Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lienzo por Takaita Hiwatari

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Importante: Os recuerdo que las personalidades de Sasuke (Charasuke) y Naruto (Menma) están totalmente invertidas en el universo de “Road to ninja”, al igual que las personalidades del resto de personajes.

Lienzo:

Takaita Hiwatari

 

En los siguientes días todo transcurrió igual, repitiéndose como si estuviera inmerso en un bucle. Cada día Sasuke se hacía el encontradizo con él, bien en la calle o en la cafetería si ese día trabajaba.

 

Lo único diferente en aquel bucle repetitivo fue que un día Hinata y Sakura se aparecieron en la cafetería para pedirle explicaciones, ¡a él! Querían saber qué ocurría exactamente entre Sasuke y él, si tenían algún tipo de relación. Él se limitó a ignorarlas, odiaba dar explicaciones y su vida privada no era asunto de ellas, aunque fueran sus amigas.

 

Les pidió con un forzado tono amable que consumieran algo o se largaran, asegurando que estaba muy ocupado. Agradeció cuando Jiraiya apareció y le respaldó, diciendo que no aceptaba espectáculos en su cafetería. Entonces ellas finalmente se marcharon con la expresión que podrían tener un par de niñas regañadas.

 

Ese día caminaba hacia Yakiniku Q por insistencia de sus amigos que no hacían más que quejarse de que los días pasaban y nunca se reunían todos.

 

—¡Menma! ¡Hombre, ya era hora! —exclamó Kiba nada más verle.

—No he llegado tarde. —Fue todo lo que respondió, tomando asiento mientras ignoraba los llamados de Hinata y Sakura que le pedían sentarse a su lado.

—Cierto —habló Shino—. Quien llega tarde es Sasuke.

—Como sea —dijo Shikamaru con desinterés—. ¿Podemos empezar a comer ya? Muero de hambre.

 

Chouji apenas y dedicó una mirada a toda la carne preparada para cocinarse en la parrilla.

 

—Deberíamos haber pedido algo más ligero y saludable para comer con toda esta carne. ¿Tal vez unas verduras hervidas?

 

Shikamaru tomó un plato de carne cruda y lo alzó repetidas veces.

 

—Pues yo pienso que un plato de carne es muy ligero —respondió con una risa simplona, ganándose una seria mirada de Chouji.

 

Ino sonrió con timidez ante el bobo comentario de su compañero y después miró a Akimichi.

 

—Tú siempre tan preocupado de no engordar…

 

Entre anécdotas y risas, empezaron a comer y beber sin esperar a Sasuke, aunque éste no tardó mucho más en llegar.

 

—¡Hey! Ya estoy aquí —comentó echándose el flequillo hacia atrás en un movimiento presumido, sabiendo que llamaba la atención de las féminas del lugar. Aunque la atención que quería sobre él era la de un par de ojos azules que apenas le dedicaron un segundo de atención—. ¿Habéis empezado sin mí? —Parpadeó sorprendido.

—¿Quién te esperaría, charlatán? —replicó Sakura, repentinamente de malas.

 

El pelinegro torció las comisuras en un pequeño mohín, fingiéndose afectado por el comentario.

 

—Qué carácter —comentó tomando asiento.

 

Volvió a buscar a Menma con la mirada, le habría gustado sentarse a su lado, pero estaba más alejado de lo que le gustaría.

 

—¡Deja de mirar a mi hombre! —le gritó Hinata de repente con un explosivo mal humor.

—¿Tu hombre? —repitió Sasuke sin ningún tono en particular.

 

Esa mujer estaba loca si creía que Menma era su hombre. El destino había decidido que era suyo, y aunque era un gatito bastante escurridizo, Uchiha Sasuke siempre conseguía lo que se proponía.

 

—¡Hinata, Menma no es tuyo! —replicó Sakura

 

Menma suspiró con hastío ante la conocida y repetitiva discusión que solían tener Hinata y Sakura, lo peor es que ahora Sasuke parecía que se uniría en cualquier momento. Lo mejor era detenerles.

 

—¿Podéis dejar de gritar? —Su voz se escuchó bastante seria.

