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Legado - Harry Potter por Lilit Yuu Jaganshi

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Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Holas! Aquí con un nuevo capítulo, que por demás debo decir que me dio muchos dolores de cabeza al escribir, y que como pueden darse cuenta, es hasta el momento el más largo de todos, así que espero que en verdad lo disfruten, porque si les soy sincera, de todos, a sido el más complicado de armar para que pudiera ser lo más fácilmente digerible para ustedes, y sin temor a equivocarme, puedo decir que pase más de mes y medio escribiéndolo y reescribiéndolo porque no me gustaba como quedaba -.- (Porque no se si recuerdan que en el tercer capítulo comente que ya estaba escribiendo el 14, y que estaba atorada ahí u.u) Así que bueno, espero que lo disfruten, y que sobre todo no les sea demasiado enredoso jajaja

También aprovecho para agradecer por su comentario a yaoi1005, gracias por tomarte tu tiempo en dejarlo!

Disclaimer: Ya saben que nada de este mundo me pertenece, todo es de la queridísima J.K. Rowling , yo solo lo manipulo para mi entretenimiento :D

Capítulo 14: Verdades y Aliados

 

- Vamos señor Malfoy, le llevare a la Sala Común – le informó Snape.

Habían llegado hacía menos de una hora al castillo. Hagrid los había encontrado a medio camino, y Firenze, como supo que se llamaba el Centauro, los dejo con él. Harry estaba inconsciente, así que Hagrid le llevo en brazos hasta el castillo, donde avisaron a la Profesora McGonagall y al Profesor Snape. Ron y Neville fueron escoltados por una McGonagall bastante pálida hasta su torre, mientras el Profesor Snape supervisaba que Harry fuera atendido por Madame Pomfrey en la Enfermería, quien le dio algunas pociones, y luego sugirió que debía pasar la noche ahí.

Draco había estado observando sin hacer ruido, absorbiendo lo que ocurría a su alrededor. En cuanto llegaron al castillo le preguntaron por lo sucedido, y él relato el encuentro con aquel ser, la interferencia del Centauro, y las palabras que le dijo a Harry. Nadie le explicó nada, pero no dejo de notar el rostro pálido de la Profesora, la expresión mortalmente seria y fría del Profesor, y sobre todo el gesto preocupado de la Enfermera cuando al retirar el cabello de la frente de Harry, notó que la cicatriz en forma de rayo estaba bastante roja, casi como si fuera una  herida recién hecha. Quería preguntar, por supuesto, pero sabía que no era el momento, y como buen Slytherin, espero y observo. Por alguna razón que aún no terminaba de entender, el Señor Tenebroso parecía no haber muerto, parecía que iba a regresar, y que Harry tendría que enfrentarlo para derrotarlo.

- ¿Harry estará bien, Profesor? – no pudo evitar preguntar, mirando a la cama donde el ojiverde descansaba.

- Lo estará, señor Malfoy – le respondió de forma criptica – Ahora vamos, usted también debe descansar –

Draco sólo asintió con la cabeza, limitándose a seguir a su Jefe de Casa hasta la Sala Común, pero cuando llegaron, no dio la contraseña para entrar, sino que se volvió para mirarle.

- ¿Es verdad que el Señor Tenebroso no está muerto? – le preguntó. Vio como el hombre frente a él, apenas y apretaba muy ligeramente los labios, algo que podría haber pasado inadvertido para cualquiera, pero no para Draco, que estaba atento a cualquier cambio en su rostro.

- No es algo de su incumbencia, señor Malfoy – le respondió con la voz fría con la que acostumbraba a dirigirse a sus Slytherin cuando hacían algo malo.

- Lo es – le contradijo Draco, tratando de mantenerse firme bajo esos ojos escrutadores – El Centauro hablo de líderes de guerra, y de Harry siendo uno de ellos. El otro sería el Señor Tenebroso, él lo dijo. Si eso es verdad, entonces me concierne, porque una guerra se aproxima e involucrara sin dudas a toda Gran Bretaña –

Los fríos ojos del Profesor lo taladraron, y usando la Legeremancia sobre el chico, vio de forma clara lo que había pasado en el Bosque, al igual que la preocupación del rubio por el estado del moreno. Alzo una ceja ligeramente sin poder evitarlo.

- ¿Y quiere saber para declarar su lealtad? – le preguntó, y una fría burla acompaño sus palabras – Aún es un niño para eso, señor Malfoy –

- Es verdad, aún soy un niño, pero Harry también lo es – observó Draco, manteniéndose todo lo firme que pudo najo aquella mirada – Y aun así el Centauro dijo que se convertiría en un líder de guerra. No dijo que la guerra llegaría mañana, pero llegara en algún momento, y por la forma en que ustedes reaccionaron cuando les conté, sé que sabían que el Señor Tenebroso no está muerto –

- Si, lo sabíamos – confirmó Snape con simpleza, y vio al rubio saltar ligeramente. No dejaba de ser un niño – Pero sigue siendo un asunto que no es de su incumbencia, señor Malfoy –

- Si lo es – refuto Draco terco – El Señor Tenebroso fue el Mago Oscuro más temido, ni siquiera Dumbledore pudo ganarle, y Harry deberá enfrentarlo. Harry es mi amigo –

Snape sonrió, aunque su sonrisa fue fría y cruel. Contaba con esas palabras, pero quería presionar un poco más al chico.

- ¿Y declarara su lealtad a su queridísimo amigo? – se burló.

- Mi madre me contó cómo fue cuando él estuvo en el poder, y lo que le hizo a mi familia al doblegar a mi padre con la Maldición Imperius – le respondió Draco con una firmeza de hierro, mirándole decidido – No puedo dejar que eso vuelva a pasar, y Harry es mi amigo, así que la decisión se vuelva sencilla –

Snape se preguntó si para ese entonces, Lucius habría cambiado sus lealtades. No había estado bajo la Imperius, él lo sabía mejor que nadie, aunque como muchos otros Mortífagos, eso había argumentado el rubio, así que no le asombraba que fuera la versión que Draco conocía. No había tratado muchos a Lucius en los últimos años, y pensó, cuando Draco llego a Hogwarts y comenzó a relacionarse con Granger, que quizás su mentalidad había cambiado; Ahora sin embargo, no estaba tan seguro, porque por las palabras de Draco, supo que quien estaba influyendo en la decisión que el niño estaba queriendo tomar, eran su madre y Harry, no Lucius. Si Lucius no había cambiado lealtades, y cuando el Lord regresara volvía a él, eso generaría un conflicto entre los Malfoy. Esperó por el bien de su antiguo amigo, que tomara la decisión correcta. Ya una vez vio las consecuencias que le trajeron sus decisiones, así que esperaba que esta vez fuera más meticuloso al hacer sus elecciones.

- Aún hay muchas cosas sobre la Guerra contra el Señor Tenebroso, que usted no conoce – le dijo con seriedad – Así que le sugiero que investigue, y que hable con el señor Potter antes de tomar una decisión –

Draco le escuchó atentamente. Como buen Slytherin, había entendido las palabras implícitas. No le seguía diciendo que no era un tema que le concerniera, sino que le estaba animando a que investigara… Investigar, lo que significaba para un Slytherin formular preguntas y buscar respuestas de forma discreta. También le estaba diciendo que hablara con Harry sobre eso, pero él sabía que Harry no estaba al tanto del regreso del Señor Tenebroso, lo había escuchado decírselo al Centauro, lo que significaba que cuando lo volviera a ver, el ojiverde podría saber más. Sólo entonces podría tomar su decisión. Asintió con la cabeza.

- Lo haré – prometió – Con su permiso, Profesor – y volviéndose hacía la pared, dio la contraseña para entrar.

Snape lo observó entrar, y cuando la pared deslizante volvió a su lugar, suspiró pesadamente. Bien podían comenzar a llamar a la Guerra contra el Señor Tenebroso la Primera Guerra, porque parecía que acababa de comenzar la Segunda Guerra, y ya había gente que empezaría a moverse para tomar bandos. Se giró, sabiendo que debía ir a la oficina del Director cuanto antes.

 

***

 

- ¡Fue Voldemort, Albus!, ¡Voldemort estaba en el Bosque Prohibido! – gritó Sirius furioso, y por primera vez, Remus no le pidió que se controlara, porque estaba igual de furioso que el pelinegro, o quizás más, considerando que hacía pocas horas que la luna llena había pasado.

Habían llegado por la noche, luego de que les avisaran lo sucedido a Harry. Sirius se había encargado de llevarlos usando la Aparición, pues Remus estaba en su forma de Lobo, pero gracias a la Poción Matalobos, lograba mantener la consciencia de humano desde hacía años, algo que aunque les pesara, debían agradecer a Quejicus.

Luego de escuchar la historia, y confirmar que Harry estaba bien, habían salido a rastrillar el Bosque en compañía de Snape y McGonagall, pero no encontraron nada, y apenas amaneció, se reunieron en la oficina del Director.

- Sirius, por favor, tranquilízate – le pidió Minerva.

- ¡No voy a tranquilizarme! – rugió Sirius - ¡Pudo haberlo matado!, ¡Anoche pudo haber muerto! –

- Sirius tiene razón – convino Remus, y aunque no gritaba, su voz fue un gruñido nada amistoso - ¿Cómo es posible, Albus, que Voldemort estuviera dentro de las barreras de Hogwarts? –

- Pase toda la noche revisando las barreras, pero no logre encontrar ninguna anomalía que permitiera el paso de Voldemort… Lamentablemente, no tengo como explicar que Voldemort estuviera aquí anoche… – les respondió con pesar, y a los 4 les pareció que de pronto se veía más viejo de lo que lo recordaban.

- ¿Qué vamos a hacer? – quiso saber Snape – Si es verdad, es quien ha estado matando Unicornios, y eso tiene una semana, pero buscamos en todo el Bosque y no pudimos encontrar nada –

- Por el momento no dejaremos que ningún alumno se adentre al Bosque Prohibido por ninguna causa – indico Albus – Seguiré revisando las barreras, y mantendremos una vigilancia más estrecha en Harry. Anoche estuvo en peligro porque no había ningún adulto que lo cuidara. Eso no volverá a pasar –

- Y cuando Harry despierte, voy a contarle todo lo que aún no sabe – agregó Sirius, mirando a Albus decidido.

- No sé qué tan buena idea sea eso, Sirius – comentó éste, mirándolo indeciso – Harry aún es un niño –

- Lo es, pero no es un niño cualquiera, y anoche su vida estuvo en peligro – refutó Sirius sin ceder – No creo que lo mejor sea mantenerlo ignorante. Si él sabe la verdad, podrá tener más cuidado, y sabrá cuando pedir ayuda y a quien –

- Yo también considero que lo mejor es contarle a Harry todo – opinó Remus, atrayendo la atención de todos – Harry es un niño muy inteligente, sabrá manejar la información, y si sabe lo que pasa, puede ser más cuidadoso –

- No estoy tan segura… Es verdad que es un niño muy inteligente y hábil como lo fueron sus padres, pero no es cualquier información la que le darán… Puede ser demasiado para él… - se atrevió a opinar McGonagall, mirándolos insegura.

- Por mucho que me resulte desagradable, por esta vez y esperando que sea la única, tengo que estar de acuerdo con el pulgoso y Lupin – hablo Snape, y todos le miraron asombrados por sus palabras.

- ¡¿A sí?!, ¡¿Por qué?! – quiso saber Sirius receloso.

