Alex entró al barcito de la empresa y encontró a Carlos leyendo un libro mientras tomaba un café.
Se sirvió lo mismo y se ubicó a su lado. Carlos lo miró, le sonrió y se concentró nuevamente en lo que estaba leyendo.
-¿Vas esta noche con nosotros?
El mayor levantó la mirada y lo observó con curiosidad.
-Esta noche! Durante la semana habíamos quedado de acuerdo que hoy iríamos a Rapsodia.
-Oh! Si, iré. Me dicen la hora y los estaré esperando. Seguramente Roberto nos pasará a buscar -contestó dirigiendo nuevamente la mirada al libro.
Alex se removió inquieto en su lugar. No sabía como abordar el tema.
-Agradezco que guardaras el secreto.
-ok -contestó sonriente sin levantar los ojos de la lectura.
-Ya habías estado ahí?
Carlos marcó la hoja, cerró el libro y dirigió su atención al compañero.
-Si, suelo ir de vez en cuando. Te dirigiste al sector de los bailarines masculinos: V o Raul?
Alex tragó saliva, ignoraba que ese sector era solo para los streeper varones.
-V -contestó mirando hacia la entrada. -¿Roberto también va a ese club?
-No sé, creo que no, cuando voy lo hago solo.
Alex mezcló su café, una punzada de celos lo invadió.
-¿Para V también?
-No. Raul.
Expulsó el aire de manera audible y Carlos sonrió.
-No te apropies de ninguno de ellos porque sería una apropiación ilusoria.
-¿Cómo?
-Ellos comercializan con la sensualidad, lo que ves es sólo un acto para despertar morbo, excitación o lo que fuera. Lo que tienes ante ti, cuando bailan o cuando coges con ellos, es sólo un personaje. La persona está muy lejos de ser lo que muestran.
"cuando coges con ellos"
-¿Cogiste con V?
Carlos volvió a sonreír.
-Interesante! Tienes audición selectiva! No cogí con V, no hice algo con él. Es más, V no existe. Estás embelesado con ese personaje, ten cuidado Alex. Todos nos dejamos cautivar al principio y cuesta un poco reconocer que aquello inalcanzable es así porque no es más que un espejismo.
-Si, no te preocupes. Necesitaba saciar mi curiosidad, eso es todo. Nunca estuve con un hombre. Me intriga.
Carlos tomó aire para responder justo en el momento en que entró Roberto y automáticamente cambiaron de tema.
Estaban hablando sobre el contador de la empresa y la manía de tenerlos horas extras, cuando sonó su celular.
-Martina!
-Adivina!
-No puedo adivinar, amor, estoy por entrar a la oficina, dímelo directamente.
-La reunión de chicas se suspendió, tendremos toda la noche para nosotros. -Alex desvió la mirada hacia sus compañeros que seguían conversando en un tono más bajo para no molestarlo.
-¿Por qué tanto silencio? siempre sueles quejarte cuando salgo con ellas -se anticipó la novia.
-Es que ya hice planes con Roberto y Carlos.
-Oh! tenía ganas de pasar la noche en tu departamento. ¿Puedo preguntar a donde irán?
Volvió a mirarlos, los dos lo observaban desde que habían escuchado que los nombraba.
-Iremos a cenar por ahí.
-Ok. Haremos algo, me iré a tu departamento y te esperaré para que pasemos la noche juntitos.
-Martina, no sé a que hora llegaré. Es el cumpleaños de Carlos y seguramente estaremos bebiendo por ahí.
Carlos levantó alto las cejas y Roberto se tapó la boca para reprimir la carcajada.
-Entonces cuando llegues borrachito... me aprovecharé de ti! -contestó de manera seductora.
Alex fingió una risita para su novia.
-Esta bien, nos vemos, pero no me esperes despierta.
-Me despertarás haciéndome cositas? -preguntó ella y él se alejó de sus compañeros.
-Martina! -susurró Alex pero la carcajada histérica de Roberto le llegó desde atrás y supo que lo habían escuchado.
Cortó la llamada y se fue directo a la oficina, no quería ser el centro de burlas y mucho menos de Roberto porque eso decantaría en mandarlo a la mierda y no quería arruinar esa noche, ya estaba nervioso y necesitaba compañía para no entrar en pánico cuando fuera a Rapsodia y pidiera un turno con V.
