TaeHyung entra temeroso a su casa, casi corre dejando a Minki hablando solo. Siente que sus ojos lo delatan, siente un poco de culpa, se dirige a la cocina, pide algo de jugo para tratar de borrar el sabor de los besos de JungKook que aun tiene en los labios, en su lengua, se lava la cara en el fregadero tratando de despejar la mente, pasa una mano húmeda y fría por el cuello, refrescándose, alguien le ofrece una toalla y la acepta, pero se da cuenta que la persona sigue de pie a un lado de el. Voltea con un poco de miedo.
– ¡Oh! SeokJin no te vi, lo siento…
– No te preocupes, estoy horneando pan dulce, para la cena, ya sabes Namjoonie es un niño.
– Lo conscientes tanto – Le dice con un dejo de nostalgia, con un dejo de alegría.
– No es nada.
– Lo es, stedes están tan enamorados. – El aludido sonríe y asiente con la cabeza.
– Lo estamos.
SeokJin camina rumbo al horno, toma unos guantes para halar el pan con una pala dentro del horno de leña en la cocina, es un trabajo un tanto rustico al que TaeHyung jamás se ha enfrentado, el solo ha tenido sirvientes, pero Jin, su vida ha sido otra historia, una como los cuentos con príncipes y caballeros, cuando NamJoon a llegado a rescatarlo aunque tal vez es SeokJin que lo ha rescatado a el.
– ¿ Llegará Hoseok para la cena?
De repente el miedo llega a el, el recordatorio de su esposo… si tan solo este supiera.
– Dijo que no lo esperáramos, probablemente llegué muy tarde de su viaje… voy a … a cambiarme para la cena, dice con algo de culpa carcomiendo la poca racionalidad que le queda.
Sale de la cocina y va a su habitación, se sienta frente a el espejo y se observa con detenimiento . ¿La culpa se mira? Podría Hoseok conocerlo lo suficiente como para nota que ha hecho algo que no está bien?
Espera que no, que no sea tan transparente porque no cree poder parar o simplemente no quiere, fue casi nada, es solo un beso, uno largo y vehemente, pero va mas allá, porque si hubiese podido, habría querido que sobrepasaran sus límites, sabe a donde se dirige todo y el quiere algo mas, algo tintado de romance algo como lo que tiene su hermano, algo como lo que narran las novelas de amor que a veces lee, algo que no solo sea rutina y desazón, algo que no sea esperar con las piernas abiertas a ser preñado como única ilusión.
El quiere amor,
Pasión,
Placer,
lujuria.
El quiere romance y porque no, algo de pasión.
La cena transcurre con un aire cordial, la platica entre Jin y su hermano es ligera, no hay mucha profundidad pero no es necesario.
Es muy noche, no puede dormir cuando su esposo entra a la alcoba. Prefiere hacerse el dormido, pero a Hoseok no parece importarle, se acerca para moverlo con suavidad, pero persistente.
– Por favor TaeHyung, prepárate.
El mencionado se despabila, no quiere, no el, no su esposo, desea el cuerpo de otro hombre que al final se da cuenta que no sabe si podrá permitir lo toque su esposo sin pensar en el… en JungKook.
– Pero no me has dicho nada esta mañana, antes de irte y yo…
– No importa, eres mi esposo y debes obedecer.
TaeeHyung sabe que no puede refutar. Se levanta para asearse un poco, algo de perfume , se quita la ropa de dormir tras un biombo, para quedar solo con la bata de dormir hecha de seda, que cubre la desnudez, innecesario, es casi increíble que aun tenga pudor con su esposo.
Se recuesta, cuando siente a su esposo sobre el
Le abre la bata como siempre
No hay besos como siempre
Unas cuantas caricias insípidas como siempre
Una penetración lenta como siempre
La sensación lejos de ser placentera como siempre.
Pero el quiere sentir, como lo hace cada vez que esta con JungKook, donde quiere ir por mas. Así que cierra los ojos y piensa por segunda ocasión que es el pelinegro, el que le toma, el que le busca la boca y lo hala imagina tanto que se ve a si mismo ,buscando un beso desesperado, alzando las caderas para sentir algo, quiere sentir mas profunda la penetración, quiere tener el ansiado orgasmo que su cuerpo no conoce pero instintivamente le pide.
– ¿Que te pasa TaeHyung? – Su esposo se separa de el extrañado.
Se queda en blanco sin atinar que decir.
– Yo…yo… – La garganta se le cierra, no sabe como justificar el comportamiento inesperado.
– Eso no es muy decoroso de tu parte, como si fueras un… ni siquiera puedo decir la palabra.
Hoseok se levanta de la cama, visiblemente fastidiado, desnudo, con su aun erección, buscando su bata.
– Yo no debí… – No debió buscar el placer en su esposo…supone que eso debe pensar. Cubre su desnudez con la sabana, no se atreve ni siquiera a mirarlo.
– Por supuesto que no debiste.
Amarra la cita con fuerza en su cintura, hay un dejo de molestia en su rostro – Un doncel decente cumple con sus obligaciones maritales como designio divino de procreación, no par que su cuerpo se llene de lujuria.
El rubio se encoge bajo la sabana. Se siente pequeño, tan insignificante y pecador.
– No volverá a suceder – Dice con un hilo de voz.
– Eso espero…voy a dormir en alguna otra habitación.
Es todo lo que dice y sale dejando a su esposo desconcertado.
TaeHyung se encoge, se hace lo mas pequeño que puede, literal y metafóricamente, le han enseñado desde pequeño a controlar sus emociones, a no pedir, no desear, a obedecer, a callar, a tomar lo que le den sin refutar, como sino tuviera derecho, como si lo que tuviera fuera suficiente y hasta demasiado. Lo educaron para ser un buen esposo.
Uno inútil
Una pieza más decorativa en la casa
Sin opinión, sin pensamiento propio.
Solo debe ser bonito y obediente, Hoseok no pide mas, nunca ha pedido nada, solo comportamiento “Adecuado” como un doncel.
Se da cuenta que ha actuado como un cualquiera, como uno de esos donceles fáciles. Llora en silencio y se pregunta si debería seguir pensando en JungKook o si el deseo debería abandonarlo.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español