Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lienzo por Takaita Hiwatari

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 Importante: Os recuerdo que las personalidades de Sasuke (Charasuke) y Naruto (Menma) están totalmente invertidas en el universo de “Road to ninja”, al igual que las personalidades del resto de personajes.

 

  

Lienzo:

Takaita Hiwatari

 

Por la noche, Itachi trataba de consolar a su hermano quien lucía muy decepcionado y ofendido.

 

—¿En serio es tan malo, Sasuke? Si la vida, el destino, o lo que sea te ha unido a él, es porque es el indicado para ti, ¿no crees?

—¿Estás de broma, Itachi? —replicó ceñudo—. Uzumaki Menma es el chico más huraño que he conocido, ni estando ebrio podría imaginar cómo sería compartir mi vida con él. —Suspiró—. Tan aburrido…

—Eso es lo que sientes tú, ¿pero qué hay con lo que siente Menma al respecto?

 

Sasuke le miró por un instante, pensativo.

 

—No hemos hablado sobre ello, pero por la forma en que reaccionó creo que a él tampoco le agrada esto. ¿Acaso no dicen que cuando descubres a tu alma gemela, ambos quedan cautivados el uno del otro?

 

Itachi se encogió de hombros.

 

—También se dice que a todos en algún momento nos aparecerá una marca y que nuestra alma gemela tendrá esa misma marca. En tu caso tampoco ha sido así, supongo que hay excepciones a la regla.

 

Al escuchar eso, Sasuke suspiró de nuevo, recordando que su hermano mayor tenía la mencionada marca desde hace un tiempo. Muchos de sus amigos también la tenían.

 

—Sasuke, ¿por qué no intentas acercarte y conocerle? Es tu destinado.

—Lo pensaré —respondió nada más para dejar a Itachi conforme.

 

Mientras, en el otro extremo de Konoha, Menma no se encontraba mucho mejor que Sasuke. Él no tenía a quién contarle lo sucedido aquella tarde, ya que no había querido decirle a nadie, ni siquiera a sus padres, que por un tiempo había mantenido contacto con la persona que supuestamente era su destinada y hasta se habían conocido en persona.

 

Debía admitirse que había sido toda una sorpresa, una sorpresa desagradable. Descubrir que su persona destinada era un playboy de tres al cuarto nunca le gustó, pero descubrir que ese playboy barato era Uchiha Sasuke… Definitivamente la situación no podía empeorar.

 

—Hola, Menma —saludó Minato entrando en la cocina. Miró curioso a su hijo al no recibir respuesta—. ¿Menma? —Posó una mano en los rubios cabellos y finalmente tomó asiento junto a su hijo—. ¿Por qué tan serio?

 

No es que su hijo fuese precisamente un dechado de sonrisas, pero su expresión ahora era casi sombría.

 

—Papá, sólo estaba pensando.

—¿Y en qué pensabas?

 

Al no ver presente a su madre, se animó a responder. Ella siempre le atosigaba más con el tema de encontrar a su destinado.

 

—Sólo me preguntaba… ¿qué pasa si algún día encuentro a mi persona destinada y esa persona no me gusta? Es más, imaginemos incluso que esa persona me cae mal.

‹‹A ti nadie te cae bien, Menma››, pensó Minato, esbozando una pequeña sonrisa nerviosa.

 

Aunque le llamaba la atención que su hijo sacara el tema de las parejas destinadas. Desde siempre ese había sido un tema tabú para Menma, lo evitaba a toda costa.

 

—¿Cómo sería posible que tu persona destinada no te guste? —preguntó curioso, ladeando un poco la cabeza—. Es la persona ideal para ti.

—Ya… —respondió con desgano—. Pero si se diera el caso, ¿sería posible tener como pareja a alguien que no sea mi persona destinada?

 

Minato se masajeó una sien, pensando que su hijo era un revolucionario. No había conocido a su persona destinada y ya estaba pensando en rechazarla para tener otra pareja.

