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Profundo carmesí (ShiIta) por zeldaxlove1997

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Niega rotundamente siendo perseguido por su compañero que no dejaba de atravesarse en su camino para captar su atención, incluso uno que otro jaloneo en su pelo que solo lo irritaban más


- Te he dicho que no - gruñe molesto - 


- ¿Alguna vez has ido a uno de esos eventos? - arquea una ceja - 


- No y no estoy interesado, gracias - evade nuevamente el cuerpo del otro pero solo unos segundos antes de que le cache nuevamente por el brazo, tirando de él hasta las jardineras donde toman asiento - 


- Pero es como una tradición aquí, me sorprende que tus padres nunca te hayan llevado a uno de esos, casi toda Konoha asiste - saca de su mochila el bento que preparó en la mañana - 


- No me gustan las multitudes, me da claustrofobia - 


- Pero es en el templo, es un lugar muy amplio, rara vez chocas con alguien a menos que vayas a los eventos de música que forman en el centro, pero fuera de eso es bastante calmado - 


Claro que conocía el bendito evento, pues su madre era de esas mujeres extremadamente tradicionales que gustaban de ir a esos lugares y platicar con su grupo de amigas, obligándolo a usar una ridícula vestimenta típica de Konoha, creía que con eso conseguiría a un alfa que se fijara en él y formaran pareja, lo que su madre ignoraba era que Itachi estaba lo menos interesado en ese tipo de cosas.


Bueno... así lo creyó hasta que aquel chico de clase nocturna lo defendió


Juguetea con el tenedor picando el arroz, desde la mañana no dejaba de pensar en aquel alfa que le rescato anoche, ni siquiera pudo preguntarle su nombre y quizá era mejor, después de todo eran completos desconocidos y exigirle su identidad aún cuando el otro le defendió sería muy atrevido. Pero las misteriosas imágenes del chico no dejaban de flotar por su mente una y otra vez, como una especie de bucle. 


Los alborotados cabellos negros, las pestañas extra largas y esos misteriosos ojos rojos que lo cautivaron, aquella había sido la primera vez que caía embobado por una simple vista a un alfa, nunca en sus años de vida había experimentado algo similar. 


- ¿Te encuentras bien? - no es hasta que escucha la voz de su compañero que logra espabilar - ¿Necesitas ir a la enfermería? - 


- No, solo estoy algo cansado - murmura mirando directamente al azulado que arquea una ceja sin creerle - 


- Eso o pareciera que viste un fantasma - bromea - 


Itachi solo suspira y aprieta los labios, quizá estaba exagerando... 


- Venga dime ya que te pasa - insistió tirando juguetonamente de uno de sus mechones - 


- ¿Tú sabes que pasa con los alumnos de clase nocturna? - la pregunta pareció descolocar un poco al otro que de repente cambio su expresión a una seria y sin una pizca de gracia, como si le hubieran dicho algo prohibido - 


- ¿Porque quieres saber? - 


- Curiosidad. - se encoge de hombros, restando importancia - 


- La curiosidad mato al gato - 


- ¿Qué? ¿acaso son monstruos que de noche de transforman y se comen a la gente? - ríe con burla pero al ver que el azulado no cambiaba su semblante guardó silencio- 


- No te involucres con ellos, sé lo que te digo - responde volviendo la vista a los alimentos, queriendo terminar cuanto antes la conversación, pero aquello había aumentado la curiosidad del pelilargo - 


- ¿Porque? ¿qué pasa con ellos? - 


- Nada, solo no te les acerques, es todo, me han dicho que son raros y ya - corta abrupto - 


- Pero ¿raros? ¿en que? - 


- Itachi - le mira directamente, haciendo callar de repente al otro que observa confundido el semblante serio del azulado - déjalo ya - 


Y con eso dio por finalizada la conversación, terminando su almuerzo antes de tomar sus cosas y despedirse del pelilargo que aún con la duda flotando veía a su compañero alejarse de las jardineras. 


¿Qué rayos le pasa? pensó confuso, tomando sus cosas para retornar a las clases restantes. 


 


 


 


Odiaba esto como nunca. Vestido con esa ridícula yukata y el moño en su cabeza, se sentía incómodo ante las miradas que le lanzaba la gente, su madre había insistido en que lo llevará puesto para ese dichoso festival de las flores en el templo de Konoha, vio a muchos omegas vestidos de igual forma que él, con la mínima diferencia de que ellos parecían disfrutar del atuendo y las miradas indiscretas de algunos alfas que se paseaban por ahí únicamente a observar a chicos lindos candidatos para ser su pareja, y obviamente entre ellos no estaba Itachi que a la mínima oportunidad que tenía para lanzarles una mueca de disgusto estos se apartaban indignados vociferando cosas sin sentido. Intentaba por todos los medios jalar lo más que podía las mangas del condenado atuendo, le llegaban a la altura del codo pero aún así se sentía desnudo ante los ojos de la gente, más porque su madre se esmeraba en ir saludando a cuanta persona conociera del vecindario y que por obra del destino habían asistido también.


