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EL ROBO por juda

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-Conejo, ven conmigo, y tú quédate con el empleado, abran la bóveda -ordenó Leonel.

Lautaro dudó y Lisandro le pegó un empujón fuerte que lo hizo adelantarse 10 pasos trastabillando.

El ex peligris giró y miró a Thiago.

-Sube! -ordenó nuevamente el hermano mayor y cuando Thiago le hizo una seña asintiendo, recién subió las escaleras llevándose consigo a Ramirez.

Lisandro volteó y le apuntó con el arma.

El pelinegro tragó saliva sonóramente.

Lisandro lo tomó por el cuello de la camisa y lo acercó hasta tenerlo a milímetros de su rostro.

-¿Cuanto quieres? -susurró -¿Cuanto para que guardes silencio?

-Nada -siseó el pelinegro.

-Prefiero que me pidas una parte, si fuese por mi te hago boleta, pero mi bebé te quiere vivo y si te metes con él o das su nombre a la policía, volveré y te mataré. Juro por el infierno que si delatas a mi hermanito, te buscaré y te mataré de la peor manera.

"hermanito"

Lisandro era el hermano de Lautaro!

De pronto el tipo que lo amenazaba y tenía un arma apretándole en la sien, le cayó bien.

-No quiero nada -volvió a susurrar.

Lisandro se apartó y lo empujó hacia la bóveda. Desde la parte trasera de la oficina le llegaban los gritos ahogados de Mario, (estaba esposado y amordazado) y por un segundo creyó percibir que los sonidos del habitáculo eran distintos.

Leonel y Lautaro estaban atando a las personas que había en el piso superior (4 hombres y dos mujeres).

Thiago se aproximó a la bóveda y se puso rígido a la hora de poner los dígitos, Lisandro lo percibió con una extraña claridad. Los nervios y la adrenalina habían acrecentado sus sentidos y estaba funcionando a un 150% de su capacidad. Por eso todo sucedió casi en cámara lenta: Thiago tenso, la mano temblando sobre el tablero de los números y la pequeña y rapidísima mirada que dio hacia atrás de Lisandro. Entonces lo supo: los sonidos del habitáculo eran distintos... porque el gerente había dejado de llorar.

Giró rápidamente pero la silla ya iba en el aire y le dio de lleno en el cuerpo.

Sintió el golpe en la cabeza y todo se volvió confuso y luego negro.

***

Thiago percibió de reojo cuando el gerente se acercaba y Mario se sacudía gritando debajo de la mordaza para advertirle a Lisandro, pero el ladrón no se dio cuenta hasta que la silla dio de lleno en su cuerpo y la cabeza rebotó contra la bóveda.

El pelinegro dio un salto hacia atrás, vio cuando el ladrón caía inconsciente y por debajo de la máscara comenzaba a manar sangre.

El viejo le sacó el arma al ladrón y le ordenó a Thiago que cerrara la puerta del subsuelo.

El pelinegro dudó un segundo y corrió, llegó a la puerta y cuando la estaba cerrando pudo ver a su hombre con la máscara de conejo correr en esa dirección, pero él fue más rápido. La puerta nuevamente se clausuró y pudo escuchar a Lautaro gritar desde el otro lado, que dejara a Lisandro libre.

***

Lautaro estaba terminando de hacer un nudo, habían sentado en el piso a los rehenes, espalda con espalda y las manos las anudaban entre ellas usando cinturones y corbatas.

Leonel vigilaba que ninguno se moviera. Las mujeres policías aun lloraban y el ex peligris las tranquilizó diciéndoles que todo terminaría pronto y que nadie saldría herido.

Escuchó el ruido. Fue un ruido fuerte, un golpe tremendo.

Aspiró aire y tembló en el lugar, no había sonado como un disparo pero sí como un golpe bien dado, lo primero que se le cruzó por la mente fue que lisandro había golpeado a su Thiago.

De Lisandro lo esperaba, y si Thiago no obedecía las órdenes al pie de la letra estaba seguro que no le daría un parchazo en la nuca sino una buena trompada.

Sin dudar volteó hacia la puerta que dirigía al subsuelo, se paró y corrió hacia ahí.

