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Hilo Rosa por Neo neru

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Notas del capitulo:

Another day, another chapter. Ya empieza a calentar motores esto. Espero les guste.

Hay de No’s a No’s…hablando de la negación. Bien sabemos que en muchas ocasiones el “No” es fundamental para que nuestra sociedad funcione, o eso dicen, porque casi siempre nos la pasamos por el arco del triunfo, volviendo algunas relaciones o situaciones en algo abrumadoramente tóxico. Sin embargo como dije…hay de No’s a No’s, pues esta vid a es un matiz de grises y sería erróneo verlo en blanco o negro, y Kiki estaba segura de eso ante su recién rechazo.

El “no” activaba un sexto sentido en Kiki, y no sólo por la manera en que Zurie le había gritado, sino porque aquello le había confirmado lo que había visto en todo el día escolar, y es que…Zurie era un chico solitario; sus compañeros le huían y se mostraban completamente prejuiciosos ante su apariencia. El muchacho se amargaba por los murmullos y reacciones de la gente, prefiriendo estar solo a llevarse una decepción, sobre todo porque él no tenía fe en sí mismo, creyendo que sólo era un malandro más que trataba de sobrevivir en la escuela.

—Grimm…Grimm—gimoteó Kiki, quien estaba encima de su hermano el cual dormía junto a Clare.

La niña sentada sobre el abdomen de su hermano, comenzó a darle palmaditas en la mejilla, a su vez que la otra mano sostenía la toalla que tenía enredada en su cabeza. La pequeña Kiki olía a Rosas de haberse recién bañado.

— ¿Qué?—gruñó el muchacho, abriendo un ojo y viendo a su hermanita en bata—. ¿Qué quieres?

—Tu ayuda…poh favoh—chilló decidida, con sus ojitos llenos de ilusión.

Grimm soltó un quejido mal humorado y resignado, cubriéndose los ojos con su antebrazo, pateando a Clare fuera de la cama, provocando el susto de éste.

—Clare, prepara el desayuno—ordenó sin apartar su brazo de su rostro.

—Buenos días amigo. “Oye, ¿podrías hacer el desayuno por favor?” Claro, con mucho gusto lo haré. “Muchas gracias, eres increíble, que suerte el tenerte”—balbuceó Clare, lamentándose un poco tras levantarse, teniendo una conversación consigo mismo como si la tuviera con Grimm.

—Prepara el desayuno porque estás viviendo de a gratis en mi casa—respondió, viéndole con su usual cara de pocos amigos.

Clare refunfuñó, arremedándole por lo bajo mientras salía de ahí.

—Bien, ¿en qué necesitas ayuda?— Grimm tomó a su hermana por debajo de las axilas, alzándola con facilidad.

—Neceseto verme Dartsss—alzó la voz haciendo un ademán con sus puños—. Tengo que, que, que verme tan Dartsssss que, que debo hacer popis de murciélago. Estuve viendo tutoriales, y, y, y encontré a una niña que sí parecía ser darts, y aunque Verónica Rodríguez de la Luz… —hizo una leve pausa para tomar. Grimm iba a hablar pero Kiki siguió—del Topo, pero la conocen como la Elvira…

—Kiki, ve al grano por favor—suplicó su hermano, con su usual mal humor mañanero.

—Tengo mi plan C para ser la mejor amiga de Zurie. Sí, ahora me sé su nombre—sentención con felicidad.

Grimm arqueó una ceja, sintiéndose algo inseguro sobre el tema; más que nada por saber que al parecer su plan de ayer no había funcionado.

–Kiki, ¿no crees que es mejor dejarlo por la paz? Si no quiere ser tu amigo, que se vaya al cuerno.

—OHNONONONONONO…NO, nonono, No.

—Bien, ya entendí… ¿Por qué no, y cuál es tú plan?—bufó Grimm, estando a poco de meterle un calcetín a su hermana.

—No, porque…—Se quedó callada un momento, mostrando un poco de tristeza a la vez que llevaba sus manos al corazón—. Él todo el día estuvo solo, y la gente parecía no importarle. Es decir, lo veían como si fuese alguien malo cuando en realidad…es alguien aplicado para el estudio, no se mete en pleitos y aunque me gritó (?), lo tomo como un gran avance para alguien que sólo se ha dedicado a existir—dijo sin poderlo evitar, un tanto orgullosa.

