Titulo: Dulces engaños
Autor: Angel-san
Categoría: Drabble (333 palabras)
Genero: Yaoi, Intriga, Romance.
Advertencia: Shota, Lemon(mención)
Pareja: Sebastián x Ciel
Resumen: Ciel lo sabía, sabía que sólo eran mentiras, pero esperaría, esperaría a que las mentiras se convirtieran en verdades.
…
Ciel podía ver con claridad, cada palabra, cada gesto, cada movimiento. Era impecable, amable, humilde y carismático, el perfecto mayordomo, tan perfecto que parecía real.
‘’ Los demonios arrastran a sus presas a la oscuridad con dulces palabras, con amabilidad y sigilo para que no se den cuenta del monstruo que se oculta detrás de la máscara”
Un demonio… Un monstruo vestido de mayordomo… Un asesino.
Sebastián cumplía su papel perfectamente, nadie nunca sabría el tipo de ser que se ocultaba tras esa fachada, nadie excepto Ciel.
Ciel podía ver claramente, detrás de esa sonrisa amable había una sonrisa sínica, detrás de esa fachada humana había un demonio hambriento. Ciel nunca podría olvidar lo que era en realidad, cada día podía sentirlo, esa oscuridad emanando de él, dolor, sufrimiento, las vidas que había arrebatado. Podría ver esa sed.
Los demonios arrastran a sus presas a la oscuridad. El lo sabía. Ciel podía ver perfectamente el engaño del demonio, y sin embargo Ciel había caído, uno más en el montón.
Aquel demonio no se conformaría con solo el alma del pequeño. Sebastián quería más, quería todo de Ciel, su alma, su cuerpo, su ser. Y lo había conseguido. Había envuelto a Ciel poco a poco, con palabras dulces, amabilidad y sigilo, tomando su tiempo, y lo había logrado.
Cada noche al alzarse la luna, Ciel le pertenecía. Cada noche cuando la oscuridad predominaba, el profanaba al pequeño cuerpo, con ansias, con deseo y con desesperación. Hambriento del pequeño, hambriento de su alma.
Ciel sólo se dejaría hacer, embriagándose del placer. Dulce pecado. Dulce tormento. Dulce mentira. Ciel sabía. Lo sabía mejor que nadie, todo era mentira. Todo gesto de cariño, toda acción amorosa, todas esas dulces palabras salidas de ese ser blasfemo, eran mentiras, engaños de los cuales estaba dispuesto a creer.
- Hasta que las mentiras se conviertan en verdad-- exclamó en un susurro, dejando de nueva cuenta que aquel demonio lo profanara.
Esperaría… Esperaría hasta que sus mentiras se convirtieran en verdades.
...
Un demonio, un moustro vestido de mayordomo. Sebastián sabía lo que era, y se enorgullecía de ello. Y sin embargo no todo era así. Había enredado a Ciel en su juego, esa pequeña alma era suya, ese pequeño cuerpo era suyo, pero el seguía queriendo más.
Porque ya no bastaba, ya no bastaba aquel hermoso cuerpo retorciéndose de placer, ya no bastaba el tomarlo como suyo cada noche, quería más.
Quería que Ciel lo amara, quería sentir a Ciel como humano, con toda y cada una de las emociones y sentimientos que solo ellos pueden tener, quería tener amor.
Amor…un mal chiste para alguien como el, su naturaleza escalofriante y perversa no permitía sentir tal cosa, pero pronto se vio anhelando saberse amado.
Quizá muy pronto, aquellas palabras dulces que había pronunciado para atrapar a su Joven Amo se convertirían en verdades.
Quizá muy pronto las mentiras, los engaños se irían.
Quizá muy pronto Sebastián sabría que es amar y sentirse amado.