-Tengo una denuncia contra tu hijo por sobrepasar el límite de velocidad dentro del vecindario. -Los ayudantes Tey Han y Jin Wook estaban en el porche amarillo y blanco de la casa del Sr. Perry.
-Se lo he dicho al chico. -El Sr. Perry hizo una mueca-. Él sabe todas las reglas. Me aseguré de que él conozca todas las leyes.
-Al parecer olvidó que una es no sobrepasar los límites de velocidad.
-Tey descansaba su mano sobre la culata de su arma, apoyado contra el porche en una pose relajada-. Esto es solo un aviso, Chuck.
-Entiendo. -El Sr. Perry asintió-. Me ocuparé de mi hijo.
-Lo agradezco -Tey toco el ala de su sombrero e inclinó su cabeza antes de salir del porche. Anduvo con paso cuidadoso y directo al coche patrulla. Jin Wook a su lado.
Tey se sentó allí por un momento, pensando en Yu Hon. Era algo que hacía a menudo desde que el agente se fue de la ciudad. El Sheriff Shin Changmin le dijo a Tey que Yu Hon volvería, que iba a casa a resolver algunas cosas. Pero eso había sido hace más de dos años. No había tenido la oportunidad de decirle a Yu Hon que era su pareja. Él pensaba que el otro chico había sentido la conexión, pero al parecer se había estado engañando.
Arrancando el motor, Tey salió a la carretera. Recorrió el tranquilo vecindario, observando las calles para detectar cualquier signo de los Hell Hounds. No era que él se encontrara en ese tipo de patrulla, pero desde que el caso había estallado aquí no hacía demasiado tiempo, Tey estaba en alerta máxima. Todavía tenía que cumplir con sus tareas ordinarias, como decirle al Sr Perry sobre su hijo, pero el Sheriff Changmin les había dicho a todos los ayudante que mantuvieran sus ojos y oídos bien abiertos. Y sí veían algo sospechoso, llamaran a Yasuo Kangnam.
Changjo había puesto a Kangnam a cargo de la investigación de los Hell Hounds dos años atrás, después de que Kangnam se emparejara con Kiseok y Jong Su. Ver al hombre sólo le recordaba que Yu Hon no estaba.
Tey había excedido sus límites conduciendo y se sentía un poco hambriento. El almuerzo estaba a la vuelta de la esquina, y él y Jin Wook ya se habían puesto de acuerdo para comer en JungKook`s.
-Mi esposa sigue pidiéndome que te invite a cenar -Jin Wook dijo entrando en conversación-. Soy testigo de que ahora ella está intentando organizarte una cita con su prima Mina .
-Tú sabes que soy gay -Tey respondió.
-Díselo a mi mujer, eso no la detendrá en su intento de que dejes tu estado de soltero. Confía en mí, estuvo pensando en enrollarte con su hermano, pero no dejaría ni que mi perro se acercara al chico. -El hombre se estremeció-. Le diré que rechazaste la invitación una vez más.
Tey soltó una risa. -Gracias. Corta esto de manera suave. -Se había reunido con la mujer de Jin Wook muchas veces, ella era una mujer dulce y sus intenciones eran buenas, pero no iba a permitir que ella le buscara pareja cuando él ya tenía un compañero. Jin Wook era extraño, pensó. Él nunca se refería a Cho Ah como su compañera, solo su esposa. Nunca había oído sobre shifters en una relación así antes.
Cada uno con lo suyo.
Sí él decía que ya había encontrado a su pareja, ella le dejaría en paz, pero después le asediaría sin descanso para saber más sobre Yu Hon y por qué él no estaba aquí.
Tey podía prescindir de ese tipo de investigación.
-Se está acercando la fecha, ¿verdad? -Tey pregunto mientras conducía alrededor de la calle, haciendo su mejor intento para cambiar de tema. Sabía que Jin Wook estaba nervioso acerca del nacimiento de su primer cachorro. El hombre estaba orgullosísimo pero entraba en pánico cada vez que Cho Ah llamaba.