—Ajá, y supiste todo eso con un día de clases, ¿no? —Arqueó una ceja, y es que a pesar de su rostro que mostraba incredulidad, sabía que su hermana era demasiado observadora.

—Sí…bueno, bueno, al plan—ahogó Kiki un grito, sin contener la emoción—.Mi nuevo amigo Zurie es dartssss. Entonces, si quiero estar con él, debe pues ver que me interesa la misma onda…ya sabes, para estar en onda con él, en la sintonía, en la buena vibra en la…—Kiki conforme hablaba, hacía movimientos con sus bracitos tratando de verse cool, hasta que su hermano la calló colocando un dedo sobre su boquita.

—Bien, está bien. Haré lo que pueda—refunfuñó con las mejillas sonrosadas, y es que aunque no lo mostrara, su corazón se ponía muy feliz cuando su hermanita acudía a él para ayudarla—.Trae tu maquillaje, tengo algo de ropa negra y unas cadenas del taller, además de las botas de Clare que podrían quedarte, pues si tiene los pies como su pit…

—Sí hermanito—dijo feliz, saliendo de ahí corriendo tras darle un beso en la mejilla.

Grimm suspiró, y sonrió ladinamente para ponerse de pie y sacar una peluca negra corta estilo Lord Farquar, tiesa y brillante que habían usado un Halloween, unas cadenas y lo que creía poder hacer lucir bonita a su hermana. Y es que a pesar de no tener idea de moda o esas cosas de “niña”, él se esmeraría en hacerla lucir bien, incluso buscando en su celular alguna imagen de referencia.

—Chicos, ya está listo el desayuno, apresúrense que ya se hizo tarde—habló Clare, quien daba la espalda la entrada por servir la comida.

—Descuida, ya le di dinero a Kiki, la iré a dejar…ahorita regreso para desayunar juntos—anunció con completa naturalidad, mientras tomaba las llaves y se llevaba a su hermana, quien para él, lucía como una princesa. Había puesto tanto esmero que hasta él se había manchado de maquillaje y roto alguna de sus prendas para dárselas.

Kiki entró a la escuela con completa seguridad, sus pasos resonaban de manera seca por lo pesadas que eran esas botas negras de mecánico, que si no se le salían era por la infinidad de plantillas y calcetines que usaba.

La pequeña se sentía soñada, como una princesa de las tinieblas, hasta podía sentir las “arañas” caminar entre su peluca tiesa, siendo una fiel “Elvira” según ella.

—Oh por dios—fueron algunos de los comentarios que resonaron.

Todos voltearon a ver a Kiki, quien se acercaba nuevamente a Zuri, tratando de caminar como una chica mala pero pareciendo un changuito silvestre.

—Así que… ¿Qué onda, mi buen? Aquí en la misma sintonía, haciendo popis de murciélagos, siendo parte de la raza para estar en la onda que está en onda, para ser compaiiitos. Puedo ser genial, puedo estar en la onda, y puedo ser chida chidori, estar en el uno y valerme mucho pepino de los grandotes que me vean, porque me vale…así soy yo…valeitonmadreiton—Kiki torpemente trató de cruzar los brazos, queriéndose recargar en un banca.

Zurie peló los ojos. Observaba primero el maquillaje todo grasoso que le hacía parecer un mapache, además de que ni siquiera estaba al ras de la línea de agua del ojo, pareciendo sólo manchones, mientras que sus pestañas lucían como patitas de araña; el rubor era como chapitas de payaso, y su labial negro estaba por todos lados, incluso los dientes.

El chico se sobresaltó cuando Kiki se fue de pompis al quererse recargar, observando esas botas enormes, y falda que eran unos pantalones cortados, unidos con grapas y amarrado a su cadera con una cadena; y la vestimenta no mejoraba, pues su playera negra venía con muchos tijerazos para que dieran el gatazo junto con unos calentadores rayados que se había puesto como mangas. Zurie estaba sonrosado, aparentemente avergonzado, pero en realidad su corazón empezaba a conmoverse.

— ¿Entonces?—carraspeó nerviosa, poniéndose de pie inmediatamente, aun en la pose.

