TaeHyung mira su reflejo en el espejo, toma su cepillo y arregla su cabello, toma un pendiente largo y lo acomoda en su oreja, da un largo suspiro, se levanta para comenzar a vestirse, algo oscuro, algo que no llame mucho la atención, solo espera pasar el rato.
Alguien entra a la habitación. – ¿Estas listo?
– Si claro.
– Te ves hermoso, como siempre – Hoseok besa la frente de TaeHyung es algo rápido, pues solo ha entrado por unas mancuernillas – Por favor necesito seas amable con la señora Park, necesito que hagas buenas migas con ella, quiero proponerle unos negocios con su esposo y se rumorea que ella tiene mucha influencia en el…
– Yo nunca he platicado con ella, solo nos saludamos – Se acerca a colocar con cuidado las mancuernillas, mientras Hoseok se deja hacer – Solo hemos coincidido en algunos ocasiones, me la han presentado – La familia en cuestión, tenia apenas poco mas de medio año de llegar a Escocia, familia acaudalada buscando nuevos aires fuera de Corea, pero eran proclives a hacer cenas o asistir a bailes.
– No me interrumpas TaeHyung… bueno, es necesario que seas cordial, se amigable, que te invite a algunos de sus tantos bailes, necesitamos estar mas cerca de ellos para que confiné en mi , necesito que el señor Kim invierta en mi empresa, quiero expandirme por el país, pero necesito capital.
Hoseok sale de la habitación y el lo sigue.
TaeHyung no se atreve a replicar, no le gustan esas fiestas, son demasiado bulliciosas y no sabe que decir, suele quedarse callado, no le gusta como algunas mujeres o donceles suelen ser superficiales, solo preocupados por el próximo baile o cena o por los trajes de moda, pero sobre todo, lo que mas le duele, es que lo juzguen por no tener aun hijos, tiene cuatro años de casado y no ha quedado encinta. Por eso no le gustan las conversaciones, casi siempre giran en los mismos temas, ha estado evitando las fiestas, pero hoy le ha sido imposible.
Sube al elegante carruaje que los espera frente a casa con ayuda de su esposo. La noche empieza a caer, es un día de primavera, el clima es agradable. Ve por la ventanilla el sol morir, el quisiera solo una vida simple, lo mas simple posible, un te en el jardín, unas dulces galletas, una platica donde pueda hablar sin tener que cuidar lo que dice o sentirse juzgado.
– – – –
JungKook entra a la fiesta tras su tío, ya hace mas de tres meses que ha llegado a vivir con el, su vida es tranquila, al inicio, solo haraganeaba un poco y debía trabajar en las caballerizas en el cuidado de los caballos y prepararlos para cuando su tío quería salir. De no ser que un día que tuvo que llevarle el té a su oficina y al darse cuenta lo enfrascado que estaba sacando cuentas, siendo de naturaleza observadora pudo darse cuenta de un error y después de otro, su tío le pidió, revisara los documentos donde hacia cálculos, resultando muy habilidoso para los numeros, debido a ello ahora fungía como secretario, si bien no tenia un sueldo, porque tenia comida y techo gratis y no lo necesitaba –en palabras de su tío- al menos eres tratado un poco mejor, recibía ropa maltratada de su tío que le cedía, que si bien le quedaba un poco corta, era mejor que nada.
Fueron recibidos por los anfitriones, unas venias y entraron al gran vestíbulo.
– Voy a saludar a un socio que seguro está fumando en la terraza, no te alejes mucho, más tarde tal vez necesite de ti, tal vez hoy haga negocios.
– Claro – JungKook sonríe cuando ve alejarse a su tío. La verdad es que a el le gustan estas fiestas, mucha comida que jamás en su vida había probado, buenos vinos, jóvenes de sociedad hermosos, alguna señora que le podía rendir algunos favores.
Porque cabe decir que JungKook ya era un hombre en toda la extensión de la palabra, a sus veinte años ya tenia algunos años de experiencia en el placer de la carne, donde vivía con su madre había podido disfrutar de algunas jóvenes y algún doncel, sabia que su atractivo físico le ayudaba y estaba consiente de ello. Pero al llegar a vivir con su tío, se dio cuenta que el medio era diferente, había mujeres y donceles de sociedad con deseos sexuales reprimidos, con esposos ocupados y el, bueno, el era solo un hombre con energía. Las fiestas eran un medio de contacto, unas pocas fiestas y ya había recibido favores de dos mujeres, el las satisfacía, ellas lo agradecían. Acaricia su traje a la medida, regalo de una de ellas, dándose cuenta que valía la pena como su esfuerzo era pagado.
Su tío se había sorprendido y le había reñido, pensando que le había robado, pero al saber el origen , se dió cuenta que eso incrementó su popularidad con la señora en mención, invitándolo a sus fiestas, mismas que siempre servían para convivir en sociedad, hacer contactos, no tuvo mas que protestar, ambos se beneficiaban.
JungKook observa de reojo a la anfitriona, la señora en cuestión, le da una sonrisa coqueta a lo lejos , sabe que hoy no es prudente, tal vez mañana o pasado será solicitado para cumplir favores, por hoy se dedicara a disfrutar de la fiesta.
Camina por el gran vestíbulo, toma una copa que le ofrece un hermoso doncel, le sonríe con galanteo, pero sabe que con lo que ha logrado, no puedo bajar en categoría si debe cotizarse.
Se entretiene u poco, un bocadillo aquí, una sonrisa allá, una copa mas.
Entra a un gran salón. Un pianista toca una sonata alegre, las personas alrededor sonríen y cuchichean un poco, no es una fiesta muy grande, se queda en un punto evaluando el lugar.
Hoseok ha querido prolongar la platica con el anfitrión, pero la llegada de otros invitados ha cortado la conversación.
– Mas tarde, cuando algunos caballeros nos reunamos en el despacho del señor Kim, quiero que converses con su esposa. La invites a una cena o a una reunión de té, lo que gustes.
TaeHyung lo mira suplicante – Anda, se buen esposo, todo sea por nuestro futuro. – Hoseok toma su mano y la besa de manera galante, TaeHyung solo asiente. Toma su brazo y se dirigen al salón donde se escucha la música antes de iniciar la cena.
JungKook va por la tercera copa cuando al salón entra un caballero acompañado de un hermoso doncel, no puede evitar observar su belleza.
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