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56. Secretos Silenciados (02) por dayanstyle

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—Hey, cariño —Jun Hoe dijo mientras entraba en la tienda, entregándole a Jin Hwan una taza de té caliente. Era justo lo que necesitaba—. ¿Cómo te sientes?

Jin Hwan se sentía un poco débil después de su conversación con Zelo. Había cosas de las que había hablado que hizo que Jin Hwan sintiera que iba a vomitar. Pero había atravesado su primera sesión.

Era un comienzo.

 

Le había prometido a Zelo que no iba a tratar de esquivarlo por más tiempo. Sabía que necesitaba esto.

Jin Hwan tomó un sorbo de té, dándole a Jun Hoe un gesto con la cabeza, sintiendo sus manos temblorosas. —Mejor.

—Voy a ir a la tienda de motocicletas —dijo  Zelo—. Tengo que ver a mi pareja. ¿Nos vemos el viernes?

 

Jin Hwan le dio a Zelo una sonrisa. —Estaré allí. —Y esta vez quería decir eso. Era doloroso revivir lo que había pasado, pero Jin Hwan estaba determinado en sanar y asegurarse de que su relación con su pareja no sufriera. Frunció el ceño y miró a Jun Hoe.

—¿Dónde está HeeChul?

 

—Su pareja lo recogió en la cafetería. Estamos sólo tú y yo.

Eso sonaba perfecto para Jin Hwan. —Y… ¿qué es lo que quieres hacer, ya que estamos sólo tú y yo?

—Estaba pensando que podríamos tener otra noche salvaje y aventurera.

—¿Más aventurera que los columpios? No sé si puedo manejarlo. Eres demasiado salvaje para mí —Jin Hwan bromeó mientras se preguntaba qué estaba planeando hacer su pareja. El tipo era refrescante de una manera que Jin Hwan nunca había esperado. Le gustaban las pequeñas cosas de la vida, y Jin Hwan amaba a su pareja por eso.

Jun Hoe cruzó los brazos sobre su amplio pecho y le dio una sonrisa de suficiencia a Jin Hwan. —Estaba pensando en dar el máximo en esta ocasión.

—¿Qué, un jungle gym?

—Creído —dijo Jun Hoe—. Cierra para que podamos salir de aquí. Estaba pensando en llevarte a los bosques y verte correr en tu forma de lobo.

«Malditamente caliente». Había pasado mucho tiempo desde que Jin Hwan tuvo la oportunidad de correr libremente. Tomó las llaves del mostrador y siguió a su pareja a la puerta. Se quedó helado cuando Seung Chul entró en la tienda y cerró la puerta detrás de él. Esto, simplemente, no podía estar sucediendo. Jongin lo había prohibido.

¿Cómo infiernos había hecho para entrar de nuevo en el pueblo sin que nadie lo viera? Jin Hwan quería gritarle a su tío que se fuera al infierno. Ya se sentía débil y expuesto por su sesión con Zelo. El ver a su pesadilla tenía su corazón acelerado y todo su cuerpo sudando.

 

—¿Crees que me iría tan fácilmente? —Seung Chul preguntó mientras giraba hacia ellos—. ¿Creías que iba a dejarte con él? —Seung Chul señaló con la mano a Jun Hoe—. ¿Eh?

Jun Hoe empujó a Jin Hwan detrás de él. Jin Hwan trató de mover a su pareja, pero Jun Hoe no se movió. —Tienes que irte, Seung Chul.

—¿O qué? —Seung Chul preguntó desafiante—. Eres un humano. ¿Qué podrías hacerme?

Jin Hwan no quería averiguarlo. Agarró el brazo de Jun Hoe, tratando de jalar a su pareja. Podrían escapar por la parte posterior. —Jun Hoe, por favor —rogó Jin Hwan mientras lo jalaba con fuerza.

—Vas a decirle al Alfa que estabas mintiendo —Seung Chul le dijo a Jin Hwan—. Vas a decirle que fue Jun Hoe quien te lastimó o te juro por Dios que voy a matarte.

—¿Por qué? —preguntó Jun Hoe—. ¿Por qué abusas de tu propio sobrino?

