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64. El Cowboy de Changmin (10) por dayanstyle

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Habían pasado dos semanas desde que el desconocido había entrado en su casa y Jinwoon había insistido en que regresaran. Le gustaba el rancho, pero extrañaba estar a solas con su pareja.

—Estaba pensando en tomar unos días de descanso y simplemente alejarnos —Changmin dijo llevando dos copas de vino a la sala, entregando una a Jinwoon. Él nunca había tomado vino antes.

—¿A dónde quieres ir? —Jinwoon miró la copa con el líquido rojo oscuro. Olía raro. Dio un pequeño sorbo y el sabor hizo que sintiera como si su boca cobrara vida. Le gustó. Jinwoon comenzó a tomar grandes tragos.

—Despacio —dijo Changmin mientras colocaba su mano sobre Jinwoon—. A menos que tengas planes de abordarme. Claro, no estoy en contra de eso, pero he encontrado que los borrachos no joden bien. —Changmin se rio—. Especialmente cuando soy la persona ebria. Una vez vomité todo sobre un hombre.

Jinwoon frunció la nariz. —Entonces tal vez deberías dejar la copa sobre la mesa.

—No, un par de copas no harán daño. —Changmin se acercó más, presionando sus labios contra la oreja de Jinwoon—. Compré algo para ti.

Eso llamó la curiosidad de Jinwoon. —¿Qué?

 —No voy a decirlo a menos que te comprometas a usarlo.

¿Usarlo? ¿Qué exactamente Changmin le  había comprado? Miró a su pareja con suspicacia. —Depende de lo que sea.

—No —negó con la cabeza—. Tienes que prometer antes de decirte.

Todo tipo de imágenes pasaban por la mente de Jinwoon. No estaba seguro de si debía decir que sí. Vació su copa y le tendió la mano. —Dame otra —porque tenía la sensación de que iba a necesitar valor.

Changmin fue a la cocina y luego regresó con la botella, rellenando la copa de Jinwoon. —¿Lo prometes?

Jinwoon lanzó una oración arriba. —Sí, lo prometo.

 

La más linda sonrisa se extendió en el rostro de Changmin antes de que saliera de la sala y se dirigiera al pasillo. Jinwoon no estaba seguro de lo que el hombre estaba haciendo, pero un momento después regresó con una caja. Changmin la dejó sobre el sofá.

—Prometiste usarlo.

 

La caja era bastante grande y Jinwoon no tenía ni idea de lo que había adentro. Sus manos estaban un poco temblorosas cuando dejó la copa y luego destapó la caja. Lo primero que vio fue un Stetson negro, de esos que los hombres Moon usaban.

Nunca había tenido un sombrero de cowboy antes y se sentía un poco tonto tener uno ahora tomando en cuenta que no era un cowboy de verdad. Pero Changmin había dicho que pensaba que los hombres que los llevaban eran sexy, y Jinwoon quería complacer a su pareja.

Sacó el sombrero, listo para probárselo cuando notó algunas cosas más en la caja. Levanto la mirada y vio los   ojos grises de Changmin llenos de emoción. Jinwoon no estaba seguro de lo que estaba viendo. Se encogió de hombros, sacó una funda de pistola con todo y cinto. Había incluso una falsa pistola alojada en el interior.

Jinwoon sintió que se ruborizaba cuando vio las botas de cowboy, espuelas incluidas. ¿Changmin realmente esperaba que usara esas cosas? A Jinwoon le gustaba usar ropa extravagante, sobre todo cuando iba al club con Hoon.

Pero esto era algo que nunca pensó en usar. —¿Quieres que me ponga esto?

Changmin dejó su copa mientras veía los elementos de la caja, y acarició la suave piel del cinto. —Me lo prometiste.

Hizo eso. Jinwoon sólo deseaba haber sabido lo que iba a usar. Sólo sabía que iba a verse ridículo usando eso. Jinwoon se sorprendió de que no hubiera un lazo dentro de la caja.

Changmin había comprado todo lo posible.

 

Poniéndose de pie, Jinwoon comenzó a ponerse el cinto alrededor de su cintura y Changmin detuvo sus manos. —Oh no, cariño.