 

—Cada uno tenemos asignada a nuestra persona especial. —Comenzó a decir el adulto—. Tal vez sea posible que puedas estar con otra persona, quizá alguien que no ha encontrado a su destinado, pero no sé si los sentimientos serían tan intensos como cuando estás con tu persona destinada. Sinceramente, nunca he conocido a alguien que haya rechazado a su persona destinada.

‹‹Tienes a uno enfrente de ti››, pensó Menma con seriedad.

 

****

 

Los días pasaron con suma normalidad. Menma no había sabido nada de Sasuke, tampoco había aparecido algo escrito en su piel, ni siquiera uno de los tantos números de teléfono que le divertía sabotear.

 

Era jueves y trabajaba en la cafetería tratando de mostrar su mejor sonrisa para ganarse un dinerillo extra. Pero sus intentos de sonrisa murieron cuando al mirar una mesa que estaba siendo ocupada, descubrió a Sakura, Kiba, Hinata, Shikamaru, Ino y Sasuke. Trató de hacerse el desentendido para que otro de los camareros atendiera esa mesa, pero Kiba le llamó a pleno grito, pidiéndole que les atendiera. Masculló una maldición y se acercó antes de que todos los que estaban allí empezaran a mirarle.

 

—¿Qué? —masculló molesto, ganándose una mirada curiosa de sus amigos—. ¿Qué queréis tomar? —Corrigió el tono agrio, volviéndolo uno forzadamente amable.

—Aw, Menma… —replicó Sakura con disgusto—. Hace días que no nos hemos visto, te echaba de menos.

 

Al instante Hinata la asesinó con la mirada.

 

—¡Deja en paz a mi hombre!

—¡No es tu hombre!

 

Ino sonrió ligeramente y movió una mano, apenas haciéndose notar en medio de su aura de timidez.

 

—Chicas, no peleéis.

—Menma, podrías venir esta noche con nosotros —comentó Kiba—, saldremos por ahí.

 

Los ojos azules se fijaron en que Kiba llevaba una mano vendada.

 

—¿Y eso? —Se interesó.

—El maldito de Akamaru me mordió de nuevo. No soporto a ese perro pulgoso, ¡los gatos son mejores!

 

Mientras Kiba daba su explicación acerca de su preferencia por los felinos y empezaba a acicalarse el rostro cual gato, Menma parpadeó al sentirse observado. No fue difícil encontrar al causante de ello. Uchiha Sasuke le miraba fijamente, como si fuera la primera vez que notaba su existencia y le estuviera examinando. Al instante tensó la mandíbula y afiló la mirada.

 

‹‹Deja de mirarme, playboy barato››, pensó ofuscado.

 

Dejó de prestarle atención al escuchar a Shikamaru hablar con los demás.

 

—Y entonces Chouji, Ino y yo estuvimos en Yakiniku Q. Había una oferta donde por 1500 ryu podías comer cuanto quisieras —explicó con entusiasmo—. Entonces, ese día éramos tres y cada uno tuvimos que pagar… —Se detuvo a pensar.

—500 —respondió Ino, esbozando una pequeña y bonita sonrisa.

—500 —repitió Shikamaru—. Así que estaba pensando que como hoy somos seis, podemos ir y saldrá más barato. 1500 entre seis personas sería… —De nuevo se detuvo, haciendo cuentas con los dedos—. No lo sé —dijo finalmente, mostrando una sonrisa tonta.

 

Sasuke suspiró ante la idiotez de Shikamaru, aunque Ino decía que le resultaba adorable. Pero él sólo podía sentir lástima por la persona que resultara ser el alma gemela de alguien tan retrasado como Shikamaru.

 

—Si vamos los seis pagaremos 250 cada uno —respondió él antes de que Shikamaru se enredara con sus propios dedos de tanto contar sin ningún resultado, o peor, antes de que su pequeño cerebro explotara.

—¡250 cada uno! —gritó Shikamaru sorprendido.

 

Menma se aclaró la garganta con seriedad, llamando la atención de los otros. Le estaban haciendo perder el tiempo.

 

—¿Vais a pedir algo, o no?