Era viernes y quería que su día fuera excelente de principio a fin.
A fin.
Por que había decidido que probaría al bailarín y se obligaría a regresar a la normalidad, pero eso no quitaba que quedaría en su memoria. Sería una aventura para recordar. Sí, para recordar!
***
Esa noche dejó que Roberto pidiera las bebidas, el club estaba lleno y había 4 personas atendiendo en la barra. Esperó a que Javier se alejara y su compañero llevara las cervezas a la mesa, para acercarse a una de las chicas.
-Quiero un turno para V -pidió con la voz temblando, mirando de soslayo hacia donde estaba el rubio pequeño, intentando ser discreto.
-Estimado cliente, hoy V no hace baile. Aquí tiene lo que ofrece y las tarifas -le informó pasándole una tarjeta negra. Intentó leer pero los nervios le estaban jugando una mala pasada, miraba hacia atrás con miedo a que Roberto se acercara. A grandes rasgos pudo ver que ofrecía sexo oral o completo y una serie de variantes con relación al sexo completo que no pudo alcanzar a ver por el temblor en las manos. Se acercó a la barra y se inclinó con la tarjeta entre los dedos.
-Por favor, cóbrame por un completo -susurró con la voz cortada.
No percibió respuesta así que la miró, la chica estaba atendiendo en otro sector de la barra y frente a él estaba Javier.
-Estimado cliente, V está ocupado, pero le puedo recomendar a Raul que es igual o mejor que V.
-Esperaré por V.
-¿Seguro? Por que hay una demora de casi una hora, tal vez más.
-¿El dueño del club sabe que pones trabas para sus bailarines?
Javier se tensó. Podía ver claramente como tenía la mandíbula apretada.
-Perdón si mal interpretó mi sugerencia, estimado cliente, ya mismo le cobro.
Le pasó el papel por el servicio pagado y el aparatito con una sonrisa fingida.
Alex lo miró un instante antes de darse media vuelta y regresar a la mesa.
-Chicos, voy a pagar por la rubia que acaba de dejarnos la tarjeta -anunció Roberto mirándolos.
Los dos lo observaron sin decir nada.
-No hay problemas con que haga eso? -preguntó sintiéndose incómodo y Carlos rió.
-Pensé que lo estabas anunciando, no creí que necesitaras nuestra bendición.
-Idiota! -respondió Roberto colorado, levantándose para ir a la barra.
-Carlos, yo también desapareceré dentro de un rato -le informó Alex cuando quedaron solos.
-Tranquilo, vayan, yo me quedaré a ver el espectáculo y recuerda lo que te dije sobre la apropiación y que ellos son una ilusión.
Alex estaba por agregar algo cuando la vibración del aparatito en su bolsillo lo sobresaltó. Se dio media vuelta y miró hacia la barra, Javier lo miraba con insistencia, le había mentido que V iba a tardar mucho.
Se levantó tropezando con la silla y se dirigió al vip, mostró el papel al de seguridad y lo guiaron por otro pasillo hacia una habitación de puerta roja.
-Estimado cliente, V llegará en un momento -le anunció mientras le abrían la puerta e ingresaba.
La habitación tenía paredes en color bermellón con cortinas grandes y suntuosas en rojo. Había luces negras en el techo y grandes espejos en los laterales de la cama y otro en la parte superior del dosel.
Se abrió una puerta que no había visto, que estaba dentro de la habitación y que supuso era del baño y salió el rubio vestido con una bata desabille transparente en color claro que resplandecía bajo la luz negra, con un cuello importante en plumas blancas.
Alex se quedó sin aire, V tenía unas medias bucaneras negras de encaje hasta la mitad del muslo y unos zapatos altísimos en color negro, hizo dos pasos hacia él y se paró poniendo las manos en las caderas y abriendo la bata para que se vieran las ligas que llegaban hasta la lencería masculina transparente que resaltaba la perfección de su cuerpo.
-Estimado cliente Alex... lo estaba esperando -dijo con voz grave y el muchacho jadeo sintiendo las piernas temblar.