Los ojos de Seung Chul lentamente parpadearon hacía Jun Hoe, con una mirada de disgusto en su rostro. —Es débil. Se merecía todo lo que le di. Los débiles deberían de ser asesinados. Somos una raza fuerte y orgullosa. Jin Hwan fue un error en nuestro ADN.

Un sollozo escapó de la garganta de Jin Hwan. Se cubrió la boca, haciendo todo lo que podía para no llorar. Él no iba a darle a Seung Chul eso. Pero lo que su tío estaba diciendo le dolió profundamente.

—Eres un idiota —dijo Jun Hoe—. Débil es quien lastima a los más pequeños. Un hombre fuerte protege a las personas que necesitan protección.

 

—Mi corazón está sangrando —dijo Seung Chul dramáticamente antes de cambiar su tono a letal—. Y también el tuyo.

Jin Hwan vio con horror cómo Seung Chul cambió a su enorme lobo. Su tío rodeó a Jun Hoe y Jin Hwan, un gruñido retumbando en su pecho. Esto no podía estar pasando. Jin Hwan no iba a dejar que Seung Chul lastimara a Jun Hoe.

Seung Chul chasqueó las mandíbulas, mostrando los dientes a Jun Hoe. «¡No!» Jin Hwan no iba a dejar que Seung Chul lastimara a su pareja. Jin Hwan dejó que su lobo saliera, su cuerpo inmediatamente cambió. No era tan grande como Seung Chul, pero estaba cansado de su tío. Que lo lastimara a él era una cosa. Pero no había manera en el infierno que dejara que Seung Chul lastimara a Jun Hoe.

Jin Hwan trató de empujar a Jun Hoe y pasarlo, pero su pareja movió su cuerpo hacia adelante, agarrando a Seung Chul del cuello y lo levantó del suelo. Lanzó al lobo a través de la tienda, Seung Chul chocó contra la pared y contra el suelo.

Jin Hwan parpadeó con incredulidad.

 

Seung Chul se levantó y fue tras Jun Hoe de nuevo. Su compañero tomó un gran florero del piso y lo lanzó... duro. Se estrelló contra la cabeza de Seung Chul, golpeando a su tío y empujando a su tío por lo menos a tres metros.

Jin Hwan parpadeó con incredulidad de nuevo.

 

Seung Chul aulló y Jin Hwan sabía que el hombre estaba más enojado. Él conocía ese sonido. Había sentido la mano con rabia de Seung Chul cuando había conseguido enfurecerlo antes. Pero Jun Hoe no retrocedió. Cuando Seung Chul saltó en el aire, Jun Hoe saltó a un lado. Seung Chul salió volando por el aire y aterrizó contra de uno de los estantes, golpeando el mostrador al suelo.

 

—Renuncia a esto —Jun Hoe le gritó a Seung Chul—. Me importa una mierda si soy humano. Vas a acabar con tu puto culo en el suelo.

Jin Hwan cambió de nuevo a su forma humana, sorprendido con su pareja. Seung Chul y Jun Hoe empezaron a pelear. Jin Hwan corrió alrededor de ellos y rápidamente agarró el teléfono, llamó a Jongin y le dijo que Seung Chul estaba en la tienda y luchaba con Jun Hoe. —Apresúrate.

Arrojó el auricular y agarró un pequeño jarrón del mostrador. Cuando Seung Chul se dio la vuelta para ir tras Jun Hoe de nuevo, Jin Hwan estrelló el florero en su cabeza. Su tío se dio la vuelta, chasqueando los dientes hacía Jin Hwan.

Con todas sus fuerzas, Jin Hwan empujó las piernas hacia atrás y luego las estrelló contra la cara de Seung Chul. Su tío se vio aturdido por un momento antes de ir tras Jin Hwan.

Jin Hwan no huyó. Estaba enfermo de correr. Su tío podía atacarlo, pero Jin Hwan ya no sería un cobarde.

—No, no lo harás. —Jun Hoe tomó a Seung Chul por el cuello, jalándolo hacia atrás y lanzando a Seung Chul por la ventana principal.

Se rompió.

 

Jin Hwan corrió tras su tío, dispuesto a luchar hasta la muerte con el fin de proteger a su pareja cuando vio camionetas llegar a la florería. Hombres muy grandes se bajaron y levantaron a Seung Chul del suelo. El sonido de una motocicleta rugió a través de la noche y luego Jongin se detuvo.