Revolotea los ojos alejándose unos metros de sus padres, cruzado de brazos y con el ceño fruncido dirige la vista a los puestos de comida, por lo menos podría disfrutar de unos deliciosos dangos. Revisa el dinero en la cartera que portaba y le faltaban 10 yenes para completar. Haciendo una mueca con la boca se dispone a alejarse entristecido, ni siquiera de la buena comida podía disfrutar y todo por la insistencia de su madre


- Va por mi cuenta - una voz grave detrás suyo le alertan,  volteando de inmediato - 


La boca se le forma en una perfecta "o" en cuanto los ojos carmesí se cruzan con los suyos, dejándolo incluso sin aire por unos segundos antes de intentar torpemente formular alguna palabra coherente.


- Tú... - susurra lento - 


- Pareces asombrado - menciona el otro con un tono que no logro descifrar si era con burla o simplemente una observación - 


- Y-yo.. te pagaré, solo que - se asoma por todos lados para visualizar a su madre, sin éxito alguno entre tanta gente - 


- Déjalo, no me debes nada - 


- Pero... - está a punto de replicar cuando una tercera voz se une - 


- ¡Itachi! - 


El pelilargo voltea aún sin querer quitar el ojo de encima del pelinegro, no es hasta que su amigo azulado se acerca hasta él 


- Te estaba buscando, incluso te envíe un mensaje de texto, creí que no vendrías - 


- Hmm.. si, bueno mi madre insistió - murmura volteando levemente solo para encontrarse con que el pelinegro ya se había ido de una manera fugaz, ni siquiera dejó despedirse de él - 


- Vale pues me alegro mucho que te hayas animado, veo que ya te has pasado por uno de los puestos de comida - haciendo referencia a la brocheta con dangos - ¿Has probado ya el ponche que hacen? - este niega - venga, no te puedes ir sin antes probar un vaso - pasa una mano tras los hombros de este y lo encamina a los demás puestos - 


Mientras Itachi volteaba cada segundo como si mágicamente el pelinegro regresaría al puesto y podría verlo un rato más, había algo en él que simplemente lo atrapaba, como si su solo color de ojos lo llevaran con él. 


oh ese profundo carmesí. 


Camino por un buen rato junto al azulado que le llevaba de un lado a otro, de puesto en puesto, incluso le compró una figura de cuervo que el menor vio, no podía negar que la estaba pasando bien, por no decir que teniendo de compañero a Kisame,  los alfas se limitaban en solo observar de lejos y no intentar entablar una conversación, pensando que quizá el otro era su pareja. 


El tiempo pasaba rápido y la noche crecía en cada paso, así como la sensación de estar siendo observado, creyó que se debía a los alfas que le lanzaban una que otra mirada indecorosa pero no, esto era diferente, se sentía tan lúgubre, tan escalofriante que le hacía poner la piel de gallina, en más de una ocasión volteo a ver si alguien lo seguía pero se encontraba con los pasillos vacíos y el frío pasar del viento que anunciaba el llegar de las 12:00 pm, se abrazó a su yukata, apresurando el paso con el azulado que le preguntaba si estaba bien a lo que solo respondía con monosílabos 


A los pocos minutos suena el celular del azulado, anunciando un mensaje entrante


Esté se disculpa y se aleja unos centímetros para responder, dejando al pelilargo en medio de aquel largo pasillo, con las apenas tenues luces que alumbraban el lugar, el sonar del viento chocando contra los árboles le producían un revoltijo en el estómago, nunca había sido creyente de fantasmas ni nada por el estilo, pero aquella atmósfera ambientada por un frío crudo que le calaba hasta los huesos y que la delgada tela del yukata no calentaba para nada, el tronar del aire con los puestos y las pancartas acrecentaban su ansiedad. 


Voltea a los lados esquizofrenicamente, dudando si en verdad hay alguien que lo esté acosando,  estuvo tentado en tomar su móvil y llamar a su madre pero le echo todo el peso de la culpa a sus nervios y ansiedad, repitiendo como un mantra que todo era producto de su imaginación, que nada estaba ocurriendo. 


Pega un fuerte brinco en cuanto siente una mano sobre su hombro, gritando aterrorizado solo para toparse con su amigo que le mira entre preocupado y confuso 


- ¿estás bien? - 


El pelilargo da una bocanada de aire y se toca la frente, intentando regular su respiración 


- Sí - responde en un hilo de voz - 


Kisame asiente no muy convencido 


- Ita disculpame pero me acaba de llamar mi padre, debo volver a casa - dice con una mueca de disgusto, no quería dejar al pelilargo - 


- ¿Ahora? - susurra con algo de temor - 


- Sí, es urgente - tuerce los labios - ¿quieres que te lleve a casa? - ofrece en cuanto la expresión asustada de Itachi no le dejaban tranquilo - 


