Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

64. El Cowboy de Changmin (10) por dayanstyle

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Jinwoon sintió su estómago apretarse cuando vio al padre de Siwan y dos de los ancianos. ¿Realmente había pensado que dejarían a Siwan en paz? No en realidad. Pero tenían bolas para aparecer en la sala de los Moon.

—¡Pa! —Jinwoon gritó cuando los tres hombres aparecieron.

 

—¿Dónde está Siwan? —El padre de Siwan exigió mientras daba un paso más cerca.

Parecía que tenía más valor con los dos ancianos a su lado. Eso sólo le decía a Jinwoon lo realmente tramposo que era el hombre. Jinwoon sabía que los elfos de los Bosques podrían ser francamente irracionales a veces, y no iba a ponerse delante de ellos en una pelea sucia.

Los dos ancianos estaban prácticamente burlándose de Jinwoon a causa de Changmin, pero a Jinwoon no le importaba. No tenía que lidiar con ellos por más tiempo. Jinwoon ya no era parte de su tribu. Fue rechazado y eso estaba bien con él.

—Lo vendimos a unos vagabundos —Changmin contestó sarcásticamente—. ¿O eran gitanos?

—¡Ve a traer a mi hijo o haré que todos ustedes sean castigados! —gritó el padre de Siwan.

—¿Cómo? —Eric le preguntó mientras entraba en la sala—. Se negaron a ser parte del Ultionem. ¿A quién vas a acudir por ayuda?

 

Uno de los ancianos se adelantó, con el labio curvado tan atrás que Jinwoon se sorprendió de que un gruñido no se desgarrara de la garganta del hombre. —Nosotros no negamos al Ultionem. Ellos nos dieron la espalda.

—Cuida a quien llamas mentiroso —advirtió Changmin. Jinwoon podía sentir el grado de tensión en los músculos de su pareja y sabía que el hombre estaba a punto de atacar. Jinwoon no quería que una guerra comenzara en el interior de la casa Moon. Había bebés aquí—. Uno de los Ultionem vive bajo este techo.

—Ah, sí —dijo uno de los ancianos—. El traidor líder de los elfos de las Sombras.

Eso era exactamente por lo que Jinwoon no quería quedarse con su tribu. Ellos eran de mente estrecha y prejuiciosa. Cualquiera fuera de su raza fey, eran considerados indigna escoria. Estaba enfermo de vivir de esa manera. Jinwoon no veía nada malo en tener una pareja que no fuera fey.

Pero ellos sí. Su desdén los mantenía en el pasado y por lo que le había dicho Kiseop, los elfos de las Sombras se estaban muriendo lentamente debido a la endogamia. Lo mismo sucedía con los elfos de los Bosques.

Lo que le disgustaba más era que el padre de Siwan estaba dispuesto a dar a su hijo a su propio tío. Eso era muy peculiar teniendo en cuenta que muchos de los elfos consideraban una abominación el que dos hombres se aparearan.

Entonces, ¿qué estaban haciendo estos hombres? Los ancianos estaban atrapados en antiguas leyes, entonces ¿por qué intentaban aparear a dos hombres? Allí sólo había una respuesta. El tío era un desviado —Siwan aún era joven y su tío era un viejo sucio— y el padre de Siwan quería poder. Bien, esa eran dos respuestas, pero se equivocaban en lo que estaban haciendo. —

¿Al menos es Siwan tu pareja? —preguntó Jinwoon.

—Cuidado con la lengua —uno de los ancianos le gruñó. Sus oscuros ojos azules brillaban con ira mientras miraba a Jinwoon. Hubo una vez que esa mirada habría hecho que sus rodillas temblaran. Ahora sólo le molestaba.

—Háblale de esa forma a mi pareja y te cortaré la lengua—amenazó Changmin.

 

—Yo sugeriría que los tres se fueran antes de que mis hijos lleguen —dijo Eric—. Confíen en mí, no les gustaría eso.

—No —Hoon dijo mientras salía de la cocina—, en realidad no les gustaría eso.

—Este es un asunto tribal —sostuvo el padre de Siwan—. No tienen derecho a interferir.

—¿Quieres que todos esperemos y veamos como entregas a tu hijo a su tío para un apareamiento?

—Amigo —Hoon dijo mientras colocaba su mano sobre su estómago—. Eso es asqueroso.

