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82. Tae Heon (07) por dayanstyle

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Tae Heon limpio los platos del fregadero y estaba secándose las manos con la toalla del mostrador, cuando alguien tocó a su puerta. Tenía que ser alguien que vivía en el edificio. El guardián había colocado hechizos y trampas en los muros. Nadie que no fuera un guerrero podría entrar en aquel lugar. Los guerreros podían traer a alguien con ellos, pero nadie que no vivía allí podía entrar solo. Esos mismos hechizos y encantamientos traían a los demonios guerreros su fuerza.

Tirando la toalla a un lado, Tae Heon entró en la sala de estar para abrir la puerta, pero Him Chan ya estaba allí. Le molestaba que la gente entrara en su casa sin ser invitados.

—¿No podías esperar que contestara? —pregunto.

El líder de los demonios sonrió. —Sí, soy consciente de que no te gustan las visitas sin invitación. Pero odio mucho más esperar en el pasillo.

Señalo el sofá de cuero a su derecha. —Siéntate. Him Chan sacudió su cabeza. —Tengo cosas que hacer.

—Entonces, ¿qué haces aquí? —Tae Heon tenía un mal presentimiento retorciéndole sus tripas. Him Chan raramente se auto invitaba a menos que necesitara algo o para traer malas noticias. De vez en cuando él y sus compañeros eran invitados para que fueran a cenar por los otros guerreros, pero Tae Heon nunca había extendido una invitación.

—Estoy seguro de que eres consciente del don de Yi Jeong —, dijo Him Chan.

 

Tae Heon asintió. Sabía que Yi Jeong no sólo podía detectar seres sobrenaturales, sino que Min Woo también podía. —Lo estoy.

—El  Ultionem sospecha que J.Y. Park quiere apropiarse de    ese don —, continuó.  —Pero no podemos estar seguros.

Tae Heon estaba empezando a darse cuenta del panorama, y no le gustaba ni un poco. —Quieres que use mi amistad con Min Woo para mantener un ojo en el lugar —. Aunque estar cerca de los humanos no era ninguna dificultad para Tae Heon, había decidido durante el desayuno que necesitaba dar un paso atrás. Su vida podía hundirse de mil formas, y aunque disfrutó de su tiempo con Min Woo, tarde o temprano su pasado podría alcanzarlo. No quería que el humano se convirtiera en una víctima de  su sórdida vida.

Su tío estuvo en un asalto que Him Chan había hecho a Zakerym y tomo a Tae Heon llevándolo lejos, para entrenarlo como uno de los Guerreros Demonio.    Y   cuando   Lee Kwang Soo   se cabreaba,        siempre  buscaba venganza. Tae Heon no estaba seguro de porque su tío no había venido detrás de él antes, pero con Min Woo en la mezcla, no quería correr ningún riesgo.

Y además tenía que considerar la amenaza del hermano de Seol Jun. La vida de Tae Heon era tan complicada como podría llegar a ser, y no parecía  que pudiera tomar, en cualquier momento. Un corto respiro.

—No tenía planeado regresar allí —, dijo Tae Heon.

—¿Así que tengo que conseguir otro demonio para que vigilé que los humanos están bien?

Tae Heon gruñó antes de que pudiera controlarse. Pensar en otro hombre alrededor de Min Woo le hizo querer matar a alguien.

—Eso es lo que pensaba —, dijo Him Chan como si la posesividad de Tae Heon fuera una conclusión inevitable. —Voy a sacarte de las patrullas y te pondré de guardia en la residencia de los Kim.

—¿Por qué no solo mato al maldito Cazador y acabamos con esto?

—Así se acabarían algunos de los problemas de Tae Heon. No tendría que preocuparse por tipos persiguiendo a Yi Jeong.

—Sí tienes una forma de encontrarlo, por favor, ilumíname. Él es tan esquivo como un Pie Grande. Hemos intentado seguirlo, pero el hombre es como  un  fantasma  —,  dijo  Him Chan.    —Sólo  sigue  manteniendo  a  la familia Kim a salvo.

—¿Por cuánto tiempo?  —Tae Heon pregunto.

Los ojos de Him Chan se oscurecieron. —Por tanto tiempo como sea necesario. No jodas con esto, Tae Heon. Si J.Y. Park pone sus manos sobre el niño, todos estaremos en serios problemas. Hasta ahora sabe sobre los vampiros  y tiene fuertes sospechas de que hay cambiaformas. Pero si captura a Yi Jeong y tortura al muchacho para obtener información, ¿cuánto crees que un humano de siete años podría aguantar?

