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Más de media hora por Aurora Artemiva

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Notas del capitulo:

¡Hola bellezas! Vengo a dejar el quinto capítulo de esta historia. Si vienen leyendo mis fics con anterioridad, no van necesitar aclaraciones.

 ¡A disfrutar!

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 12:38 PM

 Como bien lo advirtió Ackerman días atrás, el anuncio sobre la misión a llevar a cabo se daría en lo que respecta de la semana siguiente. Es así, como luego de adjuntar y catalogar los últimos archivos necesarios, preparó la sala de reuniones.

 Un té de manzanilla fue su acompañante mientras acomodaba el proyector a la altura exacta de la pantalla blanca; y las carpetas con ficheros y documentación confidencial las posicionó frente a las respectivas sillas alrededor de la mesa barnizada. Un retoque a los pocos muebles del lugar para eliminar el polvo lo dejan satisfecho y tranquilo. Una vez que corrobora la hora, da cuenta de la disposición de 5 minutos aún para llamar a su equipo a la sala, y aquel tiempo lo utiliza para sentarse a terminar el té.

 A comparación con los últimos días, se sentía extraño. No por razones exactas, sino por el trabajo que tendría que desarrollar junto a sus hombres. Tal labor lo ponen un poco nervioso ya que sería la misión con mayor riesgo a la que se aventura en sus años de espía, y carga consigo la responsabilidad y preocupación de sus hombres; la de Eren.

 Ahí va otra vez con el mocoso inmiscuyéndose en su mente. No puede decir que le molesta, ya que con él siente una comprensión verdadera de sí mismo. Vamos, seamos racionales, llevaba años cargando con las memorias de su vida pasada; con la cual se sentía bastante ajeno.

 ¿De verdad era así de arisco? ¿Tanta mierda había vivido?

 Por más que actualmente fuera frío con su entorno, no podía compararse con aquellos recuerdos. Por Dios, ni siquiera se daba la libertad de reír cuando tenía todas las de hacerlo.

Cuestión; no se sentía muy familiarizado con su vida pasada. Mucha mierda, mucho mal por el cual no quería volver a caminar. Y lo que sucedió con Eren, fue la liberación de tales pesares. Abrirse ambos y vomitar metafóricamente el peso de sus actos milenios atrás.

 Con esas deducciones en manos, se dijo a si mismo que tuvo suerte; demasiada suerte de encontrarlo en un mundo tan variado y amplio; más extenso que cuando se conocieron.

 Esos 5 minutos volaron, y se enfiló con dirección al gimnasio donde se debían encontrar los muchachos finalizando el entrenamiento. Tal como lo imaginó, ya estaban hidratados y tirados sin vergüenza en el suelo.

 -Ey, manga de vagos. Tenemos reunión. Usen las duchas de los vestidores y preséntense en la sala de reuniones -

 Desde la colchoneta negra donde reposaba el abdomen de Jaeguer, éste giró lo suficiente el torso para asentir y, como regalo, darle un guiño bien disimulado.

 El resoplido de un fantasma le habría dado menos escalofríos que aquel gesto del castaño.

 Frunció el ceño fastidiado.

 -¡Apúrense!-

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 El incumplimiento del horario siempre fue una falta de respeto total para Levi, y eso se lo hizo saber bien a sus subordinados. Es así, que en menos de diez minutos, los hombres se presentaron totalmente pulcros en la sala.

 Orgullo; eso era lo que hacía golpear el pecho del mayor al verlos ingresar por la puerta y cumplir.

 -Tomen asiento -

 Acatada la acción, notaron las carpetas frente a los asientos, y entendieron que el momento más esperado llegaba.

 -No hace falta que les diga que lo que se va hablar ahora es confidencial, ¿Verdad? -

 Una negación con la cabeza por parte de los presentes le asegura el silencio de éstos.

 -Bien, comencemos -

 La luz apagada al igual que el cierre de las cortinas roller conceden un ambiente oscuro que permite divisar las imágenes con nitidez del proyector.

 Sobre la superficie clara, el cuadro de 2 hombres y una mujer aparecen como signo de importancia. Así, Ackerman situó lugar frente a la luz para dar explicaciones.

 -Estos son nuestros objetivos - comenzó - tenemos a dos masculinos y una femenina. A cada uno vamos a llamarlo por un número. El primer hombre será el objetivo Uno, el siguiente será Dos, y la mujer Tres. Utilizaremos esos nombres hasta dar con su verdadera identidad.