Jinwoon estaba totalmente de acuerdo. No podía y no quería dejar que se llevaran a Siwan. El hombre había acudido a él en busca de ayuda y no había manera en el infierno que dejara que estos hombres se lo llevaran. Al principio no había querido involucrarse, pero el ver a los ancianos le recordó por qué nunca quiso volver a su tribu de nuevo.

Eran tan engreídos.

 

Estaba bastante seguro de que si les picaba con un alfiler, solo saldría aire caliente. Jinwoon sólo esperaba que Siwan no entrara en la casa.

—¿Quién eres para juzgar nuestras tradiciones? —uno de los ancianos le gruñó a Hoon—. Esto no es asunto tuyo.

 

—Lo es cuando estás tratando de acoplarte a alguien demasiado joven para ti —dijo Changmin—. Y tratas de hacerlo en contra de su voluntad.

—Él tiene la edad suficiente según nuestras leyes —sostuvo el mayor—. Y la decisión no depende de Siwan. Es aún demasiado joven para entender lo que es mejor para él.

—Así que lo admites —dijo Eric.

 

—Demasiado joven para entender, pero lo suficientemente mayor como para ser pareja —el anciano aclaró.

—Llevaremos esto con el Ultionem —dijo Hoon—. Hasta entonces, fuera.

La puerta principal se abrió y Soo Hyun entro corriendo. Él patinó hasta detenerse, mirando a su alrededor a todo el mundo.

—Alguien apareció y se llevó a Siwan.

 

Apenas habían salido las palabras de la boca de Soo Hyun, los tres hombres desaparecieron. Jinwoon sabía en ese momento que los hombres eran sólo una distracción, mientras que otro elfo del Bosque tomaba a Siwan.

—Esos astutos bastardos —gruñó Eric—. Nos mantuvieron ocupados por una razón.

Changmin se adelantó, la ira escrita en toda su cara. —¿Van a salirse con la suya?

—Por supuesto que no —dijo Eric—. Voy a hablar con Kiseop. Estoy bastante seguro de que el Ultionem interferirá. —Se volvió para mirar a los hombres en la habitación—. Si no, entonces iremos a buscarlo nosotros mismos.

 

Mientras que todo el mundo esperaba la decisión del Ultionem, Changmin llevó a Jinwoon a su dormitorio. Necesitaba un momento de respiro de toda esta locura y él quería un poco de tiempo a solas con su pareja. Había dos batallas en su apogeo en este momento. Los Moon se negaban a abandonar a Siwan a su suerte y aún tenían que averiguar por qué Kang Ta estaba obsesionado con Jinwoon.

Bueno, él sabía por qué. Pero Changmin quería saber cómo el líder de los Cazadores de Vampiros se había enterado de Jinwoon.

¿No había dicho el extraño algo sobre una cartera?

 

—Nunca pensé que iba a ver esta habitación de nuevo — Jinwoon dijo mientras se dejaba caer en la cama. Pasó la mano por el colchón y luego miró a Changmin—. Tu cama es más suave.

Deslizándose al lado del delgado hombre, Changmin apoyó la barbilla en las manos. —¿Eso crees?

Estaba empezando a preguntarse si su pareja quería quedarse aquí. El rancho de los Moon le era familiar a Jinwoon. Y ahora que su pareja se dio cuenta de que los Moon de verdad se preocupaban por él, quizás el chico tenía dudas acerca de mudarse. Parecía tan a gusto con todo el mundo aquí.

—No me quedaré —Jinwoon dijo mientras se giraba mirando a Changmin—. Mi casa está contigo.

Changmin se acercó y pasó los nudillos por el rostro de Jinwoon, preguntándose cómo alguien tan dulce podía ser suyo. El hombre había despertado algo dentro de Changmin, una sexualidad que exigía ser saciada, una promesa de pasión sin trabas que ahora anhelaba como una droga. Ya no era indiferente al sexo. Quería explorar, tocar y sentir a su pareja rendirse.

 

Changmin llegó por detrás de Jinwoon y lo agarró por el cuello, jalando al hombre más cerca, con ganas de sentir a su pareja en sus brazos una vez más.

Changmin veía fijamente las profundas piscinas azul cian de su pareja mientras deslizaba la mano dentro de los jeans de Jinwoon y se apoderaba de la caliente erección con la mano. Estaba duro, pero se sentía como seda líquida con el pre-semen goteando en riachuelos sobre los dedos de Changmin.