 

Al instante todos asintieron y pidieron lo que deseaban tomar, cuando estaba por retirarse, Sasuke le habló.

 

—Menma, ¿podemos hablar?

 

Al instante recibió una fea mirada de Hinata y Sakura, pero no dijeron nada.

 

—No —respondió Menma de manera cortante—. Tengo trabajo. —Y se marchó.

 

Una punzada de molestia se instaló en el pecho de Sasuke. No estaba acostumbrado a recibir negativas, nunca. Aunque continuó con un porte aparentemente tranquilo y esperó paciente hasta que Menma regresara con sus órdenes.

 

Uchiha Sasuke estaba acostumbrado a salirse con la suya.

 

—¿Sabéis, chicos? —comenzó a decir mientras Menma servía todo—. He encontrado a mi alma gemela.

 

Todos en la mesa soltaron exclamaciones de sorpresa, excepto Menma que casi se atraganta con su propia saliva.

 

—¿Quién lo diría? —Sonrió burlona Sakura—. Te confieso que pensaba que tu alma gemela eran todas las chicas lindas con las que coqueteas.

—¿Tú tienes alma gemela? —preguntó Hinata totalmente seria.

—Chicas, ya está bien —regañó Ino casi en voz baja, y después miró a Sasuke—. Nos alegramos por ti. ¿Podemos saber quién es la afortunada?

 

En el preciso segundo en que Sasuke abrió la boca, Menma agarró el té que acababa de servirle y se lo lanzó encima, arrancándole a éste un alarido de dolor.

 

—¡Quema! —Se puso de pie de un salto.

 

Antes de llamar más la atención, Menma tomó a Sasuke de la muñeca con excesiva fuerza, dejándole ver su mal humor.

 

—Acompáñame, te secaré —masculló tétrico.

 

A pesar del escalofrío que le recorrió la espalda, Sasuke se dejó llevar. Menma le guió a la calle, a un callejón junto a la cafetería.

 

—¿¡Se puede saber qué pretendes!?

—Era la única forma en que sé que accederías a hablar conmigo.

—¡Tú y yo no tenemos nada que hablar!

—¿Cómo que no? —replicó—. Somos almas gemelas.

—Yo no quiero como alma gemela un idiota con complejo de playboy.

 

Las comisuras de Sasuke se torcieron hacia abajo, viéndose triste. Pero la expresión fingida apenas le duró un segundo. Adoptó su mejor sonrisa sexy y con un movimiento elegante se hizo el flequillo hacia atrás con una mano.

 

—No puedo evitar que las chicas vengan tras de mí, soy demasiado especial.

—Ugh… —masculló, mirando con desdén al presumido chico.

 

Un escalofrío le subió por la espalda en el instante en que Sasuke le rodeó los hombros con un brazo y una rosa apareció frente su rostro.

 

—Pero no te pongas celoso. Ahora tú eres especial.

 

Sin esperarlo, un puño de Menma impactó en una mejilla de Sasuke con efusividad, haciéndole sentir mareado y trastabillar unos pasos.

 

—¡No sé qué pretendes, idiota! ¡Pero te advertí que te mataría por llamarme gatita! Te doy la oportunidad de huir, pero si te quedas te haré puré —amenazó serio.

 

Ahora la expresión de dolor en el rostro de Sasuke no era fingida. El golpe de Menma había sido realmente fuerte. De puro milagro seguía conservando toda su dentadura intacta. Se acarició la adolorida mejilla.

 

—Vaya reacción. —Se quejó—. No sabía que eras tú.

—Te creo. Si desde el principio hubieras sabido que era yo, no me habrías escrito. Tú sólo me hablabas porque pensabas que era una chica guapa, una “gatita” —finalizó con sorna.

—Bueno, tal vez… No sé —balbuceó, todavía acariciándose la mejilla—. Pero eres mi destinado, así que me gustaría que lo intentáramos… podríamos conocernos mejor primero.

 

Menma dejó escapar un grito de terror en su interior, a pesar de que su cara no mostraba expresión alguna. ¿Conocerse mejor ellos dos? ¡Ni hablar!

