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STREEPER por juda

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-¿Por qué tan temprano? -preguntó Alex desanimado.

-Porque no voy a desvelarme, mañana tengo que trabajar y vos también. ¿Quieres que cancelemos y vayamos el viernes o el sábado? -cuestionó desde el celular.

Alex lo pensó un momento. Estaban por ir al club a las 10 de la noche, no sabía si a esa hora lo encontraría. Era muy temprano!!! imaginó que el bar estaría en su momento de tragos, pero no podría esperar hasta el viernes. La ansiedad lo estaba matando!

-No, no, vamos. De última, si no están las chicas, podemos tomar algo y relajarnos.

-Ok. Te busco en 20 minutos.

Cuando Alex subió al auto no esperó que el viaje fuera tan corto! El club estaba a unos 10 minutos de su casa, se sorprendió de saberlo tan cerca, tan al alcance de una caminata nocturna. Una nota feliz le cantó en la base de la nuca... si!!! estaba al alcance de una caminata desestresante en noches insomnes.

La zona estaba tranquila.

No hubo inconvenientes en encontrar lugar para estacionar y eso le supo mal. 

-No debe haber gente -pensó.

El club era una especie de depósito pintado de negro con un cartel de neón que resaltaba el nombre "rapsodia nocturna". Tenía un diseño industrial, muy de moda.

Carlos miraba todo con aire ausente, se preguntó porqué Roberto lo había invitado, parecía somnoliento y a punto de quedar dormido.

En cuanto abrieron la puerta e ingresaron a una especie de pasillo oscuro, el corazón comenzó a bombear sangre como si el universo dependiera de eso.

Un hombre de casi dos metros lo paró para preguntarles si querían entrar con el rostro descubierto o preferían máscaras para permanecer en anonimato. Los tres se miraron y Roberto se aventuró a pedir las máscaras en medio de sus carcajadas estridentes.

A Alex le tocó una gris plomo, se la ajustó al rostro y cuando vio que sus compañeros estaban listos, siguieron por el pasillo hasta llegar a unas cortinas pesadas y en tonalidades rojizas, una vez que las apartabas, se ingresaba al club.

El lugar estaba en penumbras, había luces negras que resaltaban los dientes y la ropa clara.

En medio del recinto destacaba una tarima redonda con varios caños que imaginó eran para pole dance. El cartel en la entrada anunciaba bailes a partir de las 11 de la noche, eso lo entusiasmó, tal vez tendría suerte!

Hicieron sentar a Carlos en una mesa y con Roberto se dirigieron a la barra.

En contra al pronóstico que había dado antes de entrar, el lugar tenía concurrentes, se hicieron un hueco y esperaron a ser atendidos. 

Alex observaba el lugar con detenimiento, miraba algunos chicos y chicas que se paseaban con escasa ropa, intentaba encontrarlo. Recordaba perfectamente el antifaz que tenía esa noche y sonrió para si mismo cuando cayó en la cuenta que si el rubio estaba sin su máscara seguramente no lo reconocería. 

-Qué van a tomar? -preguntaron desde la barra y reconoció la voz.

-Tres cervezas negras -pidió Roberto.

Alex volteó, era el rubio más bajo. ¿Cómo era que se llamaba? Intentó recordar el nombre con desesperación. Él seguramente sabría si V estaría esa noche.

El chico se acercó nuevamente, les dio las tres botellitas y le cobró.

No quería hacer la pregunta delante de su amigo.

Se fueron a la mesa y cuando se sentaron, Alex se apresuró a levantarse nuevamente.

-Iré por papas fritas, tengo algo de hambre, les parece?

Sus compañeros asintieron, Roberto ya se movía  disimuladamente al son de la música que había en el club y no dejaba de mirar a las mujeres que se cruzaban dejando tarjetitas rojas sobre las mesas. Eran invitaciones a los sectores Vip donde uno podía pedir un baile o una sesión de sexo, después de pagar una módica suma. Los chicos que se acercaban también dejaban las invitaciones... pero ninguno era él! Tampoco sabía como podría ir a un Vip con V sin que sus amigos se enteraran de ello (realmente estaba pensando en encerrarse en algún lugar con el rubio? Si! No sólo lo pensaba... estaba decidido a hacerlo).

Se fue a la barra y cuando el rubio bajito se acercó, lo encaró.

-Me puedes dar papas fritas para acompañar la cerveza?

-Si, por supuesto, un momento por favor.

Cuando se las puso en la barra y él extendió el billete, no lo soltó enseguida, logrando que el rubio lo mirara.

-Me recuerdas? -le preguntó subiéndose la máscara un momento para regresarla a su lugar enseguida.

-El novio celoso????

-Si!!!

-Ey!!! que bueno verte por aquí!!! espero que disfrutes tu estadía en el club!

Alex asintió y soltó el billete, cuando el rubio se acercó con el cambio se arrimó a él a través de la barra y el muchachito comprendió el gesto e hizo lo mismo.

-Necesito una información confidencial.

-Si puedo dártela, te la daré.

-V, baila hoy?

-V está trabajando en el vip!

El estómago se le encogió ante la información, las manos le temblaron de ansiedad.

-¿Cómo hago para estar con él? No sé como funciona esto.

-V esta noche, está realizando bailes únicamente, ¿te interesa? Los viernes es el único día que está disponible para sexo. 

La forma en la que hablaba el muchachito normalizaba lo que estaba pidiendo y se sintió un poco más tranquilo, por un momento se dejó seducir ante la idea de que lo que haría no era nada del otro mundo.

-El baile es de 20 minutos, es uno de los mejores, no te vas a arrepentir. Te reservo un turno?

Estaba por hacerlo? Sería capaz de estar frente a él a solas? Qué significaba todo aquello? Qué quería de V? Porqué sentía que su heterosexualidad se estaba diluyendo ante la premura que sentía?

-Si! por favor.

-Ok, te cobraré por adelantado. Hay dos personas antes así que deberás esperar, yo te avisaré cuando sea tu turno.

-No! no quiero que lo hagas delante de mis amigos.

-No te preocupes, nadie se enterará. Rapsodia Nocturna se caracteriza por reservar la intimidad de nuestros clientes, toma -dijo extendiéndole un pequeño aparatito negro -ponlo en tu bolsillo, esto vibrará cuando sea tu turno, cuando eso pase irás hacia esa cortina bordó que hay en la esquina izquierda, entras y te guiarán.

-Gracias -dijo Alex y pagó el precio que le había pasado el rubio en un papelito. Agradecía tanta discreción. 

Las manos le temblaban, llegó a la mesa con la mitad de las papas fritas, todas las tiró en el camino, incapaz de controlar el temblor.

Roberto y Carlos conversaban de vaya a saber qué cosa, él no podía dejar de mirar hacia la cortina bordó.

Una mujer salió y entró a los minutos un hombre. V hacía bailes para ambos sexos!!!

Luego del tipo seguía él. Todavía había tiempo de huir.

No! no huiría, es más, quería entrar y rogar para que lo atendiera con urgencia.

¿Qué le diría al entrar?

¿Cómo sería el habitáculo? ¿Estaría cerca de él? ¿Podría conversar? Si se acercaba lo suficiente... podría contenerse de no olerlo o besarlo?

Cuando notó que se estaba excitando intentó tranquilizarse, tenía la mano metida en el pantalón para poder tocar el aparatito y sentirlo vibrar. 

Cuando llegara el momento les diría a sus compañeros que Martina lo estaba llamando, de todas maneras ellos no sabían qué es lo que había detrás de esas cortinas!!!! Al menos tenía le esperanza de que no lo supieran!!


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