- Es fácil, Black – le contesto Snape impasible – Si Harry fuera un Gryffindor, opinaría como el Director. No es sensato darle información de más a un Gryffindor, no saben usarla de forma fría y calculada –

- Te recuerdo que todos aquí a excepción de ti, somos de Gryffindor – le reprocho Minerva sin poder evitarlo, orgullosa de su Casa.

- Es verdad – convino Snape, asintiendo con la cabeza sin inmutarse – Y todos aquí son magos que casi crecieron en medio de una guerra. Eso obliga a cualquiera, incluso a un Gryffindor imprudente, a ser cuanto menos cauteloso con la información que maneja, o casi a cualquiera – y con toda intensión miró burlón a Sirius.

- ¡¿Qué estas tratando de decir, Quejicus?! – espetó Sirius furioso.

- Sirius, estamos hablando de Harry – le recordó Remus con seriedad, y eso fue suficiente para cortar cualquier inicio de pelea.

- Como decía – retomo Snape carraspeando – Si Harry fuera un Gryffindor, pero no lo es, es un Slytherin, y lo he estado observando. Él sabrá manejar la información. Yo opino que debemos decirle. Es mejor si sabe incluso que puede confiar en nosotros si pasa algo –

- Bueno, de esa forma, también podríamos comenzar a enseñarle algunas cosas extra – opinó Minerva pensativa.

Albus les observó por algunos minutos antes de suspirar.

- El niño está bajo tu tutela, Sirius. Si crees que es lo mejor, adelante – concedió.

Sirius asintió firmemente con la cabeza. Con su permiso o sin él, tenía toda la intención de decirle a Harry, y estaba seguro de que Albus lo sabía.

 

***

 

Un quejido escapo de sus labios conforme fue consciente de su cuerpo. La cabeza le dolía horrores, y la cicatriz le punzaba.

- ¿Harry? – le llamó una voz preocupada y ansiosa, lo que le hizo esforzarse por abrir los ojos, buscando al dueño de esa voz que tan bien conocía.

- ¿Sirius? – preguntó, entrecerrando los ojos para tratar de darle forma a la mancha borrosa que se inclinaba sobre él. No hubo caso, siguió tan borrosa como siempre.

- Gracias a Merlín que has despertado, Cachorro – le dijo otra voz inconfundible y cálida, al tiempo que le ayudaban a ponerse las gafas, aclarando el molesto manchón borroso que era el mundo, para poder ver a los dos hombres que se inclinaban sobre él.

Parpadeo asombrado al ver al castaño tan pálido y desmejorado.

- ¡Remus!, ¡¿Qué te paso?!, ¡¿Estás bien?! – le preguntó de inmediato, tratando de sentarse en la cama, pero Remus se lo impidió.

- Claro que estoy bien, pequeño – le aseguro suave y cálido, tratando de acomodar sus alborotados cabellos, aunque no sirvió de mucho – Ayer fue luna llena, eso es todo; Pero lo más importante no es si yo estoy bien, sino cómo estás tú –

Harry accedió a permanecer acostado, pero miró fijamente a Remus durante un momento, antes de enfocarse en los grises ojos de su padrino, y supo que aunque no lo dijeran, y sobre todo aunque trataran de ocultarlo, estaban muy preocupados por saber que había estado en peligro, aunque él no entendía nada de lo que había pasado.

- El Centauro que nos rescató ayer, dejo entre ver que la figura que nos quiso atacar, era Voldemort… - murmuró mirándolos – Pero eso es imposible, Voldemort está muerto, ustedes dijeron que yo lo derrote… –

- Y lo derrotaste, Cachorro – le respondió Sirius, sentándose a su lado en la cama – Pero la historia no es tan simple como parece, y él no murió… - suspiro pesadamente, y luego tomó una larga bocanada de aire antes de continuar – Lo hemos hablado, y aunque aún no tienes la edad que nos gustaría para contarte todo, lo haremos, porque creemos que saberlo puede serte de más utilidad que permanecer ignorante, ¿Quieres escuchar? –

- ¿Esta vez será toda la historia? – preguntó Harry en un susurro.

- Lo será – le prometió Sirius asintiendo con la cabeza.

- Esta bien – convino Harry, sintiéndose ansioso y nervioso – Quiero saber –

Sirius saco su varita, y con un suave movimiento, conjuro una barrera que los rodeo para evitar que nadie pudiera escuchar lo que hablarían. Volvió a aspirar aire hondamente antes de comenzar.

- Ya te hemos contado fragmentos de lo sucedido, sobre todo lo concerniente a la noche en que derrotaste a Voldemort, y hay algunas cosas más que tú saber por tus lecturas, pero iré un poco más atrás, porque necesito que entiendas el poder que Voldemort tenía en ese momento, aunque creo que las palabras pueden quedarse bastante cortas – comenzó, hablando con una voz seria y ligeramente lúgubre que Harry nunca le había oído – Cuando estábamos en los últimos años de Hogwarts, Voldemort ya había comenzado a adquirir fuerza, y tenía bastantes seguidores que lo respaldaban, sangre pura que pensaban igual que él, que sólo ellos tenían el derecho de mandar y de usar magia, que cualquier otro sólo podía obedecer. Claro que no todos los sangre pura pensábamos así, pero ya para esas alturas eran pocos los que se atrevían a defender a los sangre mestiza o a los hijos de Muggles a viva voz, porque sabías que hacerlo, era firmar tu sentencia de muerte. Quienes lo hacían, al poco tiempo desaparecían o aparecían muertos, y sabías que no podías esperar justicia alguna. Voldemort, que siempre se movió entre las sombras, poco a poco fue metiéndose dentro del Ministerio, y para cuando salimos de Hogwarts, el Ministerio ya no era un obstáculo para él. Tenía muchos partidarios dentro, e inclusive espías que le decían si alguien intentaba oponérsele. Tenía espías por todos lados, y la gente estaba asustada. Ya no sabías en quien podías confiar, o si alguno de los partidarios de Voldemort estaba observando, aunque quedaba la sensación de que siempre había alguien observando… -

- Y los pocos que aun ayudábamos, lo hacíamos con el más estricto cuidado, tratando de que nadie se enterara de que lo estábamos haciendo – agregó Remus; También en su semblante había una cierta tensión, pero sobre todo, una profunda tristeza.

- Fueron tiempos muy difíciles – siguió contándole Sirius – No se podía confiar en casi nadie.
Cualquiera podría traicionarte si con eso lograban salvar la vida, y nunca pasaba un día en que no se descubriera un nuevo asesinato orquestado por los Mortífagos. Lo sabías, porque tenían su propia marca distintiva – y con un movimiento de su varita, convoco una pequeña Marca Tenebrosa verdosa que brilló sobre la cama.

Harry la contemplo con los ojos abiertos como platos.

- Había visto imágenes de ella en los libros – murmuró.

- Era la marca que dejaban para adjudicarse la autoría del crimen, para que todos supieran que había sido asesinado por órdenes de Voldemort, por oponerse a él – le explicó Sirius, haciendo otro  movimiento con la varita  para borrar la detestable marca – Todos estaban aterrados, y nadie parecía tener el poder para oponérsele, incluso superaban y mataban con facilidad a los Aurores. Fue entonces que Dumbledore creo la Orden del Fénix, como fuerza opositora y de esperanza para los magos. Cuando nos invitó a unirnos, aceptamos sin dudarlo, porque dentro del nuevo orden que quería instalar Voldemort, ni tu madre ni Remus tenían lugar, y eso era algo inaceptable para tu padre y para mí –

- Porque mi madre era una hija de Muggles, y Remus un Licano, ¿Verdad? – quiso corroborar Harry.

- Así es pequeño – confirmó Remus con tristeza – Y aunque no teníamos experiencia en el campo de batalla, el conocimiento mágico y nuestras habilidades nos ayudaron a poder hacer frente a los Mortífagos las veces que tuvimos que pelear contra ellos, algo que fue bastante difícil, porque ellos eran más que nosotros, y usaban las Artes Oscuras, que son más peligrosas y sobre todo letales –

- Ser de los mejores estudiantes en Hogwarts, tuvo sus ventajas – comentó Sirius sonriendo, aunque la sonrisa no alcanzaba sus grises ojos – Pero también poco a poco fuimos aprendiendo, ganando experiencia que sumamos al conocimiento y habilidad que ya teníamos, y eso nos hizo de los mejores combatientes que tuvo la Orden – había un orgullo vacío en su voz, algo que Harry jamás había escuchado en su padrino. Suponía que no había mucho de que sentirse orgulloso, cuando se hablaba de una guerra que costó la vida de gente inocente –Tu padre y tu madre sobre todo, se complementaban tan bien en el campo de batalla, que inclusive en 3 ocasiones enfrentaron directamente a Voldemort para darles la oportunidad a otros de escapar, y salieron con heridas apenas leves. A ese nivel de compenetración en el campo de batalla solo había otra pareja, y también enfrentaron 3 veces a Voldemort sin demasiadas heridas –

- ¿Quiénes? – preguntó Harry curioso.

- Los padres de Neville – le contesto Remus, y Harry no pudo evitar jadear asombrado - Frank y Alice Longbottom –

- Si, y entonces surgió una Profecía – agregó Sirius, y Harry dirigió su atención a él.

- ¿Una profecía? – repitió - ¿Qué Profecía?, ¿Qué decía? – quiso saber.

- El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca... Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes... – recito Remus, y durante la pronunciación, Harry contuvo la respiración.

- ¿Quién dijo esa Profecía? – quiso saber.

- Según tengo entendido, Sybill Trelawney – le respondió el castaño – Es de hecho, una Profesora que enseña adivinación en Hogwarts actualmente –

- ¿Y quién la escucho? – volvió a preguntar Harry.

- Dumbledore y Colagusano – fue Sirius quien ahora respondió, casi masticando el nombre de este último. Harry lo miró asombrado.

- Creí que él solo los había traicionado como Guardián Secreto – comentó.

- Hizo ambas cosas – le aclaró Sirius con cierto pesar, y una furia que comenzaba a crecer – Ya se había convertido en un Mortífago sin que lo supiéramos, así que le contó a Voldemort sobre la Profecía, o parte de ella, porque no llego a escucharla completa, y cuando tus padres se escondieron, el muy descarado pidió que lo nombraran Guardián… - apretó los puños con fuerza. Aquella vieja furia ardía en sus grises ojoso, tan intensa, como la había sentido mucho tiempo atrás – Fui un idiota, debí haber sabido que algo se tramaba, debí haber insistido en que tu padre me hiciera el Guardián a mi… -

- Pero creímos en Peter – intervino Remus, poniendo suavemente su mano sobre uno de los puños de Sirius, mirándole con cálida tristeza, antes de mirar a Harry – Nunca imaginamos que nos traicionaría, y la lógica que uso nos convenció a todos: Voldemort sabía que el mejor amigo de tu padre era Sirius, que era casi como su hermano, y que sin dudas lo convertiría en el Guardián Secreto, lo que significaría que trataría de cazarlo, e incluso podría torturarlo una vez que lo atrapara, para obtener la localización de James y Lily. James no estuvo dispuesto a que Sirius pasara por ese peligro –

- Aun cuando yo me ofrecí, aun cuando estaba completamente dispuesto a ocultarme, así tuviera que hacerlo por el resto de mi vida para que ustedes estuvieran a salvo… - murmuró Sirius, y esta vez había tanto dolor en las palabras, que Harry se sentó con cuidado, y tomo una de las manos de su padrino entre las suyas.