 

—¿Conocernos para qué? Es absurdo. Yo no creo en el destino, y a ti te gustan demasiado las mujeres. Las mujeres guapas.

 

Apenas dijo aquello cuando vio a Sasuke alargar un brazo y acercarse, tomando uno de los rubios mechones a ambos lados de su rostro. Le envió una seria mirada de advertencia.

 

—Es cierto que tú eres muy diferente, pero… pienso que el rubio se ve bien en ti.

 

Menma se espantó. ¿Ese idiota le estaba coqueteando o qué?

 

De un manotazo alejó el contacto.

 

—¡Déjame en paz, Charaidiota! —le gritó antes de alejarse con pasos rápidos, en parte huyendo y en parte porque ya había perdido mucho tiempo y no quería que le llamaran la atención en el trabajo.

 

****

 

—Y eso pasó —finalizó Sasuke la explicación que le estaba dando a su hermano horas más tarde, soltando un suspiro de pesar—. Tiene un carácter fuerte, y no es que eso me desagrade, pero lo malo es que no tiene interés alguno en que nos conozcamos mejor.

—¿Y qué hay de ti, hermano? ¿Estás dispuesto a ir en serio? Recuerdo que hace días dijiste que Menma es huraño y no te imaginabas a su lado.

 

Sasuke se rascó la nuca un poco pensativo.

 

—Es cierto, es huraño todo el tiempo. Pero por otro lado es mi destinado, y eso me hace sentir cierta curiosidad hacia él. Cuando le veo en la cafetería, sonriendo, pienso que tal vez debajo de esa máscara de seriedad se esconde otro Menma que me gustaría conocer.

—¿Y qué hay sobre el hecho de que sea un chico? No has comentado nada sobre ello.

 

El menor chasqueó la lengua.

 

—Es cierto que no es como las gatitas a las que acostumbro a frecuentar, pero si el destino eligió a Menma para mí, haré caso a su elección aun si es un chico. Además, mirándole bien, tiene unos ojos bonitos y su pelo es de un llamativo rubio.

 

Itachi rió ligeramente y negó con la cabeza. Sasuke no tenía remedio, siempre le atraía la belleza.

 

—Espero que tengas suerte con tu… ¿gatito?

—No le llames así —respondió veloz Sasuke, sintiendo un escalofrío—. Si te escuchara te soltaría un puñetazo. —Se señaló su mejilla golpeada, todavía tenía un rosa muy sutil. Itachi volvió a reír—. ¡No te rías!

 

****

 

Dos días después, Sasuke acudió solo a la cafetería con la esperanza de poder hablar con Menma. Por más que le buscó con la mirada no le veía, hasta que escuchó su voz a su lado, preguntándole qué deseaba tomar.

 

—¿¡Menma!? —preguntó sorprendido.

 

El brillante color rubio de los cabellos de Menma, ahora era sustituido por un tono negro.

 

—Ni que hubieras visto un fantasma, idiota —masculló serio.

—No, pero casi —murmuró. Ese tono oscuro de cabello le daba a Menma un aspecto sombrío.
—¿Perdón? —preguntó esbozando una sonrisa amable muy, muy forzada, apretando la libreta y el bolígrafo en su mano.

—Quiero un café. —Se corrigió de inmediato, percibiendo el aura peligrosa. Antes de que Menma se fuera, le habló—. ¿P-por qué has teñido tu cabello?

—Anteayer un tipo molesto me dijo que el rubio se ve bien en mí —respondió de forma directa.

 

Sin más dio media vuelta y se marchó para atender otra mesa, dejando a Sasuke con la boca abierta. ¿Acaso a Menma no le gustó lo que le dijo sobre su color de pelo?

 

—Definitivamente es un hueso duro de roer —suspiró dramático.

 

Hubiera sido más sencillo si su persona destinada hubiera sido cualquiera de las gatitas a las que frecuentaba. Ella habría saltado a sus brazos sin más.