El estómago de Tae Heon se retorció al pensar en alguien lastimando a Yi Jeong. El niño cantaba su propia melodía y su cabeza estaba en las nubes, y a él le gustaba eso de Yi Jeong. Tenía una gran imaginación y J.Y. Park destruiría al chico. Rompería su espíritu para conseguir la información que quería.

Todos los demonios guerreros tenían un talento. El de Joshua era el fuego. Podía usarlo como arma o cubrir todo su cuerpo con llamas. Phoenyx podía sanar con una sola lágrima. Jin podía congelar el tiempo. Hyun Sik controlaba las mentes. Y la lista continuaba. El talento de Tae Heon era la invisibilidad. Tal vez pudiera vigilar a la familia sin que nadie supiera que estaba allí. Podía mantener a Min Woo a distancia garantizando al mismo tiempo la seguridad de la familia.

Tae Heon asintió. —Lo haré.

Him Chan se giró y se fue sin decir otra palabra. Suspirando, Tae Heon entro en su habitación para ducharse y vestirse antes de dirigirse al mundo de los humanos. Durante el día, los demonios eran transparentes, los límites de sus cuerpos se desvanecían con la luz. Por ello siempre era de noche en el Reino de los Demonios. Cuando el sol se ocultara esta noche, usaría su capacidad para permanecer invisible.

Tae Heon caminó a través de las sombras de su dormitorio y surgió en el bosque detrás de la casa de Min Woo. Vio a Yi Jeong y Kyung Il corriendo alrededor del patio. Kyung Il estaba en su forma de Chita, gruñendo cuando trató de derribar a Yi Jeong. Min Woo estaba sentado en la parte de atrás, bebiendo algo de un tazón que tenía en sus manos.

 

Se quedó  paralizado al comprobar lo verdaderamente hermoso que era Min Woo. Aquellos sentimientos desconocidos comenzaron a recorrerle una vez más. Tae Heon se sentía atraído por el humano como nunca jamás había experimentado. Quería ir hacía Min Woo, tirar al hombre a sus brazos y hacerle el amor.

No seas ridículo. El amor no está en tus cartas. Tae Heon sabía que su mente estaba diciéndole la verdad, sin embargo, comenzó a cruzar el patio para estar más cerca. Nadie podía verlo. Su cuerpo físico era invisible. Aun así Kyung Il hizo una pausa y olio el aire, girando su cabeza hacia él.

Se paró. Kyung Il no debería ser capaz de detectarlo. Usó su habilidad para asegurarse de que seguía siendo invisible. Kyung Il siguió mirando al  lugar donde Tae Heon estaba parado un rato más y luego se giró, volviendo a perseguir a Yi Jeong.

Tae Heon caminó sobre el porche trasero y se colocó a un lado,  captando los hermosos rasgos del hombre. Ahora que Min Woo no era consciente de su presencia, podía observar abiertamente cada centímetro de su cara, dejar que sus ojos vagaran sobre el excepcional cuerpo, y conocer un poco más sobre el hombre.

Había un ordenador portátil, colocado en la mesa al lado de Min Woo. Estaba abierto y Tae Heon se sintió curioso al ver que el hombre había estado visitando webs sobre sitios míticos. ¿Estaba Min Woo tratando de aprender sobre el mundo que lo rodeaba o sobre alguien en concreto? El encabezamiento de la página era acerca de los demonios.

Tae Heon rodó sus ojos cuando vio las representaciones. No se parecían en nada a él. No tenía cuernos o un rabo. Se acercó y leyó el texto. Estaba todo mal. Quien hubiera creado esta página no sabía de lo que él o ella estaban hablando. Tae Heon quería decírselo a Min Woo pero no estaba dispuesto a revelarse a sí mismo.

Y entonces Min Woo hizo la cosa más extraña. Frotó su corazón con su mano mientras miraba alrededor. —Juro que lo siento aquí —, dijo.

El corazón de Tae Heon se saltó un latido. ¿Cómo podía sentirlo Min Woo? Eso era imposible.

 

Sólo lo echo de menos. Es por eso que creo que lo siento —. El hombre se rió suavemente. —Estoy perdiendo la cabeza.

El tipo estaba hablando consigo mismo. ¿Lo hacía a menudo?

Min Woo puso sus brazos alrededor de su cuerpo y miró hacia el suelo del porche. Cuando alzo la mirada, Tae Heon se sorprendió ante  la tristeza en los ojos verdes del hombre.

