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STREEPER por juda

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Javier estaba menos sedado y era un mar de felicidad con sus dos compañeros mayores a su lado.

En todo momento le sostuvo la mano a V y Raul no se perdió ese detalle.

-Te contó Bastian que regresamos?-preguntó con los ojitos brillosos.

El rubio más bajó rió mirando a su amigo.

-Regresaron de donde?

Bastian no contestó y tampoco devolvió la mirada, se quedó acariciándole el cabello a Javier.

-Raul!!! -protestó el más chico -Estamos juntos de nuevo! cuando salga de aquí, Bastian irá nuevamente a mi departamento.

-OH! Vaya sorpresa.

-No se lo habías contado? -cuestionó el chiquillo mirando a V.

-No tuve tiempo -respondió pasándole los dedos por el rostro.

Raul notó la incomodidad de su amigo, felicitó al menor con un beso en la frente y cambió el tema de conversación.

***

-Pensé que me recriminarías el hecho de que volví con Javier.

-Naaaa!!!! mejor ese niño que el otro demente. -aclaró Raul mientras conducía al departamento de Bastian.

-¿Por qué mejor? Creí que no querías que siguiera corrompiendo al dulce Javier.

-No quería que lo hicieras sufrir, el niño está hasta los huevos por ti. Pero en esta instancia, prefiero que tu lo rompas a él y no que el demente de Alex te haga daño. Eres mi hermano y mi prioridad, en cambio por Javier sólo siento lástima.

-No voy a hacerlo sufrir. Me salvó, me quiere, voy a esforzarme...

No pudo terminar, la carcajada de Raul tronó en todo el vehículo. Bastian no pudo hacer otra cosa que desviar la mirada. Definitivamente era más fácil mentirse a si mismo que a su amigo.

***

Alex estaba acomodando su cuarto y tirando lo que estaba roto cuando tocaron el timbre.

Al abrir la puerta, Martina hizo un paso para besarlo pero se quedó estática mirándolo.

Estaba demacrado y parecía que llevaba días sin bañarse. Tras una rápida inspección pudo ver el puño vendado.

Se acercó, lo besó y entró sonriente.

Llegó hasta la habitación pero vio las cosas tiradas así que regresó al comedor y se sentó. Todo bajo la atenta mirada de Alex.

-Amor, sientate a mi lado -dijo señalando la silla.

El hombre obedeció.

-Alex tienes que estar a las siete de la tarde en Oricon para que te tomen las medidas para el traje y luego me gustaría que fueras a comprar los zapatos. 

Lo observó esperando respuesta, pero él seguía en silencio, mirando el piso.

-¿Has entendido lo que te dije?

-Si.

-¿Lo harás?

-Si.

-No quiero que creas que no me interesa lo que te pasa. Pero tengo miedo de preguntar.

-No preguntes -respondió por fin mirándola a los ojos.

Ella sonrió mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa.

-Alex, esta boda la venimos planeando desde hace un año. Tuviste todo un año para arrepentirte, están las invitaciones enviadas, el depósito de nuestro nuevo departamento está hecho, mi vestido de novia está colgado en mi ropero y tengo todas las esperanzas puestas en esto. No puedes... NO PUEDES a último momento revertir todo y tirar nuestra relación, pasamos por mucho, nos amamos.

-No pensé en eso.

-Todavía me amas?

-Si -dijo luego de una duda de un par de segundos.

-Hay otra mujer?

-No

-Entonces arréglalo, Alex!!! te quiero de regreso, basta de jugar a lo que sea que estés jugando!! no me puedo encargar de todo yo sola, estamos en esto los dos!!! Quiero que arregles la pieza, te bañes, te cures la mano, vayas a lo del traje, te compres los zapatos y te necesito sin esas ojeras, peinado y bonito. Mis amigas, mi familia, mis compañeros de trabajo, todos están a la expectativa de nuestra boda... no lo arruines Alex. -le gritó antes de marcharse.

Y cuando la puerta se cerró con fuerza, se fue a bañar, porque jugaría su papel de novio unas cuantas horas más y luego... luego iría a rogarle al hombre que había ingresado de sopetón en su vida, que le dejara pasar una noche entera a su lado.

***

Bastian estaba tirado en la cama boca arriba. Pensaba en el encuentro que había tenido en el baño, cerró los ojos y se pasó la mano por la entrepierna, apretándose la pija que comenzaba a despertar.

-Bastian, quieres ramen o ramen? -preguntó Raul mientras entraba a la pieza con dos bolsas con fideos.

El rubio más alto se sentó de golpe.

-Ramen? son las cinco de la tarde!

-Y? no hemos comido y tengo hambre. No pienso ir a trabajar con el estómago vacío.

-Ramen picante.

-Bien! De todas maneras es el que me gusta así que ibas a comer ese aunque eligieras el otro.