Había un gran lío en la tienda, pero a Jin Hwan no le importaba. Estaba demasiado ocupado mirando a su pareja.

—Lo golpeaste.

 

Jun Hoe limpió la tierra de su camisa, sacudiéndose un poco. —Te dije que no te preocuparas por mí.

—¡Lo golpeaste! —Jin Hwan saltó a los brazos de Jun Hoe, envolviendo sus piernas alrededor de la cintura de Jun Hoe, lo besó una y otra vez—. ¡Realmente le pateaste el culo!

Las cejas de Jun Hoe se elevaron. —Me estás viendo como la primera vez que nos conocimos.

Jin Hwan estaba un poco confuso. —¿Cómo fue eso?

 

—Enamorado.

 

—Mi héroe —dijo Jin Hwan con un suspiro. Nunca habría creído que un humano pudiera vencer a Seung Chul, pero su pareja le había demostrado que estaba equivocado. Y Jin Hwan no podía estar más feliz.

Jun Hoe se rio. —Tú no lo hiciste tan mal, mi pequeño. Tengo la sensación de que si Seung Chul hubiera regresado le hubieras pateado el culo.

Jin Hwan amaba lo orgulloso que Jun Hoe se oía. Había estado aterrorizado, pero la necesidad de alejar a Seung Chul había diluido el miedo. Jun Hoe era suyo y Jin Hwan haría lo que fuera para proteger al humano.

Incluso enfrentar su peor miedo. Había sido  un momento aterrador cuando Jin Hwan rompió el florero en la cabeza de Seung Chul, pero también se había sentido liberador, como si estuviera purgando su propia alma.

Jongin entró en la tienda, viendo el desastre a su alrededor. Sus ojos se levantaron para mirar a Jin Hwan, y si Jin Hwan no se equivocaba, el Alfa se veía como si lo lamentaba.

«No». No había manera de que Jongin se viera de esa manera.

 

—Él tenía su advertencia —dijo Jongin, sus fosas nasales se movían con ira—. Esta vez será castigado... no te molestará de   nuevo.

—¿Qué significa eso? —Jun Hoe preguntó mientras apretaba sus brazos alrededor de Jin Hwan.

—Voy a manejar esto a estilo shifter.

 

Jin Hwan tuvo la sensación de que sabía lo que quería decir, y él no iba a cuestionar al Alfa. Jongin tenía razón. Seung Chul había sido advertido. Él debería haberse ido. Ambos estaban allí y vio cómo uno de los grandes hombres empujaba a Seung Chul a la parte trasera de la camioneta y luego se iban.

HeeChul apareció en la puerta, mirando el desorden a su alrededor. —Bueno, parece que no necesitas ni a mi loco amigo ni a mi hermano para cuidar de las cosas.

—No —dijo Jin Hwan mientras le sonreía con orgullo a su pareja—. Mi pareja y yo nos hicimos cargo del problema juntos. —Jin Hwan sentía como si él y Jun Hoe fueran un equipo. Nunca se había sentido tan bien después de tratar con Seung Chul.

—¿Van a matarlo? —Jun Hoe preguntó mientras miraba detrás de HeeChul a la calle. ¿Quién diría que iba a golpear a Seung Chul justo en frente de la florería?

—Esa sería mi apuesta —Jin Hwan respondió mientras miraba los bonitos ojos de color gris azulado de su pareja—. Llévame a casa, mi caballero de brillante armadura.

 

 

Jin Hwan jaló las sábanas sobre su cabeza, deslizándose por la forma dormida de su pareja. —Bueno, hola —dijo   al medio-duro pene ubicado entre rizos oscuros—. Imaginaba encontrarte aquí.

Llegando a más, Jin Hwan llevó el pene de Jun Hoe a su boca y le dio una pequeño lamida. —Mmm —gimió—. Qué gran cosa para despertar. —Se movió un poco más, haciendo todo lo posible para no despertar a Jun Hoe. Ahora se colocó entre los musculosos muslos del hombre.

Lamió el pene medio-duro de nuevo, Jin Hwan sabía que esta iba a ser su única oportunidad de tener el pene de Jun Hoe en su boca sin ahogarse con la carne. Así que lo hizo. Chupó el pene en su boca y todo el camino hasta la parte posterior de la garganta.