¿Por qué estaba triste Min Woo?

Yi Jeong y Kyung Il corrieron hacia el porche, y Tae Heon rápidamente se desplazó lejos. La melancolía parecía escapar mientras Min Woo sonreía, y Tae Heon supo que nunca sería capaz de alejarse del humano.

 

 

Min Woo juraría que había sentido a Tae Heon durante todo el día. ¿Era esa la conexión de la que Jin Hong había estado hablando? No, eso era ridículo. No había forma de que el sintiera al tipo. —¿Están listo para cenar? —Min Woo pregunto mientras Yi Jeong y Kyung Il dejaban caer sus traseros en el suelo del porche, jadeando y con sonrisas de oreja a oreja.

—Tengo a los pequeños sinvergüenzas   —Hui dijo mientras  salía.

—Ya hice su cena. Jin Hong tuvo que ir a trabajar, eso nos deja a ti y a mí.

—Bien, uh… —Min Woo agarró su portátil. —Me preguntaba si podrías ocuparte sólo. Tengo un proyecto que tengo que hacer. El plazo se está acabando, y me temo que voy a quedarme absorto con el trabajo.

Hui lo despidió. —Lo tengo. Entra y haz tu trabajo.

Yi Jeong y Kyung Il no deberían de dar muchos problemas. Habían jugado todo el día, y Min Woo sabía que al menos Yi Jeong estaba agotado. Hoya vendría a recoger a Kyung Il pronto, así que Hui tendría que cuidar sólo a Yi Jeong.

 

Se dirigió con el portátil a su oficina y lo dejo en su escritorio antes de cerrar las persianas. Se dijo que lo hacía por el sol, pero en verdad, estaba esperando la visita de Tae Heon.

Después de esperar casi toda la noche, Min Woo finalmente se rindió y se fue a la cama. Esta sería la primera noche en semanas que Tae Heon no había venido. Decepcionado, se ducho, se puso un par de pantalones de pijama y una camiseta. Fue por el pasillo para comprobar a Yi Jeong, viendo que su sobrino continuaba durmiendo.

Satisfecho, Min Woo regresó a su dormitorio y cayó en la cama. Se había girado y cerrado sus ojos, cuando escucho pasos.

—¿Tae Heon? —Se volvió y analizó la habitación, pero no vio nada. Tal vez había imaginado el ruido. Había trabajado toda la tarde y durante la noche hasta que el proyecto estuvo terminado, estaba agotado. Su cerebro  se sentía frito. Pero sabía que Tae Heon entraba a través de las sombras y se preguntaba si el hombre, estaba escondido aquí y ahora.

Sería algo intimo saber que Tae Heon podría estar en la habitación con él, mirándolo. Podría estar equivocado, pero de alguna manera, sabía que no estaba sólo. Sólo podía esperar que Tae Heon quisiera más. En su imaginación, Tae Heon venía a él, pasaba su mano por encima de la dura polla de Min Woo, murmuraba cosas traviesas y seductoras en su oído.

Min Woo gimió y se colocó boca arriba. Sí Tae Heon estuviera mirando, le daría un espectáculo para que el hombre comprendiera, lo que se estaba perdiendo por mantener su relación en la zona de sólo amigos. Deslizó su pantalón hasta los muslos y palmeo sus bolas, dando un suave apretón mientras su polla tiesa caía sobre su abdomen.

Sus piernas se movían sin descanso. Pateo sus panSe Lines fuera y luego extendió sus piernas, como si invitara a Tae Heon. Lamió la palma de su mano y luego la cerro alrededor de su erección, acariciándose a sí mismo mientras gemía. Pero no era su mano alrededor de su erección. En su imaginación, era la boca de Tae Heon. Su lengua jugaba recorriendo el camino hacia abajo hacia su eje antes de tragar su polla.

 

Min Woo  se  retorcía en  la  cama.  Tae Heon  empujaba la  cabeza de su polla entre sus mejillas. El demonio se frotó contra la  entrada  de  Min Woo. Su agujero se estremeció. Quería abrirse para Tae Heon. Su estómago se llenó de mariposas, por la excitación. Desesperadamente quería que su fantasía se hiciera realidad. ¿Qué se sentiría al tener un hombre tan poderoso entre las piernas? Inclino su cabeza hacia atrás y gimió mientras se imaginaba a Tae Heon besando su cuello, succionando uno de sus sensibles pezones.