—Pero dijiste…

 

—Quiero que te pongas el cinturón las botas y el sombrero... nada más.

Jinwoon se quedó asombrado. ¿Hablaba en serio? Iba a verse ridículo como el infierno. —¿Quieres que me desnude?

Changmin le dirigió una tímida sonrisa mientras que en su pecho retumbó un ronroneo bajo. —No del todo. Vas a usar estas cosas —hizo un gesto con la mano hacia los elementos de la caja—. Ve al baño y cámbiate. Quiero el show completo.

 

¿Qué show? Jinwoon no tenía ni idea de lo que Changmin decía. ¿Qué esperaba su pareja que hiciera? Jinwoon gritó cuando Changmin se acercó y le dio una palmada en el culo. —Ve a    vestirte —se echó a reír, y el sonido se deslizó sobre Jinwoon como un suave satín. Nadie jamás le había afectado de esa manera antes. Era como si Changmin fuera su propia fantasía personal—. O debería decir a desvestirte.

Jinwoon estuvo a punto de tomar su copa de vino y tragar el contenido, pero no estaba seguro de si era una buena idea. Ya se sentía un poco mareado y si iba a hacer esto por Changmin, entonces quizás tenía que mantener la cabeza clara.

O quizás debería de beber hasta estar borracho porque estaba nervioso como el infierno.

Agarrando los artículos, Jinwoon se dirigió al dormitorio y cerró la puerta. Dejó las cosas en la cama y examinó los artículos un poco más de cerca ahora que estaba solo. Sus dedos recorrieron el cinturón y le gustaba cómo se sentía el suave cuero.

Iba a estar con Changmin durante mucho tiempo. Necesitaba superar su timidez. Este era un gran paso para él. Jinwoon nunca jugó a vestirse antes. Tomando una respiración profunda, se quitó la ropa y se puso el cinturón. El material era ligero. Apenas sintió que llevaba la cosa.

Luego se puso las botas. Changmin había conseguido el tamaño perfecto. Echando un vistazo a la puerta, Jinwoon se mordió el labio mientras se agachaba y pasaba los dedos por las espuelas, sonrojándose cuando oyó el ruido que hizo. Por último, tomó el sombrero y se lo puso en la cabeza. Se estaba muriendo por verse en el espejo, pero no tenía el valor. Jinwoon no quería saber cómo se veía con su pene colgando. Su corazón ya estaba acelerado y sus palmas tan húmedas que Jinwoon se sintió como si hubiera metido las manos en el agua.

 

Pero él iba a hacer esto. Sí, lo haría.

 

Changmin quería esto y Jinwoon lo había prometido. Tomando su camisa del suelo, Jinwoon hizo todo lo posible para secar sus húmedas manos antes de tomar el pomo de la puerta. Sus manos temblaban como el infierno, pero abrió la puerta y caminó por el pasillo.

Jinwoon se detuvo justo antes de llegar a la sala, con los nervios tensos y la determinación que tenía hace apenas unos segundos, huyendo.

—Vamos, mi pequeño cowboy.

 

La sexy voz hizo a Jinwoon estremecerse. Era profunda, rica y llena de traviesas promesas que Jinwoon estaba emocionado de cumplir y asustado de actuar. Envolviendo sus brazos alrededor de su cintura, Jinwoon salió a la vista.

Los ojos de Changmin se abrieron cuando los pasó sobre el cuerpo de Jinwoon. Casi sentía como si el hombre realmente lo estuviera acariciado. Se quedó allí, sin saber qué hacer. Se sentía como un tonto por usar esas cosas.

—Dulzura, eres cada maldita fantasía que he tenido y algunas que ni siquiera sabía que podía imaginar. —Changmin estaba sentado en el sillón de orejas, el tobillo derecho cruzado sobre su rodilla izquierda, la copa de vino en una mano mientras sus ojos constantemente recorrían el cuerpo de Jinwoon—. Acércate.