Los muslos de Jun Hoe se movieron un poco, como si estuviera inquieto, y luego su pareja se quedó quieto. Jin Hwan esperó con el pene de su pareja en la boca, con la esperanza de tener un poco más de práctica antes de que se despertara.

Cuándo Jun Hoe no se movió de nuevo, Jin Hwan lamió la cabeza de pene y luego de nuevo chupó el eje profundo hasta el fondo de su garganta.

El pene de Jun Hoe comenzó a crecer... rápidamente. — Realmente espero que no pienses que seguiré dormido con esto.

Jin Hwan lo había pensado, al menos parcialmente. «Tanto como para practicar, mientras Jun Hoe dormía». El hombre estaba completamente despierto, mirando debajo de las sábanas. Sus ojos azules-grises clavados fijos en Jin Hwan. —Continúa y termina lo que empezaste.

Abriéndose más, Jin Hwan tomó el pene en su boca. Sólo que esta vez tuvo que luchar. Lo que no esperaba era que Jun Hoe lo agarrara y lo girara. Chuparle el pene era mucho más divertido  cuando  Jin Hwan  estaba recibiendo también  una mamada.

Masajeó el delicado saco mientras movía su lengua por la rendija del pene de Jun Hoe y fue recompensado por la tensión del cuerpo de su pareja. Jun Hoe gemía alrededor del pene de Jin Hwan, las vibraciones hacían que sus bolas hormigueaban.

Jin Hwan gimió y se movió alrededor, tratando de chupar el pene de Jun Hoe mientras jodía la boca de su pareja. La coordinación no iba tan bien. Él lo estaba intentando. Lo hacía en realidad. Pero lo único que estaba haciendo sobre la erección de su pareja era un lío baboso. Estaba demasiado ocupado tratando de empujar su pene a la garganta de Jun Hoe.

Él no era un multitarea en la cama.

 

A Jin Hwan casi le dio un ataque cuando Jun Hoe se apartó.

—¿Por qué te vas?

 

El hombre le regaló una profunda risa mientras jalaba a Jin Hwan hacía él y luego bajo su gran cuerpo. —Porque quiero joderte, mi dulce pequeño hombre.

«Oh. Bueno, en ese caso...»

 

Jin Hwan se arrodilló para alcanzar el lubricante. Justo cuando llegó al cajón, Jun Hoe comenzó a lamerle el culo. Los ojos de Jin Hwan se cruzaron. —Santa mierda.

El profundo estruendo de la risa se hizo sentir en su espalda. El hombre sabía cómo excitar a Jin Hwan. Lamió un largo camino alrededor del fruncido agujero de Jin Hwan, provocándolo, y Jin Hwan fue incapaz de moverse.

Un electrizante estremecimiento lo recorrió cuando Jun Hoe empujó un dedo dentro de su culo. Los hombros de Jin Hwan bajaron a la cama con una larga letanía de  chillidos, quejidos y gemidos que salían de su garganta. Todo su cuerpo se estremeció cuando su pareja lo lamía y estiraba.

Parecía imposible amar a Jun Hoe tanto como él lo hacía. Jin Hwan lo amaba tanto que podía sentir un dolor en su pecho. Jun Hoe era su mundo, su todo, y Jin Hwan se sentía seguro en los brazos de su pareja.

Lanzó el lubricante mientras aún tenía una mínima coherencia. Jun Hoe estaba haciendo un trabajo muy bueno robándole todo pensamiento.

—¿Estás listo para mí, cariño? —Jun Hoe preguntó mientras sus dedos se deslizaban dentro y fuera del culo de Jin Hwan, por lo que los malditos dedos de los pies de Jin Hwan se curvaron.

—¡Dios, sí! —Si estuviera más listo, se correría por toda la cama.

Jun Hoe se arrodilló detrás de Jin Hwan y alineó su pene con el culo de Jin Hwan. Se estremeció de nuevo, sus dedos se aferraron a la manta mientras se mordía el labio inferior. Se sentía tan bien. Su pareja cubrió la espalda de Jin Hwan y luego tomó en su mano los dedos de Jin Hwan. —Amo cómo se ven nuestras alianzas de boda juntas.