Min Woo deslizó su mano sobre su delgado pecho y pellizcó uno de sus pezones, jadeando mientras se endurecía con su toque. Su mano agarró la polla más fuerte, tirando hacia él, luego pasó el pulgar por la cabeza esparciendo la sustancia pegajosa alrededor.

—Tae Heon —. Min Woo susurró el nombre del demonio en la oscuridad. Sus parpados se cerraron. Su pulso se aceleró. Mordió su labio inferior con sus dientes mientras doblaba sus rodillas, imaginando que Tae Heon lo extendía y lo preparaba para su gruesa polla.

Corrientes de placer pasaban a través de él. Su piel se estremecía con sus pensamientos. Pasó la palma de su mano sobre el centro de su pecho mientras, con la otra mano bombeaba al ritmo que imaginaba que marcaría Tae Heon teniendo sexo con él.

Min Woo gimió. Él quería que esto realmente ocurriera, no solo que fuera una fantasía. —Ven a mí, Tae Heon —rogó sin aliento. —No me hagas sufrir.

Era una tortura. Min Woo se acarició más rápido cuando no hubo nadie viniendo a él. Se había imaginado a Tae Heon ahí, observándolo. En su habitación había solo una persona, y era él mismo. La decepción lo inundaba, pero no podía detener lo que estaba haciendo, no podía parar la fantasía que había creado. Necesitaba el alivio para apagar el fuego que quemaba su cuerpo.

Suspiró y arqueó su espalda, sus piernas en movimiento  hacia  delante y hacia atrás mientras se daba placer a sí mismo. Su cuerpo se estremeció con necesidad. Su polla pulsaba en su mano. Min Woo   pellizco  su pezón y gimió mientras su mano trabajaba más rápido.

 

Sus bolas se alzaron. La presión contrayéndose. Imagino a Tae Heon golpeando duro en su culo, mirando como Min Woo se masturbaba, sus  ojos azules llenos de pasión y anhelo. La mano de Tae Heon cubriendo su mano, animándolo, ayudándolo a terminar.

Min Woo arqueó su espalda y gritó el nombre de Tae Heon mientras su cuerpo explotaba. Largas hebras pulsaban desde su polla, aterrizaron en su pecho y cubrieron su mano. Min Woo yacía jadeando, maldiciendo bajo, esto había sido solo una fantasía, Tae Heon no estaba realmente aquí.

—Ahora esto ha sido tan malditamente erótico, que  pagaría  por verlo de nuevo.

Min Woo se congeló y cogió sus pantalones cuando un hombre  surgió desde las sombras.

No era Tae Heon.

 

Tae Heon había comprobado el perímetro de la casa. Todo el mundo se había ido a la cama, y se había tomado este momento de tranquilidad para asegurarse de que los terrenos fueran seguros. También aprovecho para aplastar su profundo deseo de ir con Min Woo, deslizarse en el dormitorio del humano y… Tae Heon cerró sus manos en puños mientras luchaba contra las imágenes de Min Woo desnudo en su cama.

Estaba aquí para asegurarse de que la familia estaba segura, no para seducir a el hombre. Tenía que estar concentrado en su trabajo, no en sus deseos. Pero su mente no escuchaba. Insistía en enviar visiones del delgado cuerpo de Min Woo mientras follaba al hombre, y él hacía que Min Woo se corriera. Tae Heon gruño y apretó los dientes cuando las imágenes aparecieron en su mente.

 

Min Woo.

Miró a la ventana del dormitorio de Min Woo y luego se dio la vuelta, maldiciéndose a sí mismo por mirar. Está bien, iría dentro y revisaría la casa. Eso es lo que le enviaron a hacer. Comprobaría a todo el mundo y luego se relajaría en la sala de estar.

El plan era bastante sencillo.

Tae Heon fue dentro e hizo un barrido completo de la planta baja. Todo estaba en silencio. Se paró en la parte inferior de las escaleras y miró hacia arriba.

No entres en su cuarto.

Suspirando, subió las escaleras de dos en dos y reviso a Yi Jeong primero. El muchacho estaba dormido. Luego miró el cuarto de juegos del niño. Él estaba paralizado. Su resistencia desapareciendo según se acercaba al dormitorio de Min Woo. Tae Heon tenía que poner su mierda junta.

Caminó por el pasillo y se paró fuera de la puerta del dormitorio. Su mano apoyada en el pomo de la puerta cuando tomó una respiración fortificante.

Abre la puerta, verifícalo y luego vete.