 

Buscó con la mirada a Menma y le vio anotando las órdenes de una mesa cercana. Menma tenía en su rostro una sonrisa que no era habitual en él, de hecho, ahora que lo pensaba sólo le había visto sonreír en el trabajo. Tal vez este trabajo le hacía feliz. Pero dejando eso de lado, fijándose mejor, Menma tenía una sonrisa bonita.

 

Sintiéndose observado, Menma no tardó ni dos segundos en enviarle una mirada áspera y al instante le vio escribir algo en su mano izquierda ayudándose del bolígrafo con el que anotaba los pedidos.

 

Impaciente miró su mano izquierda, esperando ver qué mensaje aparecería:

 

¡¡Deja de mirarme con esa cara de retrasado, Charaidiota!!

 

—¿Por qué el destino me lo pone tan difícil? —se lamentó Sasuke.

 

Cuando Menma volvió con su café poco después, se lanzó a la carga otra vez.

 

—Mirándote bien, el moreno también te favorece. —Y remató su intento de coqueteo guiñándole un ojo.

 

Menma se aguantó las ganas de derramarle el café encima.

 

—¿Puedes darme un respiro? Apenas ayer me teñí el pelo, no puedo teñirme hoy de nuevo.

—Da igual tu color de pelo, todo se ve bien en ti.

—¡Ugh! —bufó fastidiado—. ¿Quieres que te golpee otra vez?

—Hablando de eso. —Casi interrumpió—. ¿No deberías disculparte? —Se señaló la mejilla.

 

Como respuesta inmediata Menma soltó una carcajada seca y socarrona.

 

—Oblígame —le susurró sonriendo malicioso antes de dar media vuelta y marcharse.

 

Pero lejos de sentirse molesto, Sasuke sólo permaneció en silencio mirando a Menma alejarse. Más bien, estudiando de pies a cabeza la figura de Menma y centrando la atención por un momento en los glúteos.

 

Al darse cuenta, apartó la mirada.

 

—¿No se supone que debería estar molesto con él? —se murmuró consternado.

 

Por el contrario, a cada momento sentía más curiosidad hacia su destinado. Quería conocerle más, saber todo de él. Era como una extraña atracción.

 

Así que no se rindió y durante la semana pasó cada día por la cafetería, aunque sólo encontró a Menma allí desde el jueves hasta el domingo. Fue solo para poder hablar más relajadamente con Menma, o al menos intentarlo, y no incomodarle con la presencia curiosa de sus amigos. Pero siempre era igual, Menma le atendía y seguía inmune a sus coqueteos, manteniéndose firme en su idea de no creer en el destino.

 

De no ser por Itachi que le animaba a no rendirse e intentarlo una vez más, probablemente estaría deprimido. En unos días había batido un record de rechazos amorosos.

 

Pero ese día cambiaría de técnica y trataría de acercarse a su destinado de otro modo.

 

Llegada la noche Menma caminaba hacia su hogar, más agotado de ser Mister Sonrisas que por el trabajo en sí. Aunque realmente merecía la pena sonreír cuando la paga extra de Jiraiya le motivaba.

 

Dejó sus pensamientos de lado y se erizó cual gato al reconocer a Sasuke a unos pasos de distancia, recargado en la pared. Retomó el paso, deseando no ser notado por ese tonto, pero como esperó, era pedir demasiado.

 

—Hace una noche preciosa, ¿cierto? —Le escuchó decir tras él, y a continuación fue abrazado por detrás y escuchó la voz de Sasuke contra su oído—. Menma.

 

Soltó un gritillo de pánico y giró con un movimiento airado, sacándose al acosador de encima. Apenas alzó un puño para golpearle cuando una rosa apareció frente a su rostro, haciéndole detenerse.

 

Sasuke sonrió porque a pesar de la expresión de furia, un sutil rubor se podía apreciar en las mejillas de Menma. Al parecer le gustaba que le susurraran al oído.

 

—¡No sonrías! —gritó Menma, dando un manotazo a la hermosa flor que por el ataque perdió los pétalos.

 

Pero poco le importó y tras dedicarle una mirada de advertencia al idiota Uchiha, dio media vuelta y retomó su camino.

