Alex salio del interior de Bastian y cayó a su lado en la cama.
-Mierda, como se supone que supere esto? -se preguntó a si mismo y el rubio sonrió sin mirarlo, intentando controlar la respiración. Miró hacia el reloj que había arriba de la puerta.
-Estimado cliente, Alex, te quedan cinco minutos. Si deseas ducharte puedo retirarme.
-¿Cómo que cinco minutos? ¿Por cuanto tiempo pagué?
-Pagaste por 40 minutos.
Alex se apoyó en los antebrazos y miró el reloj.
-No pueden haber pasado 35 minutos, me estás mintiendo... intentas correrme?
-Nunca le mentiría estimado cliente Alex.
El menor giró sobre él y quedó encima, el rubio se recostó nuevamente con una sonrisa rectangular que casi infarta al pelinegro.
-Basta con lo de "estimado cliente". Son mis últimos minutos contigo, Bastian. No vendré de nuevo, retornaré a mi vida normal, quiero que bajes por esos cinco minutos la barrera.
-Quedan 3 minutos, Alex, ya no son 5. Aprovecharé el tiempo que me queda -le contestó y lo abrazó para besarle suavemente la boca.
Alex se arrepintió de haberle dicho que bajara la barrera, no quería ese abrazo, no quería lo que V le estaba regalando. ¿Cómo se suponía que podría regresar a su triste rutina si ahora Bastian lo tenía acariciándolo de esa manera tan suave y lo besaba como si fuera un amante? Hubiese querido que fuera más violento, que lo mordiera, que intentara hacerle otra mamada de manera brutal, que siguiera siendo impersonal, un anónimo. Pero él mismo había cometido errores desde el principio. Se arrepentía hasta de haberle sacado su verdadero nombre. Ahora ese hombre que le acariciaba la espalda en medio de ese abrazo y lo besaba sin introducir la lengua, con un beso tan lleno de emoción, lo estaba destruyendo. Tenía una presión en el estómago que le dificultaba respirar. Una pequeña alarma sonó y V se separó de él.
El menor lo observó, quiso que cada milímetro de piel le quedara grabada a fuego en la memoria.
-Ha sido un placer conocerte, Alex -le dijo mientras lo hacía a un lado con suavidad, se levantaba, se ponía el boxer, tomaba el resto de sus cosas y se iba... sin mirar atrás.
***
-Dios! -se dijo cuando entró al baño y se paró frente al espejo, se sobresaltó cuando la puerta se abrió y entro Javier.
-Diste un muy buen espectáculo, hasta lo creí yo que no estaba dentro!
-Cómo?
-Si!!! Mentiste muy bien, estuve en el pasillo y hasta ahí llegaban tus gritos y los de él. Me imagino que todo fue una actuación tuya, por que lo fue... verdad?
No estaba para acosos, Bastian quería superar la tremenda sesión de sexo que había tenido. Necesitaba una ducha y tal vez una cerveza.
-Basta Javier, no entiendo porque estabas escuchando tras la puerta en vez de estar en la barra haciendo tu trabajo.
-Estaba en mi descanso.
-Tu descanso bien podrías haberlo tomado en el bar de los empleados y no detrás de mi puerta.
-Te penetró?
Bastian giró y lo quedó mirando.
-Seguro que te penetró. Esos machitos que se creen tan heterosexuales no sirven para otra cosa que marcar a la gente como si fueran perros meando su terreno.
Bastian siguió observándolo sin responder, Javier contenía el llanto.
Estaba en el pasillo cuando lo vio salir agitado, tambaleándose, cubierto solo con el boxer, con la ropa entre los brazos y una mano apretada en el pecho. Tan ido que ni siquiera se había dado cuenta de su presencia. Lo había escuchado: Bastian no gemía, gritaba de placer mientras estaba con ese Alex y eso... eso sólo solía hacerlo con él.
Porque él había sentido placer con él... ¿¿¿verdad??? Bastian no podía haberle mentido.
-y yo sé que a vos te gusta penetrar -gimió acercándose para abrazarlo. Cuando quiso besarlo, V giró el rostro.
-No me he bañado aun, chiquillo -le dijo suavemente.
-No me importa -rogó -¿quieres penetrarme? -le preguntó mientras le tocaba la pija dormida con una mano y comenzaba a desprenderse el pantalón.
-¿¿¿Qué haces Javier??? por favor, niño!!! por favor!!!!
-Yo sé lo que te gusta!!! -volvió a asegurar comenzando con un llanto desesperado -Pensé que nos separaríamos por un tiempo, pero no vuelves conmigo, y yo te necesito Bastian!!! Creí que si te daba tu espacio, recapacitarías. Nadie puede ofrecerte lo que yo te ofrezco. Ese hombre ha pagado por ti, no es justo que hayas gritado como gritaste con él!!! y mírate como estás, todo marcado, por qué dejaste que te hiciera esos chupones? pareciera que dejaste que te mordiera también!!!! NO ES JUSTO, BASTIAN. Si vuelve no le voy a permitir que esté de nuevo contigo. ERES MÍO, MÍO, MÍO, BASTIAN... MÍO!!!