- Pero él estaba preocupado por ti. Fuiste como su hermano. Si yo hubiera tenido un hermano, no quisiera que pasara por un peligro así – le dijo, y Sirius le miró apenas un poco, antes de abrazarlo fuertemente contra su pecho.

Por un momento ninguno dijo nada, perdidos en los fantasmas del pasado.

- ¿Cómo sabía Voldemort que Sirius era el mejor amigo de mi padre? – quiso saber Harry cuando se separó de su padrino.

- Por los Mortífagos que le servían – le respondió Remus – En ese momento no considerábamos a Peter como un Mortífago, así que no sabíamos que tendría información de una fuente bastante fidedigna, pero intuíamos que varios de  nuestros compañeros de Hogwarts le seguían, así que descubrir el fuerte lazo que había entre ambos, no le sería difícil haciendo las preguntas correctas a las personas correctas, por lo que James tomó la decisión de nombrar a Peter Guardián Secreto, pensando que nadie creería que él lo sería –

- Pero en cuanto el bastardo fue nombrado Guardián, corrió a contárselo a Voldemort… - mascullo Sirius apretando los puños, y Remus asintió con la cabeza con un gesto triste.

- Pero tus padres no eran los únicos que reunían las condiciones que nombraba la Profecía – agregó – Los Longbottom también habían desafiado a Voldemort, y Alice Longbottom dio a luz a su hijo a finales del séptimo mes, como bien sabes –

Harry les observó atónito.

- Pero… Entonces están suponiendo que soy yo de quien habla la Profecía, pero podría ser Neville… – murmuró asombrado - ¿Cómo están tan seguros de que soy yo? –

- Estas olvidando todo el resto de la profecía, Harry – le recordó amable Remus – Es verdad que ambos en ese punto podían ser el elegido al que la Profecía hacía referencia, pero la Profecía también hablaba de que Voldemort señalaría como su igual a quien tendría el poder para derrotarlo, y esa noche que supo de la ubicación tanto de tus padres como de los Longbottom, tomo la decisión de ir al Valle Godric, mandando a sus Mortífagos a donde estaban los padres de Neville. Estaba dispuesto a matarlos a ti y a Neville mientras aún eran unos bebes, para que la Profecía no pudiera hacerse realidad en un futuro, pero fue precisamente eso lo que inclino la balanza de la Profecía hacía ti. No consideró que Peter no había escuchado la Profecía completa, porque sólo escuchó hasta donde decía que el único con poder para derrotar al Señor Tenebroso, nacería a finales del séptimo mes, de aquellos que lo habían desafiado tres veces. No supo que al llegar a la casa de tus padres esa noche, y alzar su varita contra ti, él mismo estaba haciendo realidad esa otra parte de la Profecía. Creo que si lo hubiera sabido, nunca lo hubiera hecho de esa forma –

- Pero entonces Neville tuvo las mismas posibilidades que yo de convertirse en quien derrotara a Voldemort – no pudo evitar insistir Harry - ¿Qué dice que no pueda serlo en un futuro? -

- La forma en que Voldemort te marco como su igual – le aclaró Sirius, y al ver a Harry llevarse la mano a la cicatriz, negó con la cabeza – No sólo de esa forma, esa fue una marca física, pero dejo más marcas de las que a simple vista pueden verse, además, dentro de esa misma Profecía había otra parte que hablaba de un poder que el Señor Tenebroso no conocía, que creemos que es el amor unido al poder –

- ¿El amor unido al poder? – preguntó Harry arrugando el ceño confundido.

- Si, por trillado que pueda sonar, Harry, llegamos a la conclusión de que se refiere al amor unido al poder – le respondió Remus – En un momento te explicaremos por qué. Primero, debes recordar que tus padres usaron un ritual para protegerte, ¿Verdad? – Harry asintió con la cabeza, pero no interrumpió, por lo que Remus continuo – Ellos eran magos excepcionales, y lo fueron hasta el final. Investigaron una forma eficaz de protegerte contra Voldemort, porque sabían que si los encontraba, no habría nada que pudieran hacer para proteger tu vida de un Avada, o casi nada, porque encontraron este ritual de sacrificio, y el día que Voldemort llego al Valle de Godric, no dudaron en usarlo para mantenerte con vida. Tu padre lo comenzó, enfrentándose a Voldemort sin miedo, manteniéndose firme entre él y ustedes, mientras desplegaba toda su magia con un sentido de protección y amor hacía ti y Lily. Cuando murió, la magia del ritual despertó, atraída por la magia de tu padre, por la emanación de amor y protección que tenía. Voldemort nunca noto la magia del ritual que comenzó a vibrar en el aire, porque el amor nunca fue algo que le interesara entender, él sólo sabía de odio y destrucción. Se dirigió a donde tu madre estaba contigo, pero ella ya estaba desplegando su magia, atrayendo la magia de tu padre que aun flotaba en el ambiente, y la del ritual, que sintió la afinidad y se acoplo a las dos magias. Cuando Voldemort llego a donde ustedes estaban, ella lo enfrento sin varita, rogando por tu vida, para continuar el ritual, pero sin temerle ni doblegarse. Al morir, entonces el ritual estuvo completo, y la magia que ella estuvo uniendo para tu protección, se consolido por la magia del sacrificio, y te envolvió, protegiéndote con un increíble poder que fue capaz de detener la Maldición Asesina – Harry no hablaba, no hubiera podido aunque quisiera. Parpadeo varias veces, tratando de aclarar su visión de las molestas lágrimas. Siempre había escuchado a Remus y Sirius hablar sobre el sacrificio que hicieron sus padres para protegerle, y sabía que había sido muy importante, pero apenas ahora se daba cuenta de la magnitud de ese sacrificio, de cuanto amor debieron haberle tenido, para poder invocar ese tipo de magia, y haberle protegido de esa forma – Pero algo paso – agregó Remus – Porque la magia del sacrificio te protegió impidiendo que Voldemort te matara, pero no fue todo lo que hizo, y creemos que tuvo que ver con la Profecía, porque por alguna razón, por una fracción de segundos, tú y Voldemort quedaron vinculados por medio de la Maldición Asesina, mientras la maldición rompía algunas barreras naturales e inconscientes, que impedían que pudieras acceder a un gran caudal de poder. Entonces la magia se desplego con fuerza en tu interior, y fuiste capaz de regresarle la maldición a Voldemort –

- Pero dijeron que no lo mate… ¿Y de dónde obtuve toda esa magia?, yo no me siento poderoso – inquirió, mirándoles confundido.

- Parece que existe una teoría sobre la magia, que dice que los magos y brujas tenemos barreras muy profundas e inconscientes, que nos impiden alcanzar todo el poder del que podríamos ser capaces, y dependiendo de la habilidad de cada quien, podemos derribar algunas de esas barreras – le explicó Sirius – Por eso existe la diferencia de poderes entre unos magos y otros, porque algunos son capaces de derribar más barreras. Y los que han conseguido un mayor poder como Dumbledore o Voldemort, han derribado muchas más barreras –

- Y de alguna forma, esa noche, la magia del sacrificio ayudo a que la Maldición Asesina derribara varias de esas barreras en ti – añadió Remus – Pero como eras muy pequeño para poder controlar esa cantidad de poder, parece que la misma magia del sacrificio tomo la decisión de encerrar de nuevo tu magia para protegerte –

- No sabemos si podrás volver a acceder a esa cantidad de poder. Es algo que aún estamos investigando – agregó Sirius – Pero no fue todo lo que hizo la magia del sacrificio. Parece que de alguna forma que tampoco entendemos aún, al encerrar tu magia, encerró una parte de la magia de Voldemort que había usado en la maldición, y que estaba dentro de ti al romper las barreras –

- ¡¿Qué?! – preguntó Harry en un jadeo, y quiso creer que muy seguramente, no había escuchado bien lo que su padrino había dicho.

- No sabemos cómo, pero la magia del sacrificio, cuando encerró de nuevo tu magia, encerró también parte del poder que Voldemort uso contra ti, y que termino rompiendo las barreras – repitió Remus, pero no agregó más. Podía ver la tormenta que se formaba en los verdes ojos.

- Pero… Eso… ¡¿Eso qué significa?! – les preguntó Harry asustado - ¡¿Me voy a convertir en un Mago Oscuro como él?! -

- ¡No, por supuesto que no, Harry! – le aseguro de inmediato Sirius, tomando firmemente sus manos – No sabemos exactamente porque paso, pero creemos que tiene que ver directamente con la magia de la Profecía, y comprender las Profecías siempre ha sido muy complicado. Esa noche, cuando Voldemort tomo la decisión de ir al Valle Godric, despertó la magia de la Profecía, porque parte de ella se vería cumplida, pero como te dijimos, que Voldemort te señalara como su igual implicaba más que sólo haberte lanzado la maldición, o el que tengas esa cicatriz. Parece que la Profecía los vinculo de una forma más profunda y fuerte que aún no entendemos del todo. Primero, cuando Voldemort destruyo parte de tus barreras, dándote un poder similar al que él tenía, y después, cuando parte de su poder se quedó contigo, porque entonces los estaba vinculando mágicamente –

- ¿Por eso quede en Slytherin entonces? – preguntó en apenas un susurró - ¿Por esa vinculación que tengo con él? –

- También lo consideramos, Harry – quiso serle sincero Sirius, y se le oprimió el corazón al ver que los verdes ojos le miraban con terror – Pero no creemos que sea porque es la señal de que vas a convertirte en un Mago Oscuro o que estés contaminado por su magia – le aclaro acariciando su mejilla –Más bien creemos que es el designio de que eres el elegido para vencerlo –

- ¿Cómo es que están tan seguros? – quiso saber en el mismo murmullo, pero deseando poder aferrarse a algo que le impidiera caer en la desesperación.

- El resto de la profecía habla de un poder que él no conoce, y que tendrá aquel que él marque como su igual para derrotarlo, Harry – le recordó Remus – Intento matarte primero, pero las Profecías son complicadas, y no podía matarte, si no te señalaba antes como su igual. No tenemos dudas de que tú eres su igual, porque él te señalo así de muchas formas, pero que él te haya señalado como su igual, no significa que tengas que seguir el mismo camino que él, hay una diferencia ahí, Harry, muy pequeña, pero la hay, y eso es lo que da pie a la otra parte de la Profecía que te contábamos antes, la que habla de un poder que Voldemort no conoce, porque Voldemort creció conociendo solo el odio, el rencor, la avaricia; Tú por el contrario, creciste conociendo el amor, la amistad, la lealtad. Si bien él te señalo como su igual, tú has crecido en un ambiente diferente al de él, y eres incluso diferente a él, porque aunque estas en Slytherin, no eres malo con los otros estudiantes, y te preocupas por tus amigos. Voldemort nunca tuvo amigos, tuvo seguidores, pero nunca amigos, y jamás confió completamente en nadie. Eres distinto a Voldemort, incluso dentro de las similitudes que puedan tener, y eso es lo que impedirá que te conviertas en un Mago Oscuro, y te ayudara a vencerlo –

- Si lo tenemos que ver de cierta forma, Harry, Voldemort es un Slytherin Oscuro, y tú eres un Slytherin de Luz. Él tiene su poder unido al odio, y tú tienes tu poder unido al amor – le aclaró Sirius – El odio puede aumentar el poder, pero jamás lo hará crecer de la forma en que lo puede hacer el amor, como esa noche que tus padres te protegieron. Unieron su amor a tu magia, y así fue como sobreviviste –

- ¡¿Y cómo se supone que lo derrote esta vez?!, ¡Esa vez lo hice con la ayuda de mis padres, y ustedes dicen que no lo vencí completamente!, ¡Y con un poder que no tengo ahora! – protesto Harry asustado.

