V abrió la puerta del habitáculo número 3 y cuando vio a Alex sentado, sonrió.
Había algo de magia negra en esa rectangularidad que provocaba que a cualquier mortal se le saltara una diástole y quedara la sístole colgada en un latido confuso.
Entró, cerró la puerta.
-Estimado Alex, me alegra verlo de nuevo -le dijo dándole la espalda para tocar el botón, cuando la música comenzó a sonar, giró moviendo las caderas, mordiéndose con fuerza el labio inferior, bajando el rostro, mirándolo con profundidad.
Era absolutamente erotizante bailar y que el espectador lo mirase con la boca abierta, pero ver en ese estado a Alex lo hacía sentirse un dios. Habría bailado para él toda la vida.
El muchacho murmuró algo que no llegó a escuchar, lo vio mover los labios y se acercó a él, sin dejar de moverse.
-No lo escucho mi estimado cliente.
-Puedo abrazarte? -preguntó con un hilo de voz.
V nuevamente sonrió, regalándole al cosmos su rectangularidad profunda y sincera.
Sin responderle, pasó ambas piernas alrededor de las de Alex y se sentó en sus piernas, de cara a él, mientras contorsionaba la parte superior del tronco. Se iba a acercar pero Alex fue más ligero y lo abrazó con fuerza, apoyando la cabeza en su pecho, refregando toda su cara en él, besándolo con tanta dulzura que era difícil relacionar ese Alex que necesitaba amor, con el anterior, violento y posesivo.
-¿Por qué te necesito tanto? ¿Cómo vivía antes sin ti? -preguntó lamiendole el centro del pecho, Bastian dejó de bailar y lentamente lo abrazó, apoyando su cara sobre el cabello negro de su adonis.
Él también se preguntaba lo mismo. Aun no entendía en qué momento había comenzado a pensar en él a todo hora. Suspiró profundo mientras sentía las manos de él recorrerle la espalda.
¿Esto era lo que algunos llamaban amor a primera vista? ¿Por qué resultaba tan incoherente y a la vez tan real?
Le levantó el rostro para mirarlo y entonces, en la tranquilidad de ese cubículo pequeño, de luces rojas y negras, con waste it on me sonando de fondo, comenzaron a besarse lentamente, ganando con los segundos en profundidad y desesperación. Con la saliva escapándose de las comisuras, ganando terreno en el mentón y el cuello. Las manos desesperadas, intentando robar la piel ajena, se acariciaban, se arañaban, se lamían, mordían. Alex se bajó la cremallera del pantalón y vio como Bastian pasaba su mano hacia atrás y comenzaba a tocar su propia entrada.
-¿Qué haces? -preguntó agitado.
-Me dilato, amor, quiero que me penetres.
-Yo, yo! -dijo apurado -enséñame a hacerlo, quiero dilatarte, quiero saber como hacerlo yo, quiero ser él único que lo haga!
Bastian se llevó dos dedos de él a la boca y los chupó. Instintivamente Alex pegó más la cadera a él, luego llevó esos dedos hacia su entrada, se penetró y agitado, le susurró al oído que abriera y cerrara despacio los dedos. Alex obedeció, luego metiéndolos y sacándolos por instinto, hasta que no pudo más, sacó los dedos y lo hizo sentar sobre su pija erecta de una sola estocada.
Bastian jadeo tirando hacia atrás la cabeza y Alex aprovechó para lamerle el cuello mientras lo subía y bajaba sobre su polla dura.
La profundidad no era suficiente, lo levantó, lo apoyó contra la pared y poniéndose detrás, comenzó a embestirlo con violencia. La música apenas tapaba los jadeas y quejidos de ambos hombres. Estaban transpirados, las manos resbalaban en el cuerpo del otro.
La alarma sonó indicando que el tiempo había acabado y los cuerpos de ambos se desesperaron en movimientos rabiosos hasta que llegaron al orgasmo, el pelinegro primero, logrando que se prendiera del cuerpo de Bastian aun con más fuerza mientras lo mordía en la espalda. Bastian eyaculó en su propia mano unos segundos después.
-Dios -gimió agitado -tengo que salir o entrarán a ver que pasa. Ya sonó la alarma. En teoría debería estar bailando!!!!
-Quiero verte -susurró Alex desde atrás sin soltarlo.
-Me estás viendo -rió Bastian.
-Quiero estar con vos, por favor, quiero ser tuyo!!! -había desesperación en ese pedido y Bastian tuvo miedo, porque él quería lo mismo.
-Me tengo que ir Alex, yo te escribiré. -le contestó mientras se acomodaba la ropa y abría la puerta justo en el momento en que uno de los hombres gigantes si dirigía hacia ahí.
-Todo bien, V? -preguntó el de seguridad.
-Todo perfecto -aseguró, intentando estabilizar la respiración -Mi cliente ya desocupa el lugar.
Alex salió del club sin mirar hacia los costados, no quería ver quien más entraba después de él. Prefería ignorar que su dios griego de sonrisa marciana, bailaría para alguien más.
***
Eran las cuatro de la mañana cuando Bastian salió del club con Raul, tomaron el vehículo del último y se dirigieron al departamento.
Cuando lo estacionaron y subieron juntos, no notaron que el pelinegro estaba estacionado al frente.
Raul entró a bañarse y Bastian recibió un mensaje.