 

Las chicas guardaron silencio, Sakura con una expresión de niña regañada, mientras que Hinata mantenía su mirada fulminante que esta vez posó en Sasuke. Alzó un pulgar y se lo deslizó por el cuello, señalando después a Sasuke que tragó saliva de forma sonora ante la silenciosa amenaza.

 

Lo que decía, esa mujer estaba loca.

 

Después de eso la comida transcurrió con normalidad. Más bien con toda la normalidad que podría transcurrir siendo ese grupo de amigos los protagonistas de la comida.

Menma los miraba a todos en silencio, analizándolos. Neji y sus actitudes pervertidas hacia las chicas, Shikamaru y su idiotez severa, Lee creyéndose un referente de la moda cuando en realidad su forma de vestir era una horterada, Tenten que siempre parecía estar demasiado cansada como para vivir, Chouji con su eterna preocupación por mantener la línea y no coger ni un kilo de más, Shino y su odio hacia los insectos, Kiba y su enfermizo amor por los gatos, Ino y su excesiva timidez, Hinata y Sakura eran un par de acosadoras, y finalmente Sasuke… Sasuke era… Sasuke.

 

Justo entonces el idiota con aires de casanova clavó sus ojos en él, atrapándole justo en el momento en que le estaba mirando. Antes de poder apartar la mirada fingiendo desinterés total, Sasuke le guiñó un ojo provocándole un escalofrío.

 

Cuando terminaron la comida, Menma fue el primero en decir que se retiraba, siendo secundado por los demás que comenzaron a proponer ir a varios lugares.

 

Una vez en la calle, Sasuke escuchaba las propuestas que hacían los demás cuando de repente sintió un firme agarre en la pechera y un tirón, encontrándose de frente con una furibunda Hinata.

 

—¿Algún problema? —preguntó casual.

—¡Tú eres mi problema, Sasuke! ¿Crees que soy estúpida?

—Pues… —balbuceó, pero la chica le zarandeó— ¡Deja eso de una vez! Me estás despeinando. —Y con un movimiento presumido se pasó una mano por los negros cabellos para acomodarlos.

—No hace mucho dijiste, en la cafetería donde Menma trabaja, que habías encontrado a tu persona destinada.

—Sí. ¿Y qué? —Se encogió de hombros.

 

En ese punto los demás estaban más pendientes de la conversación en sí que del hecho de tratar de calmar la furia de Hinata. Desde ese día habían vivido con la curiosidad, preguntándose quién era la persona destinada de Sasuke, y al parecer estaban a punto de descubrirlo.

 

—¿Cómo que y qué? —Gruñó—. Escupe el nombre ahora mismo.

 

Sasuke parpadeó sorprendido. Era obvio que ella lo sabía todo, después de todo estaba casi convencido de que Hinata vio el beso que le dio a Menma cuando huían de ella aquella vez.

 

Envió una discreta mirada a Menma para saber si el chico tenía algún inconveniente con que revelara su identidad. Y vaya si tenía inconveniente. Al igual que había hecho antes Hinata, Menma se deslizó un pulgar a lo largo del cuello simulando un cuchillo, haciéndole saber que le cortaría el cuello si abría la boca.

 

¿Por qué todos querían matarle ese día? Se lamentó.

 

—No tengo por qué decir el nombre —respondió finalmente.

 

Los otros se lamentaron internamente ante la reserva de Sasuke. Ellos querían enterarse de quién era esa persona.

 

—Está bien, no lo digas, de todas formas sólo quería confirmar lo que ya sé. —Soltó a Sasuke y giró—. Es Menma.

—¿¡Menma!? —repitió Sakura en un grito alarmado, casi opacando los jadeos sorprendidos del resto—. ¡No bromees con eso, Hinata!

—Por desgracia, no bromeo —respondió, aunque su mirada estaba clavada en el rostro serio de Menma.

 

Ino se adelantó unos pasos tratando de romper el repentino ambiente tenso.

 

—Enhorabuena, chicos. —Su voz tímida apenas se escuchó.

—¡No les felicites! —gritó Hinata, furiosa.

 

Los otros todavía no salían de su estupor.