Jinwoon dio unos pasos más, su mano buena cerrada en un puño, sus dedos lesionados tratando de cerrarse. Miró a todos lados menos a Changmin, deseando poder regresar corriendo a la habitación y vestirse.

Furtivamente miró a su pareja, Jinwoon notó que Changmin había desabrochado sus jeans y que su camisa estaba abierta. Su cabello seguía parado en un lío sexy y su lengua recorría sus labios como si Jinwoon fuera un bocadillo.

Incluso sus ojos eran de color gris oscuro de depredador. Jinwoon se sintió un poco tonto allí de pie desnudo, mientras que Changmin estaba completamente vestido.

—Date la vuelta.

 

Jinwoon tragó saliva y se giró, a punto de caer sobre sus propios malditos pies. Se sorprendió cuando se giró completamente y se dio cuenta que Changmin tomaba una foto con su teléfono.

—¿Qué vas a hacer con eso? —le preguntó, aterrorizado de que alguien lo viera así vestido.

—No te preocupes, dulzura. Esto es sólo para mí. Quiero ser capaz de verla cuando quiera y recordar este momento. — Changmin dejó el teléfono a un lado. Jinwoon pensó que el hombre estaba a punto de ponerse de pie, pero en cambio, Changmin metió la mano en su pantalón y sacó su pene, su pulgar recorrió la bulbosa cabeza—. Ven a chuparla, dulzura.

Jinwoon se movió, casi sonriendo al oír las espuelas tintinear. Tan tonto como se sentía, también se sentía muy sexy por las miradas que Changmin le estaba dando. El hombre parecía que quería comerse vivo a Jinwoon.

Cayendo de rodillas, Jinwoon miró a Changmin y luego sus ojos fueron al gran pene del hombre.

—Chúpalo, bebé —exigió Changmin.

 

Jinwoon planeaba hacer precisamente eso y mucho más. El cuerpo de Changmin era algo para ser adorado y explorado. Las finas líneas que corrían a lo largo del marcado abdomen de su pareja, definitivamente valían su atención. Su pareja era un maravilloso espectáculo. Era fuerte, potente, el epítome de la masculinidad.

Y le pertenecía a Jinwoon.

 

Su lengua se arremolinó alrededor de la cabeza, lamiendo el líquido transparente que parecía haberse multiplicado. Jinwoon se inclinó un poco más cerca, tomando el pene de su pareja más en su boca mientras su lengua recorría el largo del grueso pene de Changmin.

Su pareja siseó. —Eso es, dulzura.

 

Jinwoon iba a poner las manos en los muslos de Changmin, pero su pareja protestó. —Pon las manos detrás de la espalda, Jinwoon. Sólo quiero que tu boca me toque.

Una petición extraña, pero Jinwoon obedeció. Cuidando su mano lesionada, se las arregló para acomodarlas cómodamente detrás de él.

—Dios —dijo Changmin antes de tomar aire—. ¿Sabes lo jodidamente sexy que te ves ahora?

Jinwoon no tenía ni idea. Pero si la reacción de Changmin era algo, diría que mucho.

La mano de Changmin tomó el lado de la cabeza de Jinwoon, sus dedos jugando con el cabello de Jinwoon mientras él lamía alrededor del gran pene, luchando para tomarlo en la boca. No era fácil cuando no le estaba permitido usar sus manos.

—Voy a ponerme de pie.

 

Jinwoon se movió hacia atrás y se levantó un poco más sobre sus rodillas, Changmin tomó entre sus dedos su erección y alimentó a Jinwoon con su pene. No tenía ni idea de cómo chupar el pene estando de rodillas mientras el hombre estaba de pie delante de él, se sentiría tan sensual, tan erótico.

 

Changmin le quitó el sombrero a Jinwoon y lo lanzó al sofá, pasando los dedos por el cabello de Jinwoon, y luego le dio un  pequeño jalón.

El pene de Jinwoon estaba duro y palpitante entre sus piernas mientras su lengua se arremolinaba y lamIa, su boca chupaba la erección de su pareja hasta el fondo de su garganta.

—Joder, aprendes rápido.