Jinwoon lo miraba con los labios entreabiertos, su respiración jadeante mientras Changmin llevaba la mano a la boca y chupaba los dedos, saboreándolos en su lengua. Gimió, lamiendo cada dedo, limpiándolos antes de bajar los jeans de Jinwoon por el cuerpo de su pareja hasta que pudo quitárselos.

Changmin seguía hipnotizado por la pequeña figura de su pareja y la belleza que el hombre poseía. Era una obra de arte, compacto, atractivo. Acomodó a Jinwoon sobre la espalda, muriéndose por probar lo que había provocado.

Jinwoon se quedó allí ahora increíblemente desnudo, expuesto a los ojos agradecidos de Changmin. Bebió al hombre mientras separaba los muslos de Jinwoon. Jinwoon no dudo. Separó sus piernas, haciendo gala de lo más sexy que Changmin jamás había visto. El cuerpo del hombre fue esculpido como una obra de arte, tan  perfecto, tan exótico. Se encontró queriendo frotar su aroma sobre Jinwoon, para que el mundo entero supiera que le pertenecía.

Mientras veía a su pareja, Changmin se desnudó, amando como su pareja lo miraba como si quisiera ronronear como un gato. O ¿sería un puma?

Junto a su pareja en la gran cama, Changmin se inclinó hacia adelante hasta que su estómago estaba tocando la erección de Jinwoon. Frotó su cuerpo a lo largo de Jinwoon, sintiendo el líquido pre-seminal recorrer su piel.

 

—¿Qué estás haciendo? —Jinwoon se rio, su voz envuelta alrededor de Changmin, tocándole en el más perverso de los lugares. Nunca antes había marcado a nadie con su aroma. La sensación era apremiante, que todos los shifter supieran que era la pareja de Changmin.

Y eso era exactamente lo que quería.

 

Changmin sonrió mientras empujaba su pene sobre Jinwoon, gimiendo cuando vio el rastro húmedo que dejaba atrás. Miró a su pareja antes de sumergir la cabeza y lamer su propia esencia del cuerpo de Jinwoon.

El abdomen de su pareja se estremeció mientras lo observaba. Changmin hizo una demostración de lo que estaba haciendo, su lengua completamente extendida, lamiendo y lamiendo. Quería mostrar a Jinwoon que nada era tabú entre ellos.

Una vez que tuvo a su pareja limpio, Changmin rozó su cuerpo a lo largo de Jinwoon hasta que su cabeza estaba frente a la cabeza del pene de Jinwoon que escurría.

—Disfrutando a mi pequeño cowboy.

 

—No soy un cowboy —Jinwoon le recordó a Changmin mientras sus manos se presionaban contra el colchón a ambos lados de su cuerpo—. Pero me encanta cuando me llamas así.

Changmin se rio antes de lamer un camino hasta el pene de Jinwoon, su lengua girando alrededor de la cabeza del pene mientras miraba a su pareja quien lo observaba.

Con sus anchos hombros separaba las piernas de Jinwoon, sosteniendo los muslos mientras lamía y bajaba a la caliente carne hasta que llegó al grueso y pesado saco de su pareja. La mano de Jinwoon bajó, presionando y masajeando sus bolas, alimentando a Changmin. Él las lamió, como un gatito lamiendo la crema. Su lengua se deslizó sobre los suaves y flexibles dedos de Jinwoon, Jinwoon apretó sus bolas más duro.

Fuego consumía el azul de los ojos de Jinwoon mientras alimentaba con un dedo a Changmin, haciéndolo pasar por sus labios mientras Changmin chupaba. Su lengua se arremolinó alrededor del dedo, chupándolo con fuerza en la  boca, sus labios prometiendo a Jinwoon lo que podía hacer con ellos.

Los dedos de Jinwoon acariciaban la mandíbula de Changmin, con suavidad, casi suplicando a Changmin que hiciera con su pene lo que estaba haciendo con los dedos.

Changmin se inclinó hacia adelante, tomando el pene de Jinwoon en la boca, el dedo metido entre el pene de Jinwoon y los labios de Changmin. Jinwoon gimió de placer cuando Changmin tomó el  pene del hombre hasta su garganta.

—Sí —Jinwoon silbó mientras retiraba el dedo, poniendo la mano sobre la cama. Changmin tomó la parte posterior de las rodillas de Jinwoon, empujando las piernas del hombre hacia atrás mientras trabajaba con su boca el pene de Jinwoon. Su cuerpo se estremecía con la necesidad, su erección palpitante, y Changmin quería enterrar su pene profundamente dentro del cuerpo de Jinwoon. Pero quería jugar primero. Quería beber a su pareja de arriba a abajo y de adelante a atrás.