Zuri resopló, tomándole sin querer con brusquedad de la muñeca para salir del salón. Su rostro estaba rojo, podía fácilmente echar humo.

—Bien, podemos ser amigos—gruñó “derrotado”, pellizcándose el entre cejo—. ¡Pero antes que saltes! No seremos mejores amigos, hasta que nos conozcamos bien—amenazó, señalándole con el dedo, casi picando su nariz.

Kiki asintió, empezando a vibrar de la felicidad, provocando que las botas hicieran ruido sobre el piso. Zuri suspiró nuevamente con resignación.

—Sin embargo, debo hacerte dos preguntas: ¿Por qué quieres ser mi amiga, y…estás segura?—bufó aparentemente con dureza, pero con la voz temblándole al final.

Zurie no entendía cómo es que alguien podía verlo siquiera como un ser humano, muy en sus adentros se sentía vulnerable e inseguro.

— ¿Por qué no querría serlo?—respondió Kiki, viéndole con esos grandes ojos—. Eres buena persona y me agradas.

Zurie se quedó callado, sus mejillas se coloraban sin poderlo evitar, e incluso una sonrisa se le escapó.

—Gracias…supongo. Pero no tienes que vestirte como yo para ser mi amiga.

— ¿Estás celoso de que me veo mejor que tú?—Alzó Kiki la frente con orgullo, con un deje inocente, moviendo sus cejas de la Kimberly.

Zurie rió sin poderlo evitar, sonriendo ladinamente con más libertad.

—Sí, demasiado—rodó los ojos en son de broma, pero algo enternecido—.Anda, vamos al salón.

—Sí, sirve que te presento a mi nuevo amigo que hice ayer…así seremos los tres mosqueteros—dijo entrando triunfante para buscar con la mirada a Atif.

Kiki apenas logró ver a Atif, le saludó con mucha energía mientras se sostenía su faldita, invitándolo a sentarse con ella y Zurie. Ambos chicos se sentían extraños por esta clase de inclusión, sin embargo, estaban felices de que el colegio no sería algo monótono, donde sólo estudiarían.

(…)

—Atif… ¿pasa algo?—Se atrevió a preguntar Kiki, una vez estando en el jardín de la escuela a la hora del almuerzo, un poco alejados de todos.

—Uh, no…no, es decir—carraspeó un poco nervioso, mirando de vez en vez a su alrededor—. Uh bueno, ayer conocí a un chico. Se veía un poco sucio, y su cabello tenía mechas de colores…

— ¿Altair?—interrumpió Zurie, mal encarado; aunque era difícil distinguir esa jeta de la que usualmente tenía—. Ten cuidado, no es buena compañía.

—Uh, supuse eso cuando me quitó mi dinero—rió Atif, con notable pena, pues sus blancos cachetes se teñían de rojo.

— ¿Quién es Altair?—Ladeó Kiki su cabeza con inocencia. Miraba a ambos desde abajo, al mismo tiempo que sacaba un par de tupers. Uno para Zurie con un lunch salado y otro dulce para Atif.

— ¿Qué es…?—dijeron a la par, dejando inconclusa la frase, sintiendo sus caras arder por el lindo gesto.

—Uh, es…es un chico abusivo. Realmente no me he metido con él pero a leguas se nota que está metido en cosas fuertes. Existe el rumor que si no lo han expulsado de la escuela, es porque le hace favores a los profesores—habló Zuri,comiendo con cierta lentitud para disfrutar cada bocado. No juzgaba al muchacho, pero sí sabía que debía tener cuidado, sobre todo porque estaba consciente del bullying que podía hacer a gente enclenque.

— ¿Qué favores?—dijo Kiki sin entender.

— ¿Quiere decir que estoy en problemas? Es decir…no quiero causar problemas ni nada.

—No te preocupes Atif, nosotros te cuidaremos. ¿Verdad Zurie?—declaró Kiki, haciendo un ademán con los puños.

—No, no se preocupen. Estoy bien, seguro ayer sólo fue un roce o percance—rió nervioso, pero algo enternecido por el ademán de quien parecía su nueva amiguita.

Mientras tanto, en el taller, Grimm parecía algo distraído, pues se limitaba sólo apretar uno que otro tornillo, sus ojos estaban ahí pero a la vez no. Estaba nervioso por su hermana.