 -Eso significa que no están registrados en el sistema - intervino Eren.

 -Exacto. Están en anonimato. Llevan más de cinco años trabajando en conjunto, y por más que tenemos sus rostros, no sabemos quiénes son realmente - contó el mayor.

 Cuando dio la indicación de que abrieran las carpetas, encontraron diversas denuncias, legajos y notas críticas contra los sujetos visualizados en la pared.

 -Segun las últimas investigaciones, están relaciones con trata de personas y narcotráfico. En el peor de los casos, ellos podrían dirigir la mercadería y el capital obtenido. Y de ser así, tienen que tener la espalda muy bien cubierta-

 El ojeo de Agustín al expediente le da una señal.

 -¿Tienen comprada a la policía?

 -Es lo más seguro.

 -Entonces…

 -Sí - comentó el castaño - deben manejar un cartel* de forma internacional.

 El pase de hoja tras hoja los llena de información.

 -Con las investigaciones que hicimos de cada golpe que dieron; nos dimos cuenta que cada uno de ellos tiene una tarea específica a desarrollar. "Uno" se encarga de la cacería; va en busca de los productores locales de cocaína y de los menores de edad a secuestrar. "Dos" lleva a cabo los planes de transacción, hace los arreglos necesarios para el envío y entrega. Y por último; "Tres" va a recibir y ocultar todo el paquete. Por lo que registramos de algunos testigos, se la vio ingresando en albergues transitorios con jueces, comisarios y hasta pilotos. En resumen; tienen una forma de obrar bien armada y ejecutada - expuso el mayor al terminar de pasar las imágenes.

 -...eso significa que no solo nos metemos con ellos; sino también con funcionarios de los gobiernos donde ocurrieron los hechos de tráfico y corrupción -

 Ante el comentario de Jaeguer, Levi no se sorprendió de que fuera él quien dedujera eso.

 Siempre actuando como un zorro el chico.

 -Sí… al caer ellos, también caen sus cómplices. Y créanme, son demasiados esparcidos por distintos países - tomó asiento con sus hombres - nuestra misión va ser aprendernos de memoria sus rutinas y atacar en ese punto. Quiero que averigüen cuánto duermen, cuánto comen, qué les gusta y qué no, sus fetiches, si tienen preferencias en alguna religión, los atuendos que usan y hasta el tipo de papel higiénico que usan para ir al baño. Todo; tenemos que saber absolutamente todo para poder proceder con eficacia sobre sus cabezas. En los próximos días nos vamos a dedicar a eso -

 Esa última oración dejó confundidos a los muchachos.

 -Pero; ¿Cómo?... - preguntó un subordinado.

 -Jajajaj - la risa leve del menor dejó estáticos a sus compañeros - si no estoy equivocado, la última vez que se los localizó según el informe fue en Jambi. En un vuelo registrado como de carga pesada. Por lo tanto, debe tener escala… -

 Allí fue otra vez la no sorpresa del mayor al verlo deducir por sí solo.

 Aclaró la deducción de Eren.

 -Y esa escala, está en Singapur -

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 23:17 PM

 -¡Hasta mañana Jaeguer! -

 -¡Nos vemos, Agustín! - le devolvió al verlo salir del complejo al igual que sus compañeros.

 De hecho, Eren también tendría que retirarse del edificio y tomar el autobús a su casa, aunque prefirió indagar en la privacidad de su jefe.

 Pero al llegar a la oficina, la ausencia del mayor lo desconcertó. El abrigo, las llaves y las demás pertenecías de éste se encontraban dispersas por el escritorio, lo cual indicaba que no se había ido.

 Entonces, ¿Dónde podía estar?

 Comenzó así a inspeccionar la cocina, el baño y el gimnasio de entrenamiento. Nada, ningún rastro del hombre. Sin embargo, unos ruidos lejanos pertenecientes a la última planta le advierten movimiento. A paso lento mientras subía las escaleras, el estallido de lo que reconocería como tiros le hacen entender que estaba practicando.

 Una vez allí, la gruesa pared reforzada con vidrios impermeables le permiten observar a Levi en una posición segura y firme, concentrado en la figura inhumana ubicada a 10 metros de distancia. El menor tomó asiento del otro lado sin ser notado por su jefe, y se embeleso con los desplazamientos que el contrario daba al disparar en puntos vitales de la marioneta. Uno, dos; uno, dos, tres; Eren en algún punto perdió la cuenta de las balas que salieron del cañón, e incluso el sonido ensordecedor no lo llego a tambalear; no mientras tenía la vista perfecta de su jefe actuando con total confianza.