- Tranquilo, Harry – le pidió Remus acariciando su cabello, y sonriendo suavemente cuando vio que quedaba más revuelto – Nadie está pidiendo que lo derrotes ya. Voldemort ni siquiera ha regresado completamente. Cuando lo derrotaste, por alguna razón, él tampoco murió es anoche, pero perdió casi toda su magia, e incluso su cuerpo. Quedo reducido a poco más que nada, y creemos que si sobrevivió, fue gracias a hechizos oscuros que ha de haber usado –

- Dumbledore nos dijo que le costaría mucho tiempo recuperarse, y ha sido así – añadió Sirius – Quedo muy débil, y ha necesitado de años. Es la primera vez que escuchamos de él desde que lo derrotaste, Harry, y aún está débil, o ya habría dado más muestras de su presencia, así que esperamos que aún tarde más en recuperarse, y eso te dé tiempo de prepararte –

- ¿Cómo me voy a preparar? – quiso saber inseguro.

- Vamos a entrenarte – le respondió Sirius con determinación – Escuchaste lo que dijo ese Centauro anoche, serás un líder de guerra. Ya eras una pieza importante en la Profecía, al ser quien derrotaría a Voldemort, pero ahora, un Centauro que lee las estrellas, ha vaticinado que te convertirás en un líder de guerra, lo que significa también que lo que nos espera, será mucho más difícil de lo que en un primer momento quisimos pensar, pero al mismo tiempo nos da la oportunidad de prepararnos, y sobre todo, de prepararte, de ayudarte a aprender todo lo que podrás necesitar, tanto para enfrentarte a Voldemort, como para liderar a otros magos. Cuando estés en casa, lo haremos Remus y yo. Cuando estés aquí, quizás sea Quejicus –

- ¿El Profesor Snape? – preguntó Harry, confundido y asombrado.

Sirius asintió con la cabeza, pero quien hablo fue Remus.

- Aquí en Hogwarts hay 3 personas que saben realmente lo que pasó la noche que derrotaste a Voldemort, que saben todo esto que te hemos contado. Nadie más lo sabe, y es preferible que siga así por ahora. Pero si algún día estas en peligro o pasa algo, debes buscar a Severus, a la Profesora McGonagall, o al Profesor Dumbledore. Cualquiera de ellos te ayudara y te protegerá –

- Esta no es sólo tu guerra, Harry, es la guerra de todo el Mundo Mágico, y habrá muchas personas que te ayudarán y estarán a tu lado cuando llegue el momento – le quiso recordar Sirius, y los verdes ojos le miraron con miedo – Daría todo lo que tengo por quitar este peso de tus hombros, y permitir que sigas siendo un niño que pueda pensar sólo en jugar y divertirse, en hacer travesuras y vivir la vida con simpleza – agregó suavemente, acariciando su mejilla con tristeza – Pero ya que no puedo, hare todo lo posible por ayudarte, y caminare a tu lado tanto como pueda. Nunca estarás solo en esto –

- Te ayudaremos en todo lo que sea posible – agregó Remus con seguridad, sonriéndole suave – Aunque la mayoría de la gente piensa que la Orden del Fénix se disolvió tras la caída de Voldemort, somos 5 magos y 1 bruja los que la hemos mantenido activa en las sombras, investigando más que nada lo que paso esa noche del 31 de Octubre, y recabando toda la información sobre Voldemort y sus seguidores, para poder ayudarte cuando llegue el momento –

Harry los miró asombrado.

- Me imagino que tú y Sirius son dos de esos 6 – inquirió, viendo a ambos magos asentir con la cabeza – Y que el Profesor Snape, la Profesora McGonagall y el Profesor Dumbledore son otros 3, ¿Cierto? –

- Así es – confirmó Sirius – Y el sexto es el Auror Alastor "Ojoloco" Moody. Él es nuestros ojos dentro del Ministerio por ahora. Nosotros nunca hemos dejado de estar alerta, y ahora, estaremos mucho más alerta, quizás inclusive poco a poco y entre las sombras, comencemos a reclutar nuevos miembros, para cuando llegue el momento  –

Harry permaneció en silencio por un rato, y ambos adultos no agregaron nada más, dejándole digerir todo eso que le habían dicho.

- ¿Así que comenzaré a entrenar? – preguntó luego de largos minutos.

- Si, pero sobre todo, deberás mantenerte alerta y tener cuidado, Harry – le recordó Sirius – Voldemort aún está débil, pero no podemos confiarnos, no, si pudo entrar a los terrenos exteriores del castillo. Es preferible que no estés solo, que trates de mantenerte con tus compañeros y amigos. Para Voldemort será más difícil atraparte en el estado que esta, si estas con más gente –

- Dijeron que lo mejor es no contarle a nadie… ¿Eso significa que no puedo contarle a Draco y a Hermione? – quiso saber, y vio a Sirius saltar ligeramente.

- ¡Al pequeño Draco menos que a nadie, Harry! – le advirtió con firmeza, y Harry lo miró confundido.

- ¿Por qué? – quiso saber.

Sirius miro a Remus, y Remus suspiro pesadamente, antes de mirar a su pequeño Cachorro. Dijeron que iban a contarle todo, así que sería todo.

- Tú sabes que la mala fama de Slytherin surgió sobre todo porque la mayoría de los magos que apoyaron a Voldemort en la guerra pasada, eran de esa Casa, Harry – le explicó suavemente – No quiero decir que todos en Slytherin sean malo, porque sabemos que no es así. Hubo algunos Slytherin que fueron clave en las victorias que la Orden del Fénix tuvo, como Severus –

- ¿Cómo ayudo? – quiso saber Harry curioso.

- Al inicio fue Mortífago – le contó Sirius, y Harry le miró con los ojos como platos.

- ¿Mortífago de verdad?, ¿Mato gente? – le preguntó en un susurro, sintiendo un ligero escalofrío. Ahora que lo pensaba, ese tipo de pasado si concordaba con el frio, indiferente y casi peligroso Profesor de Posiciones…

- Me imagino – fue toda la respuesta que dio Sirius, encogiéndose ligeramente de hombros. No le caía bien el grasiento ese, pero no iba a contar cosas tan macabras a su ahijado de tan solo 11 años. Habían dicho que le dirían la verdad, no que lo dejarían traumado de por vida con ese tipo de anécdotas.

- Al inicio lo fue, pero cuando se enteró de que Voldemort perseguía a tus padres, se acercó a Dumbledore para ofrecerse como espía – le explicó Remus, y ante la mirada confundida de Harry, añadió: – Él fue un muy buen amigo de tu madre durante sus primero cinco años en Hogwarts, de hecho, creo que ella fue su mejor amiga –

- ¿En verdad?, ¿Aunque él era de Slytherin? – quiso saber Harry asombrado.

- Así es. Tu mamá no hacía diferencia por Casas, Harry – le aseguro Remus sonriéndole – Para ella lo importante era la persona, no la Casa de la que venía –

- Vaya… - murmuró Harry, y sonrió, sintiéndose bien de saber eso, porque le hizo sentir que sin lugar a dudas, a su madre no le hubiera importado que quedara en Slytherin - ¿Pero porque sólo los primeros cinco años fueron amigos? – preguntó.

- Un día estábamos molestando a Quejicus, y Lily lo defendió, así que James le dijo a Quejicus que agradeciera a Lily porque sólo por ella lo estábamos dejando en paz, y al muy idiota se le ocurrió decir que no necesitaba la ayuda de una sangre sucia – le explicó Sirius encogiéndose de hombros, mientras Harry le miraba con la boca abierta – Eso enfureció a Lily, y no volvió a dirigirle la palabra a Snape –

- Pero parece que Severus lo sentía mucho, que no pensaba en ella de esa forma, sólo habían sido palabras desafortunadas, dichas en un mal momento, y no supo después cómo disculparse – quiso hacerle saber Remus – Cuando se enteró de que Voldemort iba tras ella, su lealtad a su amiga fue mayor que la lealtad a su señor, y contacto a Dumbledore, convirtiéndose en un espía muy importante para la Orden, de hecho, el más exitoso que tuvimos, porque si bien Voldemort era un consumado Legeremante, Severus era el mejor Oclumante que existe –

- ¿Legeremante?, ¿Oclumante? – repitió Harry confundido.

- Un Legeremante es aquel que tiene la habilidad de leer la mente, y el Oclumante, es aquel que puede bloquear la habilidad del Legeremante, creando escudos dentro de su mente, para evitar que pueda ser leída – le explicó Sirius.

- Pero aunque se volvió espía, mis padres igual murieron – no pudo evitar observar Harry con tristeza.

- Porque nosotros no sabíamos que Voldemort tenía a un espía mejor posicionado, y cuando Snape se enteró de Colagusano como espía, ya era demasiado tarde – le contó Sirius también con tristeza – De igual forma, poco antes de que eso pasara, Snape se reunió con ella. Ya sabíamos que trabajaba para la Orden, y le envió una carta pidiéndole que hablaran, pero tu padre era muy estricto con la seguridad de ustedes, así que nos pidió estar ahí por cualquier cosa, y nos reunimos los 6 en un aula aquí en Hogwarts. Ellos se reconciliaron, y ella te presento, aunque parece que las cosas entre tu padre y él no pudieron mejorar –

Harry se sentía un poco extraño. Le parecía muy triste que Snape y su madre hubieran estado distantes muchos años, y que cuando se reconciliaron, al poco tiempo ella muriera, pese a que él cambio inclusive su lealtad, para tratar de proteger a su mejor amiga. Le hacía sentir una amargura desagradable en la boca.

- Pero así como Snape era un Mortífago, muchos otros también lo eran, Harry, y como no se podían reconocer en el campo de batalla por las máscaras que usaban, sólo podías hacerlo si veías su antebrazo izquierdo, que era donde Voldemort les había puesto la Marca Tenebrosa para poder reconocerlos e invocarlos – le siguió contando Remus, retomando la conversación previa – Así que cuando Voldemort cayó, sus Mortífagos comenzaron a caer también, a veces porque eran capturados bajo sospecha, y otras porque algún Mortífago delataba a otro para buscar una menor sentencia –

- La mayoría decía que estuvo bajo la Maldición Imperius, que es Magia Oscura con la que doblegas la voluntad de un mago para que haga lo que tú quieres – le contó Sirius – De esa forma esperaban escapar de Azkaban, y hubo algunos que ciertamente lo consiguieron. Lucius Malfoy fue uno de ellos –

- ¿Lucius Malfoy? – repitió Harry sobresaltándose – Es el padre de Draco… -

- Lo es – concordó Sirius – Él fue uno de los que declaro estar bajo la Imperius, pero se libró de Azkaban más que nada por su dinero, y aun así, muchos estamos seguros de que fue un Mortífago por decisión propia, que mintió durante su juicio –

- También sabemos que varios de los padres de tus compañeros fueron Mortífagos, así que debes estar atento, Harry – le pidió Remus – Antes no consideramos decírtelo, porque no pensábamos que Voldemort estuviera cerca de regresar, y ellos aunque le fueran realmente fieles, se mantendrían tranquilos para no tener problemas o levantar sospechas. Ahora que sabemos que ha aparecido, no está de más que tengas cuidado, porque no sabemos si los hijos seguirán los ideales de sus padres –

- Eso incluye al pequeño Draco – quiso decirle Sirius.

