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HOT MILK por ZahodySeira

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Akashi acaricio mis muslos, nuestros besos hacían indecorosos sonidos por toda la habitación, sabía muy bien como le gustaba, bajé lentamente hasta acariciar su pene, abrí su pantalón y empecé a chupar la base dando pequeños picos para luego meterlo por completo por mi garganta, pronto los dedos de Akashi se aferraron a mi cuero cabelludo poniendo el ritmo, haciéndome soltar lágrimas y la saliva se me escapaba del mentón por las arcadas.

-Basta, te quiero en cuatro –me levanté y me posicioné en cuatro en el centro de la cama, pude sentir como me ponía una venda en mis ojos haciéndome sacar fluidos de mi parte trasera y joder que empiecen los juegos.

- Ah, Sei… más nhg lento… por favor –rogué mientras sentía los embistes de su pene contra mi culo, sus golpes eran duros y en vez de que su ritmo fuera más lento este aumento, dándome unas nalgadas.

- ¿Quién dijo que podías ordenar algo? –su voz en mi oreja me hizo temblar, agarro mi pene apretándolo y estiro más mis piernas, la cama estaba haciendo crujidos por todos los movimientos que estábamos haciendo.

- SEI… ME CORRO -fui movido boca arriba y las penetraciones aumentaron entonces llegué al orgasmo fui mordido duramente en mi clavícula y temblé, joder yo era súper sensible, sabía bien que iba tener mi castigo.

- Taiga nunca te di la orden de que te podías correr –susurro saco su miembro y me quito la venda, pude ver entre sus manos unos vibradores- Bien entonces por cual empezamos –Parecía una hoja temblando cuando soltó esas palabras.

Me levanté incomodo, me dolía el trasero y las caderas pude ver unas marcas en mis muñecas y sentí un delicioso aroma picante, Akashi estaba a mi lado con su laptop y hablando en mandarín, nuestros ojos se encontraron, solté una tímida sonrisa y en sus ojos hubo un brillito de alegría me recosté a su lado y le di unos cuantos besos en sus dedos, su mirada ahora solo estaba fija en mí.

- Hable con Alex, si quieres puedes quedarte lo que quede de la noche –dijo mientras besaba mi espalda, negué con la cabeza.

- Le prometí a Midorima que me tendría a las 11 –puede ver como su ceño se fruncía y se levantaba de la cama.

- Entonces espero que disfrute del desastre que hice con tu cuerpo –me sonroje y solté una risilla, él también se rio y se acomodó su camisa, lentamente gateé y bese su cuello.

- Muy gracioso, Akashi –me levanté de la cama y me dispuse a ir a la ducha, los fluidos de Akashi salían de mis piernas.

- Le dije a Nebuya, que te dejé en el local –Akashi estaba en su escritorio firmando papeles y ahora parecía de buen humor, me acerque y me cole entre sus piernas, me abrazo cálidamente mientras nos besábamos, pude sentir como mi corazón se estrujaba

- Entonces me voy yendo –me levanté y pude sentir su mirada llena de añoranza.

De camino al local me puse a pensar en Akashi siempre ponía esa mirada después del sexo y eso solo me hacía tener expectativas, pero tenía que ser sincero conmigo mismo. Akashi era un hombre casado, con una gran rama de linaje y yo solo un prostituto, yo era su mascota favorita.

Mi traje de enfermera me hacía ver ridículamente apetecible, el vibrador en mi interior aumento de volumen, joder hasta que hora me iba a tener así, Midorima era un malvado.

-Por favor… Shin… te quiero dentro –dije entre gemidos mientras abría mis piernas, mi quijada fue agarrada fuertemente, solté quejidos lastimeros.

-Nunca pensé que estarías tan ansioso, pero si eso quieres –el vibrador fue cambiado rápidamente por su pene, grite cuando de una sola estocada llego a mi punto g, arañe su espalda cuando su ritmo aumento, me sentía más que húmedo y el calor de la habitación no ayudaba a mantener la calma.

- Ah… si… ¡Mas! –lloriqueé tembloroso, sus grandes manos amasaron mis nalgas y me empotraron contra su miembro, abrazados así podía saber todos sus secretos, nuestra comunicación estaba fuera de palabras.

Sus gruñidos recorrieron todo mi cuerpo como electricidad, sabía bien que estábamos a punto de llegar a ese lugar donde solo Midorima podía llegar.

Reía como niño viendo como Midorima se mojaba su camisa mientras trataba de bañarme y limpiarme, como siempre un caballero, parecía un niño malhumorado cuando nuevamente salpique agua de la tina.

- Dios, Taiga quédate quieto –refunfuño mientras se acomodaba sus lentes.

- Pero me da vergüenza Midorima –dije mientras trataba de ocultarme en las burbujas de jabón, Midorima soltó una sonrisa.

- Bien, te espero afuera –cuando Midorima salió, me estiré y sonreí como un loquillo, era tan lindo después de todo lo que habíamos hecho y él ahora me trataba como un príncipe, salí y me sequé con la toalla. Afuera estaba Midorima colocándose una nueva camisa cuando besé su espalda y me dispuse a ponerle su camisa.