 

—¡Espera, Menma, no te vayas! ¡Hablemos! —pidió, pero fue ignorado. El chico se alejaba con caminar rápido—. Vamos a conocernos, ¡somos destinados! —Sus palabras provocaron el efecto contrario del deseado, ya que Menma aceleró tanto el paso que estaba por echarse a correr. Rápido pensó algo que hiciera al chico detenerse. Debía de decir algo inteligente ¡ya!—. ¡Gatito! —soltó sin pensar.

 

Sonrió al ver a Menma detenerse en seco. Pero su sonrisa desaparecía paulatinamente cuando el chico comenzó a caminar raudo hacia él, con sed de sangre en sus ojos azules. Tenía la sensación de haber despertado a una bestia dormida.

 

—Me-Menma, escucha…

 

Pero no tuvo oportunidad de decir más porque el otro le tomó del cuello de la camisa y le azotó con rudeza contra la pared.

 

—¿¡Quieres morir, bastardo!?

 

A pesar del dolor en su espalda, Sasuke quedó fascinado con el intenso brillo en los ojos azules. Después desvió la mirada a las marcas en las mejillas del chico. Eran extrañas, pero en Menma se veían bien. De pronto sentía cierta curiosidad por tocarlas. Satisfaciendo su deseo, alzó una mano y tocó la mejilla derecha del chico que dejó de lado la expresión de furia para mostrar una de desconcierto e incomodidad.

 

—¿Qué haces? —farfulló regresando su mal humor.

 

Pero la única respuesta que obtuvo, fue los labios de Sasuke tocando los suyos. No duró más de dos segundos, pero a él se le antojó una eternidad. Una terrible eternidad en la que se sintió paralizado y no supo cómo reaccionar.

 

Sasuke sonrió al ver a Menma mostrarse por primera vez vulnerable. Parecía haber sufrido un cortocircuito, ya que sólo permanecía quieto, consternado y sonrojado. No fue hasta que se acercó con intención de darle un segundo beso, cuando vio a Menma reaccionar, parpadeando incrédulo por un segundo para dar paso de nuevo a la furia.

 

—¡¡Charaidiota!! —gritó.

 

****

 

—Así que por eso de nuevo te dio un puñetazo —comentó Itachi, asintiendo comprensivo tras la explicación de su hermano menor que adolorido apoyaba una bolsa de hielo en su mejilla, oculto en el baño—. Tal vez debiste pedirle permiso antes de besarle.

—Primero me habría dicho que no y después me habría dado un puñetazo —habló, sintiendo palpitar de dolor el lado izquierdo de su cara—. Además, mi cuerpo se movió solo. Fue un impulso.

—¿Cómo te sentiste al besarle?

 

Sasuke apartó el rostro al sentir sus mejillas calentarse de forma sutil ante la pregunta. Los labios de Menma se sintieron cálidos y suaves. Le encantó la sensación.

 

—Bien, aunque apenas duró un instante.

—¿Y cómo crees que se sintió él?

 

La pregunta desanimó totalmente a Sasuke. Aunque por un segundo quiso fardar un poco y decir que Menma había sido afortunado por haber recibido un beso suyo, con Itachi no servía de nada su faceta de galán.

 

—Prefiero no responder a eso.

—Como quieras. ¿Y qué vas a hacer de ahora en adelante?

—No me daré por vencido, no de momento.

 

****

 

Contra todo pronóstico, los intentos de acercamiento de Sasuke se intensificaron a pesar de que Menma creyó ilusamente que después de dos puñetazos le dejaría en paz para siempre. De alguna forma, el tonto Uchiha parecía haber descubierto, o al menos sospechaba, dónde estaba su casa, porque no era normal que ahora se lo topara cada día. Sasuke se hacía el encontradizo y entonces se lanzaba de lleno a coquetearle.

 

Menma no sabía si desear que terminaran las vacaciones y empezar la universidad, o si temer al hecho de empezar la universidad. Si se daba la casualidad de que Sasuke y él asistieran a la misma universidad, sería terrible. No soportaría verle cada día, recibir sus coqueteos baratos y sus rosas que parecía sacar de la nada.