 

Jinwoon sonrió ante el   cumplido.  Le encantaba tener la aprobación de su pareja. Le hacía sentir como si pudiera hacer cualquier cosa. Inhaló el olor de su pareja. Era a limpio, fresco y tan jodidamente caliente que hizo que el pene de Jinwoon palpitara.

Quería a Changmin. Oh, quería al hombre tan urgentemente que estaba a punto de morir. Jinwoon quería a su compañero en su interior, profundo y duro, haciéndolo gritar de deseo. Pero no se apartó. Jinwoon siguió chupando el pene de Changmin, chupando, lamiendo y disfrutando de la forma en que el hombre sabía.

Changmin pasó su mano detrás de la cabeza de Jinwoon, acunando la nuca y acercándolo. La mano de su pareja apartó el cabello de Jinwoon hacia atrás, observando a Jinwoon mientras movía la cabeza de arriba a abajo sobre la dura longitud de su erección. —Tus labios son mágicos. Pero si sigues así, voy a derramar mi semilla en tu garganta.

¿No era ese el punto?

 

Jinwoon quería hacer pucheros cuando Changmin movió sus caderas apartándose, dejando que su pene saliera de la húmeda boca de Jinwoon. Se quedó viendo el duro pene cubierto de saliva con fascinación.

—No te preocupes, mi pequeño cowboy. Estamos muy lejos de terminar.

 

Changmin tomó un tubo de lubricante que Jinwoon ni siquiera había visto en la mesa al lado de la silla. Su pareja levantó la copa y bebió un largo trago antes de dejar la copa. —Quiero que te inclines sobre la silla.

Jinwoon se levantó, dispuesto a subir a la silla cuando fuertes manos agarraron sus caderas. —No, simplemente apoya los brazos en el asiento.

—¿Te gusta? —Jinwoon preguntó cuándo apoyó los brazos en el cojín.

—Perfecto.

 

Jinwoon miró hacia atrás cuando no sintió a Changmin tocarlo y se quedó sin aliento cuando vio a su pareja tomando más fotos con su teléfono. Rezó como el infierno que nadie las viera.

—Mi teléfono permanecerá bloqueado para que nadie accidentalmente las vea —explicó Changmin antes de dejar su teléfono. Pasó las áspera manos sobre el culo de Jinwoon—. Pero, maldición, esto es un hermoso espectáculo. Me gustaría poder tener un retrato de ti con este equipo.

—Nunca en la vida —dijo Jinwoon automáticamente.

 

Changmin soltó una risa ligera. —No te preocupes. Tendría que sacarle los ojos a todos los que lo vieran.

Bueno, el hombre no tenía ningún sentido. Pero ¿Jinwoon realmente quería prestar atención a lo que Changmin estaba diciendo o estaba listo para ser jodido? Sí, su mente quería joder. Movió el culo, sonriendo al sentir la funda balancearse.

—¿Estás tratando de decirme algo?

 

La mano de Changmin se deslizó por sus muslos y luego por su culo. Sus dedos masajearon las nalgas de Jinwoon, haciendo que Jinwoon  jadeara.  Él  quería.  Quería  desesperadamente. Changmin separó las piernas de Jinwoon, acomodando su gran cuerpo entre las piernas de Jinwoon mientras mordisqueaba su camino por el cuello de Jinwoon. El cálido aliento de su pareja se sentía como diminutas bocanadas de aire en su piel. Jinwoon se retorcía debajo del hombre, su cuerpo necesita ser llenado.

—P-Por favor —rogó, pero Changmin se comportaba como si no hubiera oído a Jinwoon. Era enloquecedor. Su cuerpo se estremeció con el toque de los besos y la sola presencia de su pareja. Jinwoon quería que Changmin se hundiera dentro de él y nunca saliera.

Jinwoon se estremeció cuando sintió un dedo mojado rodeando su agujero. Perdió toda capacidad de pensar con claridad cuando el dedo de Changmin lo penetró. Se quedó sin aliento apretando sus brazos en la silla cuando su anillo de músculo apretaba la invasión.

—No puedo esperar para deslizar mi pene en este apretado agujero.