Jinwoon subió las piernas, envolviéndolas alrededor de los hombros de Changmin, acercándolo más mientras cerraba sus dedos en un puño apretado. La barbilla de Changmin rozó el saco de Jinwoon y sintió como sus bolas se acercaban al cuerpo de Jinwoon. Changmin jugó con el agujero de Jinwoon, presionando con los dedos el palpitante músculo, pero sin entrar.

—Dios, sí, por favor —rogó Jinwoon mientras sus piernas se apretaban alrededor de los hombros de Changmin en un abrazo mortal—. Por favor, Changmin. —Jinwoon estaba mirando a Changmin acaloradamente, con los ojos brillantes, salvajes, calientes.

Changmin humedeció su mano con su saliva antes de colocarla de nuevo en la entrada de Jinwoon, empujando tres dedos profundamente en el apretado cuerpo de Jinwoon. Jinwoon gritó y movió sus caderas, empujando su pene a la parte posterior de la boca de Changmin derramando caliente semilla en la garganta de Changmin, quien bebía como un hombre moribundo, tomando hasta la última gota del pene de Jinwoon.

Changmin dejó que el pene de Jinwoon se deslizara de sus labios mientras se apartaba. No tenía ningún lubricante con él, así que Changmin se puso de pie y abrió la mesita de noche, tomando una botella bien utilizada de lubricante.

Changmin quitó la tapa y aplicó una generosa cantidad sobre su pene.

Dios está mierda era un lio. Mirando alrededor, Changmin vio una toalla en la parte posterior de la silla del dormitorio de Jinwoon. La tomó y limpió su mano. Arrojó la toalla a un lado y luego pasó las manos por el pecho de Jinwoon, pellizcando sus pezones y viendo a su pareja estremecerse de placer. Los ojos de Jinwoon se entrecerraron a pequeñas hendiduras, ardiendo de deseo mientras lamía sus labios, dándole a Changmin una sonrisa sexy.

«Oh, sí». A Changmin le gustaba eso. Su pareja lo observaba, suplicándole con la mirada que lo jodiera. No tenía ningún problema en cumplir esa solicitud.

La cabeza de su pene tocó el sensible agujero de Jinwoon, pero Changmin no se empujó hacia adelante. Quería provocarlo y jugar, para tener al hombre pidiéndole que lo jodiera.

Maldición, si el hombre no era sexy como el pecado cuando  estaba  allí  esperando  a  que  Changmin  penetrara su cuerpo. Los ojos de Jinwoon brillaban como gemas oscuras, diciéndole a Changmin que Jinwoon realmente lo quería, lo deseaba. Jinwoon se veía absolutamente fascinante cuando lamió sus hermosos labios. Dios, Changmin amaba esos labios. Besar a Jinwoon era un acto sexual en sí mismo. Changmin podría perderse simplemente saqueando con su lengua la boca de su pareja... o con su pene. Ambas imágenes eran muy eróticas para él.

Changmin se inclinó hacia adelante, pasando su lengua por la húmeda boca, tomando los gemidos y jadeos de su pareja mientras su pene rosaba el pliegue de Jinwoon. Changmin pasó la lengua por los labios entreabiertos de Jinwoon y luego le chupó la lengua en su boca, provocando, jugando con el apéndice. Las manos de Jinwoon comenzaron a moverse a su lado hasta que tomó el cuello de Changmin, acercándolo más, llevando el beso a otro nivel.

Changmin recorrió con sus dedos los labios húmedos de Jinwoon, y la piel tersa y suave mientras sus lenguas se batían en duelo.

Jinwoon tragó, su aliento saliendo en pequeños jadeos. Changmin cerró los dedos alrededor de las muñecas de Jinwoon, jalando las manos del hombre por encima de su cabeza mientras el pene de Changmin presionaba la entrada de su pareja. Los ojos de Jinwoon rodaron hacia arriba, sus caderas presionando hacia abajo sobre el pene de Changmin.

Changmin no se movió, que Jinwoon tomara lo que quisiera, lo que necesitara. Changmin se estremeció cuando sintió que la cabeza de su lubricado pene pasaba el apretado músculo y entraba en Jinwoon. Este era uno de los momentos decisivos de su vida, uno de esos segundos perfectos que Changmin deseaba que pudieran durar para siempre. El férreo control lo hizo estremecerse cuando Jinwoon apretó con más fuerza, llevándolo otro centímetro dentro de su cuerpo.