Abrió la puerta apenas unos centímetros y miró dentro. Lo que vio lo paralizó. Su pulso latía tan fuerte que podía oírlo, su garganta se secó. Min Woo estaba acostado en su cama, su mano envuelta alrededor de su dura polla, masturbándose. Tae Heon se puso, instantáneamente, duro. No se podía mover. No podía respirar. El mundo que lo rodeaba desapareció y su visión se bloqueó en un solo hombre.

Sus rodillas se debilitaron cuando Min Woo susurró su nombre. Entonces Min Woo rogó para que Tae Heon viniera a él. Tomo cada onza de resistencia que poseía no ir. Dios, él quería. Lo hacía. Pero una pequeña parte de su mente le recordó por qué se estaba quedando donde el humano. No fue fácil. De hecho, esto fue la cosa más difícil que había tenido que hacer.

 

Se agachó y frotó la palma de su mano por encima de su erección, imaginándose a sí mismo entre las piernas de Min Woo, follando al  hombre. Cuando él se corrió, Tae Heon estuvo cerca de perderse. El aroma del semen de Min Woo lo golpeó, y sintió que su propio orgasmo comenzaba.

Hasta que escuchó otra voz que no debía estar aquí.

—Ahora esto ha sido tan malditamente erótico, que pagaría por verlo de nuevo.

Mientras Min Woo volvía a ponerse los pantalones, Tae Heon entró en la habitación y gruño cuando vio al hermano de Seol Jun. El hombre se giró y le sonrió antes de meterse detrás de las sombras y desaparecer.

Eso no podía ser posible. Sólo un demonio guerrero podía utilizar las sombras para desplazarse de un lugar a otro. Eran los únicos dotados con esa habilidad, sin embargo, el hermano de Seol Jun había desaparecido.

—¿Quién diablos era ese? —Pregunto Min Woo, mientras saltaba de la cama y miraba alrededor. —Sé que es un demonio, pero ¿por qué estaba aquí?

Se giraron hacia la puerta cuando Yi Jeong gritó. Tae Heon volaba por el pasillo y abrió de golpe la puerta del dormitorio del chico. El demonio estaba sobre el chico, una mano en el brazo de Yi Jeong. Se volvió hacia Tae Heon.

—Te llevaste a alguien que era muy importante para mí. ¿Qué te parece sí te devuelvo el favor?

Antes de que Tae Heon pudiera llegar al tipo, el demonio saco a Yi Jeong de la cama y se apresuró hacia las sombras que bañaban la habitación. Ellos se habían ido.

—¡Yi Jeong! —Min Woo grito mientras corría a la esquina y giraba en un círculo, pero ni el demonio ni Yi Jeong estaban allí.

—¿Por qué? —Min Woo se retorcía sus manos mientras miraba a Tae Heon con terror en sus ojos verdes. —¿Por qué se llevó a Yi Jeong?

—Porque es el hermano del hombre que atacó a Jin Hong en el Reino  de los Demonios  —explicó Tae Heon.— Quiere que su hermano sea liberado.

 

—¡Entonces libéralo! —Min Woo corrió hacia Tae Heon y golpeo su pecho. —Mejor que lo liberes, o que me ayudes porque realmente voy a golpear a ese demonio en su trasero.

—¿Qué está pasando? —Hui pregunto cuando apareció en la puerta.

—Una especie de demonio ha venido y secuestró a Yi Jeong —, dijo Min Woo antes de girarse hacia Tae Heon. —¡Llévame allí, ahora!

Hui maldijo. —Voy a llamar a Dong Woo y reunir a algunos hombres. Nos vemos en el Reino de los Demonios —Hui salió corriendo de la habitación.

—Ve a conseguir algo de ropa y nos iremos —, dijo Tae Heon. Él había sido asignado a la tarea de mantener seguro a Yi Jeong, y había fallado. Ese hijo de puta iba a pagar por llevarse a Yi Jeong.

Min Woo corrió a su habitación, Tae Heon pisándole los talones. Podía escuchar a Hui y a Jin Hong saliendo por la puerta. Min Woo empujó sus  pies en un par de botas y luego se giró.

—Estoy listo.

Tae Heon agarró a Min Woo y se trasladó a las sombras, saliendo a las calles de la ciudad de Serenity. No estaba seguro por dónde empezar a buscar. El demonio podría estar en cualquier parte. Diablos, podría no estar aquí. Podría haber ida a otro lugar del Reino Humano.

—¿Por dónde?  —Min Woo pregunto mientras miraba alrededor.   — ¿Dónde podrán estar?

—No tengo ni idea —admitió.