- Entonces hoy… -dije mientras abotonaba su camisa.

- Tendre una reunión con los de la gerencia sobre el caso de Jeremias

- ¿La de los gemelos? –Asintió levemente y me pidió un pico en los labios, el caso de Jeremias era de los recién nacidos que estaban unidos por sus membranas en el cerebro. Si Midorima era un reconocido neurólogo, su familia tenía un legado larguizimo de medicina desde la época Edo, el hijo perfecto, si claro.

- Me voy, quédate a dormir hasta que te toqué ir a trabajar –asentí, me apreso en sus brazos, me olfateo y suspiro feliz. Cuando se fue de la habitación me tiré en la cama y me recosté tenía un delicioso aroma a cilandro, mi omega estaba feliz.

Midorima Shintauro era conocido por ser un genio en la medicina desde que estudiaba en América, y estaba recientemente comprometido conocido como un caballero entre omegas, sabía bien que solo era una fachada, Midorima ni siquiera amaba su carrera, sus padres ya habían decidido su vida desde antes de nacer, siempre el chico bueno y yo solo era su pequeño error, uno del que no podía escapar.

Me removí inquieto dejando mi aroma, al principio creí que le molestaría, pero él ama que haga esto, era un adicto a mi aroma y lo utilizaba especialmente cuando iba a visitar a su prometido, dejando en claro que su relación no iba a ser más que político, dejando en claro que era otro que compartía sus sabanas. Aun me acuerdo cuando me conto que llevo mi olor a una reunión con sus padres, estaba fascinado por lo incomodos que se pusieron y las miradas retadoras de su padre.

Me acomode el cabello mientras llegaba al burdel, podía escuchar un motón de chiflidos y silbidos, aun no podía creer como era que aun así vestido sencillamente llamaba mucho la atención, andaba en unos jeans apegados y una polera blanca con un collar. No había nada de indecoroso, no eran los jeans más apretados y ni siquiera la polera era ceñida, conclusión los alfas solo piensan con la pija.

El local estaba lleno y puede ver como un grupo nuevo de chicos eran presentados, suspire, era algo normal en estos sitios, algunos estaban incomodos y otros se podía notar a leguas que estaban ansiosos.

- Son caras nuevas –la voz ronca que retumbo en mis oídos fue directo a mi miembro.

- Aomine, ¿vas a apostar por alguno? –pregunte mientras me recostaba en su regazo, Aomine maliciosamente toco mi trasero y me apretó a su abrazo.

- ¿Para qué?, diría que ya tengo el mejor premio entre manos –reí y lo mire dulcemente.

- Podrían parar, en especial tu Aominechi –dijo una voz chillona, Kise se tapaba la nariz mientras sonreía y me percate que varios o estaban incomodos o excitados por las feromonas de Aomine, me retire del regazo de Aomine y bese a Kise.

 - Lo siento, mi culpa –dije mientras Kise procedía a meter su lengua en mi boca ambiciosamente, se escuchó un gruñido, Aomine era una pantera gruñona.

- Taiga, mañana te quiero en mi departamento ya le avisé a Alex –dijo Aomine me beso y se retiró de la sala mientras contestaba su teléfono.

- Perdona Kagamichi, yo también me tengo que ir –dijo Kise mientras besaba mi frente- Por cierto, te pedí después de Aomine –me guiño un ojo y salió apresurado.

Suspire camine lentamente por los pasadizos hasta llegar a la puerta de Alex, abrí la puerta descaradamente encontrándomela toda sonrojada, el olor a sexo no metía.

- Supongo que por hoy ha sido más que suficiente

- Si, Midorima y Akashi ya dejaron tu paga en tu cuenta

- ¿Cuánto falta para completarla?

- Unos 200,000 dólares –suspire como carajos iba a salir de este lugar si Alex me quitaba el 60% de mis ganancias, sabía bien porque lo hacía, si compraba mi libertad una de sus mejores mercancías se iría y eso sería malo para el negocio.

- Solo lo tolero porque me caes bien Alex

- Si tienes contactos, siempre puedes usar el teléfono –esa era claramente una amenaza.

Salí del cuarto y caminé frustrado hasta la salida, estaba a la espera del metro, mi cabeza me dolía y tenía unas terribles ganas de llorar, sabía bien que mi vida no era digna pero aún era un ser humano con sueños, no quería vivir toda mi vida como prostituto quería abrir un negocio de pastelería fuera de la ciudad de Tokio, encontrar una pareja y solo tal vez vivir una buena vida cómoda. Con unos gatos y un café caliente por la tarde, ¿era tanto pedir una vida normal?, mi teléfono vibro.

*Mañana a las 5, por cierto, lleva esa liga roja que te compre la vez pasada. Atte: Aomine*, sonreí y me fijé en otro mensaje *Taigachi, por favor lleva ropa cómoda, daremos un paseo por un lugar increíble. Atte: Kise*, Kise siempre con sus locuras.


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