Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Más de media hora por Aurora Artemiva

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Buenas a todos! Finalmente traje la continuación. La universidad me robó un tiempo pero acá estoy para dejarles este cap.

 Aclaraciones:

 -Bancatela: Sopórtalo.

 -Paja: masturbarse.

 -Bochorno: vergüenza

 -"La pego en el palo": se refiere a que estuvo cerca.

 -El País de las ultimas cosas: Libro distópico de Paul Auster (se los recomiendo)

 ¡A disfrutar!

A diferencia de lo que creí cuando decidí mudarme definitivamente a Singapur, no estoy sufriendo la estadía. Sí, extraño a mi madre y mis amigos, eso es lógico, pero aún así consigo alivianar la lejanía con llamados telefónicos, fotos y videollamadas. En algún momento me haré una escapada para visitar y sobre todo, traer el resto de mis pertenencias. 

Si bien el alquiler dejé de pagarlo, Armin me hizo el gran favor de recoger mis cosas y tenerlas en su hogar. Créanme, no sé qué hubiera hecho sin él en el pasado o ahora.

¿Por qué hablo de esto? Porque hace algunos segundos terminé de hablar por teléfono con él, actualizandonos con respecto a nuestras vidas. Él con su trabajo, estudio y amorío (supe que hace poco conoció a una chica en el café) y yo con mis prontas misiones y la relación con Levi. 

Esa fue la parte más enloquecedora de la conversación. Todavía escucho su "¿Te fuiste por unos meses a trabajar y terminaste de novio?”. Y si lo pienso detenidamente, tiene razón. La situación dio un giro de 180°.

Pero vamos, es Levi, ¿quién no lo hubiera hecho?

Ahí mismo corrijo mis propios pensamientos. No lo hice por él; no fue por el Capitán. Fue una decisión tomada para mí y en base a mi jefe, entrenador y guía en este ámbito turbio. Porque sepan, si bien ya no matamos titanes, la mierda humana se esparce de igual manera por las calles. 

Supongo que por esa razón volvimos a encontrarnos. Yo siempre quise ser libre, y él… bueno, el capitán se apegó a la lucha después de perder a toda su familia. Hubo una ocasión en nuestras vidas pasadas donde me comentó que luchar y obtener la libertad no era un deseo propio o una motivación personal; sino una razón para no perder la cabeza y seguir adelante. Vivir por algo.

En serio; qué pasado de mierda que tuvimos.

Es así que ahora, en plena noche veraniega y sentado en el balcón de mi casa, entiendo nuevamente que este es un momento muy oportuno. Aquel bienestar del que no pudimos gozar, lo disfrutamos ahora.

Él es alguien nuevo y diferente. Es es un hombre que tiene un argumento y un valor férreo a sus propias convicciones y a sus rebuscados deseos. 

¿Se entiende? Levi por fin se toma la libertad de desear, de querer cumplir metas y de avanzar por sí mismo y no por los demás.

Lo admiro, y me encanta. 

En ocasiones una parte de mi consciencia me juega en contra para hablar y decirme: "No campeón, te gusta Ackerman solo porque es la reencarnación del capitán"

En ese momento otro lado de mi consciencia encarna autonomía para susurrarme: "¿Cómo vas a compararlos? Si son tan distintos"

Luego de darme manija a mí mismo por horas y repensar mis sentimientos, encuentro una respuesta clara: sea cual sea la razón, Levi me gusta. En todo puto sentido. Y si lo siento tan fuerte por alguien tan alejado a la imagen del Capitán crudo y áspero que demostraba sus emociones rara vez, no puedo quedarme con eso a sabiendas de que Levi, mi actual novio, se asemeja en muy pequeñas cosas al pasado.

Por favor, que esto no se malinterprete. Yo al capitán lo ame con todo mi ser, de eso no me cabe duda. Pero, quién se me presenta en el ahora para plantear un noviazgo es un hombre que se deconstruyó para reinventarse y dejar, muy al fondo del cajón, los tormentosos recuerdos que impiden su bienestar.

Dejo de pensar en estas cosas cuando la brisa sopla suave y Capitán viene a mi lado desde el interior del cuarto. Es una noche destellante y fresca, y el titileo de las estrellas que conforman a la Osa Mayor me recuerdan con claridad el lagrimeo, (bien disimulado), que tuvo Levi por esos segundos que me quedé callado cuando me propuso ser novios.

Es increíble, pero lo único que no cambió en él, son sus ojos. 