 

—¿Pero esto es en serio? —balbuceó Kiba, incrédulo. Clavó la mirada en su amigo, esperando una respuesta—. Menma…

 

El mencionado frunció el ceño y chasqueó le lengua con fastidio. Esos idiotas se estaban inmiscuyendo en su intimidad como si fuera tema de dominio público.

 

—¿Y qué si así fuera? No es algo que yo elegí, y de cualquier forma, no estoy interesado en Charateme.

 

Y sin más, dio media vuelta y dando la conversación por finalizada se marchó.

 

Sakura suspiró aliviada, pero Hinata no quedó conforme y dijo algo que hizo detenerse a Menma.

 

—¡Mientes! —Le señaló acusador—. La otra vez Sasuke y tú os estabais besando.

—¿¡Qué!? —Volvieron a gritar los demás, estupefactos con aquella revelación.

 

El enojo de Menma se estaba haciendo patente en su entrecejo cada vez más marcado. Odiaba que curiosearan en su intimidad. ¿Y qué si ese baboso era su alma gemela? Ese era un asunto que les correspondía tratar únicamente a Sasuke y a él.

 

—Ya he tenido suficiente —respondió severo—. Mi vida privada no es vuestro asunto. —Y sin añadir más, se alejó.

 

Todos se miraron algo arrepentidos por haber hecho enojar a Menma, pero todavía con un brillo de curiosidad en sus miradas. Algunos se debatían entre compadecerse de Menma o de Sasuke. Ambos eran chicos muy… especiales.

 

—¡Menma, espera! —exclamó Sasuke.

—¡Ah, no! —sentenció Hinata plantándose frente al pelinegro—. No vas a ir tras Menma.

 

Pero Sasuke la ignoró y pasó a toda velocidad por su lado, chocando sus hombros con tal firmeza que la chica casi cae el suelo.

 

—¡Sasuke! —gritó rabiosa.

—Hinata, deberías dejarlo —comentó Chouji con su habitual tono serio—. Si ellos son destinados, no deberías entrometerte. Nadie debería hacerlo —finalizó, dedicándole también una breve mirada a Sakura.

 

La pelinegra gruñó molesta. Entendía que Chouji tenía razón, pero le costaba horrores rendirse y dejar al amor de su vida en manos de un patán charlatán como lo era Uchiha Sasuke.

 

—¡Ese maldito insecto…! —gruñó frustrada.

 

Al escuchar la última palabra, las gafas de Shino reflejaron un brillo peligroso.

 

—¿Insecto? —repitió—. ¿Dónde?

 

Sin esperar respuesta, de entre su ropa sacó un pulverizador de insecticida y empezó a rociar el lugar de forma indiscriminada, llenando el ambiente de una nube apestosa que les hizo a todos toser con los ojos llenos de lágrimas.

 

—¡Deja eso, vas a matarnos! —gritó Lee.

—Los insectos son repugnantes, ¡deben morir!

 

Entre la nube de insecticida, Hinata perdió de vista a los dos chicos.

 

****

 

—¡Menma, espera! —Le tomó de la muñeca, reteniéndole.

—No me toques —masculló, rompiendo el contacto de un manotazo.

 

Sasuke tragó duro al ver la mirada dura de Menma y decidió no insistir en mantener el agarre.

 

—No fue mi culpa, Hinata lo desveló todo…

—Ella te vio besarme, ¡claro que es tu culpa!

—Mejor así, ahora dejará de acosarte.

—¿Se supone que debería estar feliz? He perdido una acosadora y he ganado un acosador, ¿qué diferencia hay?

—Yo no soy un acosador —replicó, ganándose una mirada severa de Menma—. Y sea como sea, soy tu alma gemela.

—Ugh, deja de recordarme eso a cada instante. —Suspiró con pesar.

 

Arriesgándose, Sasuke tomó una mano del otro chico entre las suyas, ganándose la atención de éste.

 

—Menma… sé que puede sonar repentino pero, realmente estoy interesado en ti. ¿Acaso yo no te intereso ni un poco?

 

Los ojos azules le dedicaron una obvia mirada que lo decía todo y que estrujó el corazón de Sasuke.