 Cuando el mayor se quitó los lentes y auriculares de protección, el chico aprovechó.

 -Eso fue impresionante -

 Otra vez; el pasar de un fantasma le habría dado menos escalofríos.

 -¿Qué haces acá? Es tarde para que sigas en la agencia.

 -Lo busqué en su oficina, y como no lo encontré, revise los demás espacios - contó.

 A la par que lo escuchaba, recogió del suelo las balas desperdiciadas y los trozos de maniquí rasgados por los disparos.

 -Bien, ya me encontraste. ¿Que necesitabas? - interrogó.

 -Bueno… quería saber si algún día de esta semana estaba libre -

 -¿Para qué?

 Allí mismo el chico se sintió deseoso de bromear.

 -Para secuestrarlo, torturarlo y después tirarlo envuelto en una bolsa al río - le contestó sarcástico - ¿Para qué va ser?

 Lo poco que se había reído fue suficiente para avivar la impaciencia del mayor. Agarró de la corbata al menor para llevarlo contra la pared de la sala de tiro. Bloqueó sus salidas al estampar las manos a los costados de su figura, impidiéndole el escape; y por si fuera poco, filtró una pierna entre las del joven, inmovilizandolo.

-¿Con quién te pensás que estás hablando, mocoso? - preguntó sobre la curvatura de su cuello.

 Eren entendió que de seguir jugando terminaría en el suelo gracias a una patada. Supo que responder también sería una mala decisión, así que optó por mantener silencio mientras bajaba un poco la cabeza para observarlo. El cruce de mirada con el mayor fue solo el inicio de su estremecimiento, y es que la respiración pesada cayendo sobre la piel de su cuello le alteró los latidos. Reconoció muy bien ese magnetismo, el mismo que sentía al haber tan poca distancia entre ambos. Fue allí donde su lucidez detuvo el ataque impulsivo de morderle la boca; no quería una reprimenda por besarlo en el trabajo.

 Si estaba bien o no lo que deseaba hacer, ya no pudo analizarlo. Los dientes traviesos de Levi ya se habían hecho dueños de su labio inferior, del cual tironeó para después ensalivar.

 Al carajo la agencia y sus puestos.

 Quebró el agarre forzado del mayor al tiempo que devoraba la boca de éste con vehemencia. La total correspondencia le indicó que iba por buen camino, y terminó filtrando la lengua en aquella cueva húmeda en cuanto Ackerman intentó suspirar. Poco a poco perdió fuerzas, y tal momento lo aprovechó el chico para guiarlo forzosamente hasta la mesa donde reposaban los cartuchos y utensilios para la limpieza de armas.

 -N-no, Eren - pidió cuando fue levantado de los glúteos y depositado en la mesada - calmate.

 La sonrisa ladina del contrario lo dejo estúpido.

 -Estoy calmo, señor. Aunque no puedo decir lo mismo de usted - sugirió al esparcir caricias a lo largo de sus piernas.

 -Mocoso de m-mierda, no podemos acá. Están las armas - hizo referencia a los elementos tras suyo que le impedían recostar el cuerpo.

 Prefirió no haber dicho nada, porque el manotazo del chico liberó casi por completo la mesa de interrupciones.

 El reclamo hambriento de Jaeguer por los besos contrarios lo llevo a inclinar parcialmente el torso, en una invasión deseosa sobre la esencia ácida de la piel de Levi. La adrenalina de tenerlo ahí, sobre una mesada, entre sus piernas y suspirando entrecortado incitó su impulsividad al transmitirla en besos lujurioso por aquel cuello.

 -...Eren, ah… - no daría más. Ackerman jamás dejaría que sus fortalezas cayeran tan estrepitosamente, ni aunque fuera por el menor.

 Sin embargo, la humedad de los labios contrarios paseándose por el comienzo de su clavícula lo dejaron embriagado. Uno… dos… cuatro chupetones llego a dejar el chico al bajar un poco la camiseta negra de su uniforme. Cuando creyó que aun podía mantener la compostura, el muy descerebrado lo obligó a enredar las piernas en su cintura y hacerle sentir la madurez de su hombría semi despierta.

 Fue por pura inercia que el mayor movió sus caderas una sola vez en un vaivén lento. Aquello fue más que suficiente para hacer estragos en el vientre bajo del chico, y detuvo el movimiento solo para mirarlo, para dar cuenta que los ojos contrarios anhelaban acercarsele tanto como él quería.