Jin Wook sostuvo su rostro. -No me lo recuerdes. Sigo teniendo pesadillas sobre ella entrando en trabajo de parto y su hermano es el que aparece. ¿Qué tipo de mierda retorcida es esa? ¿Por qué sigo teniendo sueños en los que ella da a luz a su hermano?
-Porque tú no puedes soportar al tipo -Tey se burlo-. Y ella mantiene la amenaza de que le permitirá mudarse con ustedes.
Tey redujo cuando vio un coche aparcado detrás de la tienda de ropa de Lassiter. El propietario, estaba de vacaciones. No debería de haber nadie aparcado allí. Pride Pack Valley estaba teniendo problemas con el exceso de Hell Hounds últimamente, pero esos animales no conducían.
Aún así, aparcó cuidadosamente junto al coche que solo estaba ahí parado. Tey caminó lentamente por el lado del conductor. ¿Qué joder? ¿Era Yu Hon él que estaba en el asiento del conductor?
¿Y quién era el hombre en el asiento del acompañante? Esto no tenía ningún sentido para Tey. No había visto al tipo en más de dos años y ¿encontraba a su pareja durmiendo en un coche con algún otro hombre?
-¡Eh!, no es ese…
Jin Wook no tuvo oportunidad de terminar lo que estaba diciendo. Yu Hon se había despertado, su pistola en frente de la cara de Tey en cuestión de segundo. Era extraña la rapidez con el que el hombre había reaccionado. Su revólver era compacto, fácil de manejar y mortal. Yu Hon no flaqueaba, no parpadeaba y no parecía ser completamente consciente de que era Tey el que estaba en su puerta. Él estaba observando a Tey tranquilo, serio, inquebrantable.
-Tranquilo ahora. -Tey levanto sus dos manos, mostrándole a Yu Hon que no estaba armado-. No estoy aquí para hacerte daño. Simplemente estoy comprobando si necesitan cualquier tipo de ayuda.
Yu Hon pestañeó y, a continuación, bajo su arma. Su cabeza giro hasta mirar al pasajero, que se había despertado, mirando primero a Tey y luego a Jin Wook. Tey no conocía al tipo, pero él tenía escrito astuto por todas partes. Su cabello castaño claro cubría la mitad de su rostro, mostrando un único ojo verde. La palabra que le vino a su mente era… lindo.
Yu Hon, por otro lado, parecía nervioso. Sus ojos oscuros recorrieron todo el callejón antes de volver a aterrizar en Tey. No le prestó ninguna atención a Jin Wook, pero Tey podría decir que el otro ayudante no había sido descartado. Así no era como había imaginado que volvería a ver a su compañero. Especialmente no con un lindo tipo acurrucado en el asiento junto a él, una fina manta sobre su regazo.
Parecían dos hombres en la carretera, con problemas y buscando un lugar para esconderse. Sus ropas estaban arrugadas, y el hombre junto a Yu Hon tenía grandes bolsas bajo sus ojos… bueno por lo menos en el ojo que él podía ver.
Necesito ver a Changjo. -Yu Hon se sentó, su cuerpo llenando toda la ventana-. Pero primero tengo que deshacerme de este coche.
Los ojos de Tey buscaron a Jin Wook. Ellos estaban pensando lo mismo. Yu Hon estaba conduciendo un vehículo robado y alguien estaba detrás de él. Ese conocimiento hizo que Tey quisiera saber en lo que su compañero se había metido. -¿Ese problema te está siguiendo?
-Él es un shifter de ocelote -dijo Jin Wook desde el lado del acompañante. El ayudante inclinó su cabeza a un lado e inhalo. -Un gato.
-¿Un qué? -Los ojos de Yu Hon recorrieron al chico sentado junto a él. Era como si Jin Wook acabara de anunciar que el extraño era un demonio. Yu Hon no parecía muy contento-. ¿Por qué no me lo dijiste?