-shhhhhhhh!!!! -le pidió, mientras le tapaba suavemente la boca y le besaba la frente para evitar que algún guardia entrara al baño y le contara al dueño del club que de nuevo, Javier, estaba haciendo un berrinche. -Niño, por favor, por favor, nos vas a meter en problemas. No creo que Alex regrese, pero si lo hace, no puedes negarle nada, él paga por lo que yo ofrezco y lo tengo bien claro. Es un cliente.
-Te extraño, te extraño mucho Bastian -gimió sin dejar de llorar.
-Javier ya lo hablamos, por favor, Javier!!
-Vamos esta noche a mi departamento.
-Javier!
El rubio pequeño se tapó el rostro y rompió en llanto de nuevo.
Bastian se sentía cansado, no sería la primera ni la última vez que Javier lo arrastraba hasta su cama de esa forma. Lo atrajo hasta su pecho y lo abrazó fuerte.
-Iremos a tu departamento, pero para hablar, necesitamos hablar.
-No quiero hablar contigo. Me hieres. Sólo quiero que te acuestes conmigo y me abraces, si te doy asco no me toques, puedo vivir con eso, solo quiero tenerte en mi cama. Dándome tranquilidad.
-Nunca te tendría asco. Iremos, pero hablaremos también.
-No quiero hablar -gimió y pegó unas pataditas en el suelo, el berrinche estaba por continuar.
-Nos quedan dos horas más en el club, ve a la barra. Salimos juntos.
Javier lo miró de reojo, se lavó el rostro y salió.
Las dos horas se convirtieron en 3 hasta que cerraron el club. Cuando Bastian salió a la vereda y lo abrazó, se sintió reconfortado. Comenzaron a caminar hacia el estacionamiento y nunca vieron que un hombre alto los seguía.
Bastian llegó hasta su moto, sacó del portaequipaje el casco que tenía extra para cuando Javier hiciera su acto de celos y tuviese que llevarlo a su casa, se lo alcanzó, estaba por ponerse el suyo cuando escuchó la voz potente que tan bien conocía:
-BASTIAN!!!
V lo buscó con la mirada, desde atrás de unos vehículos salió él, estaba oscuro pero no tenía dudas sobre quien era.
-Te ves sorprendido!!! Te dije que no sabías con quien te estabas metiendo. Sé absolutamente todo de ti. Creías que sólo eras V para mi???
-Qué mierda quieres? -gritó Javier asustado y el rubio más alto lo paró y lo puso detrás de él.
-Sr. Esteban, creí que estaba todo dicho, que habíamos arreglado el problema.
-El problema lo arreglo yo y de la forma en que se me antoje, Bastian. ¿Cuantos te cogieron hoy? Muchos? Te habría pagado lo que quisieras. Pero creo que prefieres cantidad en pijas a calidad. Andas arrastrándote, Bastian.
-Basta!! -volvió a gritar Javier.
-Sr. Esteban, creo que debe regresar a su casa, mucho me temo que está ebrio -contestó Bastian poniendo el brazo a un costado para que el rubio pequeño no se adelantara.
-Así que ahora me dices lo que tengo que hacer, putita? -gritó histérico y lo siguiente sucedió tan rápido que casi no tuvo tiempo de procesarlo.
Vio cuando el hombre alto sacaba la mano que había tenido oculta debajo del abrigo y la subió con el arma.
Retrocedió un paso y con la visión periférica vio a Javier ponerse en frente, gritando histérico y luego el estampido.
El estacionamiento estaba en el subsuelo y el disparo hizo un ruido tremendo, dejándole los oídos tapados. Vio cuando el rubio pequeño daba un giro completo de 360° y caía sobre su cuerpo. Lo abrazó para sostenerlo cuando perdía el equilibrio y las manos le resbalaron sobre un líquido tibio.
Los ojos llenos de horror de Javier!!!!
Sus ojos pequeños y hermosos!!!!
Miró a Esteban que se tambaleaba asustado y corrió hacia él tirándolo de una trompada ni bien llegó. Mientras gritaba que llamaran a una ambulancia lo pateó cuando estuvo en el suelo, lo pateó tantas veces como pudo hasta dejarlo semi inconsciente y salió a la calle gritando desesperado. ¿Por qué corría en vez de estar con el pequeño?
Porque era un cobarde y no quería enterarse si su pequeño estaba muriéndose.
-Bastiaaaaaaaaaan -escuchó el llanto del niño y regresó llorando, mientras sacaba su propio celular y llamaba a urgencias.
Javier se había arrastrado hasta una columna y estaba apoyado en ella, medio sentado, medio tirado, con toda la camisa bañada en sangre.
El rubio llegó corriendo, lo tomó en brazos y corrió hacia la calle. Los curiosos habían comenzado a llegar y gritó pidiendo ayuda, no podía trasladar al pequeño en la moto. Vio de reojo como dos hombres sostenían a Esteban para que no huyera.
-Llamé a la policía, nos atacó, que no se escape -les gritó.
Un auto se estacionó al frente y abrió la puerta de atrás.
-Sube, los llevo al hospital, la ambulancia tardará mucho.
y subió, dándole las gracias, rogándole que avanzara con velocidad, apoyando el rostro pálido de su pequeño en su pecho, rogando a cualquier dios que deseara escucharlo... que salvara a su pequeño salvador.