Milenios atrás yo tenía que descifrar sus estados emocionales a través de la mirada. Era lo único en lo que el Capitán no podía engañarme.

Ahora, me entrega una enorme recompensa al no guardarse nada y dejar traslucir en el esplendor y filo de sus faroles, aquellos sentimientos que manifiesta estando solos.

Ya está, pensé demasiado en él. Voy a llamarlo.

Me cruzo cual indio en la cerámica beige del balcón para teclear su número de WhatsApp. Mientras, capitán no perdió el tiempo y se subió a mi regazo, esperando mimos y caricias. Enseguida se las di a la par que el tono suena para ser cortado y reemplazado por su voz.

—Hola mocoso de mierda — 

Ja, ¿Esperaban que me tratara bien solo por tener una relación? Se equivocaron.

—Hola lindo — sueno pícaro, lo sé.

—Ahg, no me llames así. Es demasiado dulce — 

Casi que lo escucho gruñir.

—¿Vos podés decirme mocoso de mierda y yo no puedo decirte lindo? Bancatela Levi —

De lejos escucho un sonido burbujeante, y presupongo que es la pava calentando el agua.

—Es la ley del más grande. En este caso, yo tengo privilegio de llamarte como quiera —

—No pienso respetarla, lindo — 

Otra vez, lo escucho chasquear la lengua. Me río un poco para luego continuar.

—¿Cómo estás? — le pregunto acariciando el lomo de Capitán.

—Bien, por tomar un té. ¿Vos? ¿Qué haces de tu fin de semana? — me devuelve. 

—¡También bien! En el balcón con Capitán. Estuve leyendo un poco y ayer salimos con unos compañeros de la Agencia a caminar. ¿Conoces a Laudani? —

—Si, el del segundo piso. Sé que está de compañero con Erwin en el área de cibernética — me cuenta.

—Es verdad, me comentó que trabajaban juntos. Es copado y, sinceramente, el primero es asemejarse a un amigo. Me cae bien—

—Me alegro mocoso. Es bueno saber que te estás relacionando con personas de la Ciudad —

Que comparta mi bienestar me da una energía tremenda.

—¿Llamaste por algo en particular? ¿Pasó algo? — me pregunta de la nada.

—No. Sólo pensaba en vos, y decidí llamarte — le confieso con la espalda contra la pared y rascando las orejas de mi bicho.

— Por favor, decime que no te estabas haciendo una paja — 

JAJAJAJ. Me mata. Yo pensando en él tan inocentemente y me pregunta eso.

—jajajajajajaj no, Levi… - confirmo cuando dejo de reír - no estaba pensando en eso, sino en tus ojos —

—¿Mis ojos? — se lo escucha confundido. De fondo aprecio el sonido metálico de la cuchara moviéndose en su taza.

—Si, estaba observando las estrellas, y algunas tienen un color muy bonito: gris plateado, similar al de tus ojos — relato volviendo mi vista en ellas.

Puedo apostar mi culo a que su silencio se debe a que le dió vergüenza.

—No seas cursi, querés. Me das diabetes —

Sí. Se avergonzó.

—No es cursi, es la verdad. Tus ojos tienen ese color —

Apenas sonrío dejando escuchar la vibración de mi voz al querer largar la carcajada.

—Sos un maricon ¿Sabías? — me gruñe.

—Si, lo sé — afirmo.

Alejo el teléfono unos segundos para corroborar la hora, y doy cuenta de que aún tengo tiempo para seguir molestándolo antes de irme a bañar.

—Yo seré un maricon, pero según mi teléfono, vos te llamas "pantera" — le cuento.

—¿Qué mierda dijiste? —

No me cree.

—Que te tengo agendado como Pantera — se va enojar.

—Te voy a matar, infeliz. ¡¿Por qué carajo me agendaste como Pantera?! —

Estoy seguro de que su enfado es totalmente informal.

—Porque te movés como una. ¿Tengo que ser específico? — supongo que ya sabe de lo que hablo.

De nuevo, su silencio me da una pista.

—...Sos un estupido —

—Sé que te gusto así —

Por primera vez lo escucho reír, y  se me acelera el palpitar.

—Para mi mala suerte, tenés razón en eso —

Dejo que mi cara se contraiga con fuerza al sonreír y me paro del suelo, trayendo a Capitán bajo un brazo para llevarlo a la cama. Está incómodo y maulla en señal de protesta.

—¿Qué le estás haciendo al pobre animal?— me pregunta.