Mirando hacia abajo, Jin Hwan vio lo que Jun Hoe quiso decir. La mano de su pareja yacía en la parte superior de la suya, los dedos mucho más grandes del hombre, pero la forma en que los anillos brillaban le recordó el hecho de que Jun Hoe era suyo y el hombre no iba a ninguna parte.

—Te amo mucho —dijo Jin Hwan con un nudo en la garganta—. Nunca pensé que iba a ser tan feliz.

Jun Hoe le dio un suave beso en el hombro a Jin Hwan y luego movió sus labios a su oreja. —Yo también, cariño.

Su pareja comenzó a moverse, y Jin Hwan sintió como si una tormenta eléctrica recorriera su sangre. Sus colmillos se alargaron mientras se empujaba hacía el pene de su pareja. Parecía que no era capaz de conseguir suficiente de Jun Hoe.

—¿Quieres    morderme,   verdad?   —Jun Hoe  bromeó—. ¿Quieres hundir los colmillos en el hombro?

 

Jin Hwan gimió. —Sí. —Era una necesidad que tenía sus dientes doloridos. Su lobo quería reclamar a Jun Hoe, marcar una vez más al hombre como suyo.

Jin Hwan giró la cabeza hacia atrás y aulló mientras Jun Hoe entraba en su culo.

—Entonces necesito girarte. —Jun Hoe se retiró, y Jin Hwan estaba malditamente cerca de morder al hombre solo por quitarle su placer. Pero Jun Hoe fue rápido. Había girado a Jin Hwan y extendido sus caderas, y luego hundió su pene profundamente de nuevo en su culo. —Adelante, muérdeme.

Jin Hwan hundió sus colmillos en el hombro de Jun Hoe, sintiendo que sus ojos cambiaban a lobo. Jun Hoe gritó, sus dedos agarrando las caderas de Jin Hwan mientras se empujaba fuerte y su caliente semilla llenaba a Jin Hwan cuando se corrió.

Jun Hoe tomó el pene de Jin Hwan, siseando cuando Jin Hwan lo mordió con más fuerza, su lobo advirtiéndole a Jun Hoe que no se separara. Pero el hombre no se iba a separar. Acarició el pene de Jin Hwan con movimientos rápidos, Jun Hoe consiguió que Jin Hwan se corriera echando la cabeza hacia atrás y  gritando su orgasmo.

—Eso es, cariño. Dime lo bien que te hago sentir.

 

Jin Hwan se estremeció y se retorció en los brazos de su pareja, y Jun Hoe se aferró a él, asegurándose de que Jin Hwan no se cayera. —Dios, eres hermoso cuando te corres.

—G… gracias —Jin Hwan jadeó y luego giró la cabeza hacia la puerta—. Alguien está aquí.

 

Jun Hoe se retiró de Jin Hwan y rápidamente tomó sus jeans. Jin Hwan hizo lo mismo. Nadie debería estar aquí. Nadie que Jin Hwan conociera.

Agarró su camisa y se limpió el semen de su abdomen, y luego le lanzó la camisa a Jun Hoe para que se quitara la pegajosa masa de la mano. Jin Hwan se asomó por la ventana y vio a HeeChul salir de la camioneta. Luhan estaba con él.

«¿Qué hacen aquí?»

 

—Son HeeChul y Luhan — Dijo Jin Hwan a Jun Hoe antes de abrir la puerta principal.

HeeChul se acercó al porche, con los ojos recorriendo el desnudo pecho de Jin Hwan. —¿Llegamos en un mal momento?

Luhan se rio.

 

Jin Hwan se sonrojó. —¿Qué sucede?

 

—Nos dirigimos a buscar algunos problemas —dijo HeeChul en un tono bajo para que Jun Hoe no pudiera oírlo—. ¿Vienes?

Jin Hwan se giró para ver a su pareja, que los estaba mirando, pero podía ver la ligera sonrisa en sus labios. Jin Hwan nunca tuvo a nadie con quien pasar el rato antes. Siempre temía que Seung Chul lo avergonzara.

Girándose, Jin Hwan sonrió. —¡Vamos!

 

FIN

 

 

Notas finales:

a continuacion....57.Besando a Sung Kyu (03) Villa Kim


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