-No preguntaste -el extraño contesto-. No era importante, y no es algo que anuncie a los humanos.
Tey se asomo por la ventana, tomo una bocanada de aire. Su corazón golpeando cuando se dio cuenta de que estaba mirando a su segundo compañero. El chico miro a Tey, sacudiendo la cabeza ligeramente. No estaba seguro de por qué el hombre no quería que Yu Hon supiera que ellos tres eran compañeros, pero le dio un imperceptible guiño antes de retroceder.
Su cabeza estaba demasiado ocupada dándole vueltas al hecho de que el tenia dos compañeros como para discutir el punto. Pensaba que sólo el Alfa Changjo y sus soldados tendrían dos compañeros. No era algo que ocurriera se fuera esta vez, y ciertamente no iba a permitir que el otro hombre se alejara tampoco.
-¿Quién eres? -Tey pregunto al pasajero.
-Su nombre es Oh Sang Hyun -Yu Hon respondió por su compañero-. Es una larga historia, pero ahora, tengo que ir a ver a Changjo.
Yu Hon no sabía que Tey era un shifter lobo. El agente del FBI solo sabía de Changjo y sus hombres. Él quiso decirle al tipo, pero parecía que Yu Hon ya tenía bastante en su cabeza ahora. Habría tiempo para las explicaciones más tarde.
-Puedo llevarte con él -Tey se separó mientras Yu Hon salía del coche-. También puedo deshacerme del coche.
-Gracias -Yu Hon respondió mientras esperaba que Sang Hyun saliera. No estaba seguro de cuál era la relación entre Yu Hon y Sang Hyun. Viendo que Yu Hon se había sorprendido al saber que Sang Hyun era un shifter. Tey apostaría a que ellos no estaban durmiendo juntos. Pero eso era solo una teoría. No podía saber nada a ciencia cierta por ahora.
Yu Hon subió en el asiento delantero del coche patrulla. Jin Wook le dirigió a Tey una sonrisa divertida. Su compañero era un macho dominante y a Tey le gustaba eso. Sang Hyun miró al asiento de atrás y después a Tey.
-No voy en la parte trasera.
Acercándose, Tey se inclino sobre él, acercando sus labios al oído del hombre. -No estás arrestado, compañero. Tú estás a salvo.
El hombre se veía poco convencido.
-Sube -Yu Hon dijo ásperamente desde el asiento del acompañante.
Sang Hyun miró a Tey una vez más antes de introducirse en la parte trasera. Parecía que había algunos problemas entre los dos. Tey se ocuparía de eso más adelante también. Lo importante era tener a ambos seguros y cerca de él… aunque sólo acabara de encontrar a Sang Hyun.
El viaje a la casa de Changjo no tomaba mucho tiempo, todo estaba tranquilo en el coche. Tey quería preguntar qué había ocurrido a Yu Hon, pero lo dejo, solo por ahora, él iba a obtener algunas respuestas.
Tomo el largo camino de la entrada, estacionó detrás de una multitud de vehículos. Yu Hon no dijo ni una palabra cuando salió, cerró la puerta del coche y se dirigió directamente hacia la entrada. El hombre no fue por el camino. Cruzó el césped, sus pasos seguros y confiados.
-Tienes que dejarme salir -dijo Sang Hyun desde el asiento trasero. Girando su cabeza, Tey vio que los ojos de Sang Hyun estaban clavados en la espalda de Yu Hon.
Tey salió, pero en lugar de dejar que Sang Hyun saliera, abrió la puerta de Jin Wook. -Danos un minuto.
Su compañero asintió -Voy a salir de tu vista por un tiempo.
Tey se sentó en el asiento trasero, dejando la puerta abierta, mirando hacia Sang Hyun. -¿Qué demonios está pasando?