 No obstante, y como solía sucederle a ellos incluso milenios atrás, fueron interrumpidos.

El crujir áspero de la puerta de la sala dio de lleno en la audición de Levi, y no pudo siquiera quitar a Eren de sus piernas ni bajarse de la mesa cuanto una silueta conocida observó contrariado desde el umbral la situación.

 -...Disculpen. Levi, te dejo la información que me pediste - recitó Erwin en menos de dos segundos, ubicando las fotocopias sobre una mesada cercana de sí.

 Al cerrar la puerta y retirarse, el chico ya había deshecho el enredo de sus brazos y piernas. Vio como el mayor bajó de la mesa en un solo movimiento, y creyó que sería sancionado o mínimamente reprendido. Es así, como esperó al igual que un perro las órdenes de su superior, aunque lo único que escuchó del contrario fue una carcajada.

 Si. Una carcajada.

 -¿Señor?... ¿No está enojado conmigo? -

 Levi acomodo su remera y recogió los papeles con una actitud calmada y con una pequeña pero notable sonrisa en el rostro.

 -No Eren, me causa gracia que Erwin lo haya visto. Por favor, mañana no voy a poder dirigirle la palabra - comentó antes de dejar oír una risa más calma y burlona - buscá tus cosas. Nos vamos… y con respecto a tu pregunta; estoy libre el fin de semana -

 Allí Eren entendió que no era el mismo Levi Ackerman de hacia dos mil años.

 Lo comprobó en esa agradable risa.

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 09:32 AM

 -¿Quién dio el primer paso? -

 Reconozcamos algo, la presencia de Smith en la vida de Ackerman fue parecida a una bendición. A veces suele fastidiarse con aquella actitud irreemplazable del rubio a la hora de saciar su curiosidad. Es asi, como éste aprovecha al día siguiente para degustar un té con Levi en la rutina ordinaria de la mañana antes de que los informes se le amontonen en el escritorio.

 -No sé de qué me hablas -

 -Del castaño que te devoraba anoche en la sala de tiro - contestó en seco, logrando romper la estabilidad y serenidad del mayor.

 -¿No tenías una forma menos ruda de decirlo? -

 -Rudo fue lo que vi entre ustedes - río Smith para luego beber de la taza.

 Se cruzo de piernas sabiendo que ahora tendría que responder demasiadas cosas.

 -Ambos fuimos. Puede decirse que ya nos conocíamos, y que alguna vez tuvimos algo -

 -¿En Estados Unidos? -

 Tratar de describir la relación con Eren en su vida pasada sería demasiado complicado. Optó por ponerle parches a la historia.

 -... Sí. Lo entrené hace mucho tiempo, de ahí nació algo amorfo entre los dos - relató degustando la bebida - pero teníamos diferentes objetivos.

 Cuando se acabó el té de Erwin, éste se levantó en busca de más.

 -¿Entonces ahora lo están intentando de nuevo? - preguntó dejando caer el agua hervida sobre la taza.

 -Creo que sí… por el momento está todo bien - contestó.

 -Eso es algo muy bueno. No te vi salir con nadie desde que llegaste a Singapur, ni siquiera por sexo - comentó al volver a la silla.

 -Fue porque no estaba interesado en nadie. Además, mi atención estaba volcada completamente a conformar el equipo -

 -Eso significa que ahora tenés más tiempo para tu vida personal. Eso sin mencionar que es muy lindo el chico - comentó - entonces… ¿Folla bien?

 -¡Erwin! - el mayor esperaba cualquier tipo de pregunta menos esa. Casi escupe el desayuno - ...no lo sé, no garchamos todavía. Aparte, yo sería quién lo follaria, no al revés.

 -Por como vi la situación de ayer...déjame decirte que vos estarías abajo - mencionó en medio de una risa. Tomó su taza sucia y se levantó con la clara intención de irse.

 -Andate antes de que te tire con la pava eléctrica - amenazó; un poco tarde porque ya se estaba retirando.

 Por más lo intentara negar, el corto encuentro con Eren hacia un día lo había dejado confundido. La fogosidad con la que actuó el menor a la hora de arrinconarlo contra la mesa fue increíble. Y la peor parte ( al menos para él) fue que le gustó. Esa actitud temeraria ardió a través de sus poros, ante la cual no puso resistencia.

 Tal como si lo hubiera llamado, el celular vibró activando una notificación de mensaje. Lo tomó, dejando por unos momentos los informes y prestando atención a la pantalla.