Lautaro hizo tres pasos en esa dirección cuando Thiago apareció en su campo de visión, se miraron antes que el pelinegro pusiera todo el peso de su cuerpo en la puerta pesada y la cerrara, trabándola nuevamente... con su hermano adentro.

Comenzó a hiperventilar.

Lisandro estaba adentro.

El golpe se lo habían dado a él.

Golpeó la puerta desesperado, gritando que liberaran a Lisandro.

Todo se había ido a la mierda, el atraco era un fracaso. Cuando cayó de rodillas y sintió el grito de Leonel... también escuchó las sirenas de la policía.

Se puso a llorar histérico, no podía más: el estrés, la fiebre que había vuelto, Thiago en el banco cuando le había prometido que faltaría, Mario siendo reducido, su pelinegro descubriéndolo, la policía en el lugar, la traición de su amor y ahora su hermano mayor encerrado con dos empleados y sin saber qué tan herido estaba.

Leonel golpeaba la puerta, la pateaba, gritaba que los iba a matar, que iba a destrozar el mundo, en su locura no recordaba que el que había abierto la puerta con la contraseña no era Thiago sino Ramirez.

Lautaro recordó que había visto que el gerente tenía una pantalla que no estaba tapada con la pintura que habían usado. La buscó con la mirada, estaba escondida cerca de la cuarta caja.

Se fue hasta ahí, se paró en frente y se sacó la máscara. Su cabello renegrido le cayó en la cara roja por el llanto y la fiebre.

Lloraba a los gritos.

Juntó las manos en señal de plegaría y rogó LIBERA A LISANDRO.

Escuchaba las sirenas.

Un hombre hablaba por un megáfono.

Los empleados atados gritaban confusos.

Leonel seguía pateando la puerta.

***

Thiago cerró la puerta y quedó respirando con dificultad. Había visto su mirada aterrada.

Lo había traicionado.

Escuchó cuando el gerente gritaba enfurecido, giró y lo vio pateando el cuerpo inconsciente del hermano de su ex peligris y corrió hacia ese lugar, lo agarró fuerte.

-Lo matará y será usted quien vaya a prisión -le gritó hasta lograr calmarlo.

-Hay que atarlo, busca algo para atarlo -aulló el viejo mientras seguía apuntándole con el arma a Lisandro y Thiago tuvo miedo que se le escapara un disparo porque la mano del hombre temblaba de manera considerable.

Mario gritaba debajo de la mordaza y lo miraba con un odio indescriptible.

Thiago miró en todas direcciones buscando algo con lo que dejar al ladrón maniatado, había unos cables de la computadora sobre el escritorio, comenzó a sacarlos y con el rabillo del ojo vio un movimiento extraño en la única pantalla que seguía funcionando, la miró y vio a Lautaro levantando los brazos, sacándose la máscara, su pelito negro cayéndole en el rostro.

Su Lau lloraba a los gritos, no había audio pero podía verlo perfectamente. Su ex peligris juntó las manos y pidió: LIBERA A LISANDRO.

Se le hizo un nudo en la garganta. Su hermoso ex peligris en realidad era un hombre peligroso, no debería tener el corazón destrozado en ese momento, debería actuar con frialdad tal como lo habían hecho esos ladrones... pero no podía. Acarició la pantalla mientras él también lloraba.

Escuchaba la voz del otro ladrón detrás de la puerta gritando que los mataría, la golpeaba con fuerza, parecía estar usando todo lo que encontraba a mano intentando abrir pero él sabía que no podría.

Lautaro volvió a repetir la frase LIBERA A LISANDRO y luego su cuerpito se dobló de manera extraña y salió despedido hacia un costado, abandonando el rango de captura de la cámara. Ya no podía verlo, pero estaba seguro que alguien le había disparado!!!

***

Lautaro volvió a gritar LIBERA A LISANDRO.

Leonel se paró un segundo para pensar y cuando se concentró en que debería actuar con inteligencia, recordó a Ramirez. Giró buscándolo con la mirada para obligarlo a que abriera la puerta.

Los rehenes gritaban y lloraban.

Afuera alguien hablaba a través de un megáfono.

Y de pronto la puerta de vidrio de entrada al banco se hizo trizas y un disparo dio en el cuerpo de Lautaro que cayó hacia un costado, volando casi 1 metro en el aire.

Leonel giró sobre si mismo y vio al policía al otro lado de la calle, apuntando.


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