Capitulo 2: La muerte de Ron
Asia siete meses que estaba ingresado en San Mungo. En la batalla final un mortifago lo había herido gravemente y Ronald Weasley casi había perdido a su bebe. Fue una sorpresa descubrir que en su vientre crecía un pequeño fruto del amor que el y Blaize se tenían. Los médicos le habían dicho que su capacidad natural de tener niños se había dañado por completo, solo su magia estaba manteniendo a su bebe y sabia que en el momento que este naciera el moriría, los doctores se lo habían dicho, su alma se lo había dicho. Pero extrañamente esto no lo hacia sentir mal, Ron sabia que su bebe estaría bien con Harry y que el iría al cielo o al infierno a donde quiera que estuviera Blaize para pasar el resto de la eternidad juntos.
Aùn recuerdo la primera vez,
cada beso que me robastès;
abrazados al atardecer
con los sueños siempre a flor de piel...
Harry Potter apenas lo había dejado solo unos minutos atrás y solo para bajar a la cafetería a tomar un café. Harry su fiel amigo, que le había echo un juramento inquebrantable cuidar siempre a el hijo de Ron y Blaize asta que este tuviera edad para cuidarse por si solo. Harry quien le juro amar como un hijo propio salido de sus entrañas a David como había decidido ponerle Ron a su hijo. Ron no se inmuto cuando lo vio entrar a el en su habitación. Al rubio, que había sido en vida el mejor amigo de Blaize Zabiny, uno de los pocos mortifagos que había escapado a la casería del ministerio después de la caída de aquel que no debía de ser nombrado. El, Draco Malfoy. Ron serró sus ojos ignorándolo y se concentro de nuevo en su pasatiempo favorito sus recuerdos de Blaize.
Aùn recuerdo aquella canciòn
que era un himno para los dos;
cada vez que algo anda mal
me basta con volverla a escuchar...
-Quiero oírla de nuevo.
Comento Ron.
-¿Que?-Pregunto Draco confundido-¿de que hablas?
-De mi canción y de Blaize, ponla por favor, estoy demasiado de muy débil para pararme de esta cama y yo mismo prender el radio.
Confundido Draco Malfoy hizo lo que el pelirrojo Weasley le pidió.
-No vas a gritar a llamar a tu amigo auror, para que me atrape?
Pregunto Draco, Ron sonrió y negó suavemente con la cabeza.
-Estaba empezando a creer, que nunca vendrías. Dame el mensaje de Blaize.
-¿Como estas tan seguro de que te traigo un mensaje de Blaize? ¿Quien te dice que no vengo a matarte?
Ron sonrió dulcemente.
-Tú querías a Blaize tanto como Harry y yo nos queremos, como verdaderos hermanos. No me matarías jamás, no sabiendo que llevo al hijo de Blaize en las entraña y que lo único que mantiene vivo a ese pequeño, es mi poca magia.
Jamàs, jamàs, jamàs,
jamàs yo te dije adiòs...
-Jamás, le pude decir adiós.
Comento Ron. Draco lo miro con tristeza era obvio cuanto ese pelirrojo había amado a su mejor amigo.
-Y el tan poco a ti, Ron. Por eso estoy aquí, me mando a decirte cuando estaba moribundo, que te amaba que lamentaba no poderte ver una vez mas.
Le dijo Draco acercándose con timidez al pelirrojo. Ron le sonrió para animarlo a que se terminara de acercar.
Aùn te llevo donde quiera que voy
como un tatuaje dentro del corazòn;
no,no,no,no,no,
yo jamàs te dije adiòs...
-Puedes tocar Malfoy.
Le dijo suavemente y casi con reverencia Draco toco el abultado vientre del pelirrojo amor de Blaize y sintió fascinado al bebe moverse dentro de el y sintió un gran laso inmediato con esa indefensa criatura que aun no nacía.
-Siempre llevo a Blaize en mi corazón y ahora pronto lo volveré a ver. Gracias por traerme su mensaje Draco. Ahora por favor échate un poco asía tras ya me puedo ir al otro mundo, pero antes tengo que traer a David a este mundo.
Draco obedeció, en ese momento la puerta se abrió hay estaba Potter, no pudo reaccionar en cuanto vio a Draco, pues en ese momento una luz blanca rodeo a Ron, una luz que los segó a ambos, al abrir sus ojos ambos vieron a un sonriente Ron con su hijo en brazos, no era un bebe cualquiera era un bebe que había nacido única y exclusivamente por la magia del amor de su papa. Ron miraba sonriente sobre las cabezas de Harry y Draco, al virarse ambos vieron, como si fuera un ángel, la figura vestida de blanco y en vuelta en una luz divina de Blaize. Antes de dirigirse asía Ron, Blaize paro frente a Draco, Draco extendió sus manos entendiendo la muda petición.
-Ahora tu juramento asía el bien de David es inquebrantable.
Le dijo Blaize atando a su mejor amigo con un juramento inquebrantable para siempre. EL moreno le sonrió a Harry fugazmente y se dirigió asía su pelirrojo.
-Hola Ron.
-Hola Blaize.
Sonrió Ron, mientras el ángel extendía una mano asía el.
Aùn te llevo dentro del corazòn
y nunca olvido que me falta tu amor;
no,no,no,no,no,
yo jamàs te dije adiòs...
Impresionado el ojiverde y el rubio vieron como el alma de Ron se despedía de su cuerpo asestando la mano del ángel.
-Adiós, amigos.
Les sonrió Ron y tanto el como Blaize desaparecieron envueltos en aquella hermosa luz blanca.
Solo cuando los dos espíritus desaparecieron Potter y Malfoy reaccionaron. Malfoy corrió asía el bebe en los brazos del ahora muerto pelirrojo y lo tomo en sus brazos mientras Potter se arrojaba sobre el cuerpo de su mejor amigo llorando.
-No, Ron, no nos puedes abandonar.
Lloraba el ojiverde inconsolable.
Draco supo que esa era su única oportunidad de escapar con David y cumplir su juramento, no se lo pensó dos veces, con el bebe envuelto en una manta, que tomo de una silla, salio corriendo de ese cuarto de hospital antes de que Potter lo notara.
Aùn te llevo donde quiera que voy.
Continuara.....