-Raul, no es necesario que estés aquí. Puedo defenderme solo.

-Ya sé bebé, pero quiero estar tranquilo. Voy a estar rondándote unos cuantos días. Hasta que no hable con Carlos y me jure que el tipo no es un psicótico, no te voy a dejar solo.

-No creo que sea un psicótico. Tal vez no fui amable a la hora de decirle que se fuera...

-No lo justifiques Bastian -le gritó desde la cocina mientras prendía las hornallas.

El rubio más alto lo siguió.

-y que pasa con Carlos? -preguntó sentándose sobre el mesón mientras lo observaba cocinar.

-Qué con él?

-Tienen algo?

-Naaaaaaa, es mi cliente, nada más

-Lo he visto esperar por horas para un baile tuyo. No crees que tal vez está un poco enamorado?

-Mi vida!!! -le dijo volteando a verlo mientras reía -nadie se enamora de nosotros. Por qué una persona con dos dedos de frente se enamoraría de alguien que vende el culo??? Sabes la humillación que es para los machitos de nuestra sociedad, enamorarse de alguien que no les va a pertenecer nunca? 

-Entonces crees que nadie puede amarnos?

Raul se aproximó a él y se puso entre sus piernas.

-Bebé, somos culos, pijas, contenedores de semen. Nos cogen, nos tocan... no nos aman!!! Representamos el morbo, lo sucio, lo políticamente incorrecto. Somos tabú y generamos curiosidad, nada más!

-No me gusta tu escepticismo. Quiero pensar que en algún momento alguien me puede amar.

-Cuando hablaba de que no nos aman, me refería a ellos: Los machitos burgueses. Me refiero a los que tienen como máxima preocupación, qué tipo de auto comprarán este año. Puedes encontrar el amor, claro que si!!! pero en nuestro mundo, entre nosotros. Entre los parias. Eres un paria, soy un paria, nos entendemos, nos comprendemos, nos hacemos compañía, nos defendemos. -le tomó el rostro y lo besó en la boca -sabes que yo te amo!!!!

-Y yo también, pero no pierdo la esperanza de encontrar un amor que no sea fraternal.

-Mírame Bastian -le dijo riendo mientras se alejaba y daba una vuelta, mostrando su pequeño y perfecto cuerpo -te parece que yo sólo puedo ofrecer amor fraternal??? te dije hace mucho que yo puedo darte lo que quieras!!

-y perder a mi hermano??? -le contestó Bastian atrayéndolo de nuevo entre sus piernas y abrazándolo por el cuello -naaaaaaaa!!!! -le contestó, imitando el sonido preferido de su amigo.

Raul lo besó nuevamente en la boca, más fuerte, mordiéndole el labio inferior, luego se retiró y regresó a la olla con ramen.

-Mi vida!!! tengo 24 años! me sobra tiempo y paciencia. Cuando te canses de Javier y de los otros, al final, siempre estaré yo!

Bastian volvió a reír. Hacía unos años se habían prometido que si llegaban a los 40 aun vivos y seguían solos, dejarían de ser hermanos y darían ese paso que siempre estaban a punto de dar.

Llegar a los 40 años, vivos! dentro del mundillo al que pertenecían... ya era todo un logro.

Se sentaron en el sofá y comieron ramen picante mientras miraban una película, los dos envueltos en mantas, hechos unos nudos con las piernas, siempre con los cuerpos en contacto, porque ahí también radicaba la amistad: en poder ser casi hermanos y casi amantes.

***

Alex regresó con los zapatos nuevos.

Le mandó un mensaje a Martina para avisarle que ya le habían tomado las medidas para el traje y ella como respuesta le propuso que durmieran juntos.

Él le pidió que le diera solo esa noche para terminar de arreglar su cuarto,  y ella quedó conforme. Cuando terminó de escribirle, se desvistió, se fue a la ducha, se puso ropa limpia, se perfumó y observó su cuarto. Había tenido que tirar casi todos los muebles rotos. Su cuarto ahora estaba en orden, pero su cabeza no. ¿Buscaba respuestas? No! hacía casi una semana que ya no racionalizaba. Sentía que se había producido una involución en su intelectualidad, ahora actuaba guiado por sus instintos básicos, animales.

Y su lado primigenio le exigía verlo, tocarlo, así que puso llave al departamento, tomó el auto y sin pensar que todo se iba al carajo cada vez que lo encontraba, fue a su encuentro, porque ya nada más importaba.

Cuando estuvo frente al Rapsodia sonrió mientras agitaba las manos, tenía una especie de electricidad en las yemas de los dedos, tal vez era nerviosismo o la ansiedad por tenerlo al alcance de sus manos.

Martina? su boda? sus planes?

No.

BASTIAN, era lo único que su mente gritaba.


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