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Hogwarts High School por Sh1m1

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Harry llevaba una semana sin hablar con Draco, una semana entera desde que se pelearon.


Durante los primeros días había pensado que Draco iría a hablar con él, que le buscaría para pedirle perdón. Pero cuando los días pasaban y el rubio ni le habló ni le buscó, el malestar empezó a ascender.


¿Qué había hecho? ¿Había destrozado todas las posibilidades con él? Pero luego recordaba como Draco le miraba con esa mirada tan fría suya y se le pasaba.


Draco era su sueño, pero si no sentía lo mismo por él, no debían estar juntos. Eso se decía cuando sus pies anhelaban correr para estar a su lado, para que volviera a besarle.


No entendía porque Draco era así, porque a veces era encantador y otras veces tan seco, porque le besaba hasta hacerle temblar las piernas y otras veces le molestaba su compañía.


Una parte de él quería arreglarlo, quería volver a estar con él, quería que le mirara y le sonriera. Que le abrazara y prestara atención, quería que le quisiera. Y del mismo modo se daba cuenta de que uno no puede obligar a que el otro te quiera como tú quieres que te quiera.


Eso se lo había dicho Sirius muchas veces, que había perseguido a Remus en sus años escolares, pero que este siempre le había rechazado hasta que no fue sincero y le abrió su corazón por completo.


Al parecer Sirius había sido todo un casanova en Hogwarts, le costaba imaginar a sus tíos con otras personas que no fueran ellos dos. Pero le había quedado claro que uno no puede obligar al otro a que sienta algo que no está en él.


Quizás Draco nunca hubiera sentido lo mismo que Harry y no volvieran a estar juntos nunca más.


—¿Vas a venir o no?—le preguntó Neville por segunda vez.


No debería ir, verle subido en la escoba con su uniforme de Quidditch jugar la final no le iba a venir bien, pero quedarse allí rumiando sus penas tampoco.


—Venga, no me dejes solo—le pidió Neville, si no estuviera tan enfrascado en su propio drama se hubiera extrañado de que Neville le pidiera ir a ver un partido.


Ni a él ni a Neville les llamaba mucho la atención ese juego, si iban era para apoyar a Ginny y Ron, pero verlo asistir a una final entre Ravenclaw y Slytherin no era natural en Neville.


Ganaron las ganas de salir y de ver a Draco, aunque fuera de lejos. Una cosa es que estuviera enfadado y triste por partes iguales, pero eso no significaba que hubiera superado querer verle a todas horas.


La versión oficial sería acompañar a Neville.


Cuando se sentaron en el palco acompañados de Ron, Ginny y Hermione se dio cuenta de que hacía mucho que no estaban los cinco juntos.


Estar con sus amigos era bueno, le vendría bien.


Pero todo se fue al traste cuando vio salir volando al equipo de Slytherin, Draco estaba impresionante con su túnica verde de cuero. Se le veía concentrado y resuelto. ¿En qué momento le había parecido aquello una buena idea?


 


 


 


 


Draco tenía claro que ellos iban a ser los ganadores de la copa un año más, pero tampoco podían descuidarse y él como capitán tenía que dar un buen discurso, pero no conseguía que aquello tuviera sentido ninguno.


Todos le miraban desconcertados.


—Bueno, qué ganemos y punto, joder—concluyó del mismo humor del que llevaba toda la semana.


Su equipo le miraba sorprendido, Draco no solía decir nada fuera de tono. Pero nadie dijo nada, se alinearon para realizar su salida en formación al campo.


En el aire se sentía mucho mejor, notaba que parte de la tensión de aquella semana se le desprendía arrastrada por el aire.


Visualizó al otro equipo, Altair jugaba en Ravenclaw como cazador y le guiñó un ojo. En cualquier momento eso le habría animado pero la verdad es que Altair no le parecía ni la mitad de atractivo que hacía un mes.


Cuando sonó el silbato de la señora Hooch, se acabaron las cordialidades. Él era buscador por lo que tenía que otear todo el terreno en busca de la pequeña pelotita dorada, sobrevolaba todo el campo con tranquilidad manteniendo su vista atenta al partido.


Estaba orgulloso de su equipo, que se hacía con el control del partido. Vio pasar a toda velocidad a Theo con una quaffle debajo del brazo flechado hacia los aros de los Ravenclaw. Cuando su vista periférica lo vio, no, no era la snitch, era Harry en la grada mirándolo fijamente.


Sus miradas se encontraron y Draco se olvidó de que estaba en mitad de un partido y una bludger casi le derriba de la escoba. Por los pelos no acaba hecho puré de Malfoy, pero la cara preocupada de Harry le había dado dos años más de vida.


Miró el marcador, iban ganando como era de suponer, miró al buscador de Ravenclaw concentrado intentando encontrar la snitch, y el destello dorado se coló en un ángulo imposible.


Draco cayo en picado, seguido del Ravenclaw, ya no había tiempo para más, la diminuta pelotita dorada le recordaba a su pequeño gnomo esquivo, pero a esta la iba a atrapar, alargó su mano lo más que pudo pero como si lo sintiera detrás dio un giro completo haciendo chocar a ambos buscadores.


El sentimiento de frustración escaló como en ningún otro partido anterior, ¿se estaba burlando de él la snitch?


Quizás se estuviera volviendo un poco paranoico.


El campo era un estruendo de griterío, pero como si todos se callaran en ese momento, escuchó la voz que quería escuchar, la que llevaba casi una semana sin oír.


—¡¡Vamos, Draco!!—gritó Harry, reconocería su voz en cualquier sitio.


Se impulsó sobre su escoba, solo unos centímetros, pero lo suficiente para agarrar la snitch que acarició con la llena de sus dedos. Solo un poco más, un poco más.


Si solo se movía un poco más agarraría la snitch pero también corría el riesgo de caerse de la escoba. Sin dudarlo lo dio y atrapó la snitch perdiendo el equilibrio y dando una fuerte caída picada en la que casi se rompe la crisma pero en la que al final pudo hacerse con el control de su escoba alzando el vuelo y mostrando la snitch a todo el estadio que gritó como loco.


Slytherin había ganado el partido y la Copa, pero Draco tenía otra cosa en mente antes de festejar nada con su equipo que volaba como loco. Dio un giro hasta que llegó a las tribunas donde su pequeño Gryffindor aplaudía.


Sostenido en el aire por su escoba Draco se acercó a Harry que le miraba con sus preciosos ojos verdes sorprendidos.


—¿Quieres ir al baile conmigo?—le preguntó Draco ofreciéndole la snitch ganada.


El estadio quedó mudo pendiente mirándolos mientras esperaba la respuesta del moreno, pero a Draco todos ellos le daban igual, tenía el corazón en un puño mientras miraba a Harry.


—Sí—contestó con una sonrisa amplia, una que le dio toda la alegría que no había tenido en aquellos días.


Draco le guiñó un ojo y se fue con sus compañeros a festejar la victoria. 


 


 


 

Notas finales:


Hooombre, la verdad es que yo también hubiera dicho que sí... jajajaja.

Hasta mañana.

Shimi.


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