-Porqué ese tipo está con vos en tu casa?
-Donde estás?
-Abajo.
-Por qué estás aquí?
-Quería verte, te lo dije!!! quería dormir abrazándote.
-Alex, por favor, no me asfixies.
-Por qué está él ahí? Vas a dormir con él??? Lo hiciste conmigo hace unas horas! no te bastó con eso?? te puedo dar más, pero no se lo pidas a él!!
-Raul es mi amigo.
-No es tu amigo, vi como se besan. NO ES TU AMIGO.
-Es mi amigo y está aquí para cuidarme. No quiere que te acerques, le conté de nuestra última pelea.
-Le diré que se vaya, que estamos juntos. Ya subo.
-No! Alex.
El muchacho no respondía y Bastian entró en pánico. Raul no se andaría con vueltas. Raul era capaz de lastimarlo.
-Voy a comprar unas cervezas -le gritó.
-A esta hora ni sueñes, espérame que ya salgo y voy con vos -le respondió el otro rubio desde la ducha.
-Ok, bajo a dejar la basura, subo y te busco.
-Ok!
Bastian salió corriendo y se encontró a Alex subiendo las escaleras. El menor apenas lo vio, lo abrazó y comenzó a besarlo.
-No te acuestes con él.
-Basta Alex, no me voy a acostar con nadie -susurró.
-Vamos a mi departamento.
-Alex, no estás entendiendo -lo paró cuando comenzaba a tironearlo para bajar las escaleras.
El muchacho volvió la mirada.
-Alex, que parte de "soy un bailarín que se prostituye" no estás comprendiendo? porque creía que lo tenías bien claro, así me conociste.
-Eres tu el que no está entendiendo, Bastian. Quiero que estemos juntos. Yo te mantendré, seré yo el que trabaje para que puedas dejar todo eso
Bastian retrocedió.
-Tienes novia
-Puedo dejarla!!!
-Alex, no pienso dejar mi trabajo. Acabo de conocerte, lo que tenemos es una calentura tremenda, me pones el mundo patas para arriba, pero es porque me excitas. Me calientas. Eso no es suficiente para que deje todo. No voy a abandonar ni mi vida, ni mi trabajo y mucho menos a mi amigo. Aparte, estoy con Javier, en cuanto salga del hospital iré a vivir con él.
El muchacho se le acercó, con la respiración agitada y se puso a milímetros de su rostro.
-No puedes decirme eso. Sé que sientes lo mismo. Lo que tenemos nos está rebalsando. Sé, sé que te pasa lo mismo que a mi.
-Me pasa lo mismo, pero ya se irá lo que siento. Y cuando vos te aburras de la novedad de coger un culo con pija, te va a pasar lo mismo. Seamos realistas.
-No estás pensando bien, vamos a mi departamento, dormiremos juntos -le dijo mientras le agarraba la mano y quería continuar bajando las escaleras.
-Alex, sigamos teniendo sexo. Quiero eso!!!
-Pero yo no!!!!
-Alex... soltame la mano.
El muchacho regresó a su lado con el rostro rojo y una vena palpitándole en el cuello. Lo tomó por los hombros y lo sacudió con fuerza.
-No sé que me pasa con vos. Todo esto me confunde. Necesito saber que mierda es esto. Quiero que duermas conmigo, quiero que seas mío hasta que sepa que es esto.
Bastian alejó el rostro. Ahí estaba nuevamente el Alex violento, tragó saliva e intentó patearlo, pero Alex lo vio venir y le pegó un puñetazo en la boca del estómago, V cayó al piso sin aire, intentó arrastrarse por el pasillo hacia su departamento pero el menor lo levantó de las caderas y lo puso sobre su hombro. V seguía tosiendo, intentando respirar con normalidad, se aferró a su espalda, colgado como estaba y elevando una rodilla, lo golpeó en el pecho.
Alex cayó y en el trayecto tiró el cuerpo de V a un costado.
El muchacho se dio media vuelta y se aferró al tobillo de Bastian que comenzaba a arrastrarse para alejarse de él, cuando quiso acercarse, escuchó un chasquido y el frío del metal, justo en la sien.
-Te juro que no voy a dudar en volarte los sesos -dijo Raul apuntándole con el arma.
V volteó horrorizado y regresó arrastrándose para abrazar las piernas de su amigo.
-Raul bajá el arma. Los dos nos golpeamos, no fue él solamente, por favor, por favor. Vamos al departamento.
Alex seguía sin soltar el tobillo de Bastian.
-Bastian se va conmigo -le dijo el pelinegro al rubio armado.
-Alex, yo no me voy a ir nunca con vos. Ésta es mi vida, me gusta esto y vos me estás haciendo daño -sentenció Bastian mientras se soltaba de su agarre y se sostenía de los brazos de Raul.
El pelinegro lo vio abrazarlo, esconder la cara en el cuello del otro.
El pelinegro vio como Raul volteaba para mirarle el rostro y lo sostenía de la cintura.
El pelinegro comprendió que Bastian nunca sería suyo. Lo escuchó llorar. Y comprendió que estaba rompiéndolo y que sentirlo sufrir era peor que su propio sufrimiento.
Se levantó, intentó acariciarle el cabello por última vez pero Raul le apartó la mano con violencia.
Retrocedió y se fue.
Tres semanas después, Alex se casaba con Martina.