- Vine con mi madre - se muerde el labio inferior - 


- ¿Sabes dónde se encuentra? - 


- No, iré a buscarla - 


El azulado observa preocupado al otro 


- ¿Seguro que no quieres que te lleve a casa? - 


- Seguro, estaré bien - intenta forma una sonrisa - 


Kisame asiente despidiéndose del pelilargo


Suelta un bufido, la verdad que hubiese preferido que el azulado lo llevará pero no podía irse sin su madre, seguramente del regaño no se salvaría si es que se iba sin avisarle. Con resignación camina de regreso a los puestos en el templo, se habían alejado bastante hacía las antiguas ruinas de Konoha, el frío comenzaba a incrementar y solo llevaba el yukata puesto, trataba de jalar de las mangas para cubrir los brazos pero aún así la tela era muy delgada, el viento se colaba por donde sea, los dientes ya le chirriaban por la temperatura, obligando a aumentar el paso 


Los escalofríos lo invadían en cada paso, sintiendo un cosquilleo molesto en la oreja, el pasar del viento despeinando el perfecto moño que le hizo su madre, dejando que los rebeldes mechones negros se revoloteen por todos lados, obstruyendo la vista del pelilargo que tropezaba de vez en cuando entre sus pasos


Lleva las manos a sus mejillas, notándolas heladas y con un ligero sudor, voltea nuevamente a los lados, temblando en el sitio con el movimiento de las ramas y hojas, se encoge aún más, corriendo como se lo permiten los zapatos abiertos que portaba, sin importar ya si el moño seguía en su sitio o no, tenía que salir de ahí cuanto antes 


Jadea entre su carrera por regresar al templo, tirando de la yukata para no tropezar con la tela, y como si su suerte no fuese ya deplorable, el moño termina por caerse, soltando toda su larga melena negra que le obstruye la vista de momento, el sonido de la peineta cayendo al suelo hace un ruido ensordecedor, casi podía jurar que escuchó el aullar de un lobo entre los arbustos 


Detiene el paso, notando el acelerado palpitar de su corazón, el sudor recorriendo su espalda, las manos temblando desenfrenadamente. 


- Yo no correría en estos sitios si fuera tú - 


Gira rápidamente al instante en que la profundidad de la voz le alertan, encontrándose nuevamente con esos ojos carmesí que ahora encogieron su corazón 


No puede ni responder del nudo que se forma en la garganta, estaba en un shock terrible, apenas y podía regular su respiración, se sentía tan humillado de estar así frente a ese alfa... todo echo un desastre, con el pelo suelto enmarañado por los jaloneos y la yukata arrugada entre su caminar rápido, seguramente se miraba horrible


Entre su trance y asombro de ver al otro no fue consciente cuando esté ya se encontraba a una distancia muy corta de él, estuvo a punto de pegar un brinco y caer de bruces al suelo pero el otro le detuvo, estirando la peineta que cayó cuando corría de regreso al templo 


Muerde su labio inferior con vergüenza antes de tomar el objeto, pero al momento de hacerlo sus dedos rozan con la palma de la mano ajena, notando un frío descomunal para cualquier humano, casi como si tocara un trozo de hielo 


- Estás helado - alza la vista preocupado, notando como el otro ni se inmutaba, conservando el semblante serio - ven, debes tomar algo caliente - intenta sujetar nuevamente la mano pero este la retira rápidamente - 


- Estoy bien - 


Itachi le observa unos segundos, como si quisiera descifrar algo pero no encuentra nada, solo la expresión seria del otro, los ojos carmesí centrados en él, sin quitar la vista ni un solo segundo 


- Yo.. eh gracias - susurra haciendo una pequeña reverencia - 


El otro asiente y le da la espalda dispuesto a retirarse 


- ¡Espera! - aprieta los labios no sabiendo si era algo correcto - ¿Como te llamas? - 


Un silencio prolongado se forma, ya ni siquiera era consciente de que el fuerte viento había cesado y que la atmósfera parecía haber adormecido desde hace unos segundos en los que apareció 


- Shisui - 


Forma una pequeña "o" con la boca, no era un nombre común por ahí, podría decirse que jamás lo había escuchado antes, pero dicho por los labios de aquel alfa sonaba tan perfecto. 


Sonrío inconscientemente 


- Hasta luego, Itachi - la profundidad con la que pronuncio su nombre le produjo un escalofrío que le recorrió desde el empeine hasta la nuca, traspasando toda su columna vertebral - 


Se queda embobado viendo como el mayor se aleja del lugar, sin evitar maquilar cientos de preguntas sobre él. 


Shisui


Un suave sonrojo se acentúa en sus mejillas mientras regresa al templo donde su madre estaba esperando en la entrada, sin haber notado que desde la aparición del ojirojo el ruído de la naturaleza había desaparecido por completo. 


 

Notas finales:

Lamento la tardanza, he tenido muy poco tiempo para venir a actualizar los fics, además ando algo corta de ideas, no quería subir algo forzado. 


Muchas gracias por sus hermosos comentarios, los leo todos <3 


Nos vemos en la siguiente actualización


Besos 


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