 

—Dios, mírate, Jinwoon. Eres tan malditamente sexy.

 

Los ojos de Jinwoon seguían rodando, su lengua humedeciendo sus labios mientras gemía fuerte. Jinwoon no trató de liberar sus manos, ni siquiera las jaló.

Estaba demasiado perdido en tomar el placer del cuerpo de Changmin.

Los dedos de Changmin apretaban las muñecas de Jinwoon, luchando para no hundirse más profundo en su pareja. Estaba aturdido por los sensuales movimientos de Jinwoon, sus suaves gemidos, y la forma en que se movía mientras empujaba el pene de Changmin dentro de su cuerpo. Changmin sintió algo en su pecho y supo que era amor, lujuria, necesidad... todo lo anterior. Quería alargar el momento tanto tiempo como pudiera.

Cuando sintió a Jinwoon tocar fondo, Changmin estaba muy seguro de que iba a perder la cabeza. Changmin se sentía hambriento, como si quisiera penetrar a Jinwoon hasta que su orgasmo saliera de su cuerpo. Apretó los dientes, una gota de sudor bajaba de su cabello a su sien.

La necesidad de moverse era una tortura.

 

Jinwoon empezó a deslizarse hacia el pene de Changmin, el agarre era como un puño de hierro, Changmin tembló. Gruñendo suavemente, miró hacia donde sus cuerpos se unían, observando su pene reaparecer del cuerpo de Jinwoon. Changmin no podía detenerse por más tiempo. El espectáculo hizo que algo hiciera clic dentro de él, y liberó las manos de Jinwoon, sostenido las caderas de su pareja cuando comenzó a joderlo con una necesidad que todo lo consumía.

Su pareja gritó, levantando sus piernas para envolverlas alrededor de las caderas de Changmin, manteniéndolo en su lugar mientras Changmin empujaba su pene más duro hacía   el culo de Jinwoon. Jinwoon no movió las manos nunca las aparto de encima de su cabeza, donde Changmin los había dejado, pero Changmin podía ver las piernas temblar.

Los ojos de Jinwoon brillaban mientras que su cabeza rodaba hacia atrás, arqueando la espalda su pareja gritó una vez más. Los músculos de los muslos de Changmin se tensaron al ver la hermosa vista debajo de él. Sus dedos recorrieron a Jinwoon de la mandíbula a la boca y el cuello, tocando la piel suave mientras empujaba su pene dentro y fuera del cuerpo de Jinwoon.

Changmin quería morder, la necesidad era tan intensa que sus encías dolían. Sus colmillos se alargaron, el puma estaba listo para reclamar a Jinwoon una vez más como suyo. El hombre era tan jodidamente hermoso mientras se giraba bruscamente, inclinando la cabeza hacia un lado, pidiéndole a Changmin que mordiera la piel que estaba exponiendo.

Changmin agarró los tobillos de Jinwoon de alrededor de su cintura y jaló las piernas de Jinwoon separándolas mientras observaba su pene entrar en el culo de Jinwoon.

—Por favor, Changmin, muérdeme —Jinwoon gritó mientras sus manos se cerraron en puños, los nudillos se volvieron de un blanco fantasmal.

Changmin se inclinó hacia delante, presionando su pecho contra las pantorrillas de Jinwoon. El rubio vello que decoraba las piernas de Jinwoon rozando el pecho de Changmin cuando abrió la boca y hundió sus dientes en el hombro de su pareja. El sabor explotó en su boca mientras empujaba su pene más duro dentro del culo de Jinwoon.

Las manos de Jinwoon dejaron la cama y tomaban el cabello de Changmin, jalándolo con fuerza. Una explosión se disparó a través del cuerpo de Changmin cuando sintió apretar el culo de su pareja, lo que indicaba su orgasmo. El orgasmo se disparó de su ingle y luego recorrió su cuerpo, su mente se fragmentó mientras empujaba su pene más duro, más profundo en el culo de Jinwoon, su semilla salía con fuerza de su cuerpo. Changmin gritó, soltando el cuello de su pareja mientras movía sus caderas, montando las olas del orgasmo tanto tiempo como pudo.