- Pero… Eso fue hace muchos años… Quizás sus ideales no son los mismos… - no pudo evitar comentar Harry, sintiendo un desagradable peso en el estómago.

- Quizás, Cachorro – no quiso negarle Remus esa opción, aunque le miró con tristeza – No te podemos asegurar que si o que no, pero hasta no estar seguros de sus lealtades, lo mejor es que tengas cuidado, tanto del joven Malfoy como del resto de tus compañeros de Casa. No todos son malos, y como en aquel entonces, hay algunos que se volverán a Voldemort, otros que se volverán a la Orden, y otros más que querrán abstenerse de pelear. Lo mismo pasara en las otras Casas, pero hasta no estar seguros, lo mejor es ir con cuidado sobre en quien confías –

Harry apartó la mirada, sintiéndose en verdad mal de pensar que su camino y el de Draco podrían separarse a causa de la guerra, y que algún día podrían ser incluso enemigos que se toparan en el campo de batalla… Sintió como si una garra le presionara dolorosamente la garganta.

- Aun hay algo más que nos gustaría hablar contigo, Harry – le llamó Sirius, sintiéndose triste de ver esa mirada así de apagada, pero prefería advertirle ahora, para que pudiera estar alerta de quienes le rodeaban, sobre todo estando en Slytherin.

- ¿Qué? – preguntó Harry.

- Queremos saber qué paso contigo cuando Voldemort los intercepto en el bosque – le explico – El pequeño Draco dijo que no parabas de gritar, y cuando llegaste al castillo, tu cicatriz estaba bastante roja. Parecía incluso como recién hecha –

Inconscientemente, Harry se llevó la mano a la cicatriz, dándose cuenta de que para ese momento ya no le dolía.

- He estado teniendo sueños raros… - comentó, mirándolos a ambos.

- ¿Qué tipo de sueños? – le preguntó de inmediato Remus.

- Sueños del grito de una mujer, de las palabras lejanas de un hombre, o de una brillante luz verde, y cuando me despierto, siento la cicatriz dolerme… Al inicio sólo me dolía un rato luego de despertar, pero conforme los días han pasado, el dolor ha permanecido, y me había estado doliendo durante todo el día hasta ayer… - les explicó.

- ¿Cada cuando tenías esos sueños? – quiso saber Sirius.

- Todas las noches – murmuró Harry bajando la mirada.

- ¡¿Todas las noches?! – exclamó Sirius mirándole sobresaltado - ¡¿Y porque no nos habías dicho?! –

- Porque pensé que eran sueños que pararían en algún momento… - murmuró avergonzado.

- Bueno, entiendo que en ese momento no sabías, así que es normal que no nos dijeras nada – convino conciliador Remus – Pero de hoy en delante es muy importante que si algo pasa, aun si tiene que ver con sueños, si involucra dolor en tu cicatriz, nos digas, ya sea que nos escribas, o que se lo digas a Severus, a la Profesora McGonagall o al Profesor Dumbledore, porque tu cicatriz fue donde se inició el vínculo que ahora tienes con Voldemort –

- Esta bien – convino Harry.

- ¿Y en el Bosque? – quiso saber Sirius - ¿Qué paso? –

- No lo sé bien… - le confeso Harry apenado – Cuando escuche la risa de Voldemort me comenzó a doler la cicatriz, aunque al inicio era solo un dolor punzante, pero conforme se reía más, conforme se sentía feliz, más me dolía… Y cuando salió de entre los arbustos, el dolor fue insoportable, como si tuviera fuego en la cicatriz y el dolor pudiera abrirme la cabeza… Jamás había sentido eso… -

- ¿Cómo sabías que estaba feliz? – quiso saber Sirius frunciendo el ceño, y Harry le miró de pronto atónito. Las palabras le habían salido naturales, porque en cierta forma se dio cuenta de que sin saber cómo, él simplemente lo sabía.

- No lo sé… - susurró mirándole preocupado, con los ojos muy abiertos – Sólo… Sólo sabía que se sentía así… Pero no sé cómo lo sabía… -

- Iré por Snape – decidió Sirius levantándose de la cama, y haciendo un movimiento con la varita, las barreras que les rodeaban cayeron. No dijo más y salió de la Enfermería.

- ¿Por qué?, ¿Qué paso? – quiso saber Harry, mirando a Remus inquieto.

- Creo que quiere que Severus vea en tu mente. Él también es un muy bien Legeremante, y de esa forma podremos saber mejor lo que paso – le explicó Remus acariciando y tratando de acomodar su cabello sin éxito – No sabemos cómo pueda funcionar ese vínculo, pero debemos estar preparados para cualquier cosa, Harry, y no es normal que digas que simplemente sabías como se sentía Voldemort –

Harry se hundió en la cama. No le agradaba la idea de tener a Snape hurgando en su cabeza, sobre todo, porque temía que pudiera ver los recuerdos de cuando Draco, Hermione y él fueron a ver el espejo…

 

***

 

Cuando Snape salió de la mente de Harry, tuve que parpadear un par de veces, mirando como el niño hacía una mueca de dolor y se sujetaba la cabeza con las manos. No dijo nada de momento, porque había varias emociones en su interior que necesitaba calmar primero, así que agradeció que los presentes se enfocaran en Harry y no en él. Escuchar aquel grito, y aquella voz, hizo que algo en su interior se estremeciera con fuerza, porque él conocía muy bien a ambos, a una, porque la había querido con el alma, al otro, porque lo había odiado en igual medida…

- ¿Estas bien? – le preguntó Remus a Harry, sentándose a su lado de la cama.

- Me duele la cabeza – murmuró Harry, con los dientes apretados para soportar el dolor.

- ¿Pudiste sentir a Severus en tu mente, Harry? – le preguntó curioso Dumbledore.

- No sé… No creo… - le respondió, sintiéndose extraño de dirigirse a aquel mago del que había leído cosas tan fantásticas, aunque realmente se había sentido extraño desde que hace menos de media hora, Sirius entro seguido no sólo del Profesor Snape como había avisado, sino de la Profesora McGonagall y del Director…

- Eso sería imposible, Albus – comentó la Profesora Minerva – Eso sólo pueden hacerlo magos con su magia muy desarrollada –

- Bueno, Minerva, Harry tiene un potencial mágico un poco superior al promedio, eso sin mencionar ese caudal mágico que tiene encerrado – le recordó Dumbledore tranquilo, acercándose a Harry – Quizás cuando algo lo “ataca” – e hizo la interpretación de comillas en el aire con los dedos en la palabra atacar – Esa magia puede liberarse sólo un poquito para intentar protegerlo, pero como es sólo un poquito, no se siente una gran diferencia –

- ¿Es eso posible? – quiso saber Sirius mirándole asombrado.

- Podría – convino Dumbledore – No puedo asegurarlo, pero no creo que esa barrera del sacrificio sea realmente firme e inamovible. Si se creó con el sacrificio, para proteger a Harry de un daño mayor, debería funcionar dejando salir un poco de magia para seguirle protegiendo –

- Así que eso lo haría mágicamente más fuerte, y sería capaz de sentir la intromisión – resumió Remus.

- Eso es lo que creo – afirmó Dumbledore.

- Pero no deja de ser una teoría, ¿No es así, señor? – preguntó Harry mirando al mago mayor.

- No mi niño, tristemente no deja de ser una teoría. Aunque cuando comiences a aprender magia defensiva y ofensiva, podremos ver si la teoría es real –

- ¿Cómo? – preguntó Harry confundido.

- Cuando tu magia se comience a mover a un nivel más fuerte, y estés respondiendo a lo que la magia del sacrificio podría considerar un apeligro a tu vida, quizás los escudos dejen filtrar más de la magia que tienen retenida – le explicó Dumbledore tranquilamente – Que por cierto, comenzaras a entrenar con Severus los martes y jueves por las noches, a partir de la próxima semana –

- Pero no creo que deba comenzar con duelos – hablo por fin Snape, una vez que se sintió de nuevo dueño de sí.

- ¿Por qué? – quiso saber Sirius mirándole ceñudo.

- Creo que debemos comenzar a enseñarle Oclumancia cuanto antes. Lo que tiene y experimento en el Bosque, parece un vínculo mental con Voldemort – les explicó con su frialdad habitual.

Minerva jadeo, Sirius se sobresaltó, y Remus le observó atónito al igual que Harry. Dumbledore por su parte, permaneció tranquilo.

- ¿Cómo que un vínculo mental? – apenas y pudo preguntar Harry en un murmullo, mirando a su Jefe de Casa con los ojos como platos.

- Si, ¡¿Eso qué significa?! – exigió saber Sirius, mirando a Snape más que nada preocupado.

- No estoy aún muy seguro, porque sólo revise los recuerdos en la superficie, no me adentre realmente a la mente de Harry – les respondió Snape. Harry parpadeo, mirándole confundido al escuchar que usaba su nombre, pero Snape se sintió incapaz de llamarle por su apellido en esa situación. No importaba cuánto se había esforzado por poner distancia con él, tratando de odiarlo por ser hijo de James, por haber sobrevivido, pero fue incapaz, porque cada vez que lo intentaba, Harry le demostraba sin saberlo, que si bien se parecía bastante a su padre, y era sin lugar a dudas su hijo, también era indudablemente el hijo de Lily Evans, y había mucho de ella en él, como la forma en que en ese momento se abrían sus ojos, mirándolo inseguro. Cuantas veces en el pasado, cuando eran niños, Lily no le había mirado de esa misma forma cuando hablaban sobre la magia que hacía por accidente; Él se había apresurado a tratar de calmarla todas esas veces, explicándole que aquello era algo normal, que no era malo. No, no podía dejar que ese niño atravesara el largo y penoso camino que le esperaba, sin estar cerca de él, Lily no se lo hubiera perdonado jamás, no, con la forma en que ella misma defendió su vida, y él como su amigo, se lo había prometido aquel día hace ya muchos años, cuando Lily le presentó a Harry. Lupin y Black estaban haciendo su parte como amigos de James, ayudando y cuidando a Harry, siendo sus guardianes, así que él tenía que comenzar a hacer su parte como amigo de Lily, asumiendo su lugar como el tercer guardián de Harry, además, había cosas que como Slytherin, sólo él podría enseñarle – De igual forma comenzare a darle pociones para dormir sin sueños –

- ¡¿Qué?!, ¡¿Eso porque?! – quiso saber Sirius.

- Harry a estado teniendo visiones que ha interpretado erróneamente como sueños – le explicó sin inmutarse, mirando al niño – Por eso no has estado durmiendo bien, ¿Verdad?, y la cicatriz te había estado doliendo – Harry asintió lentamente con la cabeza.

- ¿De qué eran esas visiones? – preguntó Minerva mirándolo curiosa.

- Ha estado escuchando los segundos antes de que James y Lily murieran… - respondió, con la voz algo más baja y fría de lo que en realidad pretendía.

El silencio que siguió a esas palabras, fue demasiado pesado. Sirius se movió, acercándose a la cabecera de la cama para abrazar a Harry, haciéndolo apoyar su espalda en su pecho, abrazándolo firmemente, como si de esa forma pudiera protegerlo de las visiones.

- ¿Cómo es eso posible? – quiso saber.