El pensamiento de eso, las imágenes que evocaba, era más de lo que su ya frito cerebro podía manejar. Changmin movía su dedo dentro y fuera del culo de Jinwoon, Jinwoon reprimió un gemido. Su cuerpo se empujaba contra el dedo de su pareja, con ganas de más, necesitan algo más grueso dentro de él.

Sus labios se separaron y dejó escapar un grito ahogado cuando Changmin le dio a Jinwoon lo que había estado anhelando. Introdujo otro dedo, abriéndolos en tijera, haciendo que Jinwoon malditamente balbuceara.

Jinwoon apretó la cabeza contra el cojín, moviendo sus caderas mientras su pareja trabajaba en relajar su entrada. Sus rodillas se sentían débiles y Jinwoon temía que se viniera abajo por la pura emoción de lo que Changmin estaba haciéndole a su cuerpo.

 

Apoyando una mano en la espalda baja de Jinwoon, Changmin empezó a joder su agujero con los dedos, entrando totalmente y luego retirándose rápidamente. Lo hizo un par de veces antes de que Jinwoon sintiera un tercer dedo unirse con los demás.

No estaba seguro de cuánto más podría tomar. Su pene estaba tan duro como el acero y listo para explotar en cualquier segundo. —Changmin, estoy demasiado cerca.

—Todavía no, dulzura. Aun no te corras.

 

Como si pudiera detenerlo. Changmin estaba tocando su cuerpo como un fino instrumento bien afinado y Jinwoon estaba listo para gritar. Quería a su pareja dentro de él... ahora.

Jinwoon debería haber estado aterrado de su necesidad por Changmin, una necesidad tan profunda que era insoportable. Luchó por respirar mientras la cabeza del pene de su pareja presionaba contra su agujero. Changmin llenó el culo de Jinwoon, cubriendo el sensible tejido deliciosamente, acariciándolo como un millón de eróticos rayos de electricidad recorriendo el canal de Jinwoon.

El cuerpo de Jinwoon, por su propia voluntad, se fundió en Changmin. Jinwoon olía a su pareja, la masculina fragancia de depredador.

Apoyándose en su espalda, Changmin gimió, duro y salvaje en el cuello de Jinwoon mientras se empujaba dentro del culo de su pareja, profundo, haciendo que con cada empuje Jinwoon gritara, pidiendo la liberación.

—Oh, no —dijo Changmin—. Aún no te vas a correr, dulzura.

—El pene de su pareja golpeaba todas sus terminaciones nerviosas, Jinwoon se retorcía y pedía por más. La cabeza de Jinwoon giraba cuando los golpes de Changmin se volvieron más  firmes, más duros, aumentando la excitación de Jinwoon. Jinwoon gritó con el poco aliento que le quedaba. Pero no le sirvió de nada. Changmin desaceleró, negándose a darle a Jinwoon el orgasmo que estaba tan cerca de tener.

—Deja de provocarme —suplicó.

 

—Confía en mí. No lo hago. —Changmin respaldó sus palabras con un duro empujón. Jinwoon estaba respirando con dificultad, con la piel sensible. El roce del fino vello del cuerpo de Changmin acariciando las piernas de Jinwoon lo estaba  casi volviendo loco.

Un gruñido salió de la garganta de Changmin. El oír el sonido hizo que la excitación de Jinwoon aumentara y se estremeció con fuerza. Su pareja bajó la cabeza y luego mordió el lóbulo de Jinwoon con sus dientes afilados.

Jinwoon gritó.

 

La sensación de los labios de Changmin que repentinamente estaban en la sensible piel del cuello de Jinwoon, hizo que Jinwoon apretara sus manos en un esfuerzo para recuperar algo de control donde no parecía haber ninguno. Jinwoon miró por encima del hombro y se quedó sin aliento cuando vio que las pupilas de Changmin eran oscuros pozos, fascinantes e interminables. El hombre era sencillamente impresionante.

