky preguntar–

–Lastimosamente sí.

–Dónde está su armadura?

Sonido metálico se deja oír, descansando la maleta escarlata sobre la mesa en medio. Todos enfocándose en la mujer pelirroja de gesto nada amable.

–Tendrán la molestia de explicarme qué sucede? –cruza Pepper sus brazos. Fue a asegurarse que "el nuevo Tony" estuviese cómodo en la cama–. No es petición. ¡Necesito saber por qué en mi casa hay un hombre que se parece a alguien que sepulté pocos días atrás!

–Lo lamento, Virginia, pero nosotros no lo sabemos. Y lo mejor sería que solo nosotros sepamos sobre esto. No contárselo a Thor ni mucho menos a Rhodey. –describe, procurando no hacerla enojar–

–Tampoco mencionárselo a Morgan. No deseo que ella se ilusione y después sea lastimada. Está en su siesta, ¿entendido?

–Claro, Pepper. Nos encargaremos en buscar una solución. –amable propone Steve–

–Eso espero. –retira, no sin antes recoger la caja de juguetes de su hija, volviendo a dentro–

 

 

Dada, creo que lo más conveniente es llamar a papá.

–No. No lo haremos, Peter. Podremos con esto.

–Pero… –tuerce sus labios, observando dudoso las acciones de su padre–

Su padre podría ser un genio, matemático y ex playboy pero, para las labores hogareñas era un desastre desde la cabeza a los pies. Dejándolo claro el desastre en que se convirtió la cocina.

–Tu padre llegara pronto, y deseo recibirlo con una buena cena.

–Pero no quiero que mates a papá de una intoxicación.

–Pet, no estás ayudando. –vira a verlo, golpeando su nariz con su dedo. A cambio, el pequeño castaño sonríe, luchando para no reír por el estado de su padre– Ah, ahora te ríes de mí.

–Estás lleno de harina.

–En serio? Qué tal si intento abrazarte.

–No. –niega sonriente, retrocediendo–

–Ven para acá, mocoso. Dale un abrazo a tu padre favorito.

–Otro día. –sonriente, sale a la huida, yendo Tony tras él–

Emerge Steve exhalando un suspiro, sosteniendo la maleta con su escudo, usando ropa de civil. Por fin en casa. Logra captar las fuertes risas de los miembros habituales de su familia. Dejando su escudo a un lado, apoya su hombro en el muro mientras veía a Tony en el suelo, protegiéndose del ataque de harina de un pequeño muñeco de nieve, o eso asemejaba Peter con su cabello blanco.

–Papi! –grita alegre, corriendo con la bolsa de harina en sus brazos–

–Dios, Peter. Mírate. –se hinca frente a él, sacudiendo su cabeza–. Eres una linda masa de pan, lista para ser horneada. –en contra de las manchas, lo sostiene entre sus brazos–. Veo que tuvieron un día divertido en mi ausencia.

–Tú hijo es un tirano. Mira como me dejo. –acusa arrodillándose, quedando sentado para sacudir su cabello–

–Si pretendían cubrirse de harina y dejar la cocina un desastre, lo lograron.

–Mi beso de bienvenida.

–Oh no. NO te besaré en ese estado, Tony. –frena a poco de llegar a él, negando sonriente con su cabeza–. ¿Peter, tu padre merece un beso?

Frunce Tony su ceño, incorporándose y alcanzando una bolsa de harina. Mostrando sonrisa inocente cuando lo tuvo en sus brazos.

–No me darás mi beso, “amor mío”.

–Tony, no. Baja eso. –retrocede, sin bajar al menor–. Mejor ve a darte una ducha con Peter y ¡Tony, dije no! –riendo reprocha. Por poco una manotada de harina da en su contra–

–Y ahora?

–Ehmm… No.

–Tú lo quisiste por las malas, Steve.

–Oh, oh, hicimos enojar a papi. ¡Corramos!

Ríe Steve, evitando ser alcanzando por las bolas de harina y masa. Finalmente accediendo a participar en la guerra sin ningún enemigo en particular.

Peter estaba sentado en el sofá, abrazando una almohada cuando se cansó de usar su teléfono, lanzando miradas hacia el segundo piso. Sin evitar morder sus labios o jugar con sus dedos.

–Hola, Peter.

–May? –repite por la figura femenina acercarse, abrigo puesto, acompañado por su padre rubio–. Papá, nooo. Quería quedarme.

–Gracias por haber venido pese a la hora, Señora Parker.

–No es nada, Capitán. Quiero a Peter como a mi pequeño sobrino. Además, no todos los días acortas el tráfico con viajar en helicóptero.

–Peter, alístate. Regresarás a Queens con la Señora May.

–Pero papá, yo quiero esperar a que despierte. Tengo tantas preguntas… Él me reconoció.

–Hijo. –exhala, sentándose a su lado. Aprieta su rodilla, sonriéndole suavemente–. No deberías ilusionarte en esto. Además, estaría menos preocupado sabiendo que estás con ella. –sujeta parte de la mejilla y nuca juvenil, acariciándolo con su pulgar–. Debes volver a tus estudios y enorgullecer a tu padre y a mí.

–Está bien. –pequeña sonrisa muestra, bajando de la cama–. Nos veremos después.

–Llámame cuando llegues a casa. –abraza, ofreciéndole un beso en la frente–. Mañana, después de clases podrías venir.

–En serio? –anhelante eleva su cabeza–

–Si me prometes que irás a clase. ¿Bien?

–Puedo levantar a Mjolnir?

–Andando. –rodea tras su espalda, motivándolo a caminar a la puerta–

–Ya sé! Sí logré levantar el escudo, claramente lo haré con Mjolnir.

–Peter, ni creas que estoy muy feliz con eso.