- No estoy muy seguro. Necesitaría revisar más en su mente, porque cuando vi los recuerdos, esos sueños no tenían la consistencia de sueños normales – les explicó Snape.

- ¿Harry podría ser algo así como un Vidente? – preguntó Remus curioso.

- No me atrevería a asegurarlo aún – comentó Snape – Todavía tenemos que ver la estructura de su mente, antes de considerarlo, porque puede que con el vínculo que tiene con Voldemort, sean sólo visiones de algo que él presencio –

- Bien, la poción de Sueño Sin Sueños debería ayudarle a dormir, y darnos tiempo de revisar ese vínculo que hay en su mente, mientras aprendes Oclumancia – opinó Dumbledore.

- ¿No es muy pequeño para aprender Oclumancia? – preguntó Minerva.

- Le costara más trabajo del que podría costarle a un mago mayor que ha desarrollado más su magia – explicó Dumbledore – Pero como ya comente hace poco, su magia es más fuerte que el promedio, así que no le será imposible dominarla – y entonces se volvió a Harry, que durante todo ese tiempo se había quedado completamente callado dentro de los brazos de su padrino, tratando de asimilar la información recientemente dada – Tu vínculo con Voldemort es mucho más profundo de lo que podemos imaginar, Harry, así que estaremos al pendiente para ayudarte en todo lo que vas a necesitar. No es solo tu camino, aquí estamos 4 magos y una bruja que harán el camino contigo desde ahora, y conforme el tiempo pase, quizás más se unirán, y todos ayudaremos –

Harry le miró, escuchando sus palabras, pero sólo pudo asentir con la cabeza, sin querer moverse de entre los brazos de su padrino, sintiéndose seguro ahí, como si ahí no pudiera alcanzarlo todo aquello que le acaban de decir.

- Si, Harry, te ayudaremos y estaremos a tu lado – le prometió Remus tomando su mano con firmeza.

- Hasta Quejicus te ayudara – quiso bromear un poco su padrino sin soltarlo de entre sus brazos pese a todo, y Harry miró a su Profesor, asombrándose un poco, al verlo asentir apenas con la cabeza, sin contestar a la burla de Sirius.

Harry volvió a asentir con la cabeza, preguntándose si realmente había sido una buena idea saber todo lo que le habían contado en las últimas horas. Era más feliz y se sentía más ligero cuando no sabía tanto. Bendita ignorancia.

 

***

 

Draco logró colarse en la Enfermería casi para la tarde noche, y con paso ligero para no llamar la atención, se acercó hasta la cama donde sabía que descansaba el pelinegro. El Profesor Snape le había advertido que no debía ir a molestar a Harry, que estaba descansando, pero él quería confirmar que el ojiverde estaba bien, y las cripticas palabras de su Jefe de Casa no lo tranquilizaban.

Entrar a la Enfermería sin ser visto fue todo un reto, porque cuando Black o Lupin no estaban cerca, lo estaba la Enfermera. Cuando por fin hubo un momento en que todos se fueron, no dudo en entrar.

- ¿Harry? – le preguntó al acercarse. El pelinegro tenía los ojos cerrados, pero traía los lentes puestos, por lo que intuyó que quizás no estaba dormido, y sonrió al ver que los verdes ojos se abrían.

- Draco… - murmuró Harry, pero lo miró largamente sin decir nada, recordando sin poder evitarlo, las palabras que hacía algunas horas atrás, su padrino y Remus le habían dicho sobre Lucius Malfoy.

- ¿Qué pasa? – quiso saber Draco curioso, sin pasar por alto la forma en que le miraba, pero Harry negó con la cabeza, cerrando momentáneamente los ojos.

- No es nada – le respondió suspirando – Sólo estoy cansado –

- No te creo. Olvidas que he sido Slytherin por más tiempo que tú, y que solo por eso soy mejor, así que no vengas a querer mentirme – le riño Draco irritado, pero se sintió descolocado cuando vio una sonrisa triste dibujarse en los labios del moreno.

- Ya no sé qué tan buen o mal Slytherin soy, y si eso es bueno o malo – murmuró Harry, abriendo los ojos para encontrarse con las grises orbes que le observaban inquisitivo.

- Ahora tengo más curiosidad por saber lo que paso – declaró Draco, y trayendo una silla que estaba por ahí, se sentó lo más cerca posible de la cama de Harry – Habla. Sé que tiene que ver con el Señor Tenebroso, así que no hay necesidad de que ocultes nada –

Harry lo miró atónito ante aquella declaración.

- ¿Y eso que significa exactamente? – quiso saber.

- Significa que puedes contarme todo lo que está pasando. Eres mi mejor amigo, y los mejores amigos se apoyan sin importar los problemas que surjan. Si surgió un problema como el Señor Tenebroso, simplemente es otra cosa en la que te apoyare – le respondió Draco con firmeza.

- No creo que sea así de simple, Draco… - murmuró Harry con cierto pesar.

- ¿Por qué no? – quiso saber Draco.

- Ni siquiera sabes todo lo que ha pasado, o todo lo que podría pasar, como para tomar esa clase de decisión – observó Harry.

- No, pero sé lo que escuche del Centauro, y no soy tonto, Harry. Escucho y veo otras cosas que pasan a nuestro alrededor – le respondió con firme seguridad, sus ojos brillando como el acero, de una forma en que Harry no le había visto nunca, y que le llamó bastante la atención – Sumando todo, puedo llegar a mis propias conclusiones. El Centauro dijo que habría una guerra, y tú estarías en un lado y el Señor Tenebroso en otro. Estudie la Guerra Mágica  junto con mi madre, y sé que el Señor Tenebroso no veía a los que le seguían más que como sirvientes, como piezas a sacrificar en un tablero de ajedrez, y  ni mi padre ni mi madre son piezas sacrificables para mí. También sé de segunda mano, que quienes siguieron al Señor Tenebroso sólo tuvieron problemas tras su caída, y lo sé porque mi padre, bajo la Maldición Imperius, se vio obligado a servirle, y eso casi llevo a mi familia a la ruina –

Harry le observó boquiabierto. Jamás se le hubiera pasado por la mente que Draco fuera a contarle por voluntad propia todo eso. También estaba el hecho de que él decía que su padre estuvo bajo la Imperius, algo que Sirius negó cuando hablaron. No sabía si Draco mentía, o si eso le habían dicho a él, pero al ver aquel despliegue de elocuencia, no se creyó capaz de dudar, era como si algo dentro de él, le instara a confiar en el rubio.

- No compartimos los mismos ideales, Draco – quiso decirle pese a todo – Tu odias a los sangre mestiza e hijos de Muggles. Si una guerra llega, yo peleare por la igualdad entre todos, y considero que mis aliados deberían pelear por lo mismo –

- No puedo negar que no me gustan, ya que tú mismo me has escuchado decirlo, Harry – concedió Draco, pero se mantuvo tranquilo y seguro, porque había pensado durante gran parte de la noche y la mañana, sobre lo que hablaría con él cuando se vieran – Pero la guerra obliga a modificar conductas. No creo que nunca me gusten, no te voy a mentir, o que algún día llegue a pensar que somos iguales, pero puedo aprender a tolerarlos por el bien de mi familia, porque no creo que lo mejor para nosotros vaya a ser servir al Señor Tenebroso –

- Eso es muy Slytherin – observó Harry con cierta ironía sin poder evitarlo, y muy dentro de él, no sabía si admirar o molestarse con Draco por ello.

- No negare lo que soy, Harry – le aclaró Draco con orgullo – Y soy un Slytherin. Mi primer deber esta hacía mi familia; Soy el Heredero Malfoy, y en un futuro seré el Jefe de familia, así que tengo que pensar lo que será mejor para nosotros –

- ¿No eres muy joven para eso? – no pudo evitar preguntarle Harry.

- Fui educado para eso desde que tengo 7 años, Harry. Que no me comporte de esa forma de regular, no significa que no pueda hacerlo, y ahora debo hacerlo, porque estamos hablando de una guerra. Este es un tema bastante serio – le respondió Draco.

- Pero estarías peleando a mi lado, únicamente porque crees que podría ganar la guerra, y eso ayudaría a que tu familia mantuviera su buena posición, ¿Cierto? – quiso aclarar Harry.

- En parte – convino Draco – Mi primera lealtad es con mi familia, ver lo que es mejor para nuestro futuro, pero mi segunda lealtad es hacía ti, porque eres mi mejor amigo; Eso hace que tomar una decisión se vuelva sencillo. Tú pelearas en uno de los lados, y no sólo eso, el Centauro dijo que lideraras, y ya lo derrotaste una vez, estoy seguro de que podrás hacerlo de nuevo, así que no hay mucho a lo que darle vueltas –

Harry le miró por un largo tiempo, sopesando sus palabras. Ese día, Draco estaba asombrándolo de muchas maneras.

- ¿Y cómo estas tan seguro de que ganare?, quizás estas tomando el bando perdedor – no pudo evitar decir.

- Ya lo hiciste una vez cuando eras bebé, si bien es cierto que no lo derrotaste por completo como todos pensábamos, pero que lo hallas hecho desaparecer por años cuando eras tan pequeño, es sin duda un indicio de que podrás hacerlo de nuevo ahora que has crecido y sabes más – observó Draco – Además, en la guerra es difícil saber que bando ganara, y se debe tomar un lado. Te lo dije, no creo que Voldemort sea una buena opción, seremos solo sus sirvientes, y nos tratara de esa forma, por otro lado, tú eres mi mejor amigo, así que la decisión en cuanto a eso es fácil –

- ¿Y si tus padres no piensan igual? – quiso saber Harry, mirándole atentamente. Esa parte le preocupaba bastante.

- Es verdad que deberé hablar con ellos, pero no creo que sea el momento – le confeso Draco, mirando hacía la ventana por unos segundos, antes de volver a verlo – Mis padres sufrieron mucho con la guerra, Harry, pero no creo que ninguno esté dispuesto a seguir a Voldemort. Te lo dije, Voldemort obligo a mi padre con la Maldición Imperius, y eso les causo muchos problemas; No creo que esté dispuesto a seguirlo voluntariamente, y sé que mi madre no lo consideraría nunca –

- ¿Y si comenzamos a perder, Draco? – no pudo evitar preguntarle, mirándole atentamente.

Draco hizo una ligera mueca con los labios, que pese a todo, no hizo desagradables sus facciones.

- No te traicionaría. Eres mi amigo, y considerando lo que aprendí de la Guerra contra el Señor Tenebroso, no creo que si nos cambiamos de bando y gana, podamos tener de todas formas dignidad, porque solo seríamos viles sirvientes. No hay dignidad en eso – le respondió.

Harry asintió con la cabeza ante sus palabras, y suspiro pesadamente. Extrañamente, luego de esa declaración, se sentía mejor, sentía que ese peso que había aparecido en su pecho, se aligeraba un poco.

- Quiero contarte… Lo que hable con Sirius y Remus… - se animó a decirle, y vio los ojos plata de Draco brillar.

- Te escucho – le animó.

- ¡Harry! – exclamo ligeramente una voz, y ambos se volvieron para ver a Hermione entrar a la enfermería con paso apresurado y gesto preocupado.

Draco hizo una mueca, y Harry sonrió.

- Buenas tardes, Hermione – le saludo.

Hermione se detuvo bruscamente y le miró con el ceño fruncido, como si alguien le estuviera mintiendo descaradamente en sus propias narices.