 La irritación le hizo fruncir el señor al leer.

 

"✓Eren: me dijo que el fin de semana lo tenía libre, y hoy es viernes; ¿Le gustaría cenar en mi casa? ¡Yo cocino, no se preocupe!

 Sabía de antemano que sus planes para esa noche era inexistentes. Como mucho lavaría la ropa, tocaría la guitarra o limpiaría a profundo sus dos armas reglamentarias. Y no se tardó mucho e

 "Responder: ¿A qué hora mocoso? Más vale que sea comestible"

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 21:28 PM

 En lo único que pensó el menor desde la vuelta en bus a su casa fue en: la limpieza y la comida.

 Arreglar y asear el departamento sería fácil. Los productos necesarios los tenía, sólo faltaba comprar lo que utilizaría para la cena. Así, decidió bajarse dos paradas antes de llegar y pasar por el mercado. Unas verduras salteadas con spaghetti fueron su mejor opción. En la góndola de bebidas se topó con una gran variedad de vinos, y terminó llevándose uno blanco. Eso le daría el toque final a la comida.

 Cuando entró al edificio y consecuentemente a su hogar, lo recibió su mascota.

El gato se le pegó cual enredadera en las pantorrillas y maulló en busca de agua y más agua fresca en su tarrito.

 -A ver Capitán, ahora no puedo -

 Allí mismo frenó en seco sus pasos hacia el lavadero… ¿Cómo le explicaría al mayor que su gato se llamaba "Capitán"?

 Comprendió que no podría echarle la culpa de nada; al felino lo adoptó en Argentina y sin conocerse aún, lo cual le daba la razón absoluta.

 Sin embargo, no paro de reír ni cuando limpiaba la sala ni cuando picaba los morrones y zanahorias.

 De tal modo, las horas transcurrieron con facilidad, y entre los preparativos y la ducha que se dió para encontrarse presentable, la presencia del mayor se hizo notable cuando el timbre del departamento de dos ambientes sonó.

 Dos vistazos rápidos a la camisa bordó que llevaba puesta y su cabello lo dejan contento. Verifica la ubicación de Capitán; encontrándolo durmiendo en paz sobre el sillón. Cuando bajó abrir, la figura del mayor esperando de espaldas detrás de la puerta de vidrio lo relajó del todo. Reconoció aquel porte, tan varonil como solía mostrarse, y en esta ocasión lo adornó con una camisa sencilla y un chaleco negro de vestir.

 El menor se preguntó en ese momento como mierda hacia para verse atractivo en cualquier atuendo y lugar.

 -¡Hola señor! ¿Como está? - saludó enfervorecido al abrirle la puerta.

 -Nos vimos hace unas horas en la Agencia, ¿Porque tanta emoción? - preguntó desinteresado al ingresar al edificio.

 -Siempre me emociono cuando lo veo - le devolvió sin filtro. Para cuando recayó en sus palabras, el rubor le hizo arder los pómulos y la nariz - no...bueno, lo que pasa es qu-

 -Sshh, tranquilo. No es como si fueras el único que siente eso -pasó a su lado, acariciándole apenas la cintura con ternura - Hola mocoso.

 -...Hola Levi - acompañó la mano que lo sujetaba por la cintura en un toque amable, para luego besarlo pausadamente, sin profundidad.

 Ya dentro del departamento, el mayor se dedicó a estudiar el ambiente del lugar. Un claro gusto por el color celeste y blanco al igual que los detalles de madera. Dos cuadros artísticos abstractos le llamo la atención; de seguro algo significaban. Sin embargo, su completa atención se posó en la criatura sobre el azabache sillón.

 -¿Tenés un gato? -

 -Ah sí. No iba dejarlo solo en Argentina, así que lo traje conmigo cuando me mudé -

 Tomó lugar junto al felino, dejando la campera en el apoya brazos de madera. Mientras acariciaba la columna del animal, el aroma de las verduras le llegó a su olfato cuando Eren abrió la olla desde la cocina para verificar el estado de éstas.

 -¿Cómo se llama?

 No supo por qué hubo silencio tras una risa que claramente intento esconder el menor, pero cuando habló, entendió.

 Salió de la cocina para contestarle.

 -Capitán… se llama capitán -

 -¿Es una broma? - no lo creía.

 -Ya me gustaría que fuese una broma - le dijo aún intentando ocultar la burla de su risa tras el repasador que llevaba en manos, el mismo con el que cocinaba.