—Ah, no le hago nada. Lo agarré para llevarlo adentro y se queja. Es un gruñón —

—Por eso le pusiste Capitán, ¿No?— 

Es astuto.

—Si...entre otras cosas. Cuando lo adopte, me arañó tanto que terminó lastimado. Y cuando me olvido de barrer, maulla al lado de la escoba porque no le gusta pisar la suciedad del suelo. Tenía que ponerle capitán, no me quedó opción —

Dejo a mi gato en los pies del acolchado y voy al ropero a buscar mis prendas, mientras seguimos hablando.

—Jajajajaj. Era digno de ese nombre—

 Le devuelvo la risa.

—Lo sé… Levi, tengo que irme a bañar, más tarde te escribo —

—Andá sacarte unas fotos para mi, mocoso — 

¿Cómo?

—¿Lo decís de verdad?—

—Tch, no dejas de ser estupido un minuto. ¿Cómo voy a pedirte eso?. Quería darte vergüenza, pero sos un descarado de mierda. No se puede—

Ahora ya me subieron las ganas. 

—Hacele un favor al gato y anda bañarte ¿querés?. Te veo mañana, no llegues tarde — lo oigo finalizar.

—Te quiero Levi — me despido.

—Yo no —

Y me cuelga. 

Esa tenacidad para hacerse rogar me vuela la cabeza. Es atrayente.

Sin embargo, pienso cumplir su indecente pedido.

Me encamino al baño con mi pijama y ropa interior. Y mientras dejo que el agua corra hasta que salga caliente, me quito la remera, dejando expuesto mi torso. 

Dos fotografías rápidas a mi cuerpo frente al espejo y enseguida se las envío.

"Enviar: Para que pienses en mí /21:02/"

En menos de dos minutos, vibra mi teléfono con un mensaje suyo.

"Pantera : No quiero quejas para cuando te agarre con ganas /21:04/"

Antes de entrar al agua, me dejo envolver por un cosquilleo que no sé si es de ansiedad o miedo al querer ver a Levi otra vez.

--------------------------------------------------------------------------------------

10:13 AM

—N-no, Levi… - intento resistirme - es t-tu oficina...— 

Para estar en contexto: vine a saludarlo a su oficina. Tenía que entregar el reporte del nuevo objetivo y fue la excusa ideal para verlo. 

No obstante, cuando me acerqué a darle un beso, Levi adoptó una maniobra rápida para sentarme en sus piernas, sin darme salida.

Es así que ahora, mientras me besa el cuello y baja por mi nuez de Adan, intento frenarlo. Obviamente esto me gusta, y estoy a nada de tener una erección. Pero la posible entrada de Erwin o Elena rebota en mi cabeza con ansiedad.

—Te dije que no iba querer quejas - me susurra bien lento sobre mi oreja. Me eriza la piel - pretendés hacerme calentar, mandando fotos eróticas para que me toque pensando en vos, ¿Y ahora no soportas lo que causaste?—

Su mano se escurre con agilidad desde mi cintura hasta mi cadera, descendiendo en un último movimiento con rapidez a mi hombría, la cual frota por sobre el pantalón negro de vestir.

—Ah… no, no por favor. Alguien p-puede venir...— 

Intentar hablarle mientras me excito es un gran reto.

De esta manera, una electricidad alberga mi zona baja, y para cuando quiero resistirlo, ya tengo una semi erección apoyando su intimidad.

Miró hacia abajo, encontrándome con aquella imagen morbosa de mi bulto pegado sobre su cadera, y la mano que sigue estimulando sólo decora aquel bochorno. 

Dios, y eso que es sobre la ropa.

—Ésto - me dice apretando mi calentura, y yo respingo - es para que aprendas lo que sucede si me incitas con fotos; ¿Quedó claro? —

Instantáneamente cabeceo en señal de sí. Sus palabras calan en en mí como afrodisíaco, y siento las mejillas al igual que la nariz y mentón arden. Estoy rojo, lo apuesto.

—Mgh, al fin logré hacerte sonrrojar, mocoso — me sonríe para quitar su mano con suavidad, otorgandome una tregua.

Vuelvo a perderme en la infinitud de su mirada, acercando nuestros rostros para finalmente fundir mis labios dentro de su boca. Escucho el leve chasquido que provocan nuestros movimientos, y me separo sin ganas de su cavidad para volver a viajar en sus faroles. 

Quisiera estar así por lo menos una hora, pero sé que no es posible.