–Ahm... Te quiero. Bye. –beso y despedida rápida. Su Dada no estaba para defenderlo del posible regaño y castigo–

Sonríe y niega Steve con su cabeza, despidiéndose de May.

–Sam, podrías ir con ellos. No me siento bien dejándolos ir solos.

–Si me dejas manejar el helicóptero a mi casa.

–Claro. Solo no lo estrelles. No es mío.

–Eres un oportunista. –reprocha James, luego de volver del baño–

–Y tú un Mapache y no me estoy quejando. Piensen en cosas bonitas. –despide el afroamericano, sonriendo enormemente por el conveniente trato–

–Buck, por qué no fuiste con él.

–Llevaré al Doc a su casa.

–Casa? ¿T´Challa también está pagando tu estadía aquí?

–Ya te lo dije. No me iré hasta que no vengas conmigo.

 

*                      *                      *                      *

 

Steve comía en el comedor externo, acompañado de la pequeña niña bastante curiosa. Lastimosamente no pudiendo irse tampoco ese día mientras Tony estuviese en esa casa. No sabía cuán asustado o colaborador despertaría.

–Oh, te manchaste. A tu mamá no le gustará. –opina. Toma la servilleta, limpiando su mejilla–. Así está mejor.

–Eras amigo de mi papá?

–Sí. Lo éramos. Pero él no usaba su rostro de lienzo para su comida. –bromea, haciéndole cosquillas. Alegre risa como respuesta–. Tú sacaste sus ojos.

–Me gustan más los tuyos.

–Uh? “Los genes Stark haciendo de las suyas desde edad prematura”. –sonríe para sí, negando–. Gracias, hermosa damita.

–Morgan, terminaste? –aparece Pepper, besando su coronilla–

–Terminé. –triunfante baja de la silla por ella misma, elevando sus manos un poco manchadas. Milagrosamente no callo en su ropa–

–Entonces es hora del baño. Corre, corre, o te alcanzaré.

Da pequeña nalgada en la menor, causándole risa y motivándola a salir a correr. Dándole tiempo a Pepper en recoger los platos de su hija tanto los de Steve.

–No. Hoy es mi turno. Por lo menos déjame hacer eso. En compensación.

–Espero que sepas hacerlo mejor que Tony. –comenta, yéndose–

–Así que nunca aprendió a hacerlo. –exclama, dirigiéndose al lavado con la loza usada–

 

 

Queens.

–En serio debo ir? –insiste Peter caminando tras May–

–Le prometí a tu padre que regresarías a la escuela. Te sorprendería las veces que he incumplido mi palabra. –guarda sus llaves, sujeta su computadora y abrigo. Lista para ir al trabajo–. Me estás obligando a dejarte en la puerta de la escuela. –frena, recargando su mano en el mesón–

–Ehm... No.

–Así me gusta. –gira, buscando en su bolso. De su billetera saca un billete de 50, ofreciéndolo–

Eso era nuevo. May, su tutora legal era peor de estricta que su padre rubio. El hecho que le diera una mesada de tan alta denominación solo indicaba que Tony Stark lo había hecho. Dada las circunstancias, el único implicado era el Capitán América. ¿Alguna táctica para levantar su moral? Claramente la aceptaría.

–Gracias, May.

–Te dejé el desayuno en el horno. Come. Quiero que este primer día entres con energías ¿Está claro? –advierte con el poderoso dedo acusador–. Te quiero. –besa su frente, saliendo con bolso y abrigo–

El sonido de la puerta confirma la retirada de la castaña, permaneciendo Peter en medio de la sala. Observa su alrededor, luego el horno, por último el billete en su mano.

 

Abandona el complejo de apartamentos con su mochila a su espalda, sin deseos de trepar las paredes, balancearse en los edificios o realizar piruetas estrafalarias. Únicamente caminar como una persona normal que regresó a la vida ofreciendo la de otro.

Conectando sus auriculares a su teléfono, sin embargo, como pantalla de inicio, una imagen suya y de su padre castaño remueve su estómago sin alimentos. Retira la imagen para enfocarse en buscar la canción como distracción en el viaje de tren.

 

 

–Steve, hoy debo salir, estás en tu casa. Bueno, están. Espero sea de su talla. –describe, dejando una caja de cartón llena de ropa. Por su parte, ella estaba perfectamente vestida–. Morgan, nos vamos.

Bolso, billetera, llaves y algunas otras cosas más en su bolso le indican que estaba lista para abandonar la casa. Por otro lado, Steve ojea la caja, reconociendo las prendas como suyas, confundiéndolo más no arriesgándose a cuestionar. Sin embargo, para Pepper es fácil leer la pregunta en sus ojos.

Mientras que Morgan bajaba con un lindo vestido azul y una parte de su cabello trenzado.

–Tony guardo algunas prendas entre otras cosas tuyas. Luego intento quemarlas pero simplemente las dejó en el cobertizo… Junto al escudo. Bien. Me tengo que ir. Vamos, Morgan. –la carga entre sus brazos con bastante facilidad pese al peso extra–

–No me molestaría cuidarla. Ella es –sacude las hebras infantiles, oyendo su risa– fácil de querer.

–No dudo de ti, Steve, solo que Happy se ofreció en cuidarla. Con el revuelo de las personas regresadas, igualmente lo hicieron los trabajadores de Stark Industries... Alguien debe hacerse cargo de eso.

–Claro. Cualquier cosa que necesites... –encoge sus hombros, sacudiendo por última vez las hebras achocolatadas de Morgan–. Ten un feliz día, Pepper, igual tú Morgan.

–Adiós, Tío Steve. –despide moviendo su mano, sonrisa alegre–

Notas finales:

Me encanta Morgan. Están agsgadjeed *0*)/


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