 

—Yo…

—¡Está bien! —interrumpió—. No digas nada aún. Supongo que tendré que esforzarme más para llegar a esa piedra que tienes por corazón. —Suspiró con falso dramatismo.

 

Menma alzó un puño en actitud amenazante.

 

—¿Quieres que te mate?

 

El otro sonrió nervioso y rápido retrocedió un paso. Debía estar loco, muy loco, para empeñarse en conquistar a un chico con las características de Menma. Pero cuantos más días pasaba tratando de conquistarle, a pesar de recibir puras negativas, por alguna razón quedaba más y más atraído hacia él.

 

—No te enojes, gatito. Sólo bromeaba.

 

Los ojos de Menma se inyectaron en pura furia, pero antes de poder hacer o decir algo, sintió los labios de Sasuke estrellarse contra los suyo en un beso tan tosco como rápido que le dejó aturdido por lo repentino del acto.

 

—¡Te veo mañana, Menma! —exclamó Sasuke mientras se marchaba corriendo.

 

La cara de Menma enrojeció y una vez más no supo si de rabia o de vergüenza. Por inercia se llevó una mano a los labios, tocándolos incrédulo. Ese tipo era un bastardo suicida que con su actitud estaba pidiéndole a gritos que le matara.

 

—¡Juro que te mataré! —gritó furioso—. ¡Tal vez no hoy, ni mañana… pero lo haré! —amenazó.

 

Entonces Sasuke detuvo su carrera y giró para mirarle con una sonrisilla segura en sus labios que crispó a Menma.

 

—¡No lo harás si consigo conquistarte primero! —exclamó por la distancia, teniendo oportunidad de guiñarle un ojo antes de continuar su huida.

 

****

 

Un par de días más tarde, salía del trabajo cuando fue interceptado por Sasuke. Trató de ignorarle y continuar caminando con su cara de pocos amigos y con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón.

 

—Menma, ¿por qué no damos un paseo? —propuso casual, de sopetón, mientras se incorporaba a la caminata del chico.

—¿Me dejarás en paz si te digo que no? —Rodó la mirada, hastiado.

 

Sasuke respondió con una suave risita, como si lo dicho por Menma fuera gracioso.

 

—Vamos, no seas gruñón. —Le animó.

—¿Qué has dicho? —masculló con un tono oscuro.

 

El otro se estremeció.

 

—¡Oh, hace una noche preciosa! —exclamó de pronto, sacando una rosa que acercó al otro chico—. Ideal para crear un ambiente romántico.

—Haces que me duela la cabeza con tus babosadas románticas. —De un manotazo, hizo la rosa a un lado.

 

Sasuke torció las comisuras en desacuerdo, pensando que algún día sí o sí haría que Menma aceptara sus rosas.

 

—Ven, sígueme —propuso de pronto, tentado a tomar la mano de Menma.

 

El otro suspiró con tedio y sin decir nada siguió a Sasuke. Mientras caminaban en silencio a quién sabe dónde, no pudo evitar preguntarse si Sasuke siempre era igual de insistente con sus “gatitas”. Aunque pensándolo detenidamente, él no tenía necesidad de insistir con ellas, ya que las chicas en cuanto le veían se le acercaban como si fueran atraídas por una fuerza invisible.

 

Miró disimuladamente a Sasuke, en silencio.

 

‹‹No entiendo qué ven de llamativo en este patán››, pensó con desdén.

 

Cuando Sasuke giró hacia él, probablemente al sentirse observado, rápidamente volvió la mirada al frente para no ser descubierto.

 

Minutos después se adentraron en un parque y continuaron caminando hasta detenerse en un pequeño lago. Había algunas parejas en actitud empalagosa, sintiéndose refugiados con la tenue iluminación del lugar que, según Sasuke, le daba un ambiente romántico.

 

Tomó asiento en un banco junto al casanova barato cuando éste palmeó la madera en una invitación.

 

—Bien, ya estamos aquí, ¿ahora qué? —Se cruzó de brazos.

 

Sasuke soltó una ligera risita. Presentía que no podría hacer nada contra el carácter gruñón de su gatito, pero incluso ese lado de él le empezaba a gustar.

 

—¿Por qué no te relajas y disfrutas del ambiente?