Jinwoon cayó de nuevo a la cama, jadeando, con el cuerpo brillante de sudor. Changmin pasó la mano por el cabello empapado de su pareja, disfrutando lo que el destino le había dado. Jinwoon se había convertido en todo su mundo y él protegería al hombre con su vida. Ya casi había perdido al hombre en dos ocasiones, y Changmin se prometía que Jinwoon nunca estaría en peligro de nuevo.

Su pareja se lamió los labios mientras tocaba la cara de Changmin con sus dedos, sus ojos se llenaron de algo parecido al amor. —Ahora, eso fue increíble —dijo Jinwoon, sus mejillas bañadas con una linda sombra rosa.

Changmin se rio mientras acariciaba el cuello de su pareja con su cara.

Changmin no podía creer lo mucho que amaba a Jinwoon. El hombre era verdaderamente su otra mitad. —Tenemos que vestirnos y ver lo que está pasando para rescatar a Siwan. —Aunque Changmin no quería salir de la cama. Le gustaba abrazar a su pareja. Changmin podía jugar con el hombre todo el día y no se cansaría de escuchar esos suaves suspiros.

Jinwoon asintió y apoyó la cabeza en la cama, con los ojos brillantes y una sonrisa de felicidad en su rostro. Changmin bajó de Jinwoon, salió de la cama y se dirigió al baño. Necesitaba limpiarse rápidamente y entonces estaría listo para la mierda que podría pasar. —Vamos, perezoso, vístete —le gritó a su pareja.

 

Abrió el agua del lavabo, salpicando su acalorado rostro y luego se lavó la zona privada antes de tomar una toalla. Una vez que se limpió, llevó la toalla caliente con Jinwoon y limpió a su pareja.

Jinwoon seguía allí, medio dormido. Changmin se rio. El tipo era imposible. —Vamos, mi pequeño cowboy, tenemos que averiguar lo que planean hacer sobre Siwan.

 

Jinwoon abrió los ojos y luego los entrecerró.  —Quiero  una siesta.

 

Se agachó y jaló al hombre deliciosamente desnudo a sus brazos. —¿Es eso un puchero?

Jinwoon sonrió. —No tengo ni idea de lo que estás hablando. Changmin sacudió la cabeza. —Vamos a vestirse.

Jinwoon se dirigió con su pareja abajo para ver a los osos que estaban sentados alrededor de la mesa. Todos ellos estaban hablando hasta que Changmin entró en la habitación.

—¿Hablan de mí? —preguntó.

—No —dijo Lee Joon mientras lanzaba su brazo sobre el respaldo de la silla—. Confía en mí, nosotros no dejaríamos de hablar incluso aunque habláramos acerca de ti.

Era bueno saberlo. —¿Se sabe algo?

 

—Iba a decirles —dijo Lee Joon y luego se rio—. Sin embargo, Jinwoon estaba demasiado ocupado, gritando. Me di cuenta que necesitaban un poco tiempo.

Changmin prácticamente se dio por vencido en tratar de saber de qué hablaban los osos. Lee Joon estaba tratando de cubrirlos. Pasó el brazo por los hombros de Jinwoon cuando Soo Hyun entró en la cocina por la puerta trasera. Sus ojos se encontraron y Changmin podía ver el dolor en sus profundos ojos grises.

 

«Mierda». ¿Podría seguir enojado con el tipo? Changmin sabía que no podía.

Jinwoon ya no estaba trabajando en el rancho y Soo Hyun parecía que había perdido a su maldito perro. Su rostro era largo y sus ojos llenos de pesar.

—Estamos bien —dijo Changmin a través de la cocina. Soo Hyun sólo le hizo un gesto solemne.

—El Ultionem está estudiando la situación con los elfos de los Bosques —dijo Eric—. Kiseop nos va a mantener al tanto de lo que está pasando.

—Entonces, ¿sólo nos queda esperar a ver qué pasa? — preguntó Changmin.

—No hay mucho más que podamos hacer hasta que tomen su decisión. Pero Kiseop nos ha asegurado que no tocaran a Siwan mientras investigan.

—¿Cómo sabemos que van a mantener su palabra? — preguntó Jinwoon—. Los han oído. No les importa nada el Ultionem.

Eric suspiró viéndose cansado. —No creo que los ancianos quieran enojar a los líderes. Tengo la sensación de que van a tomarse su tiempo hasta tomar una decisión.

Y Changmin tenía la sensación de que Siwan iba a encontrar una manera de huir de ese lugar. Cualquiera que fuera la decisión del Ultionem, ese pequeño fey no se iba a quedar. Changmin tenía esa impresión.

 

 

continuara...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).