—Vamos, ya te castigué. Fijate cómo ocultar eso durante el día — 

Y tiene razón, mi semi erecto miembro tiene que bajar. No puedo caminar por la Agencia estando así.

Es entonces que me paro de sus piernas para refrescar la mente, y tomó uno de sus cigarros para fumar en la ventana. Espero que de algo sirva.

—Voy a dejarte en abstinencia por esto, Levi — amenazo.

Adjunta los archivos de su escritorio, acomodandolos con prolijidad.

—Ja, ni vos aguantarias, Jaeguer —

—Vos tampoco, Ackerman—le devuelvo con una sonrisa. 

Sólo cuando siento mi calentura descender, me marcho de su oficina con rumbo a la cocina.

Mientras bato el café instantáneo, rememoro lo que acaba de ocurrir y río solo. Me siento emocionado y alegre al mismo tiempo de que ocurran este tipo de situaciones arriesgadas entre nosotros.

Levi se perpetua en mi mentalidad como alguien pasional; y ese es otro punto a su favor.

Sigo batiendo hasta que una presencia se asoma por la cocina.

—Hola Eren. Buen día —

Es Erwin.

—¡Buenos días señor! ¿Cómo está?— lo saludo aún batiendo mi taza.

— Bien, buscando un poco de café—

Enseguida le alcanzo el frasco y deduzco con certeza que va quedarse a batirlo. Así nos sumergimos en el traqueteo de la cuchara contra la cerámica hasta que me vuelve hablar.

—¿Cómo van las cosas con Levi? — 

Si lo pienso detenidamente, ellos son muy cercanos. Ya debería estar al tanto de lo nuestro. De cualquier forma, lo mejor es hacerme el desentendido.

—Por ahora muy bien. Ya terminamos el registro del nuevo objetivo. Para la semana siguiente tenemos que comenzar la misión — le cuento para luego sonreír.

La faceta burlona que se dibuja entre sus cejas y ceño me demuestra que su pregunta iba direccionada a otro lado.

 Terminé rindiéndome.

—Okey… pasaron muchas cosas - comienzo, es entonces que él reposa su cadera contra el mármol de la mesada para escucharme - Supongo que ya está enterado, ¿No? —

Deja de batir con el fin de contestar.

—Eren, no hay problema si no querés comentarlo. Pregunté por curiosidad, pero si te hace sentir incómodo, no hace falta que hables. Cómo bien supones, Levi me habló un poco de ustedes. Sé que lo estaban intentando, o bueno, eso fue lo último que supe. No tuvimos la oportunidad de volver hablar de ello —

Entonces no está al tanto.

No sé exactamente por qué, pero su preocupación me genera confianza. Es entonces que vierto el agua caliente en mi taza para contarle.

—Me propuso ser novios —

Lo veo contrariarse de impresión, pero es más bien…. Una impresión positiva. Creo que voy por buen camino.

—¿De verdad?¿Y aceptaste? - asiento seguro - qué bueno que lo haya hecho, ya era hora de que se pusiera las pilas —

No llegué a entender lo último.

—¿Cómo, señor? —

Ahora él vierte el agua en su taza.

—Bueno… siempre supe lo que sucedía entre ustedes. Después de verlos en el cuarto de tiro, Levi me comentó lo que ocurría. Aunque siempre supe lo justo y necesario, muy por el margen. Desconozco su ámbito íntimo. Pero, la última vez que hablamos del tema, le sugerí que hiciera algo por vos, ya que te quedaste a intentarlo juntos - estoy medio desconcertado, y él lo nota - no mal entiendas, Eren. Levi es alguien seguro y decidido sobre sí mismo y su vida privada. Que hayamos hablado de esto, no significa que ahora sean novios por una cuestión externa. Ustedes deben tener sus razones para llevar adelante su relación —

Si no me dió un ataque de ansiedad, la pego en el palo.

—En eso tiene razón señor, pero… ¿Creé que Levi me haya propuesto esto como un favor; como si estuviera en deuda? —

Su gesto cambia, y sabe que no es buena mi suposición.

—No, Eren. Personalmente no lo creo. Él… es bastante estoico con respecto a sus sentimientos. Quise empujarlo a que se abriera un poco, y más si se trataba de vos —

Su respuesta me otorga algo de calma, pero la bomba dentro de mi consciencia ya está activada.