—Demasiado empalagoso —respondió mirando de manera fugaz a las parejas que estaban por allí.

 

Dejó de prestarles atención cuando sintió que Sasuke tomaba una de sus manos, ni supo cómo lo hizo porque estaba de brazos cruzados, pero el baboso lo había logrado con facilidad.

 

Esos ojos negros le estaba observando con una intensidad nunca vista hasta ahora.

 

—¿Ahora qué? —refunfuñó.

 

Podría estar en ese momento en la tranquilidad de su hogar, tomando una ducha y después cenando con sus padres. Pero no, tenía que estar ahí con el casanova barato.

 

—Menma, presiento que durante este tiempo no he expresado bien mis intenciones, así que lo haré ahora.

—¿Que no has expr…?

—Déjame hablar —pidió interrumpiéndole—. Necesito que entiendas que voy totalmente en serio contigo. Menma, dame una oportunidad. Podemos empezar a salir y conocernos.

—No —respondió tajante.

 

Sasuke casi escuchó su corazón quebrarse ante la tajante y seca respuesta.

 

—Ni siquiera lo has pensado.

—Estaría loco si me detuviera a pensarlo. Te lo he dejado claro desde el principio: no tengo interés en ti.

—¡¿Pero por qué?! —replicó.

—Eres un baboso casanova que está acostumbrado a tener a sus conquistas de turno a sus pies. Probablemente tu interés en mí es debido a mi reticencia, no estás acostumbrado a ser ignorado, así que seguramente ahora ves en mí algo así como un reto.

—¡No es así! Menma…

—Si te dijera que sí, verías tu reto realizado y perderías interés en mí.

 

A Sasuke le dolía escuchar el mal concepto que Menma tenía de él, pero no tenía derecho a quejarse, después de todo siempre había estado rodeado de chicas, coqueteando con ellas. Él mismo se había creado esa fama que ahora le resultaba pesada como una roca.

 

—Menma, somos destinados. Quiero estar contigo.

 

Uzumaki tensó la mandíbula. Sasuke era un pesado con ese tema de ser destinados. ¡Maldito destino!

 

—Tu insistencia me está empezando a cabrear —advirtió.

—¡Sólo te estoy pidiendo una oportunidad!

—Una oportunidad que no pienso darte —sentenció.

—¿Qué hay de malo? Podemos intentarlo, y si no funciona podemos dejarlo.

—¡He dicho que no! —exclamó tan alto, que llamó la atención de algunas parejas que no estaban demasiado alejadas—. ¿¡Qué!? —Les gruñó, provocando que todos apartaran la mirada al instante.

 

Volvió la mirada hacia el causante de su mal humor al sentir que le tomaba del rostro con ambas manos, con suavidad.

 

—¡No te atrevas a…!

 

No tuvo tiempo de amenazar a Sasuke cuando sus labios fueron capturados en un beso lento. Ese tipo no le temía a la muerte. Debía admitirse que a pesar de ser un baboso casanova, Sasuke era valiente… o quizá muy necio. ¿Cuántas veces se había atrevido a besarle ya?

 

Posó las manos en sus hombros con intención de empujarle cuando entonces percibió la descarada lengua abrirse paso en su boca. Dejó escapar un ruidillo de protesta y afirmó el agarre en los hombros contrarios, clavándole los dedos. Los besos de ese idiota siempre le aturdían y le dejaban con la guardia baja.

 

Finalmente Sasuke se alejó despacio, mirándole a los ojos.

 

—Menma, realmente empiezo a sentir que te… ¡Ugh…!

 

Una mano de Menma estrellándose en su cara con rudeza le impidió terminar. Adolorido se acarició la frente y especialmente el puente de la nariz. Cuando se quiso dar cuenta, descubrió que Menma no estaba allí, le había dejado solo.

 

—¡Ha huido! —exclamó para sí mismo, incrédulo.

 

****

 

En cuanto llegó a su casa, Menma se fue directamente a su habitación sin cenar alegando que no se sentía bien. No era del todo mentira. Todo él se sentía inquieto, emocionado, furioso, avergonzado… todo a la vez. Había huido como un cobarde cuando lo que debería haber hecho es darle una paliza a ese baboso por atrevido.