—¿Qué? —Min Woo entrecerró los ojos mientras sus manos se cerraban en puños a sus lados. —¿Cómo es que no sabes dónde están?

La ira del hombre hizo que una parte de Tae Heon saliera a la superficie, una parte que el intentaba mantener oculta. —No es como que hubiera puesto un puto dispositivo de seguimiento sobre el bastardo. Ni siquiera  sé su nombre, así que deja jodidamente de gritarme.

 

Los ojos de Min Woo se abrieron como platos mientras daba un paso atrás. Tae Heon se odiaba a sí mismo en este momento. Odiaba la mirada de miedo en los ojos de Min Woo. Era un bastardo arrogante casi todos los días. Con la forma en que se había criado, era un milagro que quedara un ápice de humanidad en él. Min Woo había sacado cosas que no deberían haber estado allí, suaves emociones, deseo de una pareja, pero él sabía que era absurdo pensar que estaba destinado a ser feliz. Podía verlo ahora. Su vida había golpeado la de Min Woo, y ahora el humano le temía. No pasaría mucho tiempo antes de que el hombre lo detestara.

Tae Heon se volvió sobre sus talones y comenzó a caminar. Min Woo estaría mejor sin él. Solo jodería la vida del humano. Era inevitable.

—No te atrevas a dar un paso más —, Min Woo dijo mientras lo alcanzaba. —No me importa cómo eres de espeluznante. Quiero que mi sobrino vuelva, y vas a ayudarme a encontrarlo.

—¿Espeluznante? —Tae Heon paseo a su alrededor, su corazón dolía al ver que Min Woo pensaba así. —No pareces asustado —. Tae Heon tenía que hacer que este hombre se diera cuenta de que no era bueno para él. Tenía que aplastar cualquier idea romántica que tuviera sobre él. —Me estas tomando por tonto, Min Woo. No soy adorable y suave. Yo soy tu peor maldita pesadilla. Soy un demonio. Eso debería decirlo todo. —Él recordó la página web que Min Woo había visitado y uso la información errónea para mostrar su punto. —Entrar en las casas, torturar y matar. Eso es lo que los demonios hacemos. ¿No has aprendido la lección? Mira lo que le pasó a Jin Hong y a Yi Jeong.

Min Woo salto cuando Tae Heon dio un paso más cerca. El humano empezó a parpadear rápidamente mientras lo miraba. —Pero tienes que ayudarme a encontrar a Yi Jeong. —Su voz era un simple susurro, mezclado con incertidumbre. Mató a Tae Heon verlo así.

Tae Heon apretó los dientes y dijo lo que debía. —Lo encontraré, pero tú te vas a casa. No puedo permitir que me hagas ir más despacio.

—¡Vete a la mierda! —dio la vuelta y se alejó. Tae Heon no tenía ni idea de a donde se dirigía el hombre. Min Woo no sabía nada de los peligros a su alrededor, no sobre las verdaderas amenazas. Había criaturas en el Reino de los Demonios que arrancarían el alma de Min Woo, criaturas que podían arrastrarlo al infierno y torturarlo por toda la eternidad. Los demonios con los que habían estado lidiando eran un juego de niños en comparación con lo que podía encontrar.

Tae Heon maldijo y lo siguió. Alcanzo a Min Woo y agarró el brazo del hombre empujándolo hacia el callejón más cercano.

—¡Déjame ir!

Min Woo empujo y pateó, haciendo su mejor intento para liberarse, pero Tae Heon tenía que proteger al hombre. Se trasladó entre las sombras y lo empujó hacia su escritorio mientras aparecían en la oficina del hombre.

—Quédate aquí —, espetó Tae Heon. Regreso a las sombras antes de  que Min Woo pudiera aferrarse a él, una vez más emergió en el Reino de los Demonios. Sus manos temblaban, mientras las pasaba sobre su cabeza. Estaba seguro de que Min Woo le odiaba ahora. Era lo mejor. Así que ¿por qué sentía su pecho como si un saco de ladrillos estuviera sobre él? ¿Por qué se sentía como si fuera la peor clase de escoria?

Quería volver y hacer las cosas bien con el hombre. Quería volver al momento en que Min Woo se estaba dando placer y hacer el amor con el humano. Quería volver a su infancia de mierda y empezar de nuevo. Pero sobre todo, Tae Heon quería lo que sabía que nunca podría tener. Una vida  feliz con el hombre que le estaba robando lentamente su corazón de hielo.

 

 

Continuara..

 


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