—No te preocupes, muchacho - me palmea el hombro antes de irse - tu jefe no es tan pelotudo como para hacer eso. Si son novios, estoy seguro de que es por así lo siente él también —

Le agradezco mentalmente por ello y me recuesto contra el armario de la cocina por unos segundos. 

Me siento raro… es como un picor constante que quiero raspar y no puedo. Estoy siendo dubitativo, ya lo sé.

Comandante; como bien dijo, el que está seguro es usted.

Pero no yo.

--------------------------------------------------------------------------------------

19:29 PM

 

De aquello han pasado algunos días, casi una semana podría afirmar, y si bien no toqué el tema con Levi, mi cabeza no paró de pensar en ello por las noches.

Voy a intentar ser claro conmigo mismo: no dudo de los sentimientos que tenemos. Levi ya me demostró, de diferentes formas, que no soy un juego ni un pasatiempo en su vida. Alternamos un fin de semana para estar juntos, y otro para nuestra vida social. 

No hay toxicidad; es sano, respetable y sin prisas. Podría afirmar que no necesitamos aclarar estos puntos, entre nosotros entendimos que ésta es la mejor manera. Por un lado disfruto de su presencia y por el otro, deseo verlo al extrañarlo. Es por esa razón que nos buscamos después de unos días. Logramos generar esa atracción la cual creímos que no funcionaría por trabajar juntos en la Agencia. 

Pero como bien lo imaginé, Levi es un líder competente y eficiente. Una vez que ingresamos a la Agencia, yo soy su compañero y él mi jefe. Nuestra relación queda en segundo plano. Sólo en ciertas ocasiones (como la que ya relaté al comienzo) nos damos un momento para incitar y jugar. 

Me pierdo en cavilaciones cómo estas hasta que el suave sonido de sus pies con medias dando en el suelo me devuelve al presente. 

En realidad, no tendríamos que estar en mi casa. Íbamos a salir a recorrer algunos lugares de Singapur, pero el clima cambió muy fuertemente. Tanto que los preciosos filtros solares se opacaron por una nubes provenientes del Norte, y la lluvia no tardó en inundar la calle. Un aguacero que no veía hace tiempo, y por un momento recordé las lluvias de noviembre en Argentina; siempre inesperadas e inoportunas.

Hago espacio en el sillón y levantó la manta para que Levi vuelva a mi lado. Se había ido hasta la cocina a traer una taza de té para ambos. 

—¿Tanto asombro por los fenómenos meteorológicos? — me pregunta.

Creo que me pilló observando la fuerza de la lluvia desde la ventana.

—Siempre me gustaron. Si no entraba a la AFI, iba estudiar meteorología — 

Lo veo asombrarse; y claro, nunca se lo había mencionado.

—No es mala opción. Un poco diferente quizás— me contesta.

Se sitúa bien pegado a mi contorno izquierdo, y yo reposo mi brazo tras su espalda, dejándolo lo más cerca posible de mí. 

No transcurren 2 minutos que filtra sus manos bajo mi remera, solo un poco, tanteando lo terso de mi piel. Aprovecha el permiso tácito que le doy para respirar con fuerza cerca de mi oreja, y de allí lo siento pasear sus labios y nariz cual gato por mi quijada. 

Ah, me gusta.

Mantuve los ojos cerrados durante su cercanía, y cuando la mucosa de sus labios llega hasta mi mentón, giro apenas el rostro para besarlo. Me gusta, cómo me gusta besarlo. Pierdo el reconocimiento de todo; es como si me embriagara y quedara en un estado manso. Más bien, parezco un drogado, porque no coordino nada.

Lo único que me sacó del momento fue el puto pensamiento de el noviazgo con Levi; aquella conversación que tuve con Erwin.

Lo dejo continuar el beso, pero cuando siento su lengua empujando y recorriendo la forma de mis labios para entrar, lo intento detener.

—Ey… Levi…— lo llamo.

—¿Qué pasa? - me pregunta aún queriendo besarme- estás poco colaborador hoy—

Bajo mi mirada, y espero que entienda por sí mismo que tengo algo atragantado y que quiere salir. 

Es mucho pedir que arbitrariamente comprenda lo que me sucede, y justo cuando tomo aire para decirlo, él se adelanta a interrogar.

—¿Qué te inquieta? Largalo — 

A veces admiro lo bien que puede leerme con mis actitudes y facetas.

Se aleja un poco de mí, y así me otorga espacio personal para que aclare mis propios pensamientos.

Logro ordenarlos al fin.