 

Se dio una ducha rápida y fue directo a la cama dispuesto a dormir para dejar de pensar, y a ser posible, olvidar lo que había ocurrido aquella noche.

 

Apenas un par de horas después de haber conciliado el sueño, un cosquilleo en el brazo izquierdo le despertó. Rápidamente pero a la vez con cierta inseguridad, se miró el brazo esperando que apareciera el mensaje:

 

Sólo quería decirte que realmente empiezo a sentir que te amo.

 

La cara de Menma se puso roja a la par que aumentó el extraño malestar que ya sentía. Queriendo fingir que no había leído tal cosa, giró en la cama con un movimiento airado y se acomodó dispuesto a dormir.

 

—Ese bastardo está loco —rumió.

 

Pero lo cierto es que no logró pegar ojo en toda la noche.

 

****

 

Unos días después, llegaba del trabajo aliviado por no haberse topado con Sasuke desde aquella noche del parque. Al parecer el tipo había entendido, por fin, que no quería tener nada con él.

 

Se detuvo un momento antes de entrar en la sala al escuchar a sus padres hablar muy animados, se escuchaban realmente felices. Intrigado continuó avanzando, curioso por preguntarles si había ocurrido algo bueno. ¿Les había tocado la lotería o qué?

 

—Ya estoy en casa.

 

Apenas dijo aquello, enmudeció al ver allí a Uchiha Sasuke, hablando tranquilamente con sus padres, como si se conocieran de toda la vida.

 

—¿Pero qué…? —musitó incrédulo.

—¡Oh, Menma! —exclamó Kushina, contenta como nunca de verle—. Ven, siéntate con nosotros.

 

Se dejó guiar por su madre a la mesa, totalmente confundido. ¿Qué demonios estaba ocurriendo ahí?

 

—Aquí, siéntate junto a tu novio. —Le indicó su madre con una gran sonrisa.

—¿¡Mi qué!? —Se alarmó.

—Su futuro novio —aclaró Minato, viéndose también bastante animado.

—¿Se puede saber qué está pasando? —preguntó Menma y después miró a Sasuke—. Y tú, Charateme, ¿qué haces aquí?

 

Kushina le pellizcó una mejilla con saña a su hijo, reprendiéndole.

 

—¿Qué forma es esa de tratar a tu destinado?

 

Menma se sacudió para deshacerse del contacto y al instante clavó una mirada asesina en Sasuke.

 

—Mamá, papá, necesito hablar un momento a solas con… mi destinado —les dijo con una sonrisita fingida.

 

Los adultos asintieron y abandonaron la sala, con la ilusión y la alegría plasmadas en sus rostros.

 

En cuanto estuvieron solos, Menma agarró a Sasuke con firmeza de la pechera y le zarandeó.

 

—¿Se puede saber qué demonios pretendes?

—No. ¿Qué pretendes tú? ¿Por qué tus padres no sabían sobre mí? —protestó ofendido, tomando las muñecas de Menma para detenerle—. Cuando me presenté como tu destinado me miraron como si tuviera tres cabezas y luego se echaron a reír. ¡No me creían!

—¿Por qué debería hablarles de ti en primer lugar?

—Creo que la respuesta es un poco obvia, ¡soy tu destinado!

—¿¡Puedes dejar de repetir eso como disco rayado!?

—Lo repetiré hasta que lo asumas.

 

Con un movimiento rabioso, Menma empujó al otro y se cruzó de brazos con fastidio.

 

—¿Qué les has dicho a mis padres que se ven tan felices? —exigió saber.

 

Seguro ese baboso les había dicho algunas mentiras.

 

—Les he dicho que soy tu destinado. Como no sabían de mi existencia les hablé de mí y mis intenciones de pedirte formalmente que seas mi novio.

—¿¡Qué!? —gritó espantado.

 

Ante el grito, ambos adultos entraron rápidamente por si tenían que asesinar a Sasuke por estarse tal vez propasando con su hijo.

 

—¿Qué pasa? —preguntó Minato mientras Kushina alzaba los puños en actitud agresiva, dispuesta a soltarle un puñetazo al primero que hiciera un mal movimiento.

