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Horizonte Oscuro por Aces de luz

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Notas del capitulo:

U: quiero un rex

La cinta oscura de la carretera serpenteaba a lo largo de todo el árido desierto, el calor era implacable. No muy lejos, recorriendo el camino en auto, tres jóvenes tomaron el rumbo a su destino vacacional.

-Tu mundo es horrible-  Exclamo Rex, tratando de producir una poco de aire agitando su mano, pero no funcionaba

-Vamos Rex, no seas tan pesimista- Ben trato de calmar el tenso ambiente, él quería un viaje perfecto y sin problemas. Encendió la radio y sintonizo una estación con música ligera,  presiono un botón dejando el sonido tres barras por debajo de la mitad.

-Aprovechemos este tiempo de calidad para conocernos mejor- Sugirió Ben

El sol en lo alto, posicionado justo frente a ellos, atravesaba el cristal con su luz pegando un poco por debajo sus pechos. Hace una hora estaba directo en sus caras, pero con el pasar del tiempo la sombra había ganado un poco de terreno.

-Suena a una idea de presentación para un primer día de escuela- Dijo Gwen desde la parte trasera del auto, recargando la cabeza contra el cristal de la ventana.

El ambiente era desagradable, el sudor recorría sus frentes y sentían el cuerpo pesado, no eran condiciones para iniciar una conversación mucho menos para conocerse.

Tras un momento de incomodo silencio, Ben exhaló un gran suspiro y se encogió de hombros. Apagando el radio, deposito la mirada en la carretera encogiendo los hombros.

Rex lo miro por el rabillo del ojo, la expresión de Ben le recordó mucho a su última semana. 

-¿Toda tu familia son seres de energía?-  Pregunto Rex mirando por la ventanilla evitando el contacto visual (Si Seis me mirara en estos momentos seguro se burlaría de mi) pensó Rex, las conversaciones formales no eran su especialidad y verlo tratar sin duda era divertido.

-No, solo nuestra abuela Verdona lo es- 

Gwen se apresuró a responder captando el patético intento de Rex para consolar a Ben

-Qué hay de ti, Rex-

-Fuera de mi hermano fugitivo, que en más de una ocasión pudo haberme matado y mi equipo, no hay mucho que contar-

El silencio llego como pasajero indeseado una vez más. Rex no soportaba las situaciones aburridas y con el calor latente, era como una olla a vapor a punto de estallar.

-¡ESTO ES HORRIBLE!-  Grito Rex

Un fuerte estallido opaco el sonido, la llanta delantera del auto dio su último giro volando en pedazos. Ben piso el pedal de freno a fondo, entre el rose del rin contra el asfalto las chispas saltaban, arrastrándose unos metros el vehículo se detuvo.

-Ben, dime que trajiste el repuesto-  Pregunto Gwen

Solo se escuchó una risilla forzada en medio del silencio.

-¡Cómo pudiste olvidarla¡- Dijeron Gwen y Rex al unísono

-Hey comienzan a entenderse eso es bueno- Ese era Ben siempre con un chiste en las malas situaciones  -Vamos no es para tanto, no es como si una llanta fuera detenernos-

Tres jóvenes con habilidades sobrehumanas, cada uno capaz de volar sin mencionar muchas otras cosas más, una llanta faltante en medio de la nada sin comunicación no podía ser considerado un problema, mucho menos un obstáculo.

Gwen y Rex guardaron silencio, él tenía razón y odiaban eso. Ben sonría triunfal.

El cielo pintaba con tonos naranjas y rojos, el solo se escondía tras las montañas. El calor se esfumo por completo dejando un ambiente bastante agradable y una buena vista del ocaso.

-Qué tal si vamos por un repuesto- Ben salió del auto

-Yo cuidare el auto, así que vayan  ustedes dos –Gwen se recostó en el asiento trasero

Rex gruño y accedió de mala gana.

Avanzaron diez metros del auto antes de comenzar a hablar.

-Sin ofender, pero esto es terrible- Dijo Rex con el ceño fruncido

-No te pongas así, viejo- Dijo Ben dedicándole una sonrisa- No es tan malo, lo importante es que pasmaos tiempo junto. No sabes cuánto espere por verte-

Diciendo esto último Ben bajo la mirada con un dolor agudo en el pecho.

Rex lo miro, algo extraño lo envolvía, un aura diferente de la normal, fuera de los juegos, las bromas y sarcasmos. Un Ben diferente, indefenso. Rex se sonrojo sin notarlo.

Continuaron en silencio. La noche había caído, el desierto mostraba otra cara un poco más melancólica. Con la  tenue luz azul de la luna llena guiando el sendero, faltaba poco para alcanzar su destino.

-La verdad es que yo también deseaba verte-  Dijo Rex mirando el cielo nocturno – Las últimas semanas las pase algo gruñón, cuando te marchaste pensé que ya no te vería nunca más. Me odie a mí mismo por no… bueno eso no importa-

Rex sonreí pícaramente.

-Me alegra escuchar eso- .

Desde la llegada de Ben hacia el almacén el humor de ambos cambio totalmente.

Caminando detrás, Rex miraba las manos de Ben, no lo pensó y dejo a su cuerpo moverse por sí solo, intento alcanzar la mano de Ben.