— ¿Debo ponerme celoso?—bromeó Clare, tras darle un trago a su cerveza y acercándose para ofrecerle—.Espero estés pensando en mí.

—No empieces con tus joterías—se quejó, tomando éstas como simples bromas tontas—. No es eso, es que Kiki me pidió que la arreglara hoy y… —Grimm no terminó la frase, cuando Clare por la impresión le había escupido la cerveza.

— ¿La arreglaste?—bramó preocupado, Clare.

—No entiendo esa reacción—gruñó, conteniéndose las ganas de reventarle un buen golpe.

—Bueno…eres un “macho”.

—No entiendo a qué viene eso, claro que soy un macho…mi pito lo dice.

—No me refiero a eso, es decir…el otro día te quejaste que no conducirías un beatle porque ese es un auto de niñas, y tú no le tirabas a eso de las joterías. Lo cual es irónico e incongruente ya que tú eres el ama de casa de tu hogar.

— ¡Eso es diferente!—se quejó con les mejillas rojas y su ceño fruncido—. No puedes meter a alguien de 1.97 con más 90 kilos de músculo a una marranada como un Beatle. Como sea, ese no es el punto. El caso es que me pidió que la hiciera ver “darks” para ser el amigo del chacal ese. Más vale que el cabrón le diga que sí, o sea amable o tú y yo terminaremos partiéndole las piernas a alguien—aseguró.

—Tranquilo Scarface—se mofó, enternecido de cómo su amigo siempre pensaba en su hermana—.Seguro hará más amigos.

—Claro que lo hará, Kiki es Kiki—dijo seguro , frunciendo más el ceño. Miró su reloj, ya eran casi las dos— Oye, ¿puedes ir por mi hermana? Estoy esperando una llamada del Hospital.

—Claro, ¿vengo por ti o te esperamos en casa?

—Espérenme en la casa—finalizó, para dejar ir a Clare.

Kiki estaba ya en la salida de la escuela con su nuevo grupito de amigos, aunque claro, también se despedía de otros que a pesar de no ser de su salón, eran muy amables.

—Bien, nos vemos mañana. Es mitad de semana pero pueden venir a mi casa, siempre serán bienvenidos—chilló abrazándolos a ambos—. ¡NGH! Súper mejores amigos—gimoteó pujando, tan emocionada, restregando su mejilla a ambos.

Clare llegó, y con un último ademán se despidió.

—Bien, yo me voy—anunció con aparente indiferencia Zurie, mientras observaba a Atif. Asentir, despidiéndose con un torpe apretón de manos que el pelirrojo apenas pudo atinar.

Atif una vez se quedó solo, suspiró sin poder evitar sonreír; sentía que había sido un buen día, así que con esa sensación, se volteó para encaminarse a su departamento, sin embargo, chocó con quien menos deseaba.

—Perdón por no venir hoy, amiguito—se mofó Altair, viéndole desde arriba—.Problemas en el trabajo.

Atif se pasmó un momento al verlo, observando detenidamente cómo había algunas cosas nuevas en él, no estaba seguro si se veía más demacrado o si las manchas que tenía eran suciedad o hematomas, lo que sí era nuevo era su labio partido.

Trató de hablar pero no le salía la voz, causando que el chico se riese de manera un tanto escandalosa.

—Vine por tus donativos—bromeó un poco, tomándole de la ropa para alzarlo—.Tu dinero…

—U-uh no traigo dinero—mintió, esperando que le creyese—. Me lo gasté en mi almuerzo y…

Altair sin pena, empezó a manosearlo sin soltarle, sacando hábilmente su cartera y abrirla.

—Tsss… ¿Qué pasó, amigo? Entre amistades no se mienten—dijo Altair con un puchero fingido.

Atif sólo palideció, tragando con dificultad la saliva, al mismo tiempo que temblaba un poco.

—Creo que tendrás un poco de escarmiento, pero tranquilo…lo hago porque somos amigos y debes aprender a no mentir—sonrió de manera un poco torcida, tomándolo para meterlo con la mayor discreción al colegio.

Notas finales:

Los esperamos en nuestras respectivas páginas, ojalá les guste. Recuerden, Zurie, Atif y Clare pretenencen a Qraion <3


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