—Quería preguntarte algo - le informo casi como una petición, y él asiente dándome permiso - ¿Por qué quisiste que seamos novios?—

Se queda unos segundos en silencio.

—¿No es obvio?—

—Sí, pero quiero quitarme las dudas—

—Bien; ¿Y sobre qué tenés dudas?—

Va obligarme a decirle todo el embrollo que hay en mi cabeza; y entonces lo hago.

—Yo… así como vos quisiste estar seguro de que no me quedé a tu lado por culpa, yo quiero verificar lo mismo - comienzo, y él se queda expectante - la decisión de estar acá no tiene por qué ser una presión para vos. Yo sé lo que sentís, lo que sentimos ambos. No estoy dudando de ello. Pero, sinceramente, no quiero que hayas tomado esa decisión por querer cumplirme un capricho o para darme algo a cambio… —

Esperé alguna reacción suya, pero lo único que obtuve fue una efímera risa que largó antes de tomar un poco de té.

—Hablaste con Erwin; ¿No? —

Asiento inseguro.

—Ese cejon de mierda. Te metió ideas pelotudas en la cabeza —

Me adelanto a su declaración final.

—¡Nono! No Levi… sí; hablé con él, pero no me dijo eso. Sólo mencionó que al fin me lo propusiste, nada más - me mira poco convencido - el resto fue pensamiento mío —

Deja la taza a un lado, y supongo que sí tiene algo para decirme, va ser ahora.

—Escucha, mocoso - le presto total atención - que te haya propuesto ser novios, fue más un deseo egoísta que otra cosa…  Cuando decidiste quedarte en Singapur, las ansias e inseguridades de si sería permanente o no me hicieron mierda. Erwin solo vino a avivar esa llama en mi cabeza, y sin darme cuenta, ya estaba seguro de que si quería tener algo con vos, era un noviazgo… —

Ante sus declaraciones, yo agacho la cabeza al igual que un perro mojado, y no termino de sentir vergüenza que la mano de Levi me toma por las mejillas, obligándome a verlo.

—No terminé - me anuncia aún sosteniéndome - yo no te debo nada, Eren. El día que ésto se termine y cada uno decida tomar caminos distintos, yo no voy a estar en deuda con vos. Pero, hoy por hoy, sos lo único que verdaderamente quiero y necesito conmigo… Es egoísmo puro, pero lo gozo —

Me suelta tranquilo mientras toma el borde de la manta para taparse otra vez.

Encuentro entonces la fuerza en mi voz para continuar.

—¿No lo hiciste por lastima ni por sentir que me debías algo, entonces?—

—No estúpido. No lo hice por eso. Si no te gusta lo que tenemos, podés decírmelo tranquilamente —

El movimiento en señal negativa de mi cabeza es instantáneo 

—Nono, para nada. Me gusta mucho, solo…. Quería asegurarme de que ésto fuera por razones mutuas... —

De a poco, y como si un bombero acudiera a mi bienestar, siento la llamarada sofocante de mi pecho apagarse cual luz de luciérnaga. Es balanceado y contrarrestado a la par por una dicha que inunda mis poros. Una sensación gratificante y satisfactoria.

La puedo catalogar como la sensación de calma.

Vuelvo a la posición del comienzo, y lo atraigo a mí cómo si fuera un peluche. 

Y de improvisto, él se levanta y recoge de la estantería el libro que comenzamos a leer hace algunos días: ”El país de las últimas cosas" y, como en cada lectura, se acuesta sobre mis piernas y me pide que continúe en el capítulo que dejamos.

Suena raro, lo sé, pero según Levi mi voz es bonita mientras leo. Fue entonces que decidió encargarme la tarea de ser quien lea las páginas para ambos. 

Cuando tiende la manta para ambos y se pone cómodo en el sillón, volteó a verlo y entiendo, con cierto grado de amparo, que sus deseos por estar conmigo son reales.

Se coloca boca arriba, con Capitán a un costado de sus costillas y se prepara para escucharme.

Para cuando llego a una parte importante y muevo apenas las piernas en señal de exaltación, me encuentro con sus ojos cerrados y el ronroneo de Capitán también dormido a su lado. Ambos, sobre mis piernas, como si levitaran. 

Sonrió como bobo al darme cuenta que todo lo que quiero, está allí sobre mi regazo.

—Más parecidos no podían ser, ¿Verdad? — les pregunto a sabiendas de que no me escuchan.

 

Notas finales:

Gracias por haber llegado hasta acá.

Besos y fuerza!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).