Las caderas de Changmin se movían con fuerza, empujando su pene dentro de Jinwoon, causando que el cuerpo de Jinwoon gritara de placer, con una sobrecarga de sensaciones que hizo a Jinwoon gritar cuando los dientes de Changmin se hundieron en su hombro. Los dientes de Changmin cortando causaron pequeños destellos de calientes sensaciones que enviaron ondas de choque al culo de Jinwoon, haciendo que se apretara con fuerza.

 

Jinwoon estaba pulsando, erupciónando, rogando por respirar ante el placer que parecía interminable, hasta que se desplomó en la silla.

Changmin gruñó en el hombro de Jinwoon mientras su caliente semilla llenó el culo de Jinwoon. Jinwoon estaba agotado, su cuerpo inerte mientras Changmin desaceleraba, moviéndose suavemente en su interior.

—Joder —gruñó Changmin—. Eso fue increíble.

 

—Sólo quiero irme a dormir. —Jinwoon bostezó, con la espalda rígida y dolorida. Siseó cuando Changmin sacó su flácido pene del cuerpo de Jinwoon. Lo siguiente que supo, es que Changmin regresó y lo tomó en sus brazos llevándolo al dormitorio. Tan pronto como su pareja lo dejó de pie, Jinwoon se quitó sus botas, se desabrochó el cinturón, y se metió en la cama.

No pasó mucho tiempo antes de quedarse dormido.

 

 

 

Los ojos de Changmin se abrieron de golpe cuando oyó un ruido. Miró el reloj para ver que eran las tres de la mañana. Aún acostado, Changmin de nuevo oyó el ruido.

Comprobando que su pareja seguía dormido, Changmin salió de la cama. No se molestó en vestirse, porque si era un intruso, estaba a punto de conocer a un muy enojado puma.

Abriendo la puerta de la habitación, Changmin revisó el pasillo.

No vio a nadie. Eso no quería decir que alguien no estuviera en su casa.

Changmin sabía que oyó algo.

 

Cerrando la puerta tras él, se arrastró por el pasillo. Changmin se detuvo cuando escuchó un ruido. Definitivamente alguien estaba en su casa. Estaba muy cansado de que la gente irrumpiera en su casa.

Esta vez Changmin iba a asegurarse de que el bastardo no saliera con vida. La seguridad de Jinwoon era lo primero, y si el Cazador de Vampiros iba tras su fey, Changmin iba a matar al bastardo.

Cambió, olfateando el aire y captó el olor del humano. Changmin suprimió el aullido que amenazaba retumbar en su pecho. Se acercó viendo una sombra justo en la cocina. Changmin se agachó, esperando a que el intruso saliera para poder saltar sobre él. Quería matar al hombre rápido y silenciosamente.

No había necesidad de alarmar a su pareja. Changmin no quería que Jinwoon fuera testigo de la brutalidad que estaba a punto de desatar.

Cuando apareció el extraño, Changmin cayó sobre el hombre, cerrando los dientes en el cráneo del hombre, y mordiéndolo. Oyó el cráneo quebrarse y sabía que el hombre estaba muerto. Se apartó y cambió a su forma humana.

Este no era el mismo hombre que había entrado antes, pero Changmin sabía que era un cazador. Tenía ese maldito olor sobre él. Antes de que Jinwoon accidentalmente saliera de la habitación, Changmin levantó al hombre del suelo y lo llevó afuera. Llevó al cazador al bosque y lo dejó allí.

De regreso en su casa, Changmin tomó su teléfono y llamó a Jongin. Iba a necesitar que alguien se llevara el cadáver de su patio trasero.

—Más vale que sea importante —se quejó Jongin.

—Acabo de matar a un cazador. —Changmin comprobó el pasillo para asegurarse de que Jinwoon no había salido.

—¿Otra vez irrumpieron en tu casa?

 —Sí, sólo que esta vez llegué a él antes de que supiera qué lo golpeó. —Changmin tomó un par de pantalones que estaban en el respaldo del sofá y se los puso.

—Enviaré a alguien. —El Alpha colgó.

 

Changmin no estaba seguro de cuántos más hombres vendrían tras Jinwoon, pero estaba muy seguro de que iba a proteger a su pareja aunque tuviera que matar a cada uno de ellos. Dejó su teléfono a un lado y se dirigió por el pasillo, abrió la puerta y vio a su pareja dormido.