-Que bien llegamos- Dijo Ben señalando un pequeño local con la luz encendida

-¿Eh?... A si, que bien-  Respondió Rex alejándose precipitadamente

-¿Te ocurre algo?-

-No es nada- Rex agito las manos de forma histérica – Démonos prisa, tu hermana debe estar impaciente-

Rex se apresuró. Ben se quedó pensativo, no entendió muy bien la actitud de Rex, solo le restó importancia y continúo avanzando.

Al entrar por una vieja puerta de madera, bastante deteriorada, sonó una campanilla colgada en la parte de arriba.

Estantes de madera llenos de productos que no parecían estar en buenas condiciones. El polvo y las telarañas lo cubrían todo.

-Encantador- Dijo Ben

-Linda decoración- Dijo Rex admirando pequeños esqueletos de algunas arañas

-Disculpen señoritas, les puedo ayudar en algo-

Un hombre sentado detrás de un mostrador hablo con voz ronca. La apariencia del tipo era terrible, un viejo con poco cabello blanco, tan obeso que sería bastante sorpresa si lo vieran caminar, las arrugas de la vejes cubrían su cuerpo. Leía un periódico bastante antiguo el cual ya había memorizado, mientras fumaba un grueso abanó y expulsaba gran cantidad de humo como una chimenea.

-Disculpe señor buscamos un repuesto para llanta- Dijo Ben

El hombre despego la mirada del papel y lo miro.

-Que sorpresa- Dijo con una voz antipática y mirada adusta- Es Ben Tennyson-

-¿Usted lo conoce?- Pregunto Rex sorprendido

-Te dije que era famoso- Replico Ben por lo bajo

-Que trae al salvador de la tierra por mi humilde establecimiento-

-¿Eh?... creo que fui bastante claro, buscamos un repuesto para neumático-

-Disculpe su alteza- Dijo el hombre haciendo una reverencia, aunque solo inclino la cabeza. Les hizo señas a una puerta detrás de él.

-Yo iré- dijo Rex no soportaba al hombre.

Tras cruzar el umbral, Ben apreciaba el lugar, pero nunca espero encontrar una foto de ese viejo con su abuelo, la foto era bastante antigua pues se veían jóvenes, de 22 años por lo menos.

-¿Conoce a mi abuelo?-

EL viejo miro la foto, luego volvió al periódico

-Por supuesto que conozco a Max- Su voz se suavizo un poco- Fueron días glorioso, compartimos bastante juntos, incluso nos enamoramos de la misma mujer-

-¿De mi abuela Verdona?-  A Ben lo recorrió un escalofrió al preguntar

-Hermosa mujer. ¿Cómo se encuentra ella?-

La conversación se volvía bastante incomoda

-Tan energética como siempre… supongo-

-Escucha jovencito, te contare algo solo por ser el nieto de ambos- El hombre exhalo una bocanada de humo mientras el misterio lo envolvía- Afuera está sucediendo algo muy grande, tus vacaciones fueron aprobadas con el propósito de que no te enteraras. Cuida muy bien tu espalda, pronto la paz terminara-

Dicho esto volvió a la lectura. Ben no supo cómo reaccionar pero sonaba bastante serio.

Rex salió cargando  la llanta con una sola mano, como si esta no pesara nada.

-Cuanto será por la refacción viejo- Pregunto Rex

-La casa invita primor- Respondió el hombre

-Gracias anciano. Larguémonos de aquí Ben-

Dispuesto a salir el viejo les dirijo unas últimas palabras

-Cuida bien de tu novio, Tennyson-

Rex estaba echando humo

-Lo tendré en cuenta, gracias por la advertencia y gracias por el repuesto-

Las estrellas habían tomado el cielo de la noche

-Ese idiota-

-Cálmate Rex, era un buen tipo-

-Como digas-

El paisaje nocturno era maravilloso en el desierto. Centenares de estrellas, azules, celestes y moradas iluminándolo todo rodeadas de estelas de polvo estelar iridiscente.

-La vista es increíble- Admiro Ben

-Sin las luces de la ciudad opacando el ambiente, es increíble- Rex también miraba hacia arriba- Por la noche  no es tan malo-

Una sonrisa flameo en la cara de Ben

-Rex, ¿Cuánto tiempo te quedaras?-

La pregunta lo tomo por sorpresa, no era algo que hubiese contemplado.

-No lo sé-

Ben clavo la vista en el pavimento obscuro

-Ya veo-

-Vamos Ben odio verte así-  Rex paso su mano por detrás de la espalda de Ben- Asegurémonos de que cada momento sea divertido-

Ben se sonrojo pero en la quietud de la noche Rex no lo noto.

-Sí, asegurémonos de que sea bastante divertido-

Ben cruzo también su mano por la espalda de Rex y recargo la cabeza sobre su hombro.

Antes de llegar al auto ambos se habían separado.

Gwen levitaba encima del auto admirando el cielo y las estrellas.

-¿Ella puede volar?- Rex se sorprendió el mundo de dónde provenía no era premisamente místico

-Y también puede recordar si olvidas alguno de sus cumpleaños. Jamás olvida – Ben susurro

-Eso es escalofriante- Respondido Rex adelantándose a cambiar el neumático  

-¿Que ocurre Gwen?-

-Siento algo extraño- Respondió sin dejar de ver el cielo

-Ya está listo-  Rex lanzo una seña de pulgar arriba

-Talvez es cansancio-

-Puede ser-

Los chicos abordaron el auto y continuaron por su camino. El traqueteo fue suave y la vista del lugar dio un cambio radical,  todo había terminado bien ese dia.

 


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