 Entre mimos, terminó despertando. Enseguida buscó más caricias por parte de la mano extraña.

 -Voy a tener que acostumbrarme entonces, Capitán - le habló al gato, dejando escapar una risa burlona.

 No sólo la cena le fue comestible; fue riquísima para su paladar. El chico se esmeró en complacerlo, y mierda que lo había hecho. Tras juntar los platos, dejarlos en la bacha y servir dos vasos de vino, el menor se sintió muy cómodo para ser la primera vez teniendo Levi en dentro de su casa; dentro de su vida.

 -¿Cómo lo llamarías a nuestro encuentro? Yo creo que fue un golpe enorme de suerte - mencionó el chico.

 La atención perdida del mayor le hace creer que ni siquiera lo escuchó. Dejó de creer aquello cuando lo vio inhalar.

 -Recientemente me hice la misma pregunta... también creí que fue acto de la suerte, el destino, el azar o como mierda se llame. Pero entendí que no lo es - acercó una de sus manos, tomando la del chico que reposaba en el pelaje del animal. Al instante, Eren estrechó los dedos contrarios, y un palpitar acelerado invadió tanto su mente como su corazón - Cuando eramos soldados, ingresaste a mi escuadrón porque yo te elegí. Tu determinación y pasión por batallar siendo solo un crío me dio la confianza suficiente para poner mis apuestas en vos. Este caso, no es muy diferente. De entre miles de espías dispersos por los continentes, volví a poner mi esperanza en tu actuar... es irónico cómo logras impresionarme sin importar la época -

 Para casi todas las situaciones, Jaeguer tiene las herramientas lingüísticas suficientes para responder o contraatacar. Sin embargo, lo único coherente que logró hacer ante la confesión del Ackerman fue inclinarse sobre la mesa y concederle un beso dulce y delicado.

 Fue bien aceptado.

 -Sabes algo, estoy un poco nervioso por la misión - confesó el chico.

 -Yo también lo estoy… Me costó mucho armar nuestro equipo, y no sé con seguridad cómo vaya a resultar. Es arriesgado - dio un sorbo al vino - pero ya casi terminamos. Si todo sale según lo planeado por la CIA, los vamos a tener en la palma de nuestras manos dentro de una semana. Estos últimos días vamos a estudiar los perfiles de ellos a fondo; tenemos que estar más que preparados - comunicó.

 -Suponiendo que la misión de con éxito; ¿Que va pasar después? -

 La pregunta que menos quería responder el mayor dio de lleno en la conversación.

 -Bueno… ustedes van a poder volver a casa -

 En vez de replicar de inmediato, el chico alzó al felino quién se paseaba por sus piernas bajo la mesa en busca de atención.

 -... ¿No hay forma de que siga trabajando en Singapur? Sé que todavía falta, per-

 La mano persuasiva del mayor calló los labios del chico en un muteo tranquilo.

 -Eso vamos a poder verlo después. De ahora en adelante, te quiero concentrado en la misión. Eso es lo único que te tiene que importar en los próximos días -

 Un asentimiento consentido le hace entender que no mezclaría el ámbito laboral con el personal. De tal forma, la velada transcurrió cálida y sin preocupaciones. Para cuando fue más de medianoche y pasaron de las sillas a mirar una película en el amplio sillón, el mayor se durmió con Capitán a cuestas y sobre el hombro del menor. Tal acontecimiento fue aprovechado por el chico, quién peinó y acarició las hebras negras ajenas.

 En aquel momento Eren se sintió completamente feliz; tanto que no pudo compararlo con otra vivencia en Argentina. Los latidos contrarios y la respiración calmada del mayor lo envolvieron en una paz infinita. Creyó entonces, que por fin la vida le estaba devolviendo un pequeño gramo de los momentos que sacrificó junto a Ackerman para establecer un mundo diferente. Algo de lo que otorgó se le retribuía al tenerlo allí, dormido y vivo en sus brazos.

 Recostó el cuerpo de ambos en el amplio sillón, y se durmió con la certeza de sentir la mano de Levi enredándose en la suya.

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Notas finales:

*Cartel: organización ilícita o a un conjunto de organizaciones criminales que establecen acuerdos de autoprotección, colaboración y reparto de territorios (plazas) para llevar a cabo sus actividades criminales, principalmente de narcotráfico.

 ¡Hasta acá por hoy gente! Ojala le siga gustando.

¡Besos y fuerza!


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