Los ojos verde oscuro miraban lejos, la mandíbula del hombre desafiante. Sang Hyun estaba actuando como si Tey fuera el malo en esta película. No lo entendía. No se conocían, pero Sang Hyun tenía que saber lo que significaba ser compañeros. Para Tey eso lo era todo. Un lazo irrompible. No había nada que no hiciera por Sang Hyun o Yu Hon.
-Mira…
La boca de Sang Hyun se torció en una sonrisa cínica. -No, mira tú. Yo no sé nada, amigo. Podemos ser compañeros, pero eso no significa nada para mí. No intentes hacerte mi amigo jugando la carta del protector.
Tey se separó sintió como si le hubiesen golpeado. Los bellísimos ojos entornados de una forma obstinada, diciéndole a Tey sin palabras que Sang Hyun no iba a decirle nada.
Lo que realmente le tomó por sorpresa fue que Sang Hyun le dijera que ser compañeros no significaba nada para él. Tey se movió del asiento, golpeando la puerta al cerrarla así el podría recuperar su compostura. Era cierto que ellos no sabían nada el uno del otro, pero el hombre no tenía que ser tan cruel por eso.
Tal vez podría conseguir las respuestas de Yu Hon, Tey dejo a Sang Hyun en el coche. Entró en la mansión, sabía exactamente donde encontraría a Yu Hon y a Changjo. Wei, uno de los soldados de Changjo, estaba parado dentro del vestíbulo, apoyado contra la pared. El lobo gris le miro con ojos fuertes e inteligentes. No dijo una palabra cuando Tey camino hacia la oficina del Alfa.
Había un suave murmullo detrás de la puerta de roble maciza, Tey levantó su mano y golpeó. Las voces se calmaron antes de que la voz profunda de barítono de Changjo le pidiera a Tey que entrara. Los ojos de Tey aterrizaron en Yu Hon, estaba sentado frente al escritorio del Alfa. Yu Hon
-Toma asiento -Changjo señalo a la silla al lado del agente de campo-. Parece que tu pareja tiene mucho…
-¿Él qué? -Yu Hon se giro hacia Tey, sus ojos oscuros llenos de ira-. Jódeme, hombre -el tipo murmuró antes de poner sus manos sobre su cabeza-. Mi día parece que cada vez va a mejor.
Eso hacía dos compañeros reaccionando con nada más que desdén hacia Tey. Y aquí él había pensado que su día iba a ser todo aburrido. Changjo era la única persona a la que Tey le contó que Yu Hon era su pareja. Él no había pensado detener al Alfa de revelar ese detalle de información. Bueno, el gato estaba fuera de la bolsa.
-¿Hay más malditos secretos sobre los que deba saber? -La voz de Yu Hon era menos que amistosa cuando dirigió una mirada helada a Tey. Afortunadamente Tey no se intimidaba con facilidad. Él se encogió de hombros perezosamente.
-Probablemente. -Si Yu Hon quería ser un gilipollas, entonces Tey podía ser evasivo con sus respuestas. Idealizó a este hombre durante mucho tiempo, más de dos años, y ¿el tipo quería tratar a Tey como un sospechoso? Eso realmente era una mierda.
-Ustedes dos pueden trabajar su mierda más tarde. -Changjo miró a ambos. Tey esperaba que Yu Hon discutiera, pero el hombre hizo un simple gesto y lanzó una mirada que decía que ellos definitivamente hablarían más tarde.
-Esto es una jodida mierda. -Sang Hyun intentó mover la manilla de nuevo, pero la puerta no se movía-. Yo sabía que no debía de confiar en el policía. -Se paró. ¿No era Yu Hon un policita también? ¿De qué jodida forma terminó estando acoplado con dos representantes de la ley? Era bastante irónico teniendo en cuenta que era un niño de las calles que había crecido en la organización de Daniel Henney.
Yu Hon probablemente entregaría a Sang Hyun a sus superiores una vez le interrogara. Sang Hyun tenía que salir de aquí. No estaba seguro de lo que había estado pensando cuando confió en que Yu Hon cuidaría de él. Policías y criminales no se mezclan, emparejados o no. Yu Hon había demostrado su verdadera cara donde Daniel Henney.