 

Ese día no había sido la excepción. Iba a comprar unas cosas que necesitaba su madre y… ¡casualidad!, se encontró a Sasuke cuando apenas había caminado unos metros. El idiota no entendía negativas, así que aunque se negó terminó siendo acompañado por éste. Mientras hacía la pequeña compra en el supermercado, estuvo recibiendo todo un interrogatorio de parte de Sasuke que quería saber más de él, y por otro lado, éste le hablaba sobre su vida como si a él le interesara.

 

En el camino de regreso se toparon con Kiba, Hinata y Shino.

 

—¡Chicos! —saludó Inuzuka—. Vamos a Yakiniku Q, ¿os queréis unir?

—Paso —respondió Menma, y acto seguido le mostró la bolsa donde llevaba la pequeña compra de su madre. Algunas verduras—. Tengo que ir a casa.

—Ah, como era de esperar de Menma —renegó Kiba, y miró al otro pelinegro—. ¿Y tú, Sasuke? ¿Te unes?

—En otro momento quizá. —Sacudió una mano.

 

Hinata afiló la mirada, estudiando a los recién llegados. ¿Desde cuándo era común ver a Sasuke y a Menma hablando? Es más, ¿desde cuándo era común ver a esos dos hablando y paseando juntos tan tranquilamente, como si fueran amigos de toda la vida?

 

—¿Se puede saber qué hacéis los dos solos, hablando tan amigablemente? —cuestionó con seriedad, acercándose un paso, intimidante.

 

Sin embargo, Menma ni se inmutó y mucho menos quiso dar explicaciones de lo que hacía o dejaba de hacer.

 

—Me encontré a Menma por casualidad —respondió Sasuke—. ¿Acaso es tan raro vernos juntos?

—Sí. —El tono hostil de Hinata aumentó, clavando la mirada en Sasuke—. Tú sólo te acercas a las chicas para coquetear con ellas. Verte de repente cerca de Menma no me gusta —habló sin rodeos.

—Ahora que lo pienso, Hinata tiene razón —concordó Kiba.

—¿No será una cita? —preguntó Hinata—. ¿¡Estás coqueteando con Menma!? —Sin esperar respuesta, tomó a Sasuke de la pechera con violencia—. Acércate a mi hombre y te mataré —masculló.

 

Sasuke tragó duro y alzó las manos en son de paz, pero el siempre callado Shino abrió la boca para empeorar la situación.

 

—Ciertamente, Sasuke estando a solas con alguien… sólo puede tratarse de una cita.

 

Menma sonrió con malicia al ver la mirada sedienta de sangre en los ojos de Hinata quien afirmó el agarre en la camisa de Sasuke. Gracias a Hinata se libraría del baboso de Sasuke y podría ir a casa tranquilamente.

 

Decidió aumentar la furia de Hinata deliberadamente. Sería la guinda del pastel. La sentencia de muerte para Sasuke.

 

—Así es, Sasuke me está coqueteando desde hace días.

 

Todos se sorprendieron con aquella campante confesión. Un segundo después Sasuke esquivó por los pelos un puñetazo de Hinata directo a su perfecta cara que ya había sido lastimada dos veces con anterioridad por Menma.

 

—¿¡Así que ahora quieres meterte con mi hombre!? ¡No te perdonaré, Sasuke!

—Yo que tú me desharía de él, Hinata —continuó diciendo Menma, inmutable.

 

Pero entonces la chica giró a mirar a Menma con enojo y sobre todo, celos.

 

—¡Lo que no entiendo es cómo tú no te has deshecho ya de este tipo desde la primera vez que coqueteó contigo, Menma!

 

Menma abrió la boca dispuesto a decirle que ya le había dado sus buenos golpes y que para él Sasuke era un cero a la izquierda, pero entonces sintió un firme agarre en su mano libre que le obligó a correr tras su captor: Uchiha Sasuke.

 

—¡Huyamos de aquí, Menma!