—¿Me preguntas qué pasa? Deberíais echar a este intento de casanova de nuestra casa —les dijo molesto.

—¿Por qué? —preguntó Kushina con interés.

—Seguro que este idiota no os ha contado toda la verdad. Resulta que este tipo siempre ha sido un playboy barato que coqueteaba con la primera chica que se le cruzaba por delante. ¡Siempre ha sido así! Hasta que un día tomó una repentina obsesión conmigo sólo porque “somos destinados” ¡Eso no significa nada! Ahora yo soy su reto personal, pero en cuanto se aburra volverá a las andadas, a sus coqueteos con sus “gatitas” como él las llama.

 

Los progenitores asintieron con un rictus serio que hizo pensar a Menma que por fin echarían a Sasuke de su casa y hasta le prohibirían acercarse a él. Tal vez su madre le pegaría. Eso sería un espectáculo digno de ver.

 

Sonrió malicioso cuando Kushina se acercó y posó una mano sobre un hombro de Sasuke con un movimiento firme.

 

—Lo cierto es que hemos estado hablando por un buen rato con Sasuke, hijo.

—Sí, y nos ha contado todo —añadió Minato a las palabras de su esposa.

—¿Todo? —repitió incrédulo Menma—. ¿Todo? —insistió

—Sí, nos ha hablado sobre su faceta de playboy barato —dijo Kushina—. Que por cierto no nos ha gustado nada ni a Minato ni a mí.

—Ni a mí —concordó Menma.

 

Sasuke se encogió un poco en su silla, casi tragando duro.

 

—Lo siento, señores Uzumaki. Es parte de mi pasado y no puedo borrarlo, pero ahora mi único interés es Menma. Lo prometo.

 

Kushina dio una nueva palmada al hombro de Sasuke y se alejó.

 

—Te creeré por completo cuando me demuestres lo que me has dicho.

 

Menma no tuvo tiempo de preguntar nada a su madre porque ella abandonó la sala, pero apenas segundos después la vio volver con un bolígrafo en la mano que le entregó a Sasuke.

 

—Toma, escribe algo en tu mano. —Una sonrisilla casi tétrica apareció en sus labios—. Y reza para que aparezca en la mano de mi hijo tal y como nos dijiste, porque si no es así… —Se crujió los nudillos de ambas manos, tensando a Sasuke.

 

Menma parpadeó sorprendido. Al parecer realmente Sasuke no se había guardado nada ante Minato y Kushina y lo había contado absolutamente todo.

 

Parpadeó al sentir cosquilleo en la palma de su mano izquierda. Quiso ver lo que estaba escribiendo Sasuke, pero éste lo había ocultado de su vista. Casi rezaba para no fuera algo humillante.

 

¿Quieres ser mi novio?

 

Abrió los ojos de par en par al leer la pregunta, pero no tuvo tiempo ni de analizar nada cuando Minato agarró su mano y Kushina la de Sasuke, empezando a comparar la letra en ambas manos.

 

—¡Santo cielo, Minato! —jadeó la pelirroja—. ¡Es cierto!

—Es la primera vez que veo algo como esto —comentaba el hombre sorprendido—. Todo este tiempo sólo había escuchado sobre la marca, pero no algo como esto.

—El destino tiene muchas formas de unir a las almas. ¡Es tan romántico…!

 

Mientras los adultos estaban inmersos en su cháchara, Menma podía sentir la intensa mirada que Sasuke le estaba dedicando, al parecer esperando su respuesta. Pero él prefirió hacerse el loco y girar el rostro en otra dirección, como si hubiera encontrado de pronto algo interesante en la pared.

 

—Oh, pero… ¿has visto eso? —preguntó Kushina repentinamente al reparar en lo que estaba escrito—. ¡Menma, esto va en serio! —exclamó con alegría en su voz—. ¡Dile que sí, dile que sí!

 

El mencionado apenas abría la boca para soltar una negativa cuando su madre le tomó de los hombros desde atrás y comenzó a zarandearle efusiva.

 

—¡Mamá! —protestó.