El tipo se disgustó por la idea de estar con un hombre gay. ¿No le había amenazado con cortar las bolas a Sang Hyun si se acercaba a él? Desde que salieron huyendo, Yu Hon no le había tocado o hecho cualquier sugerencia sobre querer a Sang Hyun de esa manera. El hombre era todo negocios y nada más.
A la mierda con ellos. No tuve a nadie a mi lado en toda mi vida, y ahora no necesito a nadie.
Aun así, el rechazo se sentía fuerte alrededor de él mientras comprobó el espacio entre la parte delantera y trasera de los asientos. Quitándose su ropa, cambió a su forma de ocelote. Una vez estuvo en el asiento delantero, Sang Hyun cambió a su forma humana, salió y abrió la puerta trasera, agarrando su ropa se vistió rápidamente.
No tenía ninguna pista de donde estaba, pero quedarse no era algo inteligente para hacer.
Emparejado con dos policias, el destino debía estar vengándose de Sang Hyun por cosas que nunca quiso hacer mientras fue un empleado del jodido señor de las drogas. Fue arrojado a las calles cuando era muy joven y pasó los últimos ocho años trabajando para Daniel Henney, nunca ascendiendo en sus filas, siempre un soldado de a pie.
Pero él no quería ascender en el escalafón. Todo lo que Sang Hyun quería era ser libre. Ahora que lo era, él no dudo en largarse. No había salido de una cárcel para entrar en otra.
Llegando al final del camino, Sang Hyun se agachó cruzando la valla de madera y no miró atrás. Sería mucho más rápido si viajaba en su forma de ocelote, pero no tenía ropa de repuesto y caminar desnudo no era una idea atractiva para él.
Él había recorrido dos millas antes de que sintiera que alguien lo estaba siguiendo. Sabía que Yu Hon era humano y el ayudante un shifter de lobo. Oliendo el aire, llegó a la conclusión de que el olor no pertenecía a ninguno de sus compañeros. ¿Alguno de los hombres de Daniel Henney escapó de la carnicería y le estaba siguiendo, o era So Ji Sub y sus hombres los que estaban aquí para terminar lo que habían empezado?
Cualquiera de las opciones era mala.
Calmándose, Sang Hyun miró alrededor, tratando de escuchar si alguien estaba acercándose. El bosque estaba lleno de aves y pequeños animales, el suave susurro del viento mientras atravesaba los árboles, pero no escuchaba ninguna otra cosa. Lo más extraño era el hecho de que Sang Hyun comenzaba a sentir que había perdido toda esperanza. Las excusas dadas durante tantos años a la organización de Daniel Henney empezaron a arrastrarse dentro de él, la culpa golpeándolo haciendo que sus piernas flaquearan.
Sentía dolor en la parte posterior de la garganta, amenazándole con derramar lágrimas. Todos estos años con el señor de la droga, y muchos años antes de eso, Sang Hyun había estado solo. Nadie en la organización de Daniel Henney había sido su amigo, incluso Yu Hon. Sang Hyun todo lo que quería era ser aceptado, para saber que tenía una persona a su lado.
Pestañeó, preguntándose por qué los arraigados sentimientos estaban saliendo a la superficie. Él nunca había necesitado a nadie, y no necesitaba a sus compañeros.
Sí seguro. Tú estás desesperado por que tus compañeros te quieran, te amen, que no te juzguen por lo que tuviste que hacer para poder sobrevivir.
Sang Hyun se agarró la cabeza, haciendo todo lo posible para librarse de esos pensamientos inquietantes. Algo no estaba bien. Quien quiera que le estuviera siguiendo estaba proyectando esos sentimientos. Sang Hyun no era así.
Deja de mentirte a ti mismo. Sabes que esas son tus emociones, tus sentimientos más profundos.