- ¡¿Buenas tardes?!, ¡Ron no dejo de hablar de que anoche una Criatura Oscura casi te mata! – exclamó exaltada, frunciendo más pronunciadamente el ceño, claramente molesta - ¡Claro que lo decía jactándose, pero igual estaba muy preocupada!, ¡Trate de entrar a la Enfermería en la mañana, pero habían estado aquí tus parientes, o Madame Pomfrey, y ella no me lo permitió!, ¡Y ahora que por fin puedo verte, resulta que estas como si no te hubiera pasado nada!, ¡Si Ron mintió, lo hechizare! –

- Eso sería divertido de ver – comentó Draco sonriendo – Aunque Weasley dijo la verdad a medias –

- ¿A medias? – repitió Hermione ahora curiosa, y terminó de acercarse a la cama - ¿A qué te refieres? –

- Que sí nos atacó algo en el bosque, pero no fue una Criatura Oscura, no un animal, cuando menos – le aclaró Draco, y se estremeció cuando no pudo evitar recordar aquella voz – Y ahora vete, Granger, que Harry y yo íbamos a tener una plática importante y privada –

Harry no había dejado de observar a la castaña. Estaba asombrado de ver lo molesta que había estado, la forma en que había despotricado contra Ron, y sobre todo, sus palabras sobre lo preocupada que había estado, al grado de estar al pendiente cuando no hubiera nadie, para poder entrar a la Enfermería a verle. Sintió algo cálido en el pecho.

- Supongo que Hermione puede escuchar también – comentó, y Draco le dirigió una mirada indignada.

- ¡¿Por qué?! – demandó saber - ¡Conmigo tardaste mucho en querer decidirme!, ¡Y ella ni siquiera sabe nada de lo que paso anoche! –

Hermione les observo expectante, sin interrumpir de momento, aunque claro que quería saber de qué hablaban.

- No sabía si contarte, Draco, más que nada por la posición que podrías tomar – le quiso aclarar Harry – Ahora que sé cuál es tu posición, quiero contarte, porque eres mi mejor amigo, y Hermione es mi mejor amiga –

Draco frunció profundamente el ceño, y Hermione sonrió ampliamente.

- ¡No puedes tener dos mejores amigos! – se quejó, aun cuando sabía que podía sonar como un berrinche.

- ¡¿Por qué no?! – quiso saber Hermione indignada.

- Puedo, porque tú eres mi mejor amigo hombre, y ella es mi mejor amiga mujer – le quiso explicar Harry, sonriendo divertido pese a todo – Hay cosas que no compartiré contigo, porque no entenderías como sangre pura, pero ella sí, y hay cosas que no compartiré con ella, porque no está en la misma Casa que nosotros, no es hombre, y ni siquiera esta en el mismo cuarto, y tú si –

- ¡Puedes compartir todo conmigo! – siguió quejándose Draco.

- También podrías contarme lo que quieras sobre Slytherin – ofreció la castaña sin dudarlo – Prometo que no lo contare a otros, y tratare de entender –

- ¡Yo también puedo tratar de entender! – aseguró Draco, antes de mirar a Hermione con molestia - ¡Y no te va a contar los secretos de la Casa de Slytherin! –

Hermione frunció el ceño.

- ¡¿Porque no?! – quiso saber indignada, poniendo los puños sobre las caderas, con los brazos en forma de jarra - ¡Si somos mejores amigos puede! –

- ¡Son cosas de Slytherin! – refutó Draco con terquedad - ¡Y de sangre pura!, ¡Jamás lo entenderías! –

- Ambos, basta – les pidió Harry, aunque sonreía. De alguna forma, ahora se sentía de buen humor, como no se había sentido desde que había despertado esa mañana, y sobre todo, luego de la plática con Sirius y Remus – Si siguen así, no voy a poder contarles nada antes de que Sirius, Remus o Madame Pomfrey regrese –

- Bueno, pero yo soy tu mejor, mejor amigo – aclaró Draco volviendo a acomodarse en la silla para mirar al pelinegro, ignorando olímpicamente a Hermione, que lo fulmino con la mirada antes de traer una silla, acercándola al otro lado de la cama de Harry, también muy cerca para poder escuchar.

Harry espero hasta que vio que la castaña estaba acomodada.

- Me imagino que has leído sobre la guerra que hubo hace 11 años, ¿No, Hermione? – le preguntó.

- Si, la que tu terminaste cuando venciste a Tu-Sabes-Quien – confirmó la castaña asintiendo enérgicamente con la cabeza.

- Si, esa guerra la terminé, pero no vencí a Voldemort – le aclaro.

Draco salto ante la mención de aquel nombre, y Hermione se estremeció.

- ¡¿Estás loco?!, ¿No digas su nombre! – le regaño Draco.

- ¡Porque no? – quiso saber Harry, mirándolo impasible.

- ¡Nadie lo hace! – le respondió el rubio alterado.

Harry rodo los ojos.

- Me niego a llamarlo de otra forma que no sea por su nombre – declaró – Es una tontería tener miedo incluso de pronunciar su nombre. Si no somos capaces de llamarlo por su nombre, ¿Cómo podemos pensar en enfrentarlo? –

- ¡Espera! – pidió Hermione mirándole con los ojos muy abiertos y pálida - ¿Enfrentarlo?, ¿Cómo que enfrentarlo?, ¿A qué te refieres con eso? –

- No mate a Voldemort esa noche – le respondió Harry, y se obligó a no rodar los ojos al verlos estremecer de nuevo – Sólo lo detuve, pero no está muerto, y él fue con quien nos topamos en el Bosque Prohibido anoche –

Hermione soltó un gritito y se llevó las manos a la boca, mirándolos a ambos con los ojos como platos.

- Pero… ¿Cómo sobrevivieron? – preguntó apartando las manos de su boca, pero apenas y hablando en un susurro.

- Parece que cuando refleje la Maldición Asesina en él, lo deje muy debilitado – le explicó Harry – Remus me contó que perdió casi todo su poder y su cuerpo, y creen que ha pasado todos estos años tratando de recuperarse, algo que parece haber comenzado a lograr, pero como aún esta considerablemente débil, un Centauro pudo ahuyentarlo y ayudarnos –

- Pero… Pero… ¿Cómo están seguros de eso? – quiso saber Hermione.

- Sirius me contó que hay unos pocos magos que están al tanto de que Voldemort no estaba muerto – le aclaró – Así que han estado investigando durante todos estos años qué fue exactamente lo que pasó en el Valle de Godric esa noche–

- ¿Quiénes? – quiso saber Draco.

Harry dudo apenas un poco, pero en realidad, una parte de él no quería guardarles estos secretos, quería poder confiar en ellos, quería sentir que tenía un apoyo en quienes consideraba sus mejores amigos, para no sentir que cargaba un peso demasiado grande él solo, y de cierta forma sentía que podía confiar en ellos.

- El Profesor Dumbledore, la Profesora McGonagall, el Profesor Snape y un Auror llamado Moody – le respondió.

- ¡Por supuesto! – dijo Hermione, luciendo ahora animada - ¡Dumbledore es el mago más poderoso!, ¡Era obvio que estaría en esto! –

- Ya está demasiado viejo, por eso está pasándole la batuta a Harry – comentó Draco con orgullo.

- Pero no entiendo, si Tú-Sabes-Quien apenas está regresando, ¿No debería ser más fácil buscarlo ahora que está débil y matarlo? – preguntó Hermione, sintiéndose algo apenada de no animarse a decir su nombre.

- No es tan sencillo – le respondió Harry suspirando – Parece que no cualquiera puede matarlo –

- ¿Por qué no? – quiso saber la castaña.

- Es por una Profecía – le aclaro Harry.

- ¿Profecía? – repitió Draco, mirándolo atento - ¿Qué Profecía? –

- Una que fue dicha mucho antes de que naciéramos – le respondió Harry, y se aclaró un poco la garganta antes de recitarla – El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca... Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes... –

Hermione se cubrió la boca asombrada. Draco comenzó a sonreír con un brillo de triunfo en los ojos.

- Es claro entonces que la Profecía habla de ti derrotando al Señor Tenebroso – comentó.

- ¿Estás seguro de que habla de ti? – no pudo evitar preguntarle Hermione, y Harry se removió incomodo, mirando sus manos por algunos segundos, antes de mirar a la castaña. Entonces se llevó la mano a la frente, alzándose el flequillo para dejar a la vista su cicatriz.

- Y el Señor Tenebroso lo señalara como su igual – recordó Draco sonriendo complacido.

- Pero Sirius y Remus me dijeron que me señalo como su igual de otras formas – les contó, pero entonces dudo, sintiéndose incomodo de pensar en contarles esa parte.

- Puedes contarnos, Harry – le animo la castaña, hablándole suave mientras tomaba su mano.

Draco frunció el ceño al ver eso.

- ¡Ey!, ¡Suéltalo! – le increpo - ¡No creas que no sé lo que tratas de hacer!, ¡Ya te dije que yo seré su mejor, mejor amigo! – y parándose, le quito la mano de Harry, tomando ambas manos del moreno, mientras se sentaba al borde de la cama.

Harry parpadeo confundido, y Hermione frunció el ceño.

- ¡Tú puedes tomar su otra mano! – se quejó.

- Tomare ambas – sentencio Draco fulminándola con la mirada, antes de ver a Harry como si nada pasara – Anda, cuéntanos – le animó a continuar.

Harry volvió a parpadear, en verdad asombrado del comportamiento de esos dos, pero muy dentro de él, también sentía algo cálido ante lo mucho que podía ver que lo valoraban. Asintió con la cabeza, mientras Hermione también se sentaba en la orilla de la cama para poder estar más cerca y escuchar mejor.

- Me contaron que la noche que Voldemort fue al Valle de Godric – les contó, haciendo caso omiso del estremecimiento de ambos – Mis padres usaron un ritual de sacrificio muy poderoso para protegerme, y fue eso lo que me permitió sobrevivir, pero por unos segundos, quedamos conectados mediante la maldición, y parece que rompió varias barreras que dicen que todos tenemos, y nos impiden alcanzar mayor poder. Como varias de esas barreras se rompieron, todo ese poder se liberó en mí, y pude regresarle la maldición a Voldemort, pero como era muy pequeño, el ritual de sacrificio, para protegerme, encerró de nuevo esa magia en mí, y al hacerlo, encerró parte de la magia de Voldemort que aún estaba en mi interior, porque era la que había destruido esas barreras –

- ¡Espera! – le pidió Hermione - ¿Cómo que barreras? –

- ¿Y cómo que hay magia de Tú-Sabes-Quien en tu interior? – preguntó a su vez Draco, mirándole asombrado.

- Sobre las barreras no se mucho, Sirius sólo me dijo que hay una teoría que habla de que los magos tenemos barreras muy profundas que nos impiden alcanzar un poder mayor, y dependiendo de la habilidad que cada quien tiene, podemos derribar algunas de esas barreras – le explicó Harry a Hermione, antes de mirar a Draco – En cuanto a la magia de Voldemort, me dijeron que todo lo sucedido esa noche, parece que estuvo mezclado con la Profecía. La Profecía decía que Voldemort señalaría a alguien como su igual, y que el hecho de que viniera a matarme a mí, era una de las primeras cosas que me marcaría como su igual, pero que hubo más cosas –

- ¿Ósea que pudo haber marcado a otro? – quiso aclarar Hermione, y Harry asintió con la cabeza.