—Lo siento, es la emoción. —Rió Kushina soltándole al fin. Ella junto a Minato rodearon la mesa para sentarse frente a los jóvenes—. Tu padre y yo estamos muy felices por ti, hijo. ¡Tu primer novio… y además tu destinado!

 

El chico se ruborizó ligeramente.

 

—No era necesario que dijeras eso —masculló ceñudo—. Además, no le he dicho que sí, ¡así que no es mi novio!

—Pero lo será —aseguró ella con una sonrisilla que a pesar de parecer dulce, Menma sabía que tras ella se escondía una promesa de dolor si no la obedecía—. Sasuke parece un buen chico, no te vas a morir por darle una oportunidad.

 

El chico frunció el ceño con disgusto, en descuerdo con su madre, así que miró a su padre en busca de apoyo.

 

—Hijo, lo cierto es que estoy de acuerdo con Kushina. Siempre has sido un chico muy solitario. De hecho tu madre y yo muchas veces hemos comentado que de seguir así ibas a morir amargado y solo, y no queremos eso para ti. Yo también pienso que deberías darle una oportunidad a este chico. Ha tenido la valentía de venir aquí, presentarse ante nosotros y explicar sus intenciones. Sasuke está siendo serio en esto.

 

Menma no daba crédito ante la forma en que sus padres le empujaban a los brazos de ese playboy barato. ¿Solitario él?, ¿amargado? ¡Pamplinas!

 

—¿Qué dices, Menma? —preguntó Sasuke sentado a su lado, extendiendo una mano hacia él—. ¿Aceptas?

 

Miró la sonrisilla de Sasuke y sintió ganas de darle un puñetazo. Después miró las caras de felicidad de sus padres y sintió ganas de darles el puñetazo a ellos. Pero presentía que si se negaba estaría condenado a escuchar las insistencias de sus padres y Sasuke hasta el último de sus días.

 

Suspiró.

 

—Está bien.

 

Kushina soltó una exclamación efusiva y aplaudió con la más pura emoción. Minato asintió con una sonrisa, estando de acuerdo con la aceptación de Menma.

 

Pero ninguno esperó el repentino beso que Sasuke le dio a Menma.

 

—¡Sasuke! —gritó Kushina, sorprendida por tal atrevimiento.

—¡Sin lengua!, ¡sin lengua! ¡Atrás! —exclamaba Minato manoteando en el aire.

 

Sin embargo, el beso apenas había durado dos segundos.

 

—Oye, una cosa es que te apruebe como pareja de mi hijo, y otra cosa es que te propases de esa forma —reprendió Kushina.

 

Sasuke rió ligeramente, tomando la mano de Menma con intención de no soltarla jamás.

 

—Lo siento, fue la emoción del momento —se excusó. Entonces su mano fue apretada de forma dolorosa—. ¡Ouch!

—Haré que te arrepientas —amenazó Menma en un susurro.

—Lo dudo. Yo haré que te arrepientas de no haberme aceptado antes —respondió con un tono lleno de seguridad.

 

Menma chasqueó la lengua con fastidio. Idiota engreído…

 

Lo que no imaginaba Menma en ese momento, es que Sasuke tenía algo de razón, ya que con el transcurso del tiempo su opinión sobre el “baboso casanova” comenzó a cambiar. Pero le tomó al menos varios meses empezar a admitirse a sí mismo que realmente Sasuke iba en serio y que quizá habría estado bien aceptarle antes. Pero ni loco se lo diría.

 

Y Sasuke… él no podía estar más que feliz por haber conseguido estar junto a su persona destinada. Su gatito gruñón.

FIN.

Notas finales:

¡Hola! Como advertí, este fic no iba a ser largo, más bien ligero y sin profundizar en la trama. Si no terminaría teniendo 30 caps., como es habitual en mí, ¡cof!, ¡cof!

Ha sido interesante escribir sobre el universo de “Road to ninja”, aunque también algo difícil.

Y con esta actualización termino y de paso me sirve como autoregalo de cumpleaños XD Así que… ¡feliz cumpleaños a mí! –lanza confeti-

Espero que os haya gustado. ¡Muchas gracias por los comentarios y favoritos!

¡Nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).