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San Valentín. Cherik por midhiel

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                      Regalo de Aniversario

 

Este es un regalo de San Valentín para LJ1938, organizado por el grupo Team Cherik. Te dedico este fic con mucho cariño. Espero que te guste.

 

Futuro alternativo después de DOFP

 

Erik se levantó esa mañana rápido. Miró de reojo a Charles y vio que seguía dormido. Era el aniversario de bodas y quería prepararle el desayuno. Después de huir tras el altercado con el presidente, Raven y los Centinelas frente a la Casa Blanca, Erik había decidido renunciar a ser Magneto para regresar junto al amor de su vida y proponerle matrimonio. Ocho fantásticos años habían pasado desde entonces. Se calzó las pantuflas, la bata y con la camisa del pijama con apenas un botón prendido porque la noche anterior se habían hecho el amor y él se había vuelto a vestir casi dormido, corrió al baño y después hacia las escaleras. Ya en el comedor principal, lo inundó desde la cocina el olor a panqueques un tanto quemados, café caliente y la voz aguda de Wanda de seis años protestando.

 

-¡Tiraste la mermelada al suelo, Pet!

 

A Erik le pareció ver una sombra que pasó junto a él hacia la salita donde guardaban los elementos de limpieza, y la misma sombra que volvía con, dedujo, un trapeador. Peter y Wanda eran los hijos gemelos de la pareja y mutantes como sus padres: el niño había desarrollado una híper velocidad mientras que la pequeña estaba comenzando a formar pequeñas esferas de energía, que desparecían en segundos y que, según Charles, devendrían con el tiempo en algo más poderoso.

 

-¿Viste? – ahora era la voz de Peter -. Ya lo limpié.

 

-¡Pero era la mermelada favorita de papi y ahora no hay más! – Wanda sonaba a punto de llorar.

 

Erik ya no soportó más y entró. A pesar de lo amplia que era la cocina, los niños se la habían ingeniado para ensuciar cada rincón pero con un propósito loable: sobre la mesa estaba ubicada una bandeja con una taza de café caliente, tostadas, miel, jugo de naranja que Peter debía haberlo exprimido con su velocidad supersónica porque el niño tenía restos de la pulpa en la ropa, leche caliente en una jarra, y.   .   . Erik corrió hasta la cocina a apagar la hornalla porque la sartén se estaba incendiando. Wanda se acercó por detrás e hizo un puchero al ver sus panqueques carbonizados.

 

-Los dejé demasiado tiempo – sollozó la niña, triste pero resignada.

 

-No importa – sonrió su hermano, que para todo tenía una solución -. Si papá me deja voy a correr a comprar croissants.

 

-No irás solo a la ciudad – determinó su padre y retiró la sartén de la hornalla para ponerla en el fregadero y que le lloviera el agua. Se encogió de hombros y observó alrededor. Sus hijos habían tenido un gesto maravilloso para el aniversario -. ¿Este desayuno es para su papi y para mí?

 

Los niños sacudieron la cabeza al unísono.

 

-Solo para papi – explicó Peter y rio -. Para ti hay otra cosa.

 

Wanda lo acompañó con una risa cómplice y se cubría la boca con ambas manos.

 

-¿Qué hay para mí? – inquirió su padre, carcomido por la intriga.

 

-Esto, amor – oyó la voz de Charles.

 

El telépata abrió la puerta con un paquete enorme envuelto en papel de regalo y moño turquesa. Se acercó a la mesa y sonrió al ver la bandeja con el desayuno que sus pequeños le habían obsequiado. Depositó el regalo y los niños se le aproximaron ansiosos. Erik, tan ávido como ellos.

 

-¡Ábrelo, papá! – reclamaron los gemelos en coro.

 

Erik comenzó a desanudar el moño.

 

-Si lo rompes te traerá buena suerte – observó Peter con aire de conocimiento.

 

Erik obedeció y a pesar de que el regalo estaba prolijamente envuelto, rasgó el papel y rompió el moño. Se topó con una caja metálica y comprendió que Charles la había cargado hasta allí por ser demasiado pesada para los niños. Alzó la tapa y se encontró con el casco bermejo de metal, que casi dos décadas antes le había quitado a Shaw para convertirse en Magneto. Al anunciar ocho años atrás su regreso frente a la Casa Blanca, lo había perdido al huir y ahora su esposo lo había recuperado, Erik no sabía cómo pero era posible que Charles hubiese recurrido a su poder telepático para disuadir a alguien importante y rescatarlo de donde el Gobierno lo hubiera escondido.

 

Erik alzó el casco con las manos y lo contempló sin calzárselo. Hizo el ademán de colocárselo pero desistió. No, él ya no era más Magneto sino Erik Lehnsherr.

 

Charles comprendió el gesto y lo abrazó. Los niños no entendían mucho, solo que su papá estaba muy feliz con ese yelmo viejo de regalo.

 

-Por ti renuncié a todo, Charles – musitó Erik, mirándolo embelesado a los ojos -. Y jamás podré arrepentirme porque fue la mejor decisión de mi vida.

 

Su esposo lo besó conmovido y los niños aplaudieron, alegres.

 

……………….

 

Espero que te haya gustado.

 

 


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