- ¿Recuerdas el principio de la Profecía?, hablaba de un niño nacido a finales del séptimo mes, de padres que habían desafiado tres veces a Voldemort – le explicó – Y Sirius me dijo que hubo otro niño que reunía esas características –

- ¿Quién? – preguntó Draco en apenas un susurro.

- Neville -  le respondió Harry, y tanto Draco como Hermione le miraron boquiabiertos.

- ¡Eso es imposible! – exclamó Draco.

-  Bueno, claramente aunque era un candidato para la Profecía, dijiste que al final Voldemort te señalo como su igual – comentó Hermione.

- Obviamente era Harry el que tenía el potencial y el poder para derrotarlo – opinó Draco con firmeza, mirando a su amigo - ¿Y qué pasa con el poder de Tú-Sabes-Quien que tienes? –

- Me dijeron que fue otra de las formas en que Voldemort me señalo como su igual, porque no lo hizo sólo de forma física con esta cicatriz – le respondió, y se llevó la mano a la cicatriz – También lo hizo al permitirme alcanzar un poder igual al suyo, aunque no lo pretendía, y luego, cuando parte de su magia se quedó en mí, porque eso nos vinculó mágicamente. No saben todo lo que eso significa, pero Sirius me dijo que esa magia podría ser parte de la causa por la que quede en Slytherin, porque es otra forma de vincularme a Voldemort –

- Pero… No entiendo… ¿Todo eso que significa? – le preguntó Hermione bastante confundida.

- Ni ellos lo saben a ciencia cierta. Sirius dice que comprender las Profecías, y la magia que hay detrás de ellas para hacerlas realidad, es muy complicada – le respondió Harry – Porque dicen que la vinculación que tuvimos, fue más profunda de lo que parece. Muestra de eso es que estoy en Slytherin como Voldemort. Tendré muchas similitudes con él, pero al mismo tiempo seré diferente,  porque la otra parte de la Profecía dice que aquel que es señalado como su igual, tendrá un poder que él no conoce para derrotarlo –

- De cierta forma, mientras más similitudes tengas con él, más seguro se vuelve que eres su igual, y aquel que lo destruirá, ¿No? – quiso saber Draco.

- Supongo que si – concedió Harry encogiéndose de hombros.

- ¿Y cuál es ese poder que él no conoce? – quiso saber Hermione curiosa.

- Remus me dijo que pensaban que era el amor unido al poder – le explicó.

- ¿El amor unido al poder? – repitió Draco haciendo una mueca.

Hermione parpadeo varias veces, y Harry no pudo evitar ruborizarse.

- Sé que suena muy extraño – se apresuró a decirles – Pero Remus y Sirius me lo explicaron, y no se refieren al amor romántico, sino más bien al amor en todas las expresiones que puede haber, porque me dijeron que Voldemort había crecido solo conocimiento el odio, el rencor y la avaricia, mientras que yo crecí conociendo el amor, la amistad y la lealtad. Que Voldemort jamás tuvo amigos, ni confió en nadie, pero yo si tengo amigos, confió en ellos, y los aprecio – apretó suavemente una de las manos con que Draco le aferraba, sonriéndole, y vio a Draco devolverle la sonrisa. Luego se volvió a Hermione, sonriéndole también, y vio a la chica sonreírle ampliamente, asintiendo firmemente con la cabeza.

- Nosotros somos tus amigos – le aseguro la castaña – Y te ayudaremos en todo esto –

- Por supuesto que lo haremos – confirmó de inmediato Draco.

Harry se sintió muy bien de tener amigos en los cuales podía confiar de esa forma, y no pudo evitar preguntarse por qué Voldemort no quería confiar de esa forma.

- ¿Y qué vas a hacer ahora? – se animó a preguntarle Hermione.

- Sirius me dijo que comenzara a entrenarme durante las vacaciones, y con el Profesor Snape comenzare a aprender Oclumancia –

- ¿Oclumancia?, ¿Qué es eso? – quiso saber de inmediato la castaña.

- Me dijeron que era la habilidad de evitar que un Legeremante lea tu mente – le explicó.

- ¿Y para que necesitas aprender eso? – le preguntó Draco curioso.

- Bueno… Porque parece que tengo un vínculo mental con Voldemort… - le respondió incomodo, mirando las manos que le tenía sujetas, porque no se animaba a mirar a ninguno a los ojos.

- ¡¿Un vínculo mental?! – repitió Hermione mirándole asustada, y Harry asintió con la cabeza.

- El Profesor Snape estaba viendo en mis recuerdos lo que paso en el Bosque Prohibido, porque les comente a Sirius y a Remus que cuando Voldemort llego, la cicatriz empezó a dolerme mucho, y tenía la extraña sensación de que él estaba feliz – les explicó.

Por un momento, ninguno hablo, asimilando todo aquello.

- Bueno, eso no cambia mi postura – le aseguro Hermione.

- Mucho menos la mía – agregó Draco con suficiencia, y Hermione rodo los ojos.

Harry les sonrió, sintiéndose bien del apoyo que ambos le daban.

- Gracias – les dijo sincero.

- Para eso están los mejores amigos, Harry – le respondió Hermione, haciendo énfasis en las palabras mejores amigos, algo que hizo a Draco fruncir el ceño.

- Bueno, como tú comenzaras a entrenar, tendré que pedirle a mi padre que me ayude a entrenar también durante las vacaciones de verano– opinó.

- ¿Porque ustedes van a usar magia en sus casas? – les preguntó Hermione frunciendo el ceño - ¿No se supone que los menores de edad no pueden hacer magia fuera de la escuela? –

- Eso sólo es para los hijos de Muggles, Granger – le respondió Draco, haciendo un gesto con la mano para restarle importancia.

- ¡¿A qué te refieres?! – chillo indignada - ¡¿Qué tiene que sea hija de Muggles?! –

- No es porque seas hija de Muggles, Hermione – quiso aclararle pronto Harry – Realmente el estatuto de magia realizada por menores, sólo aplica a hijos de Muggle, porque es una forma de controlarlos para que no hagan magia sin supervisión de un adulto responsable, y terminen poniendo en peligro el Estatuto del Secreto. Se supone que no se aplica a los sangre mestiza o sangre pura que viven en casas donde hay más adultos que hagan magia, porque sería imposible saber cuándo la magia que se percibe es del adulto o del menor, deberían estar yendo a la casa a hacer revisiones de las varitas a cada momento, y eso les quitaría mucho tiempo y sería demasiado engorroso, además, se espera que los magos adultos guarden las varitas de sus hijos una vez que lleguen a casa del colegio –

- Pero seamos sinceros, eso no lo haría nadie, porque, ¿Quién en su sano juicio privaría a su hijo de que siga mejorando en magia? – inquirió Draco sonriendo presuntuoso.

- Eso no es justo – se enfurruñó Hermione, cruzándose de brazos molesta – Yo no podré hacer magia en todas las vacaciones y ustedes sí. Así me voy a quedar atrás, y no podré entrenar –

- ¿También quieres entrenar? – le preguntó Harry algo asombrado.

- ¡Pues por supuesto, Harry! – le respondió la castaña mirándole segura – Si Tú-Sabes-Quien va a regresar, y tú vas a pelear con él, necesitaras ayuda, y si Malfoy va a pelear a tu lado, yo, como tu otra mejor amiga, también debo apoyarte, así que entrenare también – declaro, recalcando las palabras tu otra mejor amiga con toda intensión, pero sin mirar a Draco.

Draco la miró con el ceño fruncido, pero Harry no pudo evitarlo y soltó una carcajada, haciendo que ambos le miraran.

- ¿Se dan cuenta que solo tenemos 11 años, y estamos hablando de entrenar y prepararnos para pelear en una guerra? – les preguntó, sonriendo ante lo extraño de todo eso, pero sintiéndose bastante bien.

- Es mejor estar preparado, a que la guerra comience y nos encuentre desprevenidos – sentencio Draco, orgulloso de sí mismo – Además, nos iremos preparando, eso no significa que la guerra vaya a estallar mañana –

- Pero deberemos reunirnos en algún lugar para entrenar de vez en cuando, sobre todo, porque yo no podré hacerlo en las vacaciones – les pidió Hermione.

- A mí me parece bien – opinó Harry.

- Entonces tendrás el placer de entrenar conmigo, Granger – le informó Draco, mirándola con suficiencia.

- ¡Harry también puede enseñarme, es muy bueno en magia, no necesito aprender de ti! – le respondió la castaña con el ceño fruncido, y ahora fue Draco quien la miró con el ceño fruncido mientras Harry se reía.

Ninguno de los tres se dio cuenta de la figura que estaba parada cerca de ellos, cubierta bajo un encantamiento desilusionador.

 

***

 

- Ya podrás salir de la Enfermería, Cachorro – le informó Remus, entrando junto con Sirius que sonreía animado.

- ¡Ya era hora! – exclamó Harry, animándose también - ¿Por qué pase tanto tiempo aquí?, ¡Ya me sentía bien desde la tarde! –

- Sólo queríamos tenerte en observaciones un poco – le explicó el castaño – Para asegurarnos de que no fueras a sentirte mal de nuevo –

- Pero si nadie estuvo aquí en toda la tarde para observarme – se quejó Harry.

- Eso crees pequeño, pero los adultos siguen siendo mejores que los pequeños magos que tratan de prepararse para la guerra – le aseguro Sirius guiñándole el ojo.

Remus se rio suavemente, y Harry se sobresaltó, mirándolos a ambos inseguro.

- ¿Usaste acaso un Encantamiento Desilusionador? – le preguntó a su padrino, mirándolo acusador.

- Si, y fue muy lindo ver la forma en que el pequeño Draco y esa niña Granger se dispusieron a apoyarte – le respondió, sonriendo feliz por su ahijado.

- ¿Y no estas molesto? – no pudo evitar preguntarle Harry, mirándole confundido – Ustedes me dijeron que no se lo contara a nadie, menos a Draco porque no sabíamos cuál sería la verdadera postura de su padre –

- Sigo pensando que Lucius miente sobre estar bajo la Imperius – le quiso aclarar Sirius alborotando su cabello – Pero ahora que he visto y escuchado al pequeño Draco, creo que cuando menos él es sincero, y que muy seguramente no sabe sobre el verdadero pasado de su padre. Falta ver qué pasa entre ellos cuando realmente Voldemort regrese –

- Pero nos alegra saber que cuentas con buenos amigos que están dispuestos a apoyarte – quiso decirle Remus, sonriéndole – Eso hará menos difícil y duro el camino que te espera –

Harry asintió con la cabeza.

- Lo sé, me sentí menos preocupado luego de contárselos – les quiso decir.

- Es el efecto que nos hacen sentir nuestros amigos – comentó Sirius, sonriendo con añoranza al recordar el cómo él mismo se sentía con el apoyo de James – Y me parece muy curiosa esa Triada que han hecho. Jamás pensé ver una conformada por dos Slytherin y una Gryffindor, pero sobre todo, por un Malfoy y una hija de Muggles

- Somos buenos amigos. Inclusive Hermione y Draco se tienen consideración, pero se niegan a aceptarlo – le quiso decir Harry, sonriendo feliz.

- Lo sé, lo vi – convino Sirius sonriéndole – El pequeño Draco es un cabezón obstinado sangre pura

Harry se rio de las palabras de su padrino, y se sintió muchísimo más feliz, agradeciendo a Merlín el poder contar con gente que le pudiera hacer sentir así, luego de lo inquieto que había estado.

 

 

 


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