—¡Yo no tengo que huir, imbécil! —replicó—. ¡No es a mí a quien quieren matar!

—¡Os mataré a los dos! —Se escuchó gritar a Hinata, acortando la distancia entre ellos por momentos.

 

Entonces Menma aceleró el paso incluso llegando a adelantar a Sasuke, y habría corrido más rápido de no ser porque la mano de Sasuke se negaba a soltar la suya. Giró y entró en un callejón, llevando a Sasuke con él. Patearon algunas cajas que allí había, tratando de cerrarle el paso a Hinata sin mucho éxito, aunque sí lograron aumentar la distancia entre ellos.

 

Cuando creían que desfallecerían de tanto correr, lograron perder de vista a Hinata y sobre todo dejaron de escuchar sus gritos amenazantes.

 

—¡Pensé que moriría! —exclamó Sasuke.

 

Al verle la expresión de pánico y una palidez mayor a la habitual, Menma no pudo evitar reír. No fue una risa burlona, sino una genuina. Le divertía ver al siempre impoluto Sasuke lleno de pánico y jadeando por el cansancio de la reciente carrera.

 

—¿Te estás riendo de mí? —Sasuke sonó tan ofendido como sorprendido.

—Te ves tan patético… —respondió Menma, suavizando su risa.

—¿Ah, sí? —replicó, tomándole del brazo.

 

Entonces Menma les hizo girar con un rápido movimiento y Sasuke se vio estampado en la pared. Menma le dedicaba una sonrisilla de superioridad que le fastidió pero que a la vez hizo aletear por un segundo a las “mariposas” en su estómago.

 

Y sin pensarlo una vez más, tomó a Menma del rostro y unió sus labios en un suave toque.

 

Pero en esta ocasión no fue Menma quien rompió el contacto, sino el grito de Hinata escuchándose terriblemente cerca. Al separarse y mirar a un lado, vieron a Hinata lanzando lejos una de las cajas para abrirse camino.

 

Ambos se preguntaron entonces si Hinata había visto el beso.

 

—¡Sasuke, aléjate de mi hombre!

 

Pero Sasuke no quería morir joven, así que volvió a tomar a Menma de la mano y echó a correr llevando al otro pelinegro con él.

 

****

 

Llegada la noche y en la intimidad de su habitación, Menma meditaba lo ocurrido aquel día y los anteriores. Sasuke se había tomado realmente en serio su papel de acosador. Ya había probado de todo para que ese idiota le dejara en paz: le había ignorado, le había gritado, amenazado, golpeado… ¡y ya no sabía qué más hacer! Ese tipo no sabía lo que era darse por vencido, y aunque en otro momento eso le había parecido una cualidad admirable, en ese momento le resultaba odioso.

 

Miró la palma de su mano izquierda al sentirla hormiguear, esperando leer el mensaje que estaba por aparecer:

 

Sueña conmigo esta noche ;)

 

Menma bufó molesto y se preparó para responder:

 

¡Charaidiota!

 

Al parecer el bastardo tenía ganas de conversación porque volvía a sentir su mano cosquillear:

 

Pero soy tu charaidiota.

 

Y al lado apareció dibujado un corazón.

 

¡Muérete!

 

Y ni eso deprimía al imbécil al otro lado.

 

Podría morir… de amor por ti XD

 

—¡Me rindo! —exclamó Menma, lanzando lejos el rotulador con indignación.

 

Conforme los minutos transcurrían, su enojo se iba suavizando y volvía a sus meditaciones anteriores.

 

¿Realmente estaba Sasuke interesado en él? ¡No tenían nada en común! Aunque debía admitir que tratar de ser conquistado con esa intensidad estaba siendo toda una experiencia para él.

 

Sin pretenderlo recordó las veces que sus labios se habían tocado, pero apenas fue consciente de ello se obligó a dejar la mente en blanco.

 

—¡Hora de dormir! —sentenció.

 

CONTINUARÁ.

Notas finales:

¡¡Wuoooh!! Gracias (?) por los 0 reviews, a pesar de que leyeron 130 personas XDD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).