-¡Cállate! -Sang Hyun cayó de rodillas, meciéndose mientras acunaba su cabeza. Era una rata callejera de mierda que no merecía encontrar la felicidad. Yu Hon y el policía debían irse y dejar que Sang Hyun siguiera con su miserable vida-. No -susurro, su garganta se apretó más fuerte-. Soy un ser humano, y merezco ser amado.
-¿Ahora?
Sang Hyun limpió las lágrimas de sus ojos mientras miraba hacia arriba para ver a dos hombres parados cerca de él. Uno tenía el pelo largo y negro hasta su cara. El segundo era un poco más bajo que el primero, su pelo igual de negro pero corto y elegante.
-¿Quién eres? -Sang Hyun miro a los dos. Había un crudo poder de maldad envolviendo a ambos hombres. Los instintos de Sang Hyun le gritaban que corriera para escapar de estos dos porque ninguno de ellos tenía buenas intenciones.
El que tenía la cicatriz irregular estaba delante de Sang Hyun. -¿Qué hace un niñito lindo como tú solo en el bosque?
La ira corrió por sus venas. -No soy un niño. -Sang Hyun no era humano y había pasado ya sus años de juventud. Que este hombre ser refiriese a él como un niño enojaba a Sang Hyun. Pero fue cuidadoso, muy cuidadoso. Estos hombres se veían más mortíferos que los hombres de Daniel Henney.
El hombre ladeo su cabeza, sus ojos oscuros carentes de compasión o bondad. -Un shifter. -Él se inclinó hacia adelante, oliendo a Sang Hyun-. Gato.
El hombre detrás del primer tipo soltó una cruel carcajada. -Apuesto a que su sangre es dulce como el infierno.
Sang Hyun grito cuando el hombre de cuclillas delante de él agarro un puñado de su pelo y tiro hacia atrás. El maldito acerco su cara al cuello de Sang Hyun e inhalo profundamente, tanto que Sang Hyun pudo oír el aire entrando en él. -Has sido marcado.
-¿Por quién? -El segundo hombre pregunto, pero no parecía demasiado preocupado. Su expresión le dijo que el tipo estaba disfrutando de lo que el otro le estaba haciendo. Sus ojos oscuros estaban casi tan vacíos como los del otro hombre.
El hombre de la cicatriz irregular olfateó de nuevo. -Lee Minho.
-¡Joder! -dijo el segundo hombre-. Lee Minho no manda una mierda. Él puede ocultar quien es a todos los demás pero no a los Hell Hound.
-Cierto -el primer tipo dijo antes de tirar de Sang Hyun más cerca-. Si Lee Minho le quería tan desesperadamente, no debió dejar ir a este gatito.
Sang Hyun empujó su cuerpo, soltando la mano de su pelo. Él sabía que fue más por la sorpresa que por la fuerza que lo había conseguido, pero no desperdició la oportunidad empujándose sobre sus pies y despegando. Pronto el sonido de ladridos pudo ser escuchado. Sang Hyun miro por encima de su hombro viendo dos de los perros más grandes que había visto alguna vez en su vida, persiguiéndole. Su corazón latía violentamente en el pecho, sus miembros amenazando con romperse.
¿Qué demonios estaba pasando? Sang Hyun no tenía ni idea de quienes eran o lo que querían de él. ¿Quién era Lee Minho? ¿Era So Ji Sub el mismo tipo? ¿De eso era de lo que estaban hablando? Sang Hyun sabía que So Ji Sub era pura maldad desde el momento en que puso sus ojos sobre el tipo. También sabía que el hombre no era humano.
Uno de los perros ganaba terreno y estaba sólo unos metros por detrás de Sang Hyun. Él sabía que no podía escapar. Ellos eran demasiado rápidos para dejarles atrás. Gritó cuando le tiraron, golpeando el suelo duro antes de que el gran Rottweiler hundiera sus dientes en el hombro de Sang Hyun.
Continuara...