Se quedó allí por un momento, con el pecho apretado cuando todo el amor que sentía por Jinwoon se apoderó de él. Mientras recorría con su mirada el tranquilo e inocente rostro de Jinwoon, sabía que iba a matar a todo un ejército de cazadores para mantener a su pequeño cowboy a salvo.

 

 

 

Kang Ta colgó el teléfono, frustrado como el infierno porque Debrosky no se hubiera reportado. Eso sólo significaba una cosa. El hombre estaba muerto.

Contempló perseguir él mismo al elfo, pero algo lo detenía. Una advertencia en su estómago que le decía que capturar a Jeong Jinwoon no sería tan fácil. Había enviado a dos hombres y ambos habían fracasado.

Kang Ta no quería revelar su mano, aún no. Estaba bastante seguro de que Kim Jongin ya sabía de él, pero el hombre no tenía nada contra Kang Ta y quería mantenerlo de esa manera. Además, Kang Ta tenía otras cosas que atender, cosas más grandes. Y no iba a arruinar lo que había logrado hasta ahora por ir tras el fey.

Jinwoon estaba a salvo... por ahora. Pero Kang Ta planeaba exponerlos a todos ellos, tan pronto como terminara sus negocios.

Él podría ser un montón de cosas, pero tonto no era una de ellas. El dinero siempre era lo primero.

 

 

 

—¿Es este el lugar? —Changmin preguntó mientras entraba en el ya lleno estacionamiento—. Seguro que está lleno.

—Lo sé. —Jinwoon rebotaba junto a Changmin apenas conteniendo la emoción—. Me encanta venir a El Manacle.

Changmin nunca había estado en un lugar como este. Era un gran edificio de ladrillo rojo, sin ventanas. El frente del edificio tenía una entrada, y pudo ver un guardia en la puerta, con una línea de un kilómetro de gente esperando para entrar

—¡Estar en la línea es la mitad de la diversión! —Jinwoon tomó la mano de Changmin, jalándolo hacia la parte posterior.

—¡Hey!

 Ambos, Changmin y Jinwoon se giraron.

 

—¡Hola, Rome! —Jinwoon gritó saludando al guardia. El vampiro en la puerta se echó a reír—. Saca tu culo de ahí. Sabes que no es necesario hacer cola.

—Pero la cola es parte de la experiencia —sostuvo Jinwoon.

 

—Eres un hombre extraño —dijo Rome. Movió la línea, acercándolos a la parte delantera, e hizo que la demás gente se apartara hacia atrás—. Quédate aquí.

—Ya me cae bien —dijo Changmin. Seguía sonriendo como un loco por la forma en que su pareja estaba vestido. Jinwoon llevaba ajustados pantalones de cuero, una camisa de red, mostrando sus pezones, y las botas vaqueras que Changmin le había comprado.

Mientras veía a la gente en la línea, Changmin estaba empezando a sentirse mal vestido. Había una mujer allí que parecía una de esas muñecas Arco iris. Estaba vestida con distintos tonos de púrpura, el cabello recogido en dos coletas. Había un hombre parado allí con puntas saliendo de cada pieza de piel libre de las orejas y la cara.

Tal vez debería haber llevado botas en vez de sus zapatos de vestir. Changmin pasó el brazo sobre el hombro de Jinwoon, mientras esperaban en la fila de un club de vampiros, con su puma aullando de aprobación.

—¿Sabes cuánto te amo? —preguntó Changmin, tomando a Jinwoon por sorpresa. Las cejas del hombre se elevaron y luego su pareja se inclinó para plantar un beso en su mejilla, por lo que Changmin se ruborizó por las miradas de complicidad que recibía de la fila.

—Tanto como yo te amo —Jinwoon contestó.

 

El cowboy de Changmin era definitivamente especial, y amaba al hombre como nadie, y él no lo quería de ninguna otra manera.

 

 

Fin...

 

 

Notas finales:

a contiuación... 65. Hyun Sik (06) Serie Demonios Guerreros


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