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OHANA por Kitty Pasta

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Notas del capitulo:

La cita más tierna del mundo y un amor imposible de negar.

Después de pasar varios días pegado a su celular con una ansiedad malsana, finalmente le llegó el mensaje que tanto quería: Steve le preguntaba, con mucho respeto, si dispondría de algún tiempo libre la tarde del jueves, después de clases. Agradeciendo que los textos no reflejaran el estado de ánimo de su usuario, aceptó encantado y comenzó a prepararse, rebuscando en su armario lo que consideraba un look digno de una cita. Tenía que ir deslumbrante: no sabía si los hombres reaccionaban de la misma forma que las mujeres ante esa técnica, pero si así era, Steve Rogers se encontraría con un hombre tan sensual que no sería capaz de resistirse. Ya había aceptado que el rubio le interesaba. O sea, él no era un necio como para negar lo obvio. Y una vez aceptada esta verdad, todo lo que le quedaba era tratar de acercarse a él y conquistarlo. Tony Stark no se conformaba con miraditas coquetas a la entrada y salida del colegio, si iba a hacer aquello iba a hacerlo bien. El jueves, el día señalado, habló con Peter a la hora del desayuno.

-Cariño, hoy a la salida del colegio papá tiene cosas que hacer, así que te pasará a buscar la tía Pepper, ¿sabes? No creo que tarde más de unas horas, pero cualquier cosa me llamas. ¿Sí?

-¡Oh! Está bien- aceptó Peter de buen humor.- Haz lo que tengas que hacer, yo me portaré bien, te lo prometo. No le causaré ningún problema a la tía Pepper.

Era una suerte que Pepper fuera tan buena amiga, pero por eso mismo tuvo que someterse a un fuerte escrutinio cuando ella le preguntó con quien saldría. No le creyó cuando le dijo que era con un hombre, y no podía culparla. Él mismo no lo hubiera creído si se lo decían unos meses atrás.

(…)

Steve había escogido un restaurante muy tranquilo, en donde se servían comidas copiosas y de buenos precios. Supuso que Tony Stark estaría acostumbrado a lugares mucho más lujosos que ése, pero él no podía ni remotamente pagar algo así por lo que simplemente desechó sus preocupaciones y decidió relajarse. Aquello era una cita amistosa, no era como si debiera esforzarse por impresionar a una pareja. Esa mentira se desvaneció por completo en cuanto vio aparecer a Tony unos minutos más tarde, tan radiante como siempre: vestía una campera de cuero negra, una camiseta púrpura con una letra A estampada y unos pantalones negros ajustados que le hacían una cintura magnífica. Steve sintió el impulso de pararse y correrle la silla, pero recordó que ese gesto de caballerosidad podía resultar un insulto para otro hombre.

-Perdón por llegar tarde- se disculpó Tony tras saludarlo y tomar asiento.- El tráfico…

-No se preocupe, acabo de llegar. ¿Peter está bien? Hoy pasó a buscarlo una dama que me temo no recuerdo su nombre, pero dijo ser amiga suya.

-Sí, esa es Pepper, ¿recuerda que se la mencioné? Fue mi secretaria durante muchos años. Ahora dirige Industrias Stark. Es una persona de mi total confianza.

-Ya veo. Sí, la recuerdo.- Carraspeó y miró el menú que trajera un camarero un rato antes.- ¿Le parece si ordenamos algo? Por supuesto, yo invito.

-Bueno, gracias. Muy amable- aceptó Tony quitándose las gafas de la forma más cool posible. Steve se sonrojó y apartó la vista, procurando conservar una actitud digna aunque por dentro estuviera encendido. Ambos pidieron capuchinos con crema, y una orden de donas azules y rojas rellenas de jalea. Tony se relamió antes de empezar.

-Qué delicia. Estas donas lucen mucho mejor de las que yo preparo.

-Qué sorpresa, ¿es usted pastelero?

-No, no, ya quisiera. Solo me defiendo para que Peter pueda comer comida casera, es un proyecto que me estoy tomando muy en serio.

-Buena idea. Diario veo a los niños gastando dinero en golosinas poco saludables, es mucho mejor para ellos comer cosas hechas en casa.- Después de unos momentos Steve recordó que una cita no podía funcionar sino mantenían una conversación fluida, así que empezó por lo que consideraba correcto.- Señor Stark, en primer lugar…

-Tony- lo interrumpió.- Creo que tratarnos de señor es demasiado formal, ¿no te parece?

-Sí, sí me parece. De acuerdo, Tony- sonrió al pronunciar su nombre- lo que quería decirte primero es que espero que no te hayas tomado a mal esta invitación. Sé que no es lo habitual que un maestro intime con los padres de sus alumnos fuera del colegio, pero sentí ese impulso durante la última vez y te lo pedí antes de pensarlo siquiera. Si traspasé los límites…

-Steve, no te sulfures, no pasa nada- aseguró el mayor- si me hubieras ofendido con tu invitación no la habría aceptado. Vine porque quise y me pareció que podría ser divertido que tú y yo conversáramos a solas.- Ambos volvieron a mirarse a los ojos, y luego rápidamente se desviaron para concentrarse en las donas. No se hubiera podido adivinar quien estaba más nervioso.

-Hay algo que me gustaría saber, si no te resulta una indiscreción.- Hizo una pausa.- ¿Qué fue lo que llevó a un hombre de tu posición a dejarlo todo para ser padre?

-Me preguntan eso muy seguido- comentó.- Bien, ¿supiste del accidente que tuve hace medio año? Básicamente fue eso. Estar cerca de la muerte me hizo darme cuenta que no quería morir solo, y que tenía mucho amor que dar a un hijo. Adoptar fue la mejor opción, desde luego, porque me permitió conocer a Peter.

-¿Y tu empresa? ¿No extrañas el trabajo?

-Honestamente no. Algún día volveré, pero por ahora soy feliz criando a mi hijo y no desearía otra cosa que estar en mi hogar con él.

“Es tan dulce… además de atractivo, es un buen padre, amo de casa, emprendedor… ¡santo cielo, cada vez me gusta más!” pensó Steve con un suspiro enamorado.

-Steve, ¿por qué ahora no me cuentas algo de ti?

-Lo que quieras. ¿Qué te gustaría saber?

-Por ejemplo, como decidiste dedicarte a la docencia. ¿Fue siempre tu vocación?

-No exactamente. Verás, apenas terminé la secundaria me enlisté en el ejército. Quería ser soldado.

-¡No me digas! Bueno, tienes el físico apropiado para ello…

Steve rió y bebió su café, divertido.- No te creas. Aunque no lo parezca, cuando era joven era muy enclenque, no tenía nada de músculos y era muy débil. Mi amigo Bucky, que también se había enlistado, trató de convencerme que no era lo mío, pero no le hice caso y pasé una temporada terrible. Finalmente tuve que aceptar que él había tenido razón y dejarlo, lo cual fue bastante decepcionante.- Tomó una dona azul, le dio un mordisco y continuó.- Aunque fue un golpe para mi ánimo tenía que hacer algo con mi vida, y recordé que en mi época de estudiante había trabajado dando clases particulares a niños de primaria. Era algo que me salía bien y los padres confiaban en mí, y de pronto pensé, ¿qué pasaría si fuera maestro? Tenía algo de dinero ahorrado y me inscribí en las clases, pensando que podía funcionar.

-Y funcionó, por lo que veo.

-En efecto. Me recibí con muy buen promedio, pero más importante que eso es que realmente adoraba cuidar de los niños y enseñarles, y nunca me arrepentí de la decisión tomada. También aproveché mis tiempos libres para ejercitarme y mejorar mi condición física.

-En eso también te fue muy bien…

El piropo flotó en el aire de forma sutil y tierna, y Steve volvió a sonrojarse, solo que esta vez no apartó la vista. Quería que Tony supiera lo que le provocaba, al menos poco a poco. Para que la charla siguiera su curso, hizo otra pregunta.

-¿Y tú como descubriste tu vocación por la tecnología?

-Herencia familiar. Mi padre, Howard, fue un pionero en tecnología industrial y nuestra casa estaba llena de todo tipo de prototipos, maquetas y planos. Él fundó Industrias Stark y las llevó a la cima, usando todos los recursos disponibles en su época. Supongo que me contagié de él, aunque no lo recuerdo bien.

-Suele pasar que los padres transmitan su pasión a sus hijos- afirmó Steve conocedor.

-Cuando ellos murieron en un accidente de auto- rememoró, nostálgico- yo tenía diez años. Me prometí a mi mismo que los haría sentir orgullosos, y estudié sin parar para poder ser como mi padre. Ingresé a la universidad a los quince y me recibí en tiempo récord. Trabajé duro para mostrarles a todos que merecía la presidencia de la empresa, no por ser el heredero, sino por mis capacidades.

-Es una historia tan triste como hermosa… gracias por contármela, Tony. Aprecio mucho que me abras tu corazón de esa manera- expresó Steve animándose por fin a rozarle la mano por encima de la mesa. Tony dio un respingo pero no la apartó, y con una serie de fuertes latidos agitándolo entrelazó los dedos con los de Steve. Fue la sensación más hermosa que podría haber imaginado, casi tanto como lo fue abrazar a Peter el día que se concretó la adopción.

-No sé por qué lo he hecho. Supongo que porque tú me transmites confianza.

-Procuraré ser digno de esa confianza, lo prometo.

Steve lo soltó para no apabullarlo y tomó otra dona, pero la sensación de tocarle la mano no se le borraba y su sonrisa no desapareció en el resto de la cita. Quería hacer bastante más que tomarlo de las manos, pero no estaba seguro si era correcto ir tan rápido. Tony era mayor que él, pero parecía un poco tímido. Suspiró y eligió ser paciente, al menos de momento.

-Debemos volver a reunirnos pronto- propuso Tony más tarde, a la salida.- Pero esta vez me gustaría ser yo el que te invite. ¿Me dirás cuando tengas un día libre?

-Por supuesto. Escríbeme cuando quieras, siempre estaré disponible si es para ti.

Gracias. Yo… pensaré en algo especial para retribuirte lo de hoy. La pasé genial.- Al recoger su auto del estacionamiento agregó:- ¿quieres que te lleve a tu casa?

-Te agradezco la oferta, pero vine en mi moto y no quisiera dejarla aquí… además, apuesto a que prefieres ir por Peter cuanto antes.- Tony se sintió mortificado por su avance fallido y Steve aprovechó para acercarse a él, con seguridad, dispuesto a arriesgarse del todo.- Si quieres, en nuestro próximo encuentro podemos dar un paseo. De hecho sería hermoso estar contigo a solas.

Tony casi se derrite en su sitio, sobre todo cuando Steve se despidió de él con un beso en la mejilla que claramente no era de compromiso. Su barba picaba, pero sus labios eran tan tiernos como su mirada y le dio la impresión que esperaba una respuesta. Rogando que no estuviera haciendo el papelón de su vida, se estiró un poco y le retribuyó el beso con otro.

-Tony…

-¿Q… qué…?

Respiró hondo.- Se me va a hacer muy difícil esperar a la siguiente cita.

Tony condujo el resto del camino con la cara al rojo vivo, pensando en todo lo que había pasado como si fuera un sueño. Él había ido con la intención de conquistarlo, pero después de su saludo y la forma gentil en que lo consolara tuvo en claro que quien había resultado conquistado era él. No pudo quitarse a Steve de la cabeza incluso estando ya a la puerta de la casa de Pepper, por lo que debió enviarle un mensaje para que bajara ella. La pelirroja apareció con rostro preocupado y se metió a su auto inquieta, preguntándole por qué no había subido directamente a por Peter.

-No quería que me viera así de nervioso. No sabría cómo explicarle…

-¿Explicarle qué, Tony?

 -Que estoy loco de amor por su maestro- confesó con un nudo en la garganta.

Notas finales:

Fue todo un desafío no hacer que cayeran uno en brazos del otro enseguida, pero tarde o temprano ese momento hermoso llegará. ¿Quién dará el primer paso? 

Aprovecho para decirles una vez más que ya está publicado el primer capítulo de OHANA Parallel, con una historia Everstrange/Rosstrange. El siguiente capítulo sale esta semana (mañana mismo con suerte), y tratará sobre la hermosa relación entre Scott Lang y Hank Pym. Sí, eso dije. Es una ship sin fandom pero yo llevo orgullosa su bandera, porque nada se me hace tan agradable como un sugar daddy y su joven y lindo discípulo. Denle una oportunidad y